domingo, 17 de diciembre de 2023

Puma pone fin a su vínculo con Israel


A partir del 2024, la Asociación de Fútbol de Israel se queda sin marca deportiva oficial.

La marca deportiva Puma confirmó la finalización de su contrato con la Asociación de Fútbol de Israel (IFA), por medio del cual proveía equipamento a las diferentes selecciones de fútbol hebreas.

La noticia la publicó originalmente el diario Financial Times, que tuvo acceso a una comunicación interna de la compañía.

Según la agencia de noticias Reuters, un vocero de Puma reconoció que el vínculo finalizará en el 2024 pero que la medida no tiene relación con la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza, que en dos meses ha cobrado la vida de más de 18.000 palestinos.

Según esta versión, la finalización del contrato hace parte de una reorganización de la compañía, en la que se tiene previsto evaluar los contratos con todas las federaciones, entre ellas las de Serbia e Israel, que vencen en el 2024 y que no se renovarán.

Sin embargo, el movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que impulsa el boicot a empresas con vínculos con el Estado de Israel, expresó que la decisión obedece al repudio de los consumidores por su relación con la selección israelí.

El vínculo de Puma con la IFA se remonta al 2018 e incluía la dotación de uniformes a las diferentes selecciones nacionales de Israel. Desde entonces, la empresa ha enfrentado el boicot de activistas, quienes argumentan que la IFA opera en asentamientos judíos en la Cisjordania ocupada, los cuales violan el derecho internacional.

domingo, 26 de noviembre de 2023

Decepción entre aficionados del St. Pauli por postura sobre Palestina

Varios clubes de hinchas del Sankt Pauli alemán cesaron su actividad en protesta por su comportamiento proisraelí.


Por Camilo Rueda Navarro

Todo un cisma se produjo entre aficionados y simpatizantes del FC Sankt Pauli a raíz de la situación palestina. Varias agrupaciones organizadas, como la de Atenas y Bilbao, cesaron su actividad. Otras, como la de Barcelona, suspendieron su funcionamiento en protesta por la postura que ha tomado la institución de Hamburgo.

“Nos encontramos de repente ante una situación en la que el club que amamos defiende unos valores opuestos a los que siempre hemos defendido, la solidaridad no se puede tomar a la carta, a tu antojo. No puedes ignorar el sufrimiento de Palestina”, expresó el club de fans del St. Pauli de Atenas en un comunicado.

Esto se debe a que el St. Pauli se convirtió en un ícono internacional, al funcionar como un club asambleario donde los socios someten todo a votación, y en el que expresamente asumieron los valores del antifascismo, al antirracismo y el antimachismo. Además, el St. Pauli se había convertido en estandarte de la cultura punk y de los sectores populares habitualmente presentes en su barrio, como marineros y prostitutas.

Por estas razones, miles de personas de todo el mundo volcaron su simpatía hacia él y crearon clubes de fans, presentes en muchos países de todos los continentes. Pero esta situación cambiaría a partir del 7 de octubre pasado, cuando se produjeron los ataques del grupo Hamás en el sur de Israel y la violenta ofensiva israelí contra la Franja de Gaza en represalia.

Mientras el entorno donde tiene simpatías el St. Pauli se solidarizó con Palestina, el club tomó partido por Israel y por las víctimas hebreas, a la vez que acusó al activismo propalestino como “antisemitismo”, con el pretexto de que apoyar al pueblo palestino es apoyar a Hamás. 

“Nos han acusado de apoyar a terroristas, de ser antisemitas, tanto desde el club como desde los clubs de fans con sede en Alemania. No es aceptable. Sentimos vergüenza y tristeza. Se han prohibido manifestaciones y banderas, se ha señalado como antisemita a todo el que no defienda el relato oficial”, dice la comunicación de los aficionados del St. Pauli, al que adhirieron buena parte de clubes internacionales del cuadro pirata.

“En los últimos días hemos visto ataques a compañeros que querían tener un debate crítico. Si sólo puede haber un relato dentro de la afición del St. Pauli, donde se pasa por alto el asesinato de civiles, el apartheid, la ocupación y la colonización, éste ha dejado de ser nuestro espacio”, agrega la misiva.

El Millerntor, estadio del St. Pauli, suele estar decorado con grafitis y calcomanías alusivas al Che Guevara y a consignas antifascistas. Estos últimos días, se agregaron carteles con los rostros de los israelíes secuestrados por Hamás, pero ninguna expresión que se refiera a las miles de víctimas palestinas.

Ruptura con el Celtic

La postura del St. Pauli y su afición en Hamburgo generó también una ruptura con una hinchada con la que tenían una buena y antigua relación, la del Celtic de Glasgow, que siempre porta banderas palestinas. Tras la ofensiva contra Gaza, esta solidaridad provocó incluso un rifirrafe con la directiva del club, que ha intentado prohibir las banderas palestinas para evitar multas.

En respuesta, la afición del St. Pauli mostró una pancarta donde se podía leer “De Gaza a Glasgow, luchamos contra el antisemitismo. Viva Gaza libre de Hamás”. Este desaire provocó la respuesta de los escoceses, que, indignados, acusaron al St. Pauli de haberse convertido en un club hipster.

“A veces da la sensación de que los aficionados del St. Pauli alemanes estarán contentos si se quedan solos y nos vamos a los demás”, dijo un miembro del club de fans del St. Pauli de Glasgow, citado en un reportaje del periodista Toni Padilla, y quien también sigue al Celtic.

“La afición del Celtic es de origen irlandés y entiende a la perfección la problemática de naciones que no tienen reconocimiento o carecen de libertades, por eso apoyamos a Palestina”, opinó.

“Estamos contra el antisemitismo, pero lo que no es posible es que denunciar los crímenes del ejército de Israel o desear que Palestina tenga un estado libre sea tildado de antisemitismo. ¿Cómo hacer grandes comunicados cuando se produjo el ataque de Hamás y casi no decir nada después con los miles de muertos en Gaza? ¿Cómo puedes condenar cada ataque palestino, pero llevar años ignorando lo que ocurre en Palestina?”, agregó.

Este escocés, como muchos otros aficionados, admite que ya no quiere seguir los partidos del St. Pauli y que se siente decepcionado.

El debate suscitado por la causa palestina ha generado distintas reacciones. La mayoría de clubes cesaron acciones, como el de Barcelona, donde se podían seguir los partidos en un local. Otros han decidido desintegrarse totalmente, como el de Bilbao. Algunos más, como Piratas del Sur, con sede en Argentina, han querido mantenerse al margen del debate y en un ambiguo comunicado explicaron que condenan todo acto de violencia y que están con todas las víctimas.

Mientras tanto, otras muchas aficiones han realizado acciones de solidaridad con el martirizado pueblo palestino, que en el primer mes de la ofensiva israelí ha padecido más de diez mil víctimas civiles, entre ellas unos cuatro mil niños. Los ataques han incluido bombardeos de hospitales, colegios y refugios.

viernes, 10 de noviembre de 2023

Sancionan a barra del Celtic por su apoyo a Palestina

Tras un banderazo en partido de la Liga de Campeones, la directiva del club suspendió indefinidamente el ingreso a la barra Green Brigade.


Durante el reciente partido de la Liga de Campeones contra el Atlético de Madrid, las gradas del estadio Celtic Park se convirtieron en un mar de banderas palestinas en muestra de solidaridad con las víctimas del ataque israelí en Gaza.

