Fanáticos del Manchester United, enojados por la venta del club, crearon otro que compite en las divisiones más bajas del fútbol inglés.
Por Roberto Parrottino
El punto de inflexión, contó Andy Walsh, socio fundador del Football Club United of Manchester, no fue la adquisición de la familia Glazer de más de la mitad de las acciones del Manchester United en 2005 para ser el único propietario del club: en 1999, el año en que ganó la Champions League con los goles de Teddy Sheringham y Ole Gunnar Solskjaer en el tiempo de descuento ante Bayern Munich en el Camp Nou, los hinchas habían alejado las intenciones de compra de Rupert Murdoch, el magnate australiano de las telecomunicaciones. La frustración, por eso, fue doble. Pero, sobre todo, pasajera: un grupo de socios del Manchester fundó el 14 de julio de 2005 el FC United, una asociación civil sin fines de lucro –“un socio, un voto”, “nuestro club, nuestras reglas”–, con la asamblea de una comisión como instancia para decidir hasta el diseño de la camiseta.
Karl Marginson, exjugador del ascenso inglés, vendedor de frutas y verduras, realizó las pruebas y formó el primer plantel. A casi diez años del nacimiento, el club está ahora en la Northern Premier League Premier Division, la séptima categoría de Inglaterra. En mayo inaugurará su estadio con capacidad para cinco mil hinchas en el distrito de Moston, en el noreste de la ciudad, con un partido ante el Benfica de Portugal.
El periodista Sam Borden, corresponsal del
New York Times, le preguntó a Vinny Thompson, hincha y empleado del FC United, si se podía cambiar de pasión, dejar atrás la historia del Manchester United, olvidarse de Old Trafford. “No sé –dijo–; es complicado. Manchester United podría ser mi esposa y el FC United mi amante. O tal vez al revés. No estoy seguro”.
“El FC United of Manchester es admirado por muchos hinchas europeos, no sólo británicos. Aunque la Premier League y, específicamente, el Manchester United no ven al FC United como una amenaza a su dominio económico, se puede detectar una tendencia creciente de toma de conciencia por parte de muchos hinchas de aquí. Cada temporada aumenta el interés en el concepto de clubes estructurados como asociaciones civiles sin fines de lucro”, detalla a
El Gráfico Diario Steven Powell, secretario general de la Federación de Aficionados de Fútbol de Inglaterra y Gales, una especie de organización sindical que pelea por los derechos de los hinchas y que logró, entre otras cosas, un voto en la asamblea anual de la Football Association (FA).
La construcción del estadio del FC United fue financiada por los hinchas, por el municipio y a través de cuotas a cargo de la comunidad. De ahí que albergará un centro médico y deportivo gratuito. En Old Trafford, mientras tanto, se ven de tanto en tanto a modo de protesta camisetas y bufandas amarillas y verdes que recuerdan a los colores que llevaba el Newton Heath, como se llamó en sus orígenes el Manchester, fundado por los trabajadores ferroviarios de la Lancashire and Yorkshire Railway Company en 1878.
Plata dulce
La familia Glazer, dueña además de los Tampa Bay Buccaneers del fútbol americano, dedicada al negocio de bienes raíces y del petróleo, compró el Manchester United con préstamos bancarios cuya deuda, después, le cargó al club. “El FC United –escribió el cronista Daniel Taylor en The Guardian después de visitar al nuevo club– todavía tiene un largo camino por recorrer en una ciudad en la que el Manchester City está a cargo de un jeque de Abu Dhabi y el United en manos de los inversionistas de la Florida”.
Alex Ferguson, el histórico entrenador del Manchester, siempre se proclamó socialista. Hijo de un obrero industrial de Govan, un suburbio escocés de astilleros, admitió su adhesión por el Partido Laborista. Andy Walsh recordó que en 2005, como líder de la Asociación Independiente de Aficionados del Manchester United, le pidió a Ferguson que renunciara en oposición al desembarco de los Glazer. Era, para Walsh, una jugada clave, una mano en el bolsillo de los estadounidenses, ya que, al mismo tiempo, había apalabrado a hinchas millonarios del Manchester para recomprar el club. Recién en 2013, luego de dejar el cargo de técnico después de 27 años, Ferguson le dispensó unas líneas en su autobiografía a los hinchas que le propusieron su renuncia y, ya sin respuesta, fundaron el FC United: “Son unos tristes. No me interesan”. Walsh le respondió: “No voy a juzgarlo, pero la gente no siempre actúa de acuerdo con sus creencias establecidas”.
Otros casos
El FC United quiere seguir el éxito del AFC Wimbledon, fundado en 2002 por hinchas del Wimbledon FC que se alejaron después de que el club se mudara a 80 kilómetros de Londres y hasta cambiara el nombre por el de la ciudad de Milton Keynes. “El AFC Wimbledon -aporta Steven Powell- ha ascendido del décimo al cuarto nivel del fútbol profesional inglés. Es decir, ya juega en la Football League Two; y hace poco enfrentó al Liverpool de local por la FA Cup”.
El FC United, hoy en una división semiprofesional y con un promedio de dos mil hinchas por partido, lo que lo sitúa entre los 100 clubes ingleses más convocantes, no está solo. Eric Cantona, la leyenda del Manchester, el antisistema, deseó: “Tan sólo espero que este club tan especial siga creciendo y ojalá dentro de 50 años podamos estar hablando de un club campeón de la Champions”.