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lunes, 10 de marzo de 2025

Hinchadas argentinas se suman a las marchas de los jubilados

Se acumulan los llamados por redes sociales para que participen del reclamo. El gobierno amenazó con “medidas especiales” a quienes participen.


Por La Nación

La marcha de los miércoles que realizan jubilados para reclamar mejoras en sus haberes sumó la semana pasada la presencia de un puñado de hinchas de Chacarita Juniors, en un movimiento que esta semana promete multiplicarse a partir de la convocatoria a simpatizantes de otros clubes, un llamado que corre por las redes sociales en imágenes decoradas con los más variados escudos, tanto de instituciones de la Liga Profesional de fútbol como de los torneos de ascenso.

En los últimos días, circularon invitaciones para marchar de sectores de las parcialidades de Boca, River, Independiente, Racing, Estudiantes, Gimnasia y Esgrima La Plata, Argentinos Juniors, Tigre, Lanús, Ferro Carril Oeste, All Boys, Atlanta, Temperley, Almirante Brown, Excursionistas, Deportivo Morón, Quilmes, Nueva Chicago, Los Andes, entre otros clubes. Las consignas suelen ser similares y van desde frases como “Estamos con los jubilados” o “Iremos a la marcha”, hasta otras más provocadoras, como “Basta de pegarles a nuestros viejos” o “Si tocan a los viejos, qué quilombo se va a armar”, además de la sentencia de Diego Maradona: “Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados” (que el exfutbolista pronunció en 1992, durante un tumulto cuando le robaron una gorra en plena calle, mientras se desarrollaba una marcha de jubilados y pensionados).

Algunas de las convocatorias lanzadas en los últimos días llevan las firmas de ciertos sectores de las parcialidades, como los casos del “Movimiento Peronista Riverplatense” o los “Hinchas de Gimnasia Autoconvocados”, pero en su mayoría se trata de mensajes sin una firma por detrás, más allá del escudo de cada institución.

La movilización de hinchas frente al Congreso generó reparos de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que adelantó medidas contra “los barras” que decidan participar. “A los barras les vamos a encontrar una medida especial. Ya tenemos el derecho de admisión, le vamos a encontrar una medida especial si comienzan a ir”, dijo en declaraciones a LN+. “Si querés ir y quedarte parado, podés quedarte parado. Le levantás una mano a un policía y vas preso”, abundó, en un reportaje con Infobae.

No se espera que en la manifestación de los jubilados se presenten barrabravas reconocidos, aunque no se descarta la presencia de segundas o terceras líneas, y de hinchas sin pertenencia a las barras, como lo son los agrupados en peñas, según comentó a LA NACION un dirigente político al tanto del armado y la articulación de los hinchas.

Entre figuras del fútbol también circularon mensajes de apoyo al reclamo de los jubilados. Héctor “Negro” Enrique, campeón del mundo en 1986, felicitó a los hinchas de Chacarita que se hicieron presentes el miércoles pasado, cuando hubo enfrentamientos con la policía, que intentaba impedir que la manifestación interrumpiera el tránsito. “Saludar y agradecer a los hinchas de Chacarita que se pusieron a la par de los jubilados, no para pelear pero sí para que nuestros jubilados y jubiladas no se se sientan más solos. Y ojalá se sumen más hinchas e hinchadas”, dijo Enrique en un video.

En la marcha de la semana pasada también se vieron hinchas del Deportivo Laferrere (hinchada amiga de Chacarita). Algunos simpatizantes de Vélez Sársfield se mostraron en el lugar.

El director técnico Ángel Cappa apuntó contra Bullrich por sus advertencias antes de la manifestación del miércoles. “Ya mandó más de mil policías contra la gente mayor que reclama lo justo, lo que les roban, lo que les quitan y les corresponde. Ahora dice que los que van son barras que producen violencia. Y, generalmente, en las manifestaciones Bullrich introduce infiltrados para provocar”, sostuvo el exentrenador de Huracán, River, Racing y Gimnasia y esgrima La Plata, entre otros clubes.

martes, 7 de mayo de 2024

Menotti, el comunista hormonal, el filósofo del fútbol

Campeón Mundial con Argentina en 1978, el “Flaco” César Luis Menotti se convirtió en emblema de una forma de entender el fútbol y la vida misma.


Por Camilo Rueda Navarro

Este 5 de mayo, a los 85 años, falleció César Luis Menotti, prominente figura de la historia del fútbol. Nacido el 5 de noviembre de 1938 en Rosario, Argentina, el Flaco comenzó su carrera futbolística como delantero en Rosario Central en 1960. Posteriormente, jugó en otros clubes, como Racing Club y Boca Juniors, hasta su retiro en el fútbol brasilero en 1970.

Pero fue como entrenador donde Menotti alcanzó mayor renombre. Primero, al frente de un legendario Huracán, con el que se proclamó campeón argentino en 1973, y posteriormente con la selección nacional, con la que ganó la Copa Mundial de 1978, disputada en suelo gaucho. Este logro le otorgó un estatus inmortal, donde sobresale su estilo de juego ofensivo y creativo, el cual dejó una marca duradera en el deporte y que influyó a otros entrenadores a nivel mundial.

Se le adjudica ser el fundador de toda una escuela, el menotismo, que en los años 80, a raíz de sus debates con su colega Carlos Bilardo, generó un antagonismo entre ambas vertientes, pues éste último profesaba un estilo defensivo, pragmático y con recurso de métodos antideportivos, criticados por los menotistas. La única vez que se enfrentaron entre sí, en 1996, el Independiente de Menotti le ganó al Boca de Bilardo.

El Flaco también dirigió a otros clubes europeos y latinoamericanos, entre ellos el Barcelona y el Atlético de Madrid de la liga española, y al Boca Juniors y al River Plate argentinos. Su último cargo, que ejerció hasta el final de su vida, fue el de mánager de la Selección Argentina, bajo el cual se obtuvo el tercer campeonato mundial albiceleste, con la dirección de Lionel Scaloni y la capitanía de Lionel Messi en Catar 2022.

Además de sus éxitos en el fútbol, es sabida su militancia política comunista. Menotti se identificó abiertamente como partidario de la izquierda y expresó sus opiniones sobre diferentes cuestiones sociales y políticas. “Me siento un marxista hormonal. Durante 70 años de mi vida he comprobado el desastre que ha hecho el capitalismo en todo lo que me rodea, incluido el fútbol”, dijo en una entrevista.

Menotti (izquierda) posa en una estatua de Lenin en Moscú, junto con algunos jugadores argentinos.

En su momento, criticó la dictadura militar y abogó por el respeto de los derechos humanos. Sin embargo, se le ha criticado injustamente el hecho de dirigir a la Selección Argentina durante el Mundial de 1978 en momentos en que la Junta Militar gobernaba a sangre y fuego el país, contexto en el que se organizó el torneo, con beneplácito de la FIFA.

“Consulté con Florindo Moretti, miembro del comité central del Partido Comunista, para que me orientara sobre si debía seguir al frente de la selección nacional”, narró el propio Menotti mucho después. “Me aconsejó que siguiera, que lo mío era desarrollar mi trabajo como técnico y utilizar, en la medida de las posibilidades, esa tribuna pública para darle una alegría al pueblo argentino”, agregó.

Tras su segunda participación mundialista en España 82, Menotti siguió involucrado en el fútbol, tanto como entrenador como en otros roles. Su legado como una figura influyente en el deporte argentino es innegable. Sus reflexiones sobre el fútbol y la sociedad, gracias a las que le adjudicaron el sobrenombre del “filósofo del fútbol”, lo convirtieron en una figura notable tanto en Argentina como en el ámbito deportivo.

jueves, 18 de noviembre de 2021

El fútbol argentino se une para pedir justicia por Lucas González, el juvenil asesinado por la policía

El jugador de las divisiones inferiores de Barracas Central tenía 17 años y recibió un balazo en la cabeza cuando volvía de entrenar. Jugadores, clubes y técnicos publicaron mensajes en las redes sociales.


Por TN

Clubes y personalidades vinculadas al fútbol argentino utilizaron las redes sociales para pedir justicia por Lucas González, jugador de las divisiones inferiores de Barracas Central de 17 años que fue asesinado por la Policía de la Ciudad cuando salía de entrenar.

Luego del mensaje que se vio en las cuentas oficiales de Barracas, fueron muchos los equipos que se solidarizaron con la familia del joven.

Desde River hasta Sacachispas. Racing, club en el que realizó parte de las inferiores, y también Independiente. Juan Pablo Sorín, exdefensor de la Selección argentina. Muchos mensajes para pedir justicia por Lucas.

El joven futbolista de 17 años de Barracas Central fue baleado en la cabeza por la policía de la Ciudad de Buenos Aires.

“Acaba de fallecer”, anunció un tío “del corazón” del adolescente, identificado como Emmanuel. “La familia está destrozada. Lo único que vamos a pedir es justicia”, afirmó.

El hombre pidió que los responsables vayan presos y dijo que su sobrino venía de jugar al fútbol. “Basta, no queremos más la muerte de chicos que venían de jugar a la pelota. Estos chicos no eran delincuentes. Esto no tiene que volver a pasar”.

Familiares y decenas de vecinos se manifestaron en el barrio porteño de Barracas para exigir justicia.

El Ministerio de Justicia y Seguridad, a través de la Oficina de Transparencia y Control Externo, inició un sumario administrativo a los tres miembros de la Policía de la Ciudad involucrados en el hecho. Mediante esta medida se los desafectó de la función operativa y se los pasó a disponibilidad.

El testimonio de Cintia López, madre de Lucas

En declaraciones al programa Y Ahora Quién Podrá Ayudarnos, de Radio con Vos, la mamá de Lucas González aseguró que su hijo fue víctima de un caso de “gatillo fácil”.

“Lucas salió de entrenar del club Barracas con cuatro compañeros más, ellos iban a probarse porque en el club estaban buscando chicos: había prueba de su categoría. Si bien él estaba en el club hace algunos años, acompañó a sus amigos que son de Florencio Varela. Cuando salieron de entrenar, pararon a comprar un juego, en ese trayecto que suben, porque hasta la señora del kiosco nos dijo que pararon, que se los veía bien, contentos, que venían escuchando música”.

“Por lo que sabemos, los paró un auto con cuatro policías. Uno de los padres de los chicos nos contó que ellos pensaron que los iban a asaltar, aceleraron y en ese trayecto le dispararon a mi hijo”.

La familia decidió donar los órganos

Emmanuel, el tío de la víctima, anunció a TN que la familia decidió donar los órganos de Lucas.