La manifestación fue liderada por Green Brigade, barra del Celtic reconocida por su republicanismo irlandés y su firme respaldo a la causa palestina. La junta directiva del club, políticamente más conservadora que su afición, había instado a desatender la convocatoria de Green Brigade, temiendo sanciones de las autoridades del fútbol. 

Además, el club había prohibido a la Green Brigade asistir a los partidos en condición de visitante. Tras el banderazo ante el Atlético de Madrid, la prohibición se extendió a los partidos de local, lo que abrió un conflicto entre la hinchada y la dirigencia del club de Glasgow.

En una carta a su afición, la institución mencionó varios motivos para la sanción, incluyendo un presunto comportamiento violento y el uso de pirotecnia. Pero la Green Brigade está convencida de que la verdadera razón es su muestra de apoyo a Palestina, según un reportaje del periodista Liam O'Hare.

La directiva, según la Green Brigade, ha expresado previamente su preocupación por su imagen y responsabilidad corporativa hacia los accionistas. A pesar de las medidas disciplinarias, la Green Brigade reafirmó su apoyo inquebrantable a Palestina, alegando que la junta directiva está utilizando otros problemas como una cortina de humo para sancionarlos.

La prohibición ha generado descontento entre los aficionados, y otras agrupaciones como The Celtic Trust y Bhoys Celtic han condenado la medida. Los Bhoys Celtic, incluso, protestaron durante el último juego contra St. Mirren. 

La sanción es indefinida y está pendiente de una revisión adicional. A pesar de las tensiones con la directiva de su equipo, la muestra de solidaridad de los hinchas del Celtic con Palestina sigue firme. La Green Brigade dijo que seguirá respaldando a su pueblo pese a las represalias. Este gesto ha resonado en Gaza, donde la población ha agradecido a los fanáticos del Celtic por este gesto ante su difícil situación. 

El conflicto también plantea preguntas sobre la posición de las autoridades del fútbol en temas políticos, especialmente en comparación con situaciones anteriores, como el apoyo generalizado a Ucrania tras la invasión rusa, y los duros vetos impuestos a clubes y seleccionados rusos en las competencias internacionales. 

Desde el 7 de octubre pasado, en represalia por un ataque del grupo Hamás en el sur de Israel, las Fuerzas Militares de ese estado lanzaron una ofensiva indiscriminada contra la Franja de Gaza, que en un mes ha dejado más de diez mil víctimas palestinas. El operativo ha incluido el bombardeo de blancos civiles, como hospitales, escuelas y refugios.

jueves, 2 de noviembre de 2023

Celtic’s growing feud over Palestine

A chasm grows between the Glasgow club’s board and fans expressing solidarity with Gaza amid Israel’s assault.


By Liam O'Hare
Al Jazeera

The atmosphere at Celtic Park on European nights needs few added extras, the electricity in the air on such occasions is enough to light up the Glasgow skyline several times over.

But as 60,000 Celtic fans flocked to the famous arena last Wednesday evening for the Champions League tie against Atletico Madrid, it was not just anticipation for the game powering the pre-match energy.

As kickoff neared, the stadium transformed into a sea of Palestinian flags, every stand awash with the colours of Palestine in a show of solidarity with those in Gaza under Israeli assault.

A few days before, when Celtic fans displayed Palestinian flags at a domestic away fixture, television networks were accused of purposefully avoiding the display. They had no such option this time. The display was beamed around the world, and quickly shared millions of times on social media.

The main flag bearers, literally and figuratively, are the Green Brigade – an “ultras” group formed in 2006, renowned for their Irish Republicanism and unflinching support for the Palestinian cause.

It’s a position that has attracted many admirers but often puts them at loggerheads with the club’s board, which is more politically conservative than the fanbase.

Fearful of penalties from football’s governing bodies, the club urged fans not to heed the Green Brigade’s call to show support for Palestine at the Atletico Madrid game, releasing a statement asking “that banners, flags and symbols relating to the conflict and those countries involved in it are not displayed at Celtic Park at this time”.

A few days prior to the match, in an apparent warning to the group, Celtic banned the Green Brigade from all away games. Following the display against Atletico Madrid, that ban has been extended to all home games.

In a letter to fans, the club outlined several reasons for the ban, including anti-social behaviour, the use of pyrotechnics and crucially “against Atletico Madrid, another unauthorised display, breaching the restrictions previously communicated”.

For the Green Brigade, there’s little doubt that it was the Palestine display which has led to the ban.

“The other issues are a smokescreen,” the Green Brigade told Al Jazeera. “The club are very clever and cynical. They want to sanction us, they want to punish us. They want to send us a message to try to keep us in line and deter us from doing further action.

But they know very well that on the issue of Palestine, they’re not on strong ground as they don’t have a lot of support amongst the wider fanbase on that issue. So they’re using other issues that they think they will have support on to sanction us.”

The Green Brigade also told Al Jazeera that senior Celtic officials had previously told them privately that they were most concerned with “their corporate image and corporate responsibilities” to shareholders.

“But we’re unashamed of and unequivocal of our support for Palestine and that will continue,” the group said.

“And once again the wider Celtic support showed that they too had the courage and conviction to stand and be counted. To side with the right side of history and voice support for the underdog, which in this case is the Palestinians.”

The club did not respond to Al Jazeera’s requests for comment.

‘They give us hope we’re not alone’

For those familiar with Celtic’s origin story, as a club born from the Irish Catholic diaspora in Scotland, the fans’ solidarity with the assault on Gaza was no surprise. Support for left-wing, anti-imperialist causes among the fanbase is common.

Banning the Green Brigades is a risky escalation by the club, as the group are popular among the wider Celtic support.

Indeed, flags supporting Palestine at Celtic Park predate the group’s formation. Both the shareholders group The Celtic Trust and fellow ultras group Bhoys Celtic have condemned the ban, with the latter staging a walkout in protest at the recent game against St Mirren.

“There will be no return to normality from us while this absurd and entirely avoidable situation is allowed to continue,” Bhoys Celtic said in a statement, suggesting that further walkouts or boycotts could take place.

With the ban on the 300 or so supporters being indefinite “pending further review”, the situation leaves Celtic a club at civil war at a crucial time in the season.

Some fans believe their political displays can occasionally go too far, but all agree that their absence will negatively impact the atmosphere at games.

There is also precedent for Celtic fans uniting on the issue of Palestine. When the Green Brigade showed support for Palestine in a tie against the Israeli club Hapoel Be’er Sheva in 2016, the club were fined by UEFA for the display of “illicit banners”.

The wider fanbase swung behind a fundraising campaign; not to pay the fine, but to support charities in Palestine.

More than 175,000 pounds ($214,000) was raised, which helped to fund the formation of Aida Celtic, a football team in Aida refugee camp in Bethlehem, the occupied West Bank. The links established then have solidified in the seven years since, with regular exchange visits made as part of a deepening of fans’ education of the Palestine issue.

Indeed, while the Celtic board may have shifted uncomfortably in their seats as they saw the Palestinian flags unfurled last Wednesday, the intended recipients of the gesture, the people of Gaza, welcomed it warmly.

“We thank Celtic fans for this stand and for their ongoing solidarity to the Palestinian people in Gaza,” Hazem Tabash, the manager of the Benn’a Sports Club in Gaza told Al Jazeera, who saw the images online despite Israel’s communication blackouts and widespread bombing in the besieged territory.

The Benn’a youth centre’s footballers have played previously in green and white hoops of Celtic.

But its pitch currently lies desolate, if not destroyed. Located near the border fence in the eastern Gaza Strip, all staff and volunteers were forced to flee when the Israeli bombing started on October 7, after Hamas launched deadly attacks in Israel that killed 1,405 people, most of whom were Israeli civilians.

Israel’s retaliatory attacks have killed at least 9,061 people, including 3,760 children.

“[The fans’] actions are important to raise awareness of the public in Western countries where governments give Israel full support to continue its crimes against Palestinians in Gaza,” Tabash said of the display at Celtic Park. “They also help to support us Palestinians on the ground, giving us some hope that we are not alone.

“I call for all fans who believe in justice and freedom to follow the steps of Celtic fans and ask your governments to act immediately to stop this genocide and stop the double standards and the bias when it comes to the Palestine-Israel conflict.”

Accusations of double standards relate not just to how governments are acting on this matter, but also to football authorities. There was widespread support for Ukraine in the footballing world when it was invaded by Russia last year. Indeed, Russian clubs were even banned from European competition.

But a very different approach is taken to any display of support for Palestinians.

“Why are the football authorities uncomfortable with football fans expressing solidarity with the Palestinian people?” said David Webber, a senior research fellow at Solent University specialising in football and politics.

“UEFA and FIFA were quite quick to exclude Russia from international competition and club competition. But we don’t see that same treatment of Israel. Does it really just boil down to the fact the Palestinians are brown and not white?”

“It’s all part of trying to neutralise football as a product but what that does is it starves the game of its authenticity. The values that the fans have matter and are inextricable to the clubs they support. However much the clubs might want to expunge it, these values are not just left at the turnstile.”

The Green Brigade, meanwhile, told Al Jazeera they intend to stick to their motto: Until The Last Rebel.

“The political class like to tell working-class people that they don’t know what they’re talking about or that they can’t have an opinion on certain issues,” they said.

“We’re a proudly politically conscious group. We won’t be dictated to by anyone.”

sábado, 21 de octubre de 2023

Mohamed Salah pide parar la matanza de inocentes en Gaza

El delantero del Liverpool reaccionó a los terribles ataques israelíes que han dejado cientos de muertos palestinos. Exigió que se permita ayuda humanitaria.

Mohamed Salah, el carismático delantero egipcio del Liverpool, reaccionó ante la situación que se presenta en la Franja de Gaza, sometida a un brutal ataque del estado de Israel desde el 7 de octubre.

Motivado por el bombardeo de un hospital que dejó centenares de muertos, el jugador publicó un video en sus redes sociales en las que pide parar la masacre y permitir la ayuda humanitaria.



"Las escenas en el hospital son horrorosas..." dijo Salah con voz firme. "La gente de Gaza necesita comida, agua y suministros médicos urgentemente. Debe permitirse que llegue ayuda humanitaria de manera inmediata", exigió.

El jugador egipcio se mostró profundamente afectado por las imágenes de "violencia, angustia y brutalidad". "Es insoportable ver la escalada de las últimas semanas", continuó. "Todas las vidas son sagradas y deben protegerse. La masacre tiene que parar", dijo.

El video de Mohamed Salah se convirtió en un llamado de atención a nivel mundial. Sus palabras resonaron en las redes sociales y los medios de comunicación.

Salah se une a otros jugadores que han expresado su solidaridad con el pueblo palestino, entre ellos su compatriota Mohamed Elneny y el francés Karim Benzemá.

Reportes de la prensa inglesa agregaron que Salah ha realizado "importantes donaciones" a la organización humanitaria Media Luna Roja, que atiende a los víctimas de Gaza.

La postura de Salah es un gesto de humanidad y solidaridad hacia la población palestina, que viene siendo masacrada por las fuerzas israelíes en represalia por un ataque de Hamás en el sur de Israel.

Salah fue respaldado por la hinchada de Liverpool, que este 21 de octubre ondeó banderas palestinas en el encuentro ante el Everton, que se selló con victoria 2-0 con tantos del egipcio.


lunes, 16 de octubre de 2023

Hinchas del Arsenal critican al club por postura sobre Gaza

Aficionados del Arsenal en ocho países expresaron su “decepción” por una declaración emitida por el club sobre la situación en Gaza, territorio palestino sometido a un brutal ataque israelí.


Los clubes oficiales de hinchas del Arsenal en Medio Oriente y el norte de África criticaron al club por una declaración sobre la situación en Gaza, territorio palestino que sufre actualmente intensos bombardeos y un asfixiante bloqueo por parte de Israel.

La declaración del Arsenal expresaba su "profundo pesar por todos los afectados por los ataques en Israel” (...) y la “tragedia humana” que “cobró vidas inocentes tanto en Israel como en Gaza". Este pronunciamiento generó una fuerte reacción por parte de los clubes oficiales de aficionados del Arsenal en Argelia, Egipto, Kuwait, Líbano, Marruecos, Omán, Siria y Sudán.

En su comunicado, estos clubes de hinchas expresaron su decepción por la ausencia de reconocimiento del “genocidio” que está teniendo lugar en Gaza. Además, señalaron la diferencia en el vocabulario utilizado por el Arsenal para describir los eventos en Israel como un “ataque”, mientras que lo que ocurre en Gaza se denomina una “tragedia humana en desarrollo”, como si fuera un desastre natural. Esta distinción en el lenguaje ha suscitado críticas y ha sido interpretada como un intento de minimizar la gravedad de la situación en Gaza.

Los clubes de aficionados también aprovecharon la ocasión para reiterar su fuerte apoyo al pueblo palestino y su derecho a resistir contra el régimen del apartheid bajo el que han vivido durante 75 años. Este mensaje refleja la solidaridad de una parte significativa de la comunidad de hinchas del Arsenal con la causa palestina.

El Arsenal, al republicar una declaración emitida por la Liga Premier sobre el conflicto, expresó su pesar por los afectados tanto en Israel como en Gaza, subrayando su apoyo a las comunidades afectadas en todo el mundo. Además, anunció que en próximos partidos se rendirá homenaje a aquellos que han perdido la vida.

El pasado fin de semana se guardó un minuto de silencio en el partido femenino entre el Arsenal y el Aston Villa, y se ha programado otro para el juego masculino entre el Arsenal y el Chelsea. Estos actos simbólicos buscan honrar a las víctimas del conflicto y enviar un mensaje de paz y solidaridad.

El conflicto también ha tenido repercusiones en el ámbito de los jugadores. Alex Zinchenko, jugador del Arsenal de origen ucraniano, fue criticado por compartir una publicación de apoyo a Israel. Este gesto generó controversia entre la afición.

En cambio, Mohamed Elneny, originario de Egipto, ha mostrado su apoyo a Palestina al cambiar su foto de perfil por la bandera palestina. Este gesto refleja la diversidad de opiniones y sensibilidades de los jugadores en torno a un conflicto que ha generado impacto a nivel global.

La postura oficial del Arsenal se encuentra ahora cuestionada por sus aficionados, tanto en Inglaterra como en otras naciones del globo. La postura de este grupo de hinchas le demandan un mayor compromiso humanitario por la situación que se vive en Gaza.


viernes, 22 de septiembre de 2023

Gobierno colombiano investiga irregularidades en la liga femenina

La Superintendencia de Industria y Comercio denuncia la existencia de un sistema “cartelizado” para limitar la libre competencia de la Liga Profesional Femenina.


El gobierno colombiano, a través de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) abrió un proceso contra la Federación Colombiana de Fútbol, la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) y 29 clubes de fútbol profesional por irregularidades en el manejo de la liga femenina.

La SIC investiga un entramado en el que los clubes de fútbol y la Dimayor habrían llegado a acuerdos secretos que afectan a las jugadoras. En primer lugar, los contratos de las futbolistas no tienen una duración mayor al periodo de la liga profesional, que nunca ha superado los cuatro meses al año. Esto significa que las jugadoras solo tienen remuneración durante ese breve período. Además, se les exige participar en campañas publicitarias sin recibir una compensación adicional.

Además, los clubes habrían fijado un tope salarial de 4.5 millones de pesos, aunque en la mayoría de los casos se les otorga un salario mínimo. Esto genera que la mayoría de las futbolistas tengan que buscar otras fuentes de ingresos para sobrevivir y no puedan dedicarse por completo a la liga, lo que amenaza su desarrollo profesional.

Sumado a esto, si bien las autoridades del fútbol argumentan que la falta de patrocinio y presupuesto es uno de los principales obstáculos para el crecimiento de la liga femenina, son reacias a recibir fondos estatales. Las pruebas que maneja la SIC sugieren que esta resistencia se debe a que aceptar fondos públicos implicaría una mayor supervisión y auditoría, algo que quieren evitar.

Otra arbitrariedad encontrada es que la Dimayor firmó un contrato con el canal Win Sports para transmitir los torneos del fútbol profesional con un desequilibrio en detrimento de la rama femenina. Mientras que regularmente se transmiten los 10 partidos de fútbol masculino, sólo se transmite uno de la liga femenina.

Las implicaciones de estas conductas son graves, ya que amenazan el crecimiento del fútbol femenino en Colombia. Las jugadoras se ven atrapadas en contratos desfavorables, con salarios mínimos y limitadas oportunidades para dedicarse al deporte. 

La SIC dijo que está decidida a tomar medidas y, de ser comprobadas estas conductas, impondrá multas sustanciales tanto a las instituciones como a las personas involucradas. Estas prácticas obstaculizan el desarrollo del fútbol femenino en Colombia, por lo que la SIC manifestó su decisión de esclarecer estas prácticas y tomar medidas para proteger los derechos de las jugadoras profesionales en el marco de la libre competencia.

La Liga Profesional Femenina nació en el 2017 y desde entonces sólo se ha disputado una edición anual, con una duración máxima de cuatro meses.

lunes, 11 de septiembre de 2023

Estadio Nacional: de templo del fútbol a campo de tortura

Militares chilenos ejecutaron al menos a 38 prisioneros en 1973.


Juan Manuel Vázquez
La Jornada

Cuando las tropas golpistas de Augusto Pinochet consumaron la ignominia el 11 de septiembre de 1973, todo perdió sentido. El Estadio Nacional, un recinto dedicado a la consagración de los valores fraternos del deporte, fue durante más de dos meses un campo concentración y tortura donde los militares ejecutaron al menos a 38 prisioneros. Por sus gradas y galerías pasaron unos 12 mil detenidos, hombres y mujeres.

Fueron aprehendidos sin orden judicial, sólo por ser sospechosos o pertenecer a organizaciones proscritas, o como consecuencia de delaciones, allanamientos y arrestos arbitrarios, en los días posteriores al asalto del Palacio de La Moneda, donde murió el presidente Salvador Allende.

Desde las primeras horas llegaron camiones cargados de presos políticos. El estadio que albergó una Copa del Mundo en 1962 y que más partidos de Copa América ha recibido, fue habilitado como cárcel clandestina y centro de tortura.

Nada tenía sentido entonces. Uno de los detenidos, el periodista Fernando Villagrán, recuerda lo absurdo que resultaba estar preso en un campo donde el pueblo chileno seguía a clubes como Colo-Colo o a la selección de aquel país. En ese coloso, que admite casi 100 mil espectadores y que está ubicado en avenida Grecia, en el barrio de Ñuñoa, en Santiago, se alcanzaron niveles inconcebibles de degradación humana.

“Veía esa cancha verde tan luminosa que pensaba que de pronto saldrían unos futbolistas y jugarían. Pero recordaba: ¡estás preso, güevón!”, narra Villagrán en el documental Estadio Nacional, de Carmen Luz Parot.

Cada mañana se pasaba lista, mientras los presos políticos aguardaban en esas gradas en las que más de uno acudió a apoyar a su equipo de futbol. Eran citados para los interrogatorios, como llamaban a esas sesiones de tortura que arrancaban alaridos a los atormentados. La mezcla de la música que salía de los altavoces, la Marcha Radetzky, de Johann Strauss, por ejemplo, y los gritos de los martirios hacían de aquellos días algo parecido a una pesadilla.

“Muchos testigos de esas horas de desesperación relatan todavía la intensidad de los gritos, en algunos casos convertidos en alaridos, de quienes eran ‘interrogados’ por los especialistas del servicio de inteligencia militar”, escribió el periodista mexicano Manuel Mejido en su libro Esto pasó en Chile, apenas unos meses después de aquel episodio.

No sólo era el sinsentido de los acontecimientos, el terror y la incertidumbre de quienes fueron apresados. También había demasiada precariedad en los primeros días de reclusión clandestina. Relata Mejido: “La sorpresa de los arrestos, lo inesperado de los allanamientos, llevaron a cientos de personas hasta el Estadio Nacional, sin más pertenencias que lo puesto. No había comida, ni siquiera se había pensado en eso, para distribuir entre los encarcelados. El hambre no tardó en presentarse con sus inseparables características: reblandecimiento de la voluntad, tensión nerviosa, irritabilidad y el brote de los instintos animales en el hombre: pleitos a puñetazos por un pedazo de pan, insultos por una galleta. Hasta los hombres más enteros flaquearon carcomidos por el estómago vacío”.

No sólo fueron torturados de maneras directas sobre la carne, con golpes brutales y descargas eléctricas: también hubo simulacros de fusilamientos, puestas en escena que quebraban de terror a los detenidos que suponían iban a ser asesinados.

En esa eternidad de un par de meses, los prisioneros esperaban en las gradas durante horas interminables e inventaban cualquier argucia para engañar al tiempo y al miedo, eran momentos de zozobra, pero que dejaban espacio para ciertas formas del humor más macabro. En el documental de Luz Parot, uno de los sobrevivientes recuerda cómo miraban aburridos el paso de las podadoras de motor que se afanaban sobre el césped de la cancha. Todos estaban atentos de los recorridos del pequeño vehículo como si se tratara de un habilidoso jugador. Cuando la máquina entró a la portería para continuar con su labor, todos los que miraban gritaron emocionados: “¡Goool!”

El Estadio Nacional como campo de concentración funcionó hasta principios de noviembre. La razón por la que fue desalojado resultó siniestra: la selección chilena debía jugar el partido de vuelta del repechaje rumbo al Mundial de Alemania 1974 ante la Unión Soviética en ese mes. La FIFA tenía que inspeccionar antes y, si lo aprobaba, dar su visto bueno para realizar el juego.

El gobierno golpista intentaba ocultar a cualquier costo lo que ocurría dentro del estadio. Afuera, una multitud de mujeres se amotinaba para exigir información de sus desaparecidos, mientras la dictadura hacía esfuerzos ridículos por difundir propaganda en la que negaban la violación sistemática de los derechos humanos y que se recuperaba una normalidad. Con esa intención, buscaron la aprobación de la FIFA para enviar un mensaje al mundo de que en Chile todo estaba bajo control.

El 24 de octubre, una comisión internacional de la FIFA recorrió la cancha del Estadio Nacional. Los prisioneros no salieron ese día a las gradas, los dejaron encerrados en las galerías para ocultar lo que ahí ocurría.

Después de esa visita, algunos diarios cómplices del golpe publicaron: “La FIFA informa al mundo que la vida en Chile es normal”.

Como consecuencia de la aprobación del organismo rector del futbol, la primera semana de noviembre fueron liberados unos 5 mil presos políticos. Casi un millar fue trasladado a otros centros de detención, la mayoría fue enviada a la salitrera de Chacabuco en el desierto de Atacama.

El 21 de noviembre de 1973 se disputó ese partido para acudir a la Copa del Mundo. Fue uno de los partidos más vergonzosos de la historia. En el Estadio Nacional, la selección chilena anotó un gol ante un rival inexistente, a una portería vacía. La Unión Soviética nunca se presentó.

El gol más triste de Chile

En 1973, la selección trasandina tuvo que enfrentar a la Unión Soviética en un reprechaje para Alemania '74. El golpe de Pinochet, las denuncias del Kremlin y un partido que nunca se jugó.



Por Pablo Aro Geraldes



El camino al primer Mundial de Alemania, el de 1974, estuvo lleno de imprevistos para la selección chilena: el grupo eliminatorio que integraba con Perú y Venezuela quedó reducido a un simple partido y revancha tras la deserción de los venezolanos. Un 2-0 abajo en Lima y el resultado inverso en Santiago obligaron a un tercer partido de desempate, en Montevideo. En el estadio Centenario el triunfo fue para Chile, pero los pasajes para la Copa del Mundo no estaban listos aún, faltaba una escala poco conocida. El fixture preveía una instancia más para el ganador del grupo 3 sudamericano: debía enfrentar en un último repechaje al vencedor de la zona 9 europea.

Con los papeles en la mano, la amenaza tenía los colores de Francia, pero un empate inesperado de los galos ante la República de Irlanda en París dejó al equipo dirigido por Georges Boulogne en la obligación de vencer a la Unión Soviética en Moscú, pero el conjunto de la sigla CCCP en el pecho pegó fuerte y con el 2-0 hizo sonar el despertador en medio del sueño mundialista trasandino. La cita de los chilenos se programaba entonces para el 26 de septiembre de 1973, pero no en París, como imaginaban, sino en el Estadio Lenin de Moscú. Un país amigo. Con la mente puesta en el repechaje con los soviéticos, planearon una gira de preparación por Guatemala, El Salvador y México, que luego de varias escalas los llevaría a tierras rusas. La mano venía bien. Antes de partir golearon 5-0 a un combinado de Porto Alegre. La despedida se fijó para el 11 de septiembre, pero…

Chile vivía uno de los momentos más oscuros de su historia. El 11 de septiembre de aquel año la furia asesina de un general llamado Augusto Pinochet pisoteaba el mandato democrático del presidente Salvador Allende e imponía una de las dictaduras más crueles y sangrientas de la historia. Esa mañana, mientras el Palacio de la Moneda (sede del gobierno de Chile) ardía bajo los bombardeos y Allende moría intentando defender el mandato popular, la selección chilena debía presentarse en el campo de entrenamiento de Juan Pinto Durán para ultimar detalles con vistas a la visita a Moscú. Esa práctica jamás llegó a realizarse. El lateral izquierdo Eduardo Herrera jugaba en Wanderers de Valparaíso y durante sus días en Santiago se hospedaba en el Hotel Carrera, a 100 metros del escenario del golpe de Estado. Él tiene fresca la memoria de esa mañana con olor a pólvora: “Al llegar al campo de entrenamiento el técnico Luis Álamos nos ordenó que volviéramos a casa. Pero yo tenía que llegar hasta el hotel y en el trayecto me detuvieron los militares una decena de veces: Me salvé de ser detenido porque tenía el bolso con la inscripción ‘Selección Chilena de Fútbol’”.

El fútbol del mundo siguió rodando normalmente en medio de dictadores y tiranos, de reyes despóticos y megalómanos con aires mesiánicos, incluso llegó a presenciar un Mundial en plena dictadura argentina, pero en aquel 1973 la Guerra Fría disparó un misil que dio de lleno en la pelota.

Durante el gobierno socialista de Allende, Chile mantuvo estrechas relaciones con el Kremlin y todo el bloque soviético. Con la irrupción de Pinochet y su dictadura apoyada desde los Estados Unidos hubo cambios: once días después del golpe, la Unión Soviética rompió relaciones diplomáticas con Chile, le ordenó a su personal diplomático que regresara al país y decretó el cierre de la embajada chilena en Moscú.

Al márgen de la cordillera todo era dolor y desconcierto. Tres días después del golpe era asesinado el cantautor Víctor Jara, una de las voces representativas de los trabajadores chilenos. Más lágrimas siguieron cayendo cuando el 23 de septiembre el poeta Pablo Neruda se murió rodeado de otras muertes y desapariciones, víctima de un cáncer que no le dio tregua. Y lo enterraron en soledad, sin sus amigos ni sus camaradas del Partido Comunista, todos perseguidos, en una tumba del cementerio General de Santiago, lejos de su amada playa de Isla Negra y su Premio Nobel de literatura.
El fútbol era lo de menos por entonces, pero la Selección Chilena conducida por Luis Álamos debía viajar hacia Moscú para cumplir su compromiso eliminatorio en medio de un clima sumamente hostil. Jugadores como Carlos Caszely y Leonardo Véliz, puntales del equipo y muy identificados con el gobierno socialista, temían por la suerte de sus familiares mientras ellos estuvieran de viaje.

El encuentro corría riesgo de no jugarse porque la dictadura decretó que no se podía abandonar el país. La Federación de Fútbol de Chile debía acatar la medida, pero el médico de la Selección, Dr. Jacobo Helo, resultó ser una influencia decisiva para que los chilenos pudiesen jugar en terreno moscovita: era medico personal del general Gustavo Leigh, Jefe de la Fuerza Aérea, y convenció al alto mando militar de que la participación del equipo favorecería la imagen internacional del gobierno militar. Finalmente, la Junta permitió el viaje, vía Buenos Aires. El largo sufrimiento comenzaba para muchos de los jugadores, amenazados. Les advirtieron sin eufemismos: “Si hablan, sus familias sufrirán las consecuencias”. El vuelo hizo escalas en Sao Paulo, Río de Janeiro y Panamá hasta que finalmente llegó a México. Una victoria 2-1 ante los aztecas sirvió como un relax para afrontar el siguiente tramo hacia Suiza (triunfo sobre el Xamax Neuchatel) y finalmente poner rumbo a Moscú.

El clima era terriblemente hostil. Antes de subir al último avión, los jugadores chilenos sintieron el miedo en carne propia cuando les advirtieron que si ingresaban a la URSS serían tomados como rehenes para cambiarlos por presos políticos de Chile.

Ya en Rusia, todo se agravó en la víspera del match, cuando el gobierno de los Estados Unidos reconoció oficialmente a la Junta Militar chilena. Para los rusos, el enemigo estaba de visita y buscaron hacerlo notar. Apenas llegados al aeropuerto Sheremetyevo, Caszely y Figueroa fueron retenidos algunas horas “por diferencias en las fotos de sus pasaportes”. Eran sólo jugadores de fútbol, pero para los soviéticos eran los representantes del país que derrocó al gobierno socialista.

Y así fue que el 26 de septiembre, a sólo dos semanas del golpe en Chile, el Estadio Lenin presenció un pálido cero a cero en medio de un frío inusual para el otoño que recién comenzaba: 5 grados bajo cero. Las actuaciónes notables de los centrales Elías Figueroa y Alberto Quintano hicieron posible el empate 0-0, pero hubo algo más que la gran tarea defensiva: Hugo Gasc, el único periodista chileno que estuvo en Rusia, contó alguna vez: “Por suerte el árbitro era un anticomunista rabioso. Junto a Francisco Fluxá, el presidente de la delegación, lo habíamos convencido de que no nos podía dejar perder en Moscú, y la verdad es que su arbitraje nos ayudó bastante”.

Igualmente, las actuaciones defensivas hicieron posible el empate y le pintaron a los chilenos un alentador panorama para la revancha en Santiago, pactada para el 21 de noviembre, en el Estadio Nacional de Santiago. Pero...

Otra vez “pero”. En el barrio de Ñuñoa, el Estadio Nacional se había convertido en algo más que el escenario de encuentros deportivos. Aunque la mayoría de los chilenos lo ignoraba (por censura de algunos medios y complicidad de otros) en las tribunas blancas, los militares habían montado un insospechado campo de concentración. Gregorio Mena Barrales era Gobernador de la localidad de Puente Alto –vecina a Santiago– por el partido socialista cuando fue detenido y trasladado al Estadio. Años después él relató: “Todos los días dejaban libres a veinte, cincuenta personas... Los llamaban por los altavoces. Los encuestaban. Les obligaban a firmar un documento declarando ‘no haber recibido malos tratos en el Estadio’ (aunque algunos aún lucieran muestras de las torturas y los golpes). Todos firmaban, era el precio que había que pagar. Muchos volvieron a caer (nadie es libre en una dictadura y menos en una como la chilena). La mayoría de ellos se incorporaba a la lucha clandestina. Todos esperábamos oír nuestro nombre alguna vez en las ‘Listas de Libertad’, era lógico y legítimo. No éramos culpables de otra cosa que la de ser defensores de legitimidad constitucional. Sin embargo cerca de mil quinientos nunca fuimos llamados.

Con el correr de los días las graderías se fueron despoblando: muchos libres, otros asesinados en las noches y un par de suicidas...".


Y el partido no empezaba... En medio del tormento, los militares cuidaban con tanta dedicación a sus prisioneros como al campo de juego. “El match de fútbol con la Unión Soviética debía realizarse allí, por ello cuidaban el césped con más cariño que el que le daban a una ametralladora”, destacó Mena Barrales, mientras recordaba que esa comisión de la FIFA y de la Federación de Fútbol de Chile “visitó el campo, se paseó por la cancha, miró con ojos lejanos a los presos y se fue dejando un dictamen: ‘En el estadio se podía jugar’”.
Conscientes del uso que le daban los militares al Estadio Nacional, en un momento las autoridades del fútbol chileno le propusieron al gobierno de Pinochet jugar la revancha en el Sausalito, de Viña del Mar, pero la Junta insistió con que debía jugarse en el Nacional, para mostrarle al mundo una cara pacífica de Chile. Francisco Fluxá era presidente de la Asociación Central de Fútbol (ACF) desde febrero de 1973 y le contó hace unos años al diario La Tercera que “entonces, los militares nos dijeron que no teníamos que decir que el Estadio Nacional era un ‘centro de tránsito, donde se identificaba a la gente que no tenía documentos’. Y para evitar problemas, propusimos el Sausalito como alternativa. Me comuniqué con el general Leigh y me explicó que ‘por órdenes de arriba no se puede en Sausalito: se juega en el Nacional o no se juega’”.

Sí, esta comitiva (integrada por el vicepresidente Abilio D’Almeida, brasileño, y el secretario general Helmuth Kaeser, suizo) visitó Chile el 24 de octubre y se quedó 48 horas en Santiago. Los militares limpiaron con esmero todo rastro de sangre, todo vestigio de tortura,aunque es muy probable que, amparados por su impunidad, los hayan dejado algunos detenidos a la vista, sabiendo que la FIFA no sospecharía de esas personas.


Los inspectores visitaron el estadio en el que permanecían aún unos 7 mil detenidos. Finalmente, estos emisarios ofrecieron una conferencia de prensa con el ministro de defensa, almirante Patricio Carvajal, a quien le obsequiaron un traba-corbata y un prendedor de oro con el logo de FIFA: “El informe que elevaremos a nuestras autoridades será el reflejo de lo que vimos: tranquilidad total”. El emisario brasileño se permitió aconsejar a los usurpadores del poder: “No se inquieten por la campaña periodística internacional contra Chile. A Brasil le sucedió lo mismo, pronto va a pasar”.

La FIFA había dado el OK. Pero claro, les habían ocultado el horror. “Después supimos que mientras estaba la gente de la FIFA en el estadio, varias decenas de detenidos fueron encerrados en pequeños camarines, con el fin de ocultarlos. Pero lo importante para nosotros era que el Nacional pasara la revisión”,
decía casi treinta años después el ex dirigente Fluxá, quien como única autocrítica aceptó que en el afán de ir al mundial se cometieron actos “éticamente cuestionables”. “Ahora pienso que no fue ético negar que en el Estadio Nacional había detenidos, pero en ese momento lo único que pensábamos era en llegar al Mundial de Alemania”, concluyó.

Sí, a pesar de todo el dolor, y de los reclamos soviéticos ante la FIFA (inclusive Bulgaria, Polonia y la Alemania Oriental amenazaron con boicotear el Mundial, cosa que finalmente no hicieron), Ñuñoa esperaba el repechaje para la Copa del Mundo Alemania 74. Pero...

Los soviéticos se negaron a viajar a Santiago, en un manifiesto repudio al régimen de Pinochet. Uno de los integrantes de aquel equipo soviético era el ucraniano Oleg Blokhin, quien no tiene buenos recuerdos de aquella eliminatoria: “Estuve presente en el 0-0 jugado en Moscú. Pero hablamos con el plantel y decidimos no jugar la revancha. No quisimos hacerlo porque estaba Pinochet en el gobierno. Para nosotros era peligroso viajar a Chile y le llevamos nuestra preocupación a la federación de fútbol. Al final se decidió abandonar la eliminatoria”. El Kremlin apoyó la decisión. Blokhin fue hasta 2006 diputado por el partido socialdemócrata de Ucrania a la vez que dirigió a la Selección nacional en Alemania 2006. Hoy es el técnico del FC Moscú.

La Federación de Fútbol de la Unión Soviética divulgó un comunicado para explicarle al mundo que no disputarían un match allí donde miles de supuestos opositores al régimen de Pinochet habían sido torturados y asesinados: “por consideraciones morales los deportistas soviéticos no pueden en este momento jugar en el estadio de Santiago, salpicado con la sangre de los patriotas chilenos (...) La Unión Soviética hace una resuelta protesta y declara que en las actuales condiciones, cuando la FIFA, obrando contra los dictados del sentido común, permite que los reaccionarios chilenos le lleven de la mano, tiene que negarse a participar en el partido de eliminación en suelo chileno y responsabiliza por el hecho a la administración de la FIFA”, explicaba la nota difundida a través de la agencia UPI.

Ante esta negativa, un integrante del Comité Ejecutivo de la FIFA se animó a vociferar: “Si Granatkin (presidente de la federación soviética) dice que el Estadio Nacional está ocupado con detenidos, yo saco una carta en la cual el Gobierno de Chile asegura que varios días antes del 21 de noviembre ese escenario estará a disposición del fútbol”. No les importaba nada, ni la sangre, ni la tortura, ni la muerte. La farsa debía continuar.

La noticia de la suspensión del partido llegó a la selección chilena en la medianoche previa al encuentro. El delantero Carlos Caszely hoy lo recuerda: “Esperábamos en la concentración de Juan Pinto Durán cuando nos comunicaron que los soviéticos no vendrían. Todo aquello, para quienes estábamos comprometidos con la libertad era de una tristeza terrible. Los familiares de los desaparecidos se me acercaban y me pedían: ‘Chino, tu que estarás en el estadio, por favor, averíguate si está mi hijo, o mi compañero de la universidad”.


El delantero Leonardo Véliz tiene recuerdos horribles de aquella tarde del 21 de noviembre. “Fue escalofriante. Creo que aún había rastros de lo que había acontecido en los vestuarios y fue algo muy difícil de asumir”, recordó 30 años más tarde.

Desde fines de octubre ya no quedaban detenidos bajo los graderíos del estadio. A la hora señalada, Chile y el árbitro local Rafael Hormazábal salieron al campo de juego. Era puro formalismo, para obtener el paso al mundial por descalificación de los soviéticos. La parodia se completó con una banda de Carabineros tocando el himno chileno mientras se izaba la bandera nacional.

Los jugadores de rojo –qué paradoja– sacaron del medio y trotaron torpemente pasándose la pelota ante un arco vacío. Hasta que Francisco Valdés, el Chamaco, llegó a la línea y esperó a que los fotógrafos enfocasen bien para empujarla de derecha. Tremenda payasada tenía un objetivo: Chile estaría en el Mundial Alemania ’74. Para otros, se trataba de una victoria del régimen pinochetista sobre el comunismo soviético.

Después, para entretener a las 18.000 personas que habían comprado su ticket, se improvisó un amistoso ante Santos de Brasil, que estaba en Chile. En vez de festejar la clasificación a la Copa del Mundo, se volvieron a casa con la amargura de un 0-5 humillante.

Entre el público que había ido a ver Chile-Unión Soviética estaba Mena Barrales, que volvía al estadio, ahora sin cadenas ni mordazas. “Fuimos los espectadores más ‘fanáticos’. Esperamos sentados, a la fuerza, un partido que nunca se efectuó”.
Igual, Chile tuvo que esperar hasta el 5 de enero de 1974. Ese día la FIFA aprobó su participación en la Copa.

La Selección Chilena participó en el Mundial de Alemania y se despidió sin ganar ningún partido. Tampoco consiguió victorias en sus dos participaciones siguientes, España ’82 y Francia ’98. En enero de 1998, en su hogar adoptivo de Austria, Mena Barrales esperaba la Copa del Mundo de Francia. Imaginaba viajar a Saint-Etienne para ver Chile-Austria, sus tierras queridas. Pero la muerte, la misma que esquivó bajo las tribunas del Estadio Nacional, esta vez se acordó de él. Ya no existían la Unión Soviética ni la Guerra Fría. La dictadura de Augusto Pinochet se prolongó hasta el 11 de marzo de 1990.


Artículo publicado en la revista Fox Sports, en octubre de 2008. Tomado de http://arogeraldes.blogspot.com.ar/

viernes, 1 de septiembre de 2023

“Jaime Bateman”, el nombre del nuevo estadio de Turbaco

El escenario deportivo, construido por la alcaldía del exguerrillero Julián Conrado, es bautizado con el nombre del fundador del Movimiento 19 de Abril (M-19).


El alcalde Guillermo Torres, mandatario del municipio de Turbaco (Bolívar), anunció que el nuevo estadio de fútbol de esa localidad llevará el nombre de Jaime Bateman Cayón.

Torres, más conocido por su seudónimo de Julián Conrado, es el primer excombatiente de las antiguas FARC-EP en llegar a un cargo ejecutivo de elección popular. Tras el acuerdo de La Habana, fue electo alcalde de su pueblo natal con el aval de la coalición Colombia Humana – Unión Patriótica para el periodo 2020-2023.

Durante su administración, el municipio construyó varias obras de infraestructura, entre ellas, un estadio de fútbol. En su cuenta @alzadoencanto, Conrado anunció que el escenario será inaugurado este 2 de septiembre y que llevará el nombre de Jaime Bateman Cayón.

“Otra obra del amor que vamos a inaugurar en Turbaco este 2 de septiembre: estadio de fútbol Jaime Bateman Cayón”, publicó.

Bateman fue uno de los fundadores del Movimiento 19 de Abril (M-19), grupo insurgente que operó en Colombia entre 1974 y 1990, y al que perteneció el hoy presidente, Gustavo Petro. Bateman fue el máximo comandante de esa organización, hasta 1983, cuando falleció en un accidente aéreo en la frontera con Panamá.

Conrado, por su parte, militó en las FARC entre 1983 y su dejación en armas en el 2016, tras el acuerdo de La Habana. También se le reconoce por ser cantante y compositor de música vallenata.

En el 2019 compitió por la Alcaldía de Turbaco, una localidad de unos 75.000 habitantes cercana a Cartagena de Indias. Ganó la elección con el apoyo de Colombia Humana, el partido del hoy presidente Petro, y de otras fuerzas de izquierda. Su gestión se ha caracterizado por la oportuna y eficaz construcción de obras sociales.

Con Bateman y Petro, Conrado comparte también el ser oriundos del Caribe colombiano: Bateman era de Santa Marta (Magdalena), mientras que Petro nació en Ciénaga de Oro (Córdoba).

viernes, 25 de agosto de 2023

"Derrotar a los nazis": afición del Aris de Grecia

Aficionados del Aris griego, durante el partido contra el Dynamo de Kiev, exhiben pancartas pidiendo derrotar al Batallón Azov.


Por Bruno Matapay

Durante el primer partido de la tercera ronda de clasificación de la Liga Conferencia entre el Aris griego y el Dynamo de Kiev, los aficionados del equipo griego colocaron en las gradas pancartas con las inscripciones "Derrotar a los nazis de Azov" y "Patea a los nazis fuera del fútbol". El resultado del partido fue la derrota del equipo de Ucrania por 0-1. El único gol lo marcó el delantero del Aris Luis Palma, que convirtió de penalti.

Según los medios ucranianos, pronto los fanáticos tuvieron que enrollar pancartas que eran objetables para la agenda occidental, pero los medios de comunicación ya habían logrado capturarlas, en relación con lo cual estalló un escándalo. 

A pesar de la tendencia general de impulsar la “agenda ucraniana” en deportes inicialmente apolíticos, muchos aficionados ya están cansados ​​de esto y se atreven a expresar su opinión independiente.

Azov es reconocida como una organización terrorista, prohibida en la Federación de Rusia.

martes, 8 de agosto de 2023

“El presidente lo está haciendo bien”: Iván Mejía sobre Petro

“Volvería a votar por Petro”, dice el retirado periodista deportivo. Sostiene que hay una “infame” campaña mediática contra el mandatario colombiano.


Iván Mejía, una de las principales figuras del periodismo deportivo colombiano, elogió al actual presidente, Gustavo Petro. “A mí me parece que el presidente lo está haciendo bien” (…) “Me parece un hombre sano, correcto, bien intencionado. Si mañana hubiera que votar de nuevo, volvería a votar por Petro”, dijo en una entrevista con el programa Tribuna Deportiva.

Después de 50 años de carrera, Mejía se retiró de los medios, pero sigue opinando sobre la actualidad política y deportiva. Señaló, por ejemplo, que existe una campaña mediática contra Petro, el primer mandatario en llegar a la presidencia por una coalición de izquierda.

“Me causa repugnación absoluta la manera en que la extrema derecha está intentando acabar con un designio democrático de 11.700.000 (votantes) inventando chismes, en que la prensa se ha dedicado todos los días a preguntarse más si los zapatos de Petro son Ferragamo, que si Verónica Alcocer (la primera dama) baila o no baila… Me parece que la campaña contra el presidente ha sido infame, vergonzosa, inicua”, afirmó.

El retirado reportero, quien trabajó para diferentes medios del país y condujo varios espacios de análisis deportivo, también criticó a quienes se oponen a las reformas impulsadas por el gobierno, como la reforma a la salud y la laboral:

“Hay gente que no quiere el cambio. Gente que es reacia al cambio, a las reformas, que quiere seguir con las EPS con la gente muriéndose en las puertas, gente que no quiere que la estabilidad laboral, que se oponen a las reformas, no quieren que nada cambie. Quieren que vuelvan los paracos, las muertes, que el país siga estando en guerra permanente, ese es el negocio de ellos, quieren seguir robándose el petróleo, los bienes, la plata, el internet a los niños”, dijo.

Mejía también se refirió al expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), a quien calificó como “una porquería”.

lunes, 7 de agosto de 2023

Les tribunes de l’Olympiakos Vólos se souviennent de Petros Malavetas, avant-centre et résistant communiste

Le 5 août est une date importante du côté de Vólos, ville portuaire de Thessalie au centre de la Grèce. On s’y souvient de Petros Malavetas, qui a porté le maillot de l’Olympiakos Vólos avant que les événements ne l’amènent à prendre les armes contre le fascisme.


 Yann Dey-Helle

A la fin de la 2nde Guerre mondiale, à peine l’occupant nazi chassé de Grèce, les résistants communistes vont trouver face à eux les forces britanniques bien décidées à garantir le retour du pouvoir monarchiste. La Grèce est alors un pion sur l’échiquier de la Guerre Froide naissante. A Athènes, en décembre 1944, des affrontements armés vont opposer les communistes aux troupes anglaises, épaulées par la police et l’extrême-droite grecque.

Avec le traité de Várkiza, les résistants sont sommés de rendre leurs armes. S’en suit une période de vives persécutions anti-communistes, à base d’emprisonnements, de torture et d’assassinats. En réaction, de nombreux résistants antifascistes vont poursuivre  le chemin de la guérilla au sein de l’Armée Démocratique qui sera officiellement vaincue en octobre 1949. Quelques mois plus tôt, le 5 août 1949, Petros Malavetas, avant-centre de l’Olympiakos Vólos, était exécuté. Il avait 31 ans.

Famille de footballeurs et de résistants

Poissonnier de profession, Petros Malavetas était un attaquant robuste et difficile à contenir pour les défenses adverse. Pendant l’occupation, il a été un résistant, puis est devenu un combattant de l’Armée Démocratique. Son frère Nikos, également joueur de l’équipe première avant-guerre et résistant, avait été capturé par l’occupant nazi et pendu sur la place publique en 1943. Dans le giron de l’Union des Athlètes Grecs, de nombreux sportifs se sont engagés du côté de la résistance communiste contre l’occupation nazie-fasciste.

Plusieurs ont payé cet engagement au prix de leur vie, à l’image de Spyros Kontoulis, défenseur de l’AEK exécuté par les nazis en juin 1944 ou de Nikos Godas, attaquant d’Olympiakos Le Pirée exécuté en novembre 1948 à la prison de Corfou, avec le maillot de son équipe sur le dos. Petros Malavetas a lui été capturé par les paramilitaires monarchistes, le 3 juillet 1949. Condamné à mort par une cour martiale, il a été emmené à la prison d’Alexandras où il a été exécuté un mois plus tard avec trente autres militants communistes, laissant une femme, Calypso, et un enfant de deux ans et demi.

Côté tribunes, les “Malavetas Ultras” ont pris ce nom en hommage. Certains 5 août, sur la tombe des exécutés, dans le vieux cimetière de Nea Ionia, l’écharpe des ultras est posée, le temps d’une photo. Une manière de veiller sur la mémoire de ces combattants, et de se dresser contre “l’oubli historique”.

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sábado, 29 de julio de 2023

El exarquero Leandro Castellanos aspirará al Concejo de Bogotá

Tras retirarse del fútbol profesional, el exguardameta de Independiente Santa Fe buscará una curul en el Concejo capitalino.



Leandro Castellanos, exarquero de Independiente Santa Fe, será candidato al Concejo de Bogotá en las elecciones regionales del 29 de octubre.

Castellanos, quien también vistió la camiseta de la Selección Colombia y de otros clubes del país, ocupará el renglón 22 de la lista de la Alianza Verde.

El exjugador, oriundo de Toledo (Norte de Santander), se había retirado del fútbol profesional en enero pasado. En Santa Fe, donde jugó por ocho años, ganó seis títulos: una liga, tres superligas, la Copa Suramericana y la Copa Suruga. Además, dejó el máximo registro de valla invicta en la historia del club, con 922 minutos, marca conseguida en el 2019.

Debutó en el Cúcuta Deportivo y luego pasó por clubes como Pumas de Casanare, Deportivo Pereira, América, Deportivo Cali e Independiente Medellín. También fue convocado a la Selección Colombia de mayores en varias oportunidades.

Tras su retiro del fútbol, expresó su deseo de impulsar proyectos sociales. Su hermano, Jairo Alberto Castellanos, es militante de la Alianza Verde y actualmente es senador de la República por ese movimiento.

En junio pasado, la Cámara de Representantes le otorgó la Orden al Mérito en reconocimiento a su "liderazgo dentro y fuera de las canchas".

viernes, 21 de julio de 2023

"Sin nosotras, nunca más" (documental íntegro)

Hinchadas feministas en Colombia


Documental de Juliana Ruíz Marín, ganadora del Premio No Es Hora De Callar a las Mujeres Periodistas.

Italia prohíbe utilizar el dorsal 88 por vinculación con el nazismo

El gobierno y las autoridades del fútbol expidieron un documento que impide la utilización de dicho número en las camisetas de los jugadores.


El Ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi y su par de Deportes, Andrea Abodi, firmaron una declaración de intenciones para acabar con las actitudes antisemitas, fascistas o neonazis en la órbita del fútbol.

Junto al coordinador de la lucha contra el antisemitismo, Giuseppe Pecoraro, y el presidente de la Federación Italiana de Fútbol, Gabriele Gravina, se establecieron 13 normas entre las que se incluye la prohibición de utilizar el dorsal 88.

El número 88 es utilizado por neonazis para hacer referencia a Adolfo Hitler, pues los dos 8 se utilizan haciendo alusión a la posición de letra H en el alfabeto. De esta manera, el 88 forma un "HH", iniciales de la expresión "Heil Hitler". 

Futbolistas como Mario Pasalic, entre otros, se verán obligados a hacer uso de otro dorsal en las camisetas de sus respectivos equipos. En el pasado, jugadores como Gianluigi Buffon ya habían usado dicho número en su camiseta.

El ministro Piantedosi recalcó que también estará prohibido el uso de todo símbolo que pueda recordar al nazismo.

Italia cuenta con varias aficiones con simpatías hacia el fascismo, como pueden ser las de equipos como Lazio o Hellas Verona.

La temporada pasada, esta última fue protagonista de un cuestionado episodio, pues algunos de sus integrantes rindieron homenaje a Mateusz Praszelik, futbolista polaco que escogió usar el número 88.