“Tengo entendido que es lo él quería, seguir dando vida, darle vida y alegría a otra persona. Estamos muy felices porque Lucas va a seguir viviendo en otro cuerpo”, afirmó.

lunes, 16 de septiembre de 2019

Gimnasia y Esgrima homenajea a los desaparecidos de "La noche de los lápices"

El Club de Gimnasia y Esgrima La Plata homenajeará a los desaparecidos en septiembre de 1976, en el marco de La Noche de Los Lápices. Además, ha nombrado socias honorarias a las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora: Mirta Baravalle, Elia Espen y Nora Cortiñas, a quienes les entregará los respectivos carnets.


Por Gimnasia y Esgrima La Plata

A través de un pedido del grupo de socios Frente Popular Gimnasista, y con aprobación de la Comisión Directiva, el Club ha nombrado socias honorarias a las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora: Mirta Baravalle, Elia Espen y Nora Cortiñas; por su inquebrantable lucha en busca de la verdad. La entrega de los carnets se realizará este lunes 16, en los jardines del Estadio Juan Carmelo Zerillo.

A su vez, el martes 17 se realizará un homenaje y una charla abierta con los familiares de las víctimas de La Noche de los Lápices, a 43 años de este hecho aberrante y trágico, sucedido el 16 de septiembre de 1976, cuando un grupo de tareas de la dictadura militar apresó, secuestró y desapareció a seis estudiantes que habían participado de reclamos en la lucha por el Boleto Estudiantil Secundario, en la ciudad de La Plata.

Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Daniel Alberto Racero, fueron detenidos y desaparecidos, mientras que Emilce Moler y Gustavo Calotti, estuvieron detenidos y fueron liberados posteriormente. Los cinco, además de su fuerte sentido de lucha, tienen un vínculo afectivo que los une a Gimnasia.

miércoles, 24 de julio de 2019

Daniele De Rossi: el romántico de La Boca

Con 36 años, el italiano campeón del mundo tomó una decisión a contramano de estos tiempos: eligió jugar en Boca, en la Argentina. Las razones sólo se explican con el corazón: el corte del hilo con la Roma, el recuerdo de Maradona y el deseo de pisar La Bombonera.


Por Roberto Parrottino
Tiempo Argentino

Daniele De Rossi jugó 18 temporadas ininterrumpidas en el mismo club, la Roma, durante el siglo XXI, entre 2001 y 2019, años en los que el fútbol moderno corrió cada vez más rápido detrás del poder del dinero. De Rossi -36 años, campeón del mundo en Alemania 2006, tres Mundiales- será ahora el primer futbolista nacido y formado en Italia en jugar en la Argentina. Lo guían los gestos románticos. El futbolista “a contramano” jugará en Boca porque de chico veía por televisión a Diego Maradona en La Bombonera. Porque después le preguntó a los compañeros argentinos cómo eran sus hinchas, “El jugador Nº 12”. Y lo hará en el barrio donde flameó la bandera italiana en 1882, cuando obreros genoveses en huelga le enviaron al rey Humberto I de Saboya el acta fundacional de la República Independiente de La Boca, en pleno desarrollo como centro económico. Pero en 2019, con La Boca como eje de la “elitización” del PRO, espacio político creado por Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires, y con la intención de la dirigencia también macrista de construir un nuevo estadio a 500 metros de La Bombonera, la cancha que enamoró a De Rossi.

“Daniele es un futbolista muy particular. Tiene una personalidad fuerte, que a veces también resulta difícil de comprender, atormentada. Incluso ha tenido que luchar en la Roma porque su manera de ser y de vivir siempre ha molestado a algunos”, dice Valerio Curcio, periodista de Il Romanista. “Siempre contó la fascinación por Boca. Lo que no dijo es que era su objetivo jugar en Boca, porque lo hubiese alejado de su familia y de la Roma. Al final, de la Roma lo echaron. Y se decidió por la opción más romántica, sin otra finalidad”. A De Rossi lo echó James Pallotta, el multimillonario empresario ítalo-estadounidense que preside la Roma. Patrón desde 2012, Pallota descartó a Francesco Totti primero como jugador y después como dirigente. Y, más tarde, se sacó de encima a De Rossi. Como Daniel Angelici, el presidente de Boca que despidió a los ídolos Carlos Bianchi y Juan Román Riquelme. Los dueños ítalo-estadounidenses, también como Angelici, quieren construir un nuevo estadio en Roma. A los pocos días que presentaron la maqueta, estalló un escándalo de corrupción y mafia en el gobierno de la capital. “Lo que los romanos ven como una forma muy sentida de autoexpresión, los estadounidenses ven como una especie de entretenimiento, como una experiencia para ganar dinero -escribió Peter Simek en SB Nation en 2015-. La pregunta es si esas visiones pueden, o incluso deben, coexistir”.

De Rossi no será el primer italiano en jugar en el fútbol argentino. Ni tampoco el primer campeón del mundo con Italia en 2006. Mauro Camoranesi jugó en Racing y Lanús, pero nació en Tandil. Camoranesi se nacionalizó, como Gabriel Paletta y Daniel Osvaldo, que jugaron en Boca como Mario Busso, Juan Brattina y Nicolás Novello, nacidos sí en Italia, hijos de inmigrantes. “Tenés que saber -le advirtió Maradona a De Rossi, un italiano leyenda sin precedentes en el fútbol argentino- que cuando te pongas la camiseta de Boca es como el San Gennaro que licúa la sangre”. En el barrio de La Boca ya colgaron pasacalles: “Benvenuto nella Repubblica Popolare della Boca. Metà +1 ti aspettava. Questa è Boca”. Diego Perotti, actual jugador de la Roma, ex Boca y ex compañero argentino de De Rossi, se ríe: “Hasta que no lo vea dentro de la cancha…”.  “Yo creo que decidió ir a Boca -agrega Curcio, el periodista de Il Romanista, que editó hasta un libro sobre la despedida de De Rossi de la Roma- porque Daniele no podría jugar en ningún otro club italiano y tampoco podría jugar en una de esas ligas de bajo nivel donde no se siente la competencia ni la presión de los hinchas”.

De Rossi, fuera de la lógica dominante, no eligió retirarse en Catar, China o Estados Unidos. Vivirá otra experiencia en el fútbol argentino, nada tranquilo. Del viaje de su casa hasta el aeropuerto de Fiumicino, bromearon, a la Superliga le desapareció un descenso. “¿Podría haber un fichaje más romántico que el de De Rossi por Boca?”, se preguntó el portal español Diarios de fútbol. Show y manotazo dirigencial al margen, De Rossi cumplió años el miércoles y se autoregaló un viaje a la Argentina que sabe más cómo empieza pero menos cómo termina. En el fútbol, un deporte de equipo, no hay romanticismo sin efectividad. Si sucede, La Bombonera -y los futboleros- lo aplaudirán. Los diarios italianos titularon la llegada de De Rossi a Boca con el nombre de un clásico libro. Lo publicó Susanna Tamaro en 1994. Cuenta la historia de Olga, una abuela a la que le queda poco tiempo de vida y decide contarle a la nieta, que vive en otro país y con la que está peleada, cómo fue su vida. Intenta que la comprenda. De Rossi eligió vivir el último tiempo de vida como futbolista con la camiseta de Boca en La Bombonera. La novela se llama Va' dove ti porta il cuore. “Donde te lleve el corazón”.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Grandes rivalidades: Boca Juniors - River Plate

El superclásico argentino

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Por Pablo Aro Geraldes


Se suele decir en la Argentina que los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos. Y en esa broma hay algo de verdad. En el único país (junto a Uruguay) de América Latina que tiene mayor población de origen europeo que autóctono, la mezcla de italianos, españoles, árabes, rusos, ingleses, turcos, constituyó un auténtico crisol de razas de cuya fundición surgió una identidad nacional propia, una forma de ser que en el fútbol distingue al argentino en cualquier parte del planeta: la pasión. Es una manera de vivir el fútbol que nació a finales del siglo XIX, cuando los ingleses amarraban sus buques en el puerto de Buenos Aires y se aventuraban al interior del país para trazar la red ferroviaria. Sin saberlo, en sus horas de ocio contagiaron a la gente de estas tierras el deporte que practicaban con tanto entusiasmo. Y por todo el país se organizaron clubes y equipos. En el 1901 apareció River Plate, en el humilde barrio de La Boca, junto al Río de la Plata. Una zona poblada por trabajadores portuarios de origen mayoritariamente italiano. En 1908 los riverplatenses alcanzaron la Primera División pero la rivalidad más marcada iba creciendo a nivel barrial: en 1905 un grupo de vecinos genoveses había fundado Boca Juniors. Eran años de caballerosidad, propios de los tiempos románticos de una nación que forjaba su destino a un ritmo vertiginoso.

Como destino de todo país del llamado Tercer Mundo, el progreso devino en ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres. Y salvando las distancias y con los riesgos y vicios de toda generalización, las clases más acomodadas se fueron identificando con River y los más necesitados tomaron los colores boquenses. Era una rivalidad que trascendía al barrio de La Boca; se había extendido ya por toda Buenos Aires y se conocía en toda la Argentina. Con el ascenso de Boca, llegó el primer choque. Fue el 24 de agosto de 1913 y el calor de la gente no podía estar ausente. Tras la victoria de River ambas hinchadas se trenzaron a golpes y el fuego consumió una bandera de Boca. Ese violento bautismo marcó para siempre la rivalidad. Quien ganara el clásico sería el “dueño” del barrio y algo más.

Pero en 1919 el fútbol nacional se partió en dos y Boca se quedó en la “Asociación Argentina” y River en la “Asociación Amateurs”. Siguieron siete años sin el derby hasta que el 4 de diciembre de 1927 volvieron a chocar. Ganó Boca, como lo seguiría haciendo sobre el final del amateurismo y al principio de la era profesional, que comenzó en 1931. La paternidad se acentuaba, pero el profesionalismo le permitió a River reforzarse y consiguió el pase de Bernabé Ferreyra, el goleador del momento. El alto costo de la transacción le impuso a los riverplatense el mote de “millonarios”. Además, el club se había mudado al elegante Barrio Norte, una zona donde se levantaron las mansiones de los acaudalados de Buenos Aires. Boca, fiel al barrio que lo vio nacer, seguía cerca del puerto, una zona que se inunda rápidamente con las crecidas del Río de la Plata. Los rivales le impusieron a Boca el apodo de “bosteros”, por los desbordes de las cloacas. Lejos de ofenderse, los boquenses lo adoptaron con orgullo y lo conservan. Igual, la broma preferida de los visitantes a La Bombonera es ir al partido con un barbijo. O como hizo durante años Ángel Labruna, quien como jugador, técnico y emblema de River ingresaba a la cancha apretándose su nariz.

El atajo a la gloria

En la historia de Boca y de River hubo jugadores geniales, únicos. Citar a Diego Maradona y Daniel Passarella es una pequeña muestra de los nombres que desfilaron por ambos clubes y se ganaron la admiración de los hinchas. Pero hay otros, cuya trayectoria no fue tan brillante, que se subieron al podio de los favoritos a fuerza de sus actuaciones en el clásico. Labruna fue el gran verdugo de Boca durante los años 40 y 50, y con sus 16 goles se convirtió en el máximo anotador de la historia del “clásico de los clásicos”, como lo bautizó un relator. Pero Boca tuvo un vengador venido del Brasil, Paulo Valentim. Cuando llegó en 1960, Alberto Armando, presidente de Boca, le pidió: “usted hágale goles a River; de los otros partidos no se preocupe”, y el hombre le hizo caso: enfrentó ocho veces a River y le metió 10 goles. Se fue en 1964, pero quedó en la memoria de todos los boquenses. La idolatría se había transformado en canción: “Tim, Tim, Tim... gol de Valentim”, entonaba La Bombonera.

Pero no sólo los goles reservan un lugar en el podio de los corazones de los aficionados de uno y otro equipo. La fidelidad a una camiseta fue siempre reconocida, como le ocurrió a Reinaldo Merlo quien en 35 ocasiones se calzó la banda roja para enfrentar a Boca (1969/84). El xeneize con más clásicos fue Silvio Marzolini con 29 partidos (1960/72). El mismo récord de clásicos lo alcanzó el genial arquero Hugo Gatti, pero repartido entre los dos clubes: 7 en River y 22 en Boca, a lo largo de sus 25 años ininterrumpidos en Primera. Curiosamente Gatti fue querido por todas las hinchadas, pero en la mayoría de los casos, los “traidores” sufren las mismas consecuencias que padeció Figo en su visita a Barcelona con los colores del Real Madrid. Otros casos de grandes jugadores que representaron a los dos clubes más poderosos de la Argentina fueron José Manuel Moreno, Alfredo Rojas, Carlos Morete, Oscar Trossero, Alberto Tarantini, Ricardo Gareca, Oscar Ruggeri, Carlos Tapia, Julio Olarticoechea, Gabriel Batistuta y Claudio Caniggia.

En el siglo XXI


Los clásicos se acumulaban por decenas y las supremacías se alternaban. Todo es motivo de discusión entre River y Boca: la cantidad de convocados a la selección, el tamaño de sus estadios, la fidelidad de sus hinchas, las pintadas de los paredones, el tamaño de las banderas... Es que Boca-River no se vive sólo en la cancha: faltando una semana para el encuentro todo el país habla del partido. Los diarios lo palpitan en sus páginas, los bohemios lo imaginan en las mesas de los bares, los chicos lo sueñan en el colegio y en cada puesto de trabajo se apuesta por el resultado. Hace décadas que este clásico trasciende a Buenos Aires, tanto como que los hinchas de uno y otro están por todo el país. Los de Boca se autodenominan “la mitad más uno”, los de River suman títulos y se autoproclaman “el campeón del siglo”. Y se juega un duelo de ingenio. Cuando River en los años '60 perdió la final de la Copa Libertadores, los de Boca comenzaron a llamarlos “gallinas”. Los de River adoptaron el sobrenombre y responden con imágenes de un cerdo vestido de azul y amarillo. Cuando en 1996 River viajó a Tokio para disputar la Copa Intercontinental, los boquenses agotaron en las tiendas deportivas todas las camisetas de Juventus, su adversario de turno. Lo mismo pasó en el 2000 con las del Real Madrid, compradas por los de River. Entre ellos no existe “el orgullo nacional”. No importa contra qué país se compita, el de Boca quiere una derrota de River y viceversa.

Y cuando llega el encuentro nadie quiere perdérselo. En el único partido argentino en el que se recauda más de un millón de dólares, no importan los vaivenes de la economía nacional y aunque el precio de las entradas se duplica, se agotan. Tampoco importa el maltrato de la policía y los hinchas harán colas desde la madrugada para reservarse su lugar. El derby también bate récords de abonos a la TV codificada (pay per view). Si las tribunas están llenas, los sectores de prensa también: no sólo estarán los medios de toda la Argentina, también habrá periodistas de Europa, Japón, los Estados Unidos y toda Suramérica.


Gol de Martín Palermo a River Plate por los cuartos de final de la Copa Libertadores del año 2000.

La pasión atrapa a todos: los técnicos hacen declaraciones victoriosas, los diputados suspenden sus sesiones, las revistas se agotan... No importa que se juegue por el campeonato local, la Copa Libertadores o un torneo veraniego, todos quieren ganar. Lamentablemente este fervor a veces se traduce en violencia, ya sea por las tristemente conocidas “barras bravas” o por los cantos xenófobos hacia los inmigrantes paraguayos y bolivianos, en su mayoría identificados con Boca.

De padres e hijos

Existe una forma argentina de bromear: la “cargada”. Tras cada partido aparecen los chistes. De regreso al trabajo o a la escuela, el perdedor debe soportar las burlas de sus amigos. Una modalidad que tomo fuerza en la última década fue la de los afiches callejeros. Cuando River sumó su 29º título local, Buenos Aires amaneció empapelada con carteles con la bandera y la leyenda “Gracias por otra alegría”. Pero el 2000 fue el año de Boca y sus hinchas disfrutaron tanto sus victorias como la impotencia de sus “primos”. Ante la avalancha de triunfos boquenses, los de River no disimulaban su malestar y un hincha anónimo mandó a imprimir afiches en los que se veía una gallina recostada en un diván de psicólogo. Nada resumía mejor los estados de ánimo. El 17 de diciembre Boca ganó un nuevo campeonato y la dedicatoria fue al histórico rival: “Ya se acerca Nochebuena / Ya se acerca Navidad / Para todas las gallinas... el regalo de Papá”. La paternidad siempre fue motivo de cargadas. Hoy, el historial dice que de alrededor de 170 partidos, Boca ganó siete más que River. Pero cada década la tendencia se revierte y todos saben que el fútbol siempre da revancha. Eso sí, lo peor que le puede pasar a un hincha de Boca es que su hijo se identifique con River, lo mismo a la inversa. Por eso es una costumbre asociar al bebé antes de que deje el hospital donde acaba de nacer. Así saldrá al mundo con su carnet para que en su adultez pueda decir con orgullo: “soy hincha desde la cuna”.

Bienvenidos a la fiesta

El estadio Munumental (donde se disputó la final del Mundial '78) es la casa de River; una obra imponente enclavada en Núñez, un barrio residencial de clase alta. A pocos kilómetros, La Bombonera es una caja de resonancia en la que se siente como en ningún otro lado la presión de los hinchas. Por las humildes y pintorescas calles de sus alrededores ya se respira el ambiente del fútbol. Cada cancha tiene su secreto. En River esa majestuosa inmensidad que intimida a los rivales, en Boca esa sensación de que el público viste la camiseta número 12.

Desde un satélite que orbite la Tierra sería muy fácil distinguir cuándo se enfrentan Boca y River: Buenos Aires, la gran capital con sus 11 millones de habitantes, va deteniendo su ritmo febril, se aletarga, se enmudece. Todo el calor, el sonido y el color queda reducido a un punto, que según el fixture estará en Núñez o La Boca. Y después de 90 minutos de juego, ese calor y ese sonido invadirán las calles de Buenos Aires y de cada pueblo y ciudad de la Argentina, pero sólo un par de colores adornarán la fiesta. Será todo azul y amarillo o todo blanco y rojo, allí se terminará el arco iris del fútbol. Hasta el próximo clásico.

Versión en español del artículo publicado en la revista FIFA Magazine, en febrero de 2001. Tomado de: http://arogeraldes.blogspot.com/

martes, 12 de junio de 2018

Así será el Mundial para los maradonianos

Desde que le cortaron las piernas en Estados Unidos 94, Maradona igual estuvo presente en cada Copa del Mundo. Rusia 2018 no será la excepción: 'De la mano del diez' continuará el camino de 'De Zurda', todas las noches por Telesur



Por Nicolás Zuberman
Tiempo Argentino

Un Mundial es, entre otras cosas, la posibilidad de convivir con Diego Armando Maradona. Y en Rusia 2018, como sucedió en cada Copa del Mundo desde España 82 -a excepción del de 2002 cuando Japón le negó la visa-, eso volverá a ocurrir: Diego aparecerá 32 noches consecutivas en la pantalla de Telesur como conductor del programa De la mano del Diez junto al relator uruguayo Víctor Hugo Morales. Desde el 13 de junio, el día previo al partido inaugural entre Rusia y Arabia Saudita, hasta que se juegue la final, estará al aire todas las noches por el canal con sede en Caracas que en Argentina ya no aparece en la TDA pero sí en los cableoperadores y también transmite en vivo por su sitio de Internet. Será una continuidad de De Zurda, el programa que marcó el mundial de Brasil 2014 para todos los maradonianos. Por la diferencia horaria, se grabará como un falso vivo después del último partido de la jornada y saldrá al aire a las 23 de Argentina.

A diferencia de lo que ocurrió en 2014, esta vez habrá presencia de Maradona en los estadios. La FIFA que organiza este Mundial no tiene la misma relación con el Diez que cuatro años atrás. Diego llega a Moscú no sólo como conductor televisivo sino también como embajador FIFA, lo que le abrirá más puertas que en la última Copa del Mundo. Según contaron desde la producción, están pactadas entrevistas entre el mejor jugador de todos los tiempos y Gianni Infantino, el presidente de la FIFA, y Vladimir Putín, el presidente ruso.

De la mano del Diez será un programa político, social y cultural que tendrá al fútbol como excusa. Tal como fue con De Zurda el foco estará puesto en el andar de las selecciones latinoamericanas: Argentina, Uruguay, Colombia, Argentina, México, Perú y Costa Rica. Maradona estará en al menos un partido de esas selecciones. Y la impronta de la Patria Grande -como ocurrió con el hit que cantaron en 2014 Gustavo Santaolalla, Gustavo Cordera, Julieta Vengas y  los colombianos de ChocQuibTown- estará presente desde la cortina musical. En este caso, le pondrán la voz Lila Downs, Charo Bogarín, de Tolonec, y el aporte del grupo colombiano, quienes fusionarán el ritmo latinoamericano con la sinfónica rusa.



Desde que le cortaron las piernas en Estados Unidos 1994 Maradona siguió presente en cada Mundial, pero dejando su impronta del otro lado de la línea de cal. Después de despedirse de la mano de Sue Carpenter, con la 10 en la espalda y la cinta de capitán atada al bíceps izquierdo, volvió cuatro años después para Francia 98 como comentarista: salió al aire por el canal América junto a Miguel Simón, Juan Pablo Varsky y Ángel Cappa. Ya se había retirado del fútbol casi un año atrás y mantenía una enemistad con Daniel Alberto Pasarella, el entrenador de aquella Selección: luego de la eliminación contra Holanda se autopostulaba como sucesor del Kaiser.

El Mundial siguiente, en Corea-Japón, lo siguió desde Cuba, donde se recuperaba luego de haber gambeteado a la muerte en Punta del Este a comienzos del 2000. Sí participó en dos spots publicitarios memorables: uno para Quilmes, donde con voz en off se asumía como hincha de la Selección, y otro para DirecTV, en el que iba casa por casa tocando timbres para despertar a la gente: “Arriba, Argentina, que empieza el Mundial”.

En Alemania 2006, volvió a ser comentarista. Esta vez, para la Cadena Cuatro de España. Una de las condiciones fue poder ir a ver los partidos de Argentina: en una de sus mejores versiones, mientras filmaba La Noche del Diez, estuvo en todos los partidos argentinos de ese mundial menos el de la eliminación ante Alemania, porque a algunos amigos que llegaban con él no los dejaron entrar. En Sudáfrica 2010 cumplió su profecía y llegó con el buzo de entrenador puesto. Fue su última oportunidad como protagonista. Después de ese 0-4 ante Alemania –“una trompada de Tyson”, lo definió el Diez-  volvió a la televisión. En Brasil 2014 llegó De Zurda. Y ahora, en Rusia, tendrá continuidad con De la mano del Diez.

martes, 29 de mayo de 2018

Argentina: Exigen a la AFA que la selección no juegue en Israel

Frente a la sede de la Asociación del Fútbol Argentino, manifestantes rechazan que la selección gaucha juegue ante Israel en Jerusalén ante los múltiples crímenes que el Estado israelí viene cometiendo contra el pueblo palestino


Por Resumen Latinoamericano

Numerosas personas pertenecientes a entidades palestinas en Argentina y militantes solidarios con ese pueblo repudiaron frente a la Asociación del Fútbol Argentino, la prevista realización de un partido amistoso entre el seleccionado local y el de Israel. El encuentro está previsto para junio antes de que comience el Mundial de Fútbol, y se jugaría en Jerusalén el 9 de junio próximo.

Los manifestantes están llevando adelante una campaña denunciando que si la Selección va a Israel será cómplice de los múltiples asesinatos que el ejército sionista viene haciendo contra el pueblo de Palestina ocupada desde hace 70 años.

viernes, 16 de febrero de 2018

Argentina, la ciencia y el fútbol se darán cita en la próxima Feria del Libro de Bogotá

Con motivo del Mundial de Rusia 2018, se crea Filbo Fútbol, que traerá actividades dedicadas a ese deporte. Argentina será el invitado de honor


La ciencia y el fútbol serán dos de las grandes novedades de la XXXI edición de la Feria del Libro de Bogotá (Filbo), que contará con más de 1.500 eventos culturales y con Argentina como país invitado de honor. La cita internacional se realizará entre el 17 de abril y el 2 de mayo.

Argentina repite después de 24 años como protagonista del evento con una delegación de 40 autores y artistas, entre los que destaca el fotógrafo Daniel Mordzinski, reconocido por sus retratos de artistas y quien será el encargado de las postales oficiales por segundo año consecutivo.

Entre las nuevas secciones, destacan la Filbo Ciencia, en la cual se entregará a los asistentes un espacio dedicado a la ciencia, la filosofía, astronomía y física, entre otros.

De igual forma, como serie previa al Mundial de Rusia 2018 se creó Filbo Fútbol con actividades dedicadas a ese deporte, así como salones especializados en ilustración, cine y digital.

Bajo el lema "Siente las ideas", los organizadores buscan que durante los 16 días de la feria los asistentes experimenten diversas sensaciones a través de talleres musicales, charlas de reconciliación, y libros sobre culinaria, entre otros.

La edición de este año contará con más de 150.000 títulos de diversos géneros, con los que esperan superar los 550.000 visitantes que acudieron a la cita literaria en su edición anterior.

Agencia Efe

sábado, 27 de enero de 2018

El árbitro policía, los Tupamaros y una noche de tarjetas rojas en La Boca

Alejandro Otero era un comisario uruguayo. Su tarea central fue combatir a la guerrilla. Hasta estuvo a cargo de la cárcel de Punta Carretas, de la que se escapó Mugica. Durante un partido entre Boca y Sporting Cristal por la Copa Libertadores, en la Bombonera, expulsó a 19 jugadores. Y el árbitro policía terminó preso



Por Ariel Bargach

Alejandro Otero era policía. Combatió a la guerrilla uruguaya desde la legalidad. Resistió el juego sucio que proponía la CIA y tuvo sus warholianos minutos de fama cuando, desde la jefatura de Inteligencia asestó duros golpes -así escribían los periodistas- a los tupamaros. Alejandro Otero era, además, un árbitro uruguayo por encima de la media. Cumplió en parte el camino del jugador frustrado: después de hacer inferiores en Rentistas, cuando tenía casi todo arreglado para jugar en Nacional, una rodilla quebrada le vetó la minigloria. Y entonces fue por vías paralelas. Primero, árbitro; después, entrenador. Tuvo su momento de puteadas unificadas en 1971, cuando expulsó a 19 jugadores en la porteñísima Bombonera.

Cuando Otero asumió que no podría ser estrella de fútbol ya había leído mucho a Víctor Hugo y a Fedor Dostoievski. Eso para alegrar a su madre. Para la sonrisa del padre tuvo la decisión de buscar una profesión, así que ingresó al Instituto Profesional de Policía. Hijo de un taxista gallego y de una docente, parte de su infancia la había pasado en Canelones. Su carrera en la institución es una aburrida sucesión de los pasos que deben darse. Otero los dio. Y entonces subió y subió. En junio de 1957, el ya oficial se casó. Después vendrían dos hijos que, entrado el 2018, no quieren hablar con periodistas. Y dos nietos.

Otero fue elegido para viajar a Buenos Aires a formarse en la División de Información Política Argentina (DIPA). El curso incluía materias como inteligencia, contra-inteligencia, tintas invisibles, sabotajes, contra-sabotajes, seguimientos y fotografía. Otero buscó meter la nariz en la lucha de los policías contra las organizaciones armadas de la izquierda y la derecha. De vuelta en Montevideo, a fines de los '50, recaló en la Dirección de Inteligencia, donde la infraestructura escaseaba.

Otero había elegido una forma de interrogatorios que muchos pares cuestionaban. "Los interrogábamos sobre un mismo hecho en mil formas distintas y eso los hacía contradecirse y cambiar lo que habían dicho anteriormente reconociendo el delito", contó alguna vez. Raúl Sendic, luego líder tupamaro, fue de los primeros en soportar el método Otero. Muchos años después, Sendic recordaría en una entrevista a "un oficial de flequillo" con esa particularidad.

Lo otro por lo que se recordaría a Otero ocurrió en una cancha de fútbol. El 17 de marzo de 1971, Boca recibió a Sporting Cristal de Perú en la Bombonera. Era el inicio de la rueda de revanchas. Los dos habían sido campeones en sus países, y la zona la completaban Rosario Central y Universitario de Deportes. El árbitro elegido fue Otero. Hubo 60 mil personas en la cancha. Un triunfo dejaba a Boca muy cerca del pase a la segunda ronda. Flotaba en el aire otro partido entre argentinos y peruanos: el de 1969, cuando la albirroja dejó afuera del Mundial 1970 al seleccionado nacional. Aunque esto era otra cosa.

A los 17 minutos, después de un inicio prometedor, el peruano Juan Orbegoso puso el 1-0. Boca dio vuelta el asunto en cinco minutos: primero Jorge Coch, a los 22, se hizo cargo de un rebote en el travesaño de un tiro de Norberto Madurga, y después Angel Rojas, el gran Rojitas, a los 25, puso su apellido en el último lugar de una interesante jugada colectiva. Con ese 2-1 se fueron al entretiempo. A la vuelta, Sporting salió a jugarse unos soles al empate. A los 24 se congelaron las tribunas bosteras: tiro de Alberto Gallardo, rebote en el arquero Rubén Sánchez, arremetida de Carlos González Pajuelo. Era 2-2. Hasta que llegó, siempre llega, el minuto 41. Dirigía, repasemos, el uruguayo Alejandro Otero.

Roberto Rogel cayó en el área buscando vender un penal que nadie compraría. Y apenas segundos después Rubén Suñé jugó al doctor y atendió a Quesada, el gesto justo para la gresca generalizada. Al amontonamiento todos contra todos le siguieron otras escenas: Suñé corrió a Alfredo Gallardo con el palo del banderín del corner, el peruano voló y su botín pegó en la cara del boquense, y el Chapa sangró. Eloy Campos cayó y ya en el piso recibió un patadón de Coch que lo dejó con el tabique roto y sin conocimiento. Fernando Mellán trató de defenderlo, pero Coch se las arregló también con él. Orlando de la Torre se acordó de su escuela primaria y se bancó a 2 o 3 boquenses juntos. Algo parecido hizo el arquero Sánchez, aunque parecía tener un especial gusto por González Pajuelo. Roberto Rogel y el técnico José María Silvero también jugaron al "veníveníapeleá". Los jueces de línea huyeron al vestuario. Otero, of course, decidió que Boca-Sporting no seguía.

El partido se volvió record: 19 jugadores expulsados. Casi todos. Se salvaron los dos arqueros, Sánchez y Luis Rubiños, y el defensor Julio Meléndez, justamente un peruano. El capítulo siguiente fue en la Comisaría 24. Regía una disposición del general Mario Fonseca –ex jefe de la Policía del dictador Juan Carlos Onganía- que ordenaba la detención de jugadores por violencia en las canchas. Y en el país de Roberto Levingston (le quedaba poquito en la presidencia) se obedecía. La mayoría quedó libre al mediodía del 18. Cargaban con una pena de 30 días de arresto, pero las gestiones de la embajada peruana en Buenos Aires permitieron una medida excepcional: se conmutaba la condena y todos salieron.

El árbitro, mientras tanto, se cambiaba en el vestuario. Ya había puteado a sus colegas por la cobardía del escape, y estaba por rezarle a la Virgen que siempre llevaba encima cuando entró un oficial vestido de civil:

-¿Quién es el árbitro?

-Soy yo.

-Usted es el culpable. Si cobraba el penal se evitaba todo esto.

-Pero si el jugador se cayó solo.

-Está detenido e incomunicado.

-Yo soy policía.

-Usted será policía en Uruguay. Acá es uno más y está detenido.

-Al menos déjeme ducharme.

Después de la ducha, Otero terminó preso.

En el centro exacto de esta historia, se cruzaron las dos profesiones de Otero. Agonizaban los ´60, cuando el entonces jefe de la Policía, Ventura Rodríguez, citó al comisario-árbitro para transmitirle la preocupación del gobierno por su exposición.

-A usted los tupamaros lo van a matar en cualquier cancha. Anda regalado, sin custodia, dentro de un campo, y le van a pegar un tiro en cualquier momento.

-Mire, jefe. Dentro de la cancha no tengo custodia, pero tampoco la tengo en mi vida diaria. Y le cuento que como policía gano $ 200 por mes, y haciendo de payaso en un estadio más de 300. Más lo que me pagan en dólares cuando dirijo en el exterior.  ¿Qué le parece que debo dejar?

De la cuestión no se habló nunca más, pero algunos meses después Otero recibió, de un taxista, el dato de que sí buscaban matarlo. Al tachero lo habían secuestrado y lo tuvieron en la puerta de la casa del policía toda la madrugada, pero Otero nunca llegó porque estaba en un operativo. Al amanecer, los tupas se fueron.

El paso de Otero por Inteligencia acumuló choques con sus pares. Otero no sólo resistía la ayuda de la CIA y los métodos perversos, sino que, además, prefería a su propia gente en los operativos, constataba y hacía informes del estado de salud de los detenidos antes de entregarlos a otra fuerza y discrepaba a menudo con sus superiores. Su mudanza era cantada, y para cuando lo trasladaron a la Escuela Nacional de Policía en Uruguay ya actuaba, además del MLN-Tupamaros, la OPR 33. Fue en 1970 y, según el poli-árbitro, el 100% de los guerrilleros estaba ya identificado.

Además, un informe del Departamento de Estado de EE UU señalaba que Otero "trataba en forma humanitaria" a los tupamaros, una conducta casi mal vista entre pares en la época.

En 1971, los colorados ganaron unas cuestionadas elecciones y José María Bordaberry llegó al gobierno, ante las quejas del Partido Nacional. Los tupamaros subieron la apuesta. Actuaba también, además de la OPR 33, FARO, otra flamante organización. En septiembre hubo una fuga masiva de presos del penal de Punta Carretas. Y otra vez llamaron a Otero, esta vez para nombrarlo director de Instituciones Penitenciarias. En abril de 1972 le tocó a Otero ser el burlado. Doce guerrilleros y diez presos comunes salieron de Punta Carretas. Uno de los fugados era José Mujica.

Un año después, el entonces ministro del Interior, coronel Daniel Bolentini, apareció sin aviso por la cárcel. En la entrada preguntó por el inspector Otero y nadie se atrevió a una respuesta. Cuando el silencio se hizo absurdo, un guardia fue machito:

-Está jugando al fútbol.

-¿Jugando al fútbol? ¿Dónde? ¿Con quiénes?

-Acá en el patio. Con los presos.

-¿Con los presos comunes o con los tupas? 

-Con los presos comunes, señor. Con los tupas juega al vóley.

En adelante se lo prohibieron, obvio.

Julio María Sanguinetti fue la salida uruguaya de la dictadura. Y Otero llegó a inspector general, el grado máximo del escalafón policial. El primer problema lo tuvo por su defensa del Penal de Punta Carretas, en cuyo predio podía concentrarse, pensaba, el policlínico, los institutos de formación, la guardería, los servicios sociales. El plan (triunfante, al cabo) era hacerlo centro comercial.

Pasaron muchos años hasta que la revista Mate Amargo, de innegables simpatías tupas, lo convocó para una entrevista. Era julio de 1998, y policía y ex guerrilleros se miraban con ese curioso respeto que se le tiene al ex enemigo leal. Eleuterio Fernández Huidobro, ex jefe del MLN, luego senador, luego ministro, contó entonces que tras la toma de la ciudad de Pando, en 1969, los detenidos fueron muy golpeados por la Policía e iban camino a ser ejecutados, hasta que cayeron en manos de Otero, que no sólo los hizo desatar y les dio un trato humano, sino que hasta elogió la calidad de la falsificación de las cédulas de identidad que llevaban. Era el poli bueno.

-Lo tuvimos en la mira para matarlo, pero había mucha gente y usted estaba con tu familia. No correspondía-, le dijo Otero.

-Nosotros también tuvimos chance de matarlo -le contestó Huidobro Fernández Huidobro-. Estaba solo, en una heladería, y nosotros éramos varios armados hasta los dientes. Pero si lo matábamos a usted podía venir uno peor, que nos torturara.

El escritor Mauricio Rosencof admitió que Otero los combatió "de un modo muy limpio". Raúl Sendic pedía cuidado a sus compañeros, porque "hay un oficial flaquito, de flequillo, que no grita ni se altera, pero sabe preguntar". El tipo al que le gustaba hacerse odiar, el que eligió dos profesiones para el insulto, intentó en el 2009 llegar a la Cámara de Diputados en una lista del Partido Nacional. No pudo. Y vio cómo muchos de aquellos guerrilleros, ahora canosos, llegaron al gobierno por medio de los votos.

Otero murió en agosto del 2013. Las notas en el paisito hablaron entonces de "el hombre que venció a los tupamaros". Y del tipo que echó a 19 jugadores en la Bombonera.

*Publicado originalmente en Tiempo Argentino

martes, 25 de abril de 2017

La "Higuita" argentina que espera su libertad

A Eva Analía de Jesús le dicen “Higui”, por René Higuita, y está presa injustamente desde hace 7 meses. Su relación con la pelota y sus puntos de contacto con el arquero colombiano


Por Nadia Fink
Marcha

Eva está privada de su libertad desde el 16 de octubre pasado, en el destacamento de San Martín en el conurbano bonaerense, cuando se defendió de una agresión sexual perpetrada por un grupo de hombres violentos.

En el marco de la campaña que se lleva adelante por “Libertad para Higui” y que desea verla libre el próximo 7 de junio, cuando cumpla 43 años, conversamos con su amiga María y su hermana Azucena sobre dos de sus grandes pasiones: la pelota, y el arco.

El día en que la llamaron “Higui”

Si decimos que es el 7 de septiembre de 1995 y que el lugar en el que se desarrolla la acción es el estadio de Wembley. O que la selección colombiana jugaba un partido contra la de Inglaterra los datos resultan insuficientes.

Pero con sólo escribir dos palabras, el misterio se devela de inmediato: “El escorpión”; y cual un “abracadabra” de un mago, un cuerpo ondulante empieza a desplegarse en nuestras cabezas como proyección de pantalla de cine; el pelo largo y enrulado, manos con guantes y una pirueta imposible: es René Higuita, arquero de la selección colombiana, que desafía las leyes de gravedad y las de formalidad deportiva.

Si llevamos esa misma imagen a un partido de cancha chica de campeonato en San Miguel, en la provincia de Buenos Aires, en los años noventa, e intercambiamos a Higuita por una mujer de pelos largos y rulos llamada Eva, tendremos el origen de aquel apodo particular. Así lo cuenta María Vergara, su amiga del fútbol y de la vida: “Nos quedó muy grabada esa atajada porque era una final. Le tiraron una volea en el aire y todas dijimos: ‘Noooo, es gol’, pero ella hizo ‘el escorpión’ y todos empezaron a aplaudir y gritar”.

Imaginamos, entonces, esos ojos testigos de esa pirueta inolvidable, de la tribuna escasa gritando “Higuita, Higuita” a una Eva seguramente sonriente, a la sorpresa en su cara y a las manos enrojecidas de quienes aplauden con fuerza. Y entonces vuelve, también, ese día y la jugada clara en el estadio de Wembley: desde afuera del área le pega Jamie Redknapp; la pelota sigue su curso y desciende hacia el arco. Higuita espera, agazapado, bajo los tres palos. Embolsarla sería la opción más fácil, clásica. Pero El loco tiene tiempo para pensarla: se tira hacia delante, en palomita, pero no responde con la cabeza (lo que ya sería, de por sí, una osadía para un arquero): es el chicotazo de sus pies el que devuelve la pelota. La jugada sigue, la pelota se aleja del área, el relator se alborota y se emociona de incredulidad, las cámaras toman las caras que en las tribunas y el banco de suplentes desbordan sonrisas y asombro.


Polifuncional y arriesgada

Higui tiene siete hermanas y hermanos más. Ella es la tercera, y Azucena es un poco más chica. Tanto Azu, como Mariana y Luisa jugaron a la pelota desde que eran chicas. Con tanto club de barrio dando vuelta y tanto espacio para armar picaditos, el fútbol era un lugar para compartir, y una diversión asegurada.

Azucena recuerda a la Eva jugadora antes de ser Higui: “En ese tiempo jugábamos en la cancha de San Miguel, para un club. Fuimos a jugar a muchos lados, cuando éramos más chicas. El papá de mis hijas de ese tiempo, incluso, nos llevaba para todos lados, y a veces nos íbamos en micro”. Si bien ella es más chica, tiene nítido ese recuerdo de su hermana: “Desde que me acuerdo, siempre jugó a la pelota, andaban con Mariana para todos lados, que era defensora, jugaba de 2 o de 4, ¡y la defiende muy bien!”.

La polifuncionalidad surge como un rasgo de Higui: “Siempre atajó mayormente, pero si no jugaba de 7 o de 8”, cuenta Azucena. Y agrega, María: “Jugaba bien, a veces faltaba una y teníamos que poner otra en el arco para que juegue ella, era multifuncional, jugaba en todos lados, con ella no había problema”.

Otra vez regresa el arquero colombiano, el Higuita que se apellida así y al que apodan “El loco” –y ya no hace falta preguntarnos porqué–, y lo vemos saliendo a buscar la pelota dividida, pararla de pecho,  tirarle un sombrerito al rival, gambetear al próximo, que se acerca presuroso esperando el error, que pasa de largo y se queda mirando. No hablamos de un delantero ni de un mediocampista habilidoso, pero nuestro jugador engancha hacia adentro, sale con la pelota pegada al pie, esquiva a uno, dos rivales, le cometen falta en la mitad de cancha. O patea un tiro libre de afuera del área y la pelota sale presta elevándose sobre la barrera y se clava en el ángulo izquierdo.

Y de esta Higui, la del conurbano, nos cuenta María: “Ella salía del arco jugando. Había veces que agarraba la pelota y por ahí pasaba a una y ya pasaba a la otra y a la otra, y capaz que ya llegaba hasta la mitad de la cancha, ¡siendo arquera! Y nosotras le decíamos: ‘¡Higui, volvé!’… ¡Es un personaje! Jugábamos a la pelota pero, a la vez, nos divertíamos”. Y profundiza: “Porque el arquero comanda todo el equipo, es el que te dice andá por allá y te tira la pelota. Ella era eso: repartía la pelota y a la vez te hacía divertir. A veces hacía cada payasada en el arco, o se ponía a bailar, que nosotras teníamos miedo de que le fueran a hacer un gol, pero no se lo hacían, porque era muy buena atajando, y además es una persona increíble”.

Con María jugaron en varios equipos, en cancha chica y fútbol 11 también. Para el club San Miguel, de Lomas de Mariló, donde Higui jugaba en el medio. Llegaron a participar de campeonatos donde competían hasta 25 equipos y ganaron unos cuántos; uno de ellos, aquel del famoso “escorpión” en el que le quedó el apodo para siempre: “A partir de ahí fue siempre, Higuita, Higui; es más, no se la llamaba después por el nombre tampoco, ya nos olvidamos de cómo se llamaba. Cuando alguien la llamaba por el nombre yo decía: ‘¿Quién es Eva? ¡Claro, era Higui!’. Así que es una marca que ya la tiene de por vida…”.

Otra marca, pero negativa, quedará en su vida por la injusticia cometida contra ella. Cuando las personas pierden la libertad, cuando no pueden poner la voz para defenderse, quienes están afuera, sus hermanas, su madre, sus amigas, intentan poner esas palabras para contar quién es de verdad Higui, la que se defendió.

Por eso, además del partido beneficio que hicieron hace unos meses para juntar fondos, ya piensan en ese partido-celebración que harán cuando Higui salga en libertad. María la conoce y dice: “Ella se muere por jugar a la pelota”. Y por eso sueña con ese partido para festejar la amistad y la libertad: “Vamos a hacer un lindo partido entre todas y pasarla bien”. Y cierra, con ganas de un poco de verdad, también: “Y ahí la van a conocer a Higuita como es realmente”.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Argentina: abren espacio sobre deportes y derechos humanos

Se inaugura en Buenos Aires un proyecto que integra los deportes y los derechos humanos desde la perspectiva de la memoria histórica


Por Rodolfo Chisleanschi
El País

Tiene los parámetros de diseño y montaje propios de la museística moderna, pero no es exactamente un museo. Expone ante los ojos elementos y objetos que atrapan la atención del visitante, pero no podría calificarse como una exposición. ¿Qué es entonces el Espacio Deportes y Derechos Humanos, inaugurado el lunes en el predio de la exESMA, el mayor centro clandestino de detención y tortura que funcionó en Buenos Aires durante la dictadura militar 1976-83? Precisamente eso, un espacio. Conmovedor e histórico, con la mirada puesta en el pasado y enormes ventanas abiertas hacia un porvenir más venturoso.

La exESMA (Escuela Superior de Mecánica de la Armada) es un gigantesco predio en el ángulo noreste de la ciudad, a algunos cientos de metros del estadio Monumental, donde se disputaron varios de los partidos del Mundial de Fútbol de 1978, incluida la final.

Desde 1924 fue una academia militar pero alcanzó su trágica y nefasta fama en tiempos de la última dictadura argentina. Se calcula que por sus múltiples edificios pasaron alrededor de 5.000 detenidos-desaparecidos, muchísimos de ellos más tarde pasajeros de “los vuelos de la muerte”, que practicaba aquel régimen del terror contra quienes calificaba de adversarios políticos. En 2004, el lugar dejó de ser un instituto militar para convertirse en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, que alberga varios museos y donde tienen su sede los organismos que se ocupan de investigar lo ocurrido entre 1976 y 1983, pero también de mantener vivo el recuerdo de quienes sufrieron aquella barbarie.

Es en ese contexto y en el edificio donde tiene su lugar de trabajo la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas donde surgió este espacio innovador, que conjuga dos conceptos habitualmente disociados.

El hermano mayor de Claudio Morresi, exfutbolista de Huracán y River y Secretario de Deportes de la Nación durante el gobierno de Cristina F. de Kirchner, se llamaba Norberto e integra la lista de desaparecidos en aquellos años. Hoy, Claudio es el coordinador y responsable de la muestra que se acaba de inaugurar: “Los derechos humanos atraviesan todo el espacio”, señala, “y esto no abarca solo lo ocurrido durante la dictadura”.

Diseñado por el arquitecto Hernán Bisman y los curadores Alejandra Naftal y Roberto Busnelli, el espacio principal consiste en 14 octógonos -“Una manera de remedar los gajos de las pelotas de fútbol”, explica Naftal- que encierran una minipista de atletismo en donde varias pantallas repiten escenas de acontecimientos del deporte argentino, cada uno de ellos representando alguno de los valores que se pretenden rescatar.

“Los mensajes centrales son la defensa de la lucha por los derechos humanos, el recuerdo de la memoria de los desaparecidos, la apelación al juego limpio y a la importancia del deporte como factor social”, indica el periodista Juan José Panno, quien se ocupó de delinear los contenidos de esos octógonos junto a sus colegas Roberto Fernández y Christian Rémoli.

Deportes y Derechos Humanos es el primer espacio museístico de la Argentina que nuclea los grandes hitos de algo que enciende la pasión nacional quizás como ninguna otra actividad, y el corazón del mismo se encuentra en el interior de cada uno de esos octógonos. “En el dedicado al programa de los Juegos Evita se habla de lo que significa la posibilidad de acceder a la práctica deportiva para cualquier persona, tenga la condición social que tenga y viva donde viva”, ejemplifica Morresi, “y lo mismo sucede con el octógono dedicado a los libros, a la radio, al juego limpio o al acceso de la mujer al deporte”.

Entre espacio y espacio, una pared traslúcida refleja los ojos de alguno de los más de 50 deportistas y exdeportistas desaparecidos durante la dictadura militar de los años 70, quienes por supuesto tienen su propio octógono. “Una cosa son las cifras frías, otra son los rostros de los que ya no están, y otra muy diferente es introducirse en la vida de cada joven que desapareció”, dice el coordinador de la muestra.

En las pantallas y en las fotos desfilan Los Pumas del rugby, las Leonas del hockey sobre césped, la Generación Dorada del básquetbol, Maradona, Messi y Mascherano… “Pero todo deportista federado tiene que ver con la historia del deporte argentino”, subraya Claudio Morresi. Por eso en Deportes y Derechos Humanos están representados todos. Los de ayer y los de hoy, los que están y a quienes la barbarie les impidió seguir estando. Porque es un espacio de memoria y homenaje, pero también un mensaje de amor y de esperanza futura que va más allá de colores y fronteras.

miércoles, 22 de junio de 2016

Los dos goles más famosos de la historia: Maradona a los ingleses en México 86

"El gol del siglo" y "La Mano de Dios" son las anotaciones más reconocidas en la historia del fútbol. Las marcó Diego Armando Maradona en el Mundial de México 1986


El 22 de junio de 1986, en el Mundial de México, cayeron las "tropas de su majestad": la selección inglesa de fútbol. Poco después de la guerra de Las Malvinas (1982), Maradona hace lo que no pudieron los militares argentinos: vencer a Inglaterra.

Con dos genialidades suyas: la célebre "mano de Dios", y un gol de antología, calificado como el mejor del siglo XX, Argentina deja por fuera del Mundial a los ingleses, y luego, derrotando 3-2 a Alemania, se corona campeón.

"La mano de Dios".

El mejor gol de la historia de los mundiales: el segundo de Maradona a los ingleses, con la narración original de Víctor Hugo Morales.

El partido tuvo lugar en el Estadio Azteca de la Ciudad de México por los cuartos de final. La asistencia fue de 114.580 espectadores. El árbitro, Ali Bennaceur, de Túnez. Resultado final: Argentina 2 - Inglaterra 1.

lunes, 28 de marzo de 2016

Cruyff y la dictadura argentina

Johan Cruyff y la maravillosa selección holandesa de los 70 tuvieron un singular encuentro con la dictadura militar


Por Rodrigo Uprimny*

Exactamente 40 años después del golpe militar argentino del 24 de marzo de 1976 muere Johan Cruyff, uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos. Y es una rara coincidencia porque Cruyff y la maravillosa selección holandesa de los 70 tuvieron un singular encuentro con la dictadura militar argentina.

En 1978 se celebró en Argentina el Mundial de Fútbol. Eran los años más duros del régimen militar de Videla y compañía, que desapareció y torturo a miles de opositores. Esas atrocidades ya eran conocidas internacionalmente, gracias a las valerosas denuncias de grupos como las Madres de Mayo, pero la FIFA nunca pensó en cambiar la sede del Mundial. La disculpa: que no había que mezclar la política con el fútbol. Pero en realidad esa indolencia de la FIFA hizo que el fútbol terminara mezclado con la política y, peor aún, con el terror, pues la realización del Mundial y el triunfo argentino le dieron una bocanada de legitimidad al régimen militar.

Y aquí es donde se juntan la historia de la junta militar y de Cruyff. En ese momento, Holanda tenía no sólo la mejor selección del mundo sino que su “fútbol total” había revolucionado el deporte. Además, muchos de sus integrantes tenían un espíritu rebelde y desafiante. Y el líder indiscutible era Cruyff. Por eso algunas veces esa selección holandesa (por su exquisita calidad, su capacidad de revolucionar el fútbol y su fresca rebeldía) fue comparada con los Beatles. Y Cruyff era visto como el Lennon de ese conjunto.

Llegó entonces el Mundial del 78 en Argentina. Algunos sectores en Holanda pidieron boicotearlo para no legitimar la dictadura, y unos pocos futbolistas rebeldes, como el alemán Breitner, se negaron a asistir. Pero estas propuestas de boicot fueron derrotadas y hubo Mundial y Holanda asistió. Sin embargo, Cruyff no concurrió y durante muchos años se especuló que sus razones eran semejantes a las de Breitner; que no quería avalar al atroz régimen argentino. Y quienes fuimos jóvenes en esa época lo admiramos aún más por esa conjetura. Hoy sabemos que la razón fue otra, menos heroica, pero profundamente humana.

Hace algunos años, Cruyff aclaró que no había ido al Mundial del 78 por motivos familiares. Algunos meses antes, él y su familia sufrieron un violento intento de secuestro. Esa terrible experiencia le cambió su visión de las cosas y decidió privilegiar su vida familiar sobre el fútbol. Y por ello abandonó la selección y no asistió al Mundial. Pero, en todo caso, algo quedó de su rebeldía en sus compañeros de la selección holandesa, que tuvo dos gestos de dignidad: antes de la final se reunieron con las madres de la plaza de Mayo, y luego del partido, en la ceremonia final, prefirieron irse al vestuario para evitar darles la mano a los dictadores. Y por esos gestos, el fútbol conservó algo de dignidad en ese controvertido Mundial.

* Investigador de Dejusticia y profesor Universidad Nacional. Texto tomado de El Espectador

miércoles, 23 de marzo de 2016

Chile-Argentina un 24 de marzo: La dirigencia del fútbol insulta a la memoria

Se juega la eliminatoria al Mundial de fútbol cuando Argentina conmemora el 40 aniversario del doloroso golpe militar que padeció


Por Gabriel Casas
Marcha

¿Era necesario que Chile-Argentina por las eliminatorias sudamericanas tuviera como fecha el 24 de marzo? ¿No se podría haber gestionado desde la AFA hacia la FIFA la modificación para que se jugara el 23 o el 25? ¿En qué cambiaría tanto un día más o menos en las fechas FIFA? Es bueno recordar que en la última doble fecha de las eliminatorias, Argentina-Brasil se jugó un día después por las malas condiciones climáticas en Buenos Aires y nada raro pasó por eso.

(Ver también "Fútbol en Chile un 11 de septiembre: mucho más allá de las eliminatorias", sobre un episodio similar).

Ahora ya sería inútil presionar a la AFA para cambiar la fecha, pero el problema es que nadie en el máximo organismo del fútbol argentino haya saltado en el momento en que se conoció dicha fecha. Obvio que quizás los viejos carcamanes y Daniel Angelici no tengan muy en cuenta al 24 de marzo como un día muy especial para los argentinos. Resulta extraño en Hugo Moyano, ante tantos sindicalistas desaparecidos por la última siniestra dictadura cívico-militar. O en Matías Lammens, que es un joven dirigente que creció bajo la lucha por la memoria, verdad y justicia.

Ya que la FIFA no permite manifestaciones políticas en los partidos que organiza, estaría bueno que los futbolistas y el cuerpo técnico se manifestaran de diferentes maneras ante el 40 aniversario de un día de luto para los argentinos. No podrán salir a la cancha y portar una bandera que recuerde a los 30.000 compañeros desaparecidos. Entonces, al menos sería una buena señal que salieran con los brazaletes negros que usan en condición de luto.

También, que en esta semana previa, en el predio de la AFA en Ezeiza, Messi y compañía reciban a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. También a los integrantes de H.I.J.O.S. Sería una manera de que el fútbol se involucre a su manera. Y que ahí le cuenten, por si no lo saben, la historia del estadio Nacional de Santiago de Chile, donde irán a jugar. Allí, la dictadura asesina de Augusto Pinochet, lo utilizó en los años 70 como campo de concentración y de exterminio de los desaparecidos chilenos.

También contarles, por si no lo saben, que las dictaduras de Jorge Videla y Pinochet casi llevan a una guerra entre Argentina y Chile en 1980 por las islas del Atlántico sur. Que sólo se frenó en ese momento por la intervención del papa Juan Pablo II. Y recordarles que como los militares argentinos se quedaron con las ganas, y para tratar de mantener a la dictadura, dos años después iniciaron una guerra por las Islas Malvinas bajo el mando de Leopoldo Galtieri, en la que murieron cientos de soldados argentinos sin preparación adecuada para la batalla.

Recordarles que la Junta Militar de Videla, Massera y Agosti estuvo en los estadios durante el Mundial 1978 y celebraron el título en el estadio de River, mientras que muy cerca de ahí, en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) funcionaba un centro clandestino de detención donde se torturaba y mataba a compatriotas. Que la dictadura militar utilizó al Mundial para intentar limpiar su imagen en el exterior. Y que también en su momento, Galtieri fue a visitar a la Selección Argentina antes del Mundial de España 1982 (que nuestro equipo lo jugó mientras el país estaba en la guerra de Malvinas) y abrazó al entrenador César Luis Menotti.

O sea, hacerles sentir con la verdad de sus testimonios, que la dictadura también manchó a la pelota. Generarle la conciencia de lo que significa este 24 de marzo, como todos los años desde 1976. No hay que pedirles a los futbolistas o entrenadores que hablen u opinen sobre el tema si no se sienten capacitados. Pero sí que sepan que son parte de la historia del país. Y un mensaje de ellos, con un fútbol tan globalizado mundialmente, puede generar mucho en los que admiran a los jugadores acá y en cualquier parte del planeta. Y demostrar que los argentinos seguimos luchando después de 40 años por la memoria, la verdad y la justicia.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Detienen en Suiza a varios directivos de la FIFA acusados de corrupción

Afrontan, ante la justicia estadounidense, cargos como lavado de dinero y crimen organizado 



Por BBC Mundo

La policía suiza detuvo a primera hora del miércoles (27 de mayo) a siete ejecutivos de la FIFA, el organismo rector del fútbol mundial, para enfrentar cargos de corrupción ante la justicia estadounidense.

Entre los detenidos hay cinco latinoamericanos: Eduardo Li, de Costa Rica; Julio Rocha, de Nicaragua; Eugenio Figueredo, de Uruguay; Jose Maria Marin, de Brasil, y Rafael Esquivel de Venezuela.

A los arrestados se los vincula con una supuesta trama de corrupción generalizada en la organización, que involucra sobornos valuados en unos 150 millones de dólares, durante más de 20 años.

Los cargos que enfrentan incluyen lavado de dinero, crimen organizado y fraude electrónico.

El Ministerio de Justicia suizo informó que seis de los siete dirigentes del fútbol arrestados se oponen a ser extraditados a Estados Unidos.

En una investigación aparte, la sede principal de la FIFA en Zúrich también fue allanada, donde se incautaron documentos físicos y archivos electrónicos.

Los miembros de la FIFA se encuentran en la ciudad suiza para participar el viernes en su reunión anual, donde además se eligirá a su presidente.

El actual presidente, Joseph Blatter -que no está entre los detenidos-, busca renovar un quinto mandato. Un portavoz de la FIFA aseguró que el congreso sigue adelante y que la elección no se pospone.

Torneos latinoamericanos

Los siete arrestos en Suiza se producen como parte de una operación mayor ordenada por un tribunal de Nueva York, que incluye formulación de 47 cargos contra 14 personas.

Además de la sede de la FIFA en Zúrich también se realizó un operativo en la sede de la Concacaf en Miami.

Hablando sobre el caso en Nueya York, el Departamento de Justicia de EE.UU. indicó que el proceso se remonta a 1991.

"Dos generaciones de funcionarios de fútbol abusaron de su posición para obtener ganancias personales".

Según las autoridades estadounidenses, la mayoría de los ardides involucraban sobornos pagados por ejecutivos de mercadeo de compañías deportivas a funcionarios de la FIFA en conexión con la comercialización de derechos de eventos deportivos como las eliminatorias para la clasificación a la Copa del Mundo en la región de la Concacaf, la Copa América de la Conmebol, la Copa Libertadores y la Copa de Brasil.

A cambio de los supuestos pagos, de más de 150 millones de dólares, se cree que los sospechosos recibieron derechos de transmisión, publicidad y patrocinio vinculados a torneos de fútbol en América Latina.

Según la formulación de cargos que presenta Estados Unidos, estos delitos fueron acordados y preparados en ese país, y los pagos fueron realizados por medio de bancos estadounidenses.

Por su parte, la justicia suiza anunció que había abierto una investigación diferente por supuestos sobornos y lavado de dinero en relación con la designación de Rusia y Catar como sedes de los mundiales de fútbol de 2018 y 2022, respectivamente. Por esta investigación se allanó la sede de la FIFA en Zúrich.

Reacciones de Blatter y la Concacaf

El presidente de la FIFA, Sepp Blatter, reaccionó mediante un comunicado en el sitio de internet del organismo en el que dijo que está decidido a "erradicar cualquier mala práctica en el fútbol".

Blatter añadió que la investigación ayudará a reforzar las medidas que ya ha tomado el organismo que dirige el fútbol mundial.

"Voy a ser claro: esas malas prácticas no tienen cabida en el fútbol y me aseguraré que aquellos involucrados queden fuera de juego", escribió Blatter.

Por su parte, la Concacaf expresó su estupor ante los hechos.

"La Concacaf está consternada por los arrestos del día de hoy involucrando a ejecutivos del futbol internacional, incluyendo a los de Concacaf", declaró la Confederación en un comunicado.

"La Concacaf continuará cooperando con las autoridades en toda su capacidad. Por el momento, la Confederación no está en posición de hacer comentarios adicionales con respecto a estas alegaciones, que ya han sido tornadas a consejeros legales a través de los canales apropiados", añadió.

"Concacaf continúa con sus operaciones normales de negocios, organizando y operando sus torneos de manera eficiente, incluyendo la Copa Oro 2015 (a celebrarse del 7 al 28 de julio próximos)", concluye.

Anteriormente, en una rueda de prensa realizada cuatro horas después de los arrestos, Walter de Gregorio, portavoz de la FIFA, aseguró que la investigación era producto de una queja presentada por la organización en noviembre pasado.

Sin embargo, agregó que los operativos los tomó por sorpresa. Agregó que la FIFA recibía con complacencia las investigaciones. "Estamos contentos con lo que está ocurriendo, pero ciertamente es también un momento triste para nosotros", aseveró De Gregorio.

Clarificación

El periódico estadounidense The New York Times indica que oficiales de la policía suiza vestidos de civil tomaron las llaves de las habitaciones en la recepción del Hotel Baur au Lac, donde están hospedados los ejecutivos, y se dirigieron a sus cuartos.

Se dijo que la operación se realizó pacíficamente.

Uno de los funcionarios detenidos es Jeffrey Webb, vicepresidente de la FIFA y jefe de la Confederación de Fútbol de Norte, Centroamérica y el Caribe (Concacaf), informa el corresponsal de la BBC Richard Conway, quien estaba en el hotel en Zúrich.

Asimismo se dice que otro funcionario del organismo, Eduardo Li, de Costa Rica, fue sacado de su cuarto y del hotel por las autoridades suizas.

Los funcionarios de la FIFA detenidos

Eduardo Li, presidente de la federación costarricense de fútbol. Iba a unirse al comité ejecutivo de la FIFA el viernes.

Eugenio Figueredo, de Uruguay, miembro del comité ejecutivo de la FIFA, expresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).

Jose Maria Marin, expresidente de la confederación brasileña de fútbol, miembro del comité de clubes de la FIFA.

Jeffrey Webb: vicepresidente de la FIFA, presidente de la Confederación de Fútbol de América del Norte, Centroamérica y el Caribe, Concacaf.

Rafael Esquivel, presidente de la Federación Venezolana de Fútbol desde 1988. Fue suspendido este miércoles por la comisión de ética de la FIFA, por un período no mayor de 90 días.

Julio Rocha, oficial de desarrollo de fútbol en Nicaragua.

Castas Takkas, británico, en la actualidad agregado en la Concacaf.

Jack Warner, exvicepresidente de la FIFA. Pagó una fianza de 2,5 millones de dólares y debe comparecer ante un juez el próximo 12 de julio.

Se informa que otro funcionario que enfrenta cargos es Nicolás Leoz, expresidente de la Conmebol.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos también reporta cargos contra al argentino Alejandro Burzaco, presidente de la empresa de medios deportivos Torneos y Competencias, y Hugo y Mariano Jinkis, de quienes dicen que son ejecutivos de la empresa Ful Play Group S.A., con sede en Argentina.

The New York Times indica que también se espera que se presenten acusaciones contra ejecutivos de publicidad deportiva, tanto en Estados Unidos como en América del Sur, incluidos Alejandro Burzaco, Aaron Davidson, Hugo Jinkis y Mariano Jinkis, así como contra José Marguiles, un intermediario que supuestamente facilitó pagos ilegales.

La Oficina Federal de Justicia Suiza indicó en una declaración el miércoles que las autoridades de Estados Unidos sospechan que los funcionarios recibieron millones de dólares en sobornos durante años.

Afirma que los individuos están siendo investigados "bajo sospecha de aceptar sobornos y otros pagos entre principios de los 1990 y el día de hoy".

La BBC tiene información de que el príncipe Ali Bin al Hussein de Jordania, quien es rival de Blatter para la presidencia de la FIFA, y sus asesores se reunirán para discutir el impacto de los arrestos en la elección para la presidencia este viernes.

A principios de mes, Blatter señaló que estaba conciente de que algunos de sus excolegas estaban siendo investigados.

Rama argentina del escándalo

En la denuncia de las autoridades estadounidenses se hace referencia también a Julio Grondona, el poderoso exjefe de la Asociación del Fútbol Argentino, fallecido el año pasado en el cargo después de haber gobernado el fútbol nacional durante casi tres décadas.

Aunque no se cita explícitamente su nombre, en el informe del Departamento de Justicia se asegura que la firma Datisa (una empresa creada para defender los intereses de otras corporaciones también señaladas en la denuncia) pagó hasta 100 millones de dólares en sobornos a distintas autoridades de la Conmebol y la FIFA, entre ellos "al presidente de la AFA", que en aquel momento era Julio Grondona.

A cambio, recibirían un contrato por los derechos de comercialización de las Copas América de 2015, 2016, 2019 y 2023.

Según medios argentinos, en el documento también se habla de "un alto oficial de larga trayectoria de la FIFA y de la AFA" que pidió un "soborno de siete cifras" por la Copa América de 2011, realizada en Argentina.

Hasta el momento, la AFA no realizó ninguna declaración oficial al respecto, explicó el corresponsal de BBC Mundo en Buenos Aires, Ignacio de los Reyes.

La Conmebol, en un comunicado, dijo "repudiar todo acto de corrupción y apoyar irrestrictamente las investigaciones iniciadas y las que se iniciaren tanto a la FIFA, Conmebol, Concacaf, y otras organizaciones de fútbol respecto de supuestos actos irregulares, comprometiéndose en colaborar abierta y enfáticamente con dichas investigaciones".

viernes, 15 de mayo de 2015

Boca-River y el escándalo en La Bombonera

Hay que analizar lo ocurrido sin sensacionalismos, sin amarillismo, sin vociferar, y sin olvidar los deplorables antecedentes que hace tanto tiempo vienen degradando al fútbol



Por Atilio Borón

Juan Pablo Varsky, un periodista a quien respeto, patinó feo en relación a lo ocurrido ayer en la cancha de Boca. Anoche tuiteó que "Esta mancha no se borra nunca más. El entrenador, los jugadores, los hinchas. De esto no volvemos. Este papelón es peor descender". JPV, respetuosamente le pregunto: ¿No volvió acaso River después de los 71 hinchas de Boca muertos -repito: 71 MUERTOS- apilados y aplastados en la Puerta 12 del Monumental en el Boca-River de 1968, un anticipo de lo que luego, con un saldo luctuoso aún mayor, ocurriría en Cromañon? Y allí los responsables no fueron un par de delincuentes como los de ayer sino River como institución, por la criminal negligencia de sus porteros que no abrieron los portones poco antes de finalizar el partido y ocasionaron la tragedia.

Lo ocurrido en Boca es una imperdonable salvajada, pero afortunadamente sin víctimas irreparables. Boca va a ser muy castigado como club, pero la sanción, cualquiera que sea, será inobjetable. Tampoco creo con Varsky que el entrenador, los jugadores y los hinchas deban ser los chivos expiatorios.

El responsable PENAL por esto es el presidente de Boca, Angelici, porque la seguridad dentro del estadio fracasó miserablemente y él es la máxima autoridad del club. ¿Qué podían hacer los jugadores o el DT? Solidarizarse con los de River, que no lo hicieron y estuvieron mal. Pero después quiero ver quien en el periodismo, o entre lo opinólogos, va a defenderlos de la retaliación de la barra brava, como tantas veces ha ocurrido en todos los clubes. ¿O ya nos olvidamos de esto?

¿La hinchada? De los 50.000 hubo no más de 1.000, con toda la furia, que se quedaron hostigando a los de Ríver hasta que se fueron Y si lo hicieron fue por la absoluta inoperancia de la seguridad del estadio que no los hizo salir, o de la policía que no los desalojó si persistían en sus conductas violentas, o de los bomberos que no les arrojaron un buen chorro de agua para que se fueran. Pero en Boca ayer no había autoridad alguna: ni el árbitro, ni la Conmebol, ni la AFA, ni el club. Nadie. El resto de la hinchada ,los 49.000, tuvo un comportamiento habitual: gritaron, chiflaron pero nada más. Estaban totalmente desinformados de lo que estaba ocurriendo, y esperaron con paciencia y sin desmanes más de una hora. Y después se fueron sin causar ningún inconveniente. Por eso,¡cuidado con las generalizaciones!

Siempre es bueno tener a mano los antecedentes históricos, no para excusar la infamia de anoche, si para entender lo que, desgraciadamente, es el fútbol en la Argentina por culpa de la mafia que maneja todo este negocio y en la cual se hermanan los dirigentes de los clubes, muchos políticos, los gobernantes, algunos medios de comunicación, algunos técnicos, jugadores, y los barras. Esta fatídica banda está matando al fútbol argentino, y matando gente.

Ya son más de 200 los muertos por el fútbol en los últimos 40 años, y por suerte anoche en Boca no se agregó ninguno más. Hay que analizar lo ocurrido sin sensacionalismos, sin amarillismo, sin vociferar, y sin olvidar los deplorables antecedentes que hace tanto tiempo vienen degradando al fútbol en este país y que hacen que lo de anoche tuviera poco de sorprendente.

martes, 24 de marzo de 2015

“Cárcel a Videla y a los milicos asesinos”

Con este mensaje en la camiseta, Kurt Lutman festejó un gol en la reserva de Newell’s en el 2000. Un día especial, una historia diferente


Por Roberto Parrottino

Kurt Lutman se sentó el jueves a las siete de la tarde a una mesa instalada en una canchita auxiliar de Newell’s en el Parque Independencia. Entre los árboles, colgaba la bandera rojinegra del Departamento de Cultura. Mientras sonaba de fondo una música incidental de guitarra, presentó El agua y el pez, su libro de 19 relatos. De “Crónicas de un fútbol fantástico”, según el subtítulo. Entre los que lo escuchaban, sentados en las sillas plásticas, estaban Lucas Bernardi y Gabriel Heinze. Ex mediocampista de la Lepra, Godoy Cruz, Huracán de Corrientes, Campana de Carcarañá y Unión de Villa Eloísa, Kurt trabaja ahora en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros. Allí brinda un taller de recreación y juego. Como su nombre, que sale del personaje de una novela de la escritora española Corín Tellado, su vida es una historia romántica.

–¿Qué puntos de contacto hay entre fútbol y militancia?

–Son inseparables. Siento que los han ido acorralando y distanciando. Que el destino de nuestro lugar está atado a lo que hacemos. Hay infinidad de expresiones que han estado con un oído en la cancha y el otro afuera. El libro no sólo refleja militancia, sino que refleja “los otros fútbol”, que tienen que ver con ese que no sale en los medios grandes porque está ninguneado y silenciado y que está cargado de mística. Que no tiene que ver con el fútbol del que hablan los tontos de Niembro, que han hecho mucho daño porque son los que hablaban de fútbol durante el menemismo, los que creen que sólo importa ganar y que el fútbol es una billetera. En una de las 19 crónicas hablo de los ídolos de pueblo. Acá, en la Liga Cañadense, los pibitos no quieren ser como el Tata Martino o Maradona: quieren ser como el Chano Besso, que son gente que no la vas a conocer si no te acercás. Ellos son los reflejos. Eso me parece de verdad. Están ahí.

–¿Por qué empezaste a escribir?

-Gracias a El Eslabón, una cooperativa de prensa, de pibes que son unos leones. Son de distintos puntos de Rosario, de la carrera de Comunicación Social. Existe desde 1999. Ahí empiezo a repartir los periódicos como changa y, cada tanto, colaba una nota en la sección Deportes, que está conducida por dos periodistas impresionantes: Santiago Garat y Julio Rodríguez. Ellos me animaban a escribir cuando los repartía en la bici allá por los 2000, cuando había dejado de jugar y el país estaba en plena crisis.

–Jugaste el Mundial de Japón ‘93 con la Selección Sub 17. ¿Qué pasó con aquel chico que soñaba con ser un futbolista a esta persona que sos hoy?

-Un montón de cosas, pero fue importantísima la militancia en HIJOS. En 1999, antes de jugar en la Primera de Newell’s, empiezo. Tenía 23. milité tres años. Fue fundacional porque abrí una perspectiva personal. Dimensioné que había un montón de cosas por fuera del fútbol. Me hizo muy bien, porque cuando decidí retirarme tenía dónde saltar. El barco simultáneo de la militancia me llenaba. Entonces cuando tomé la decisión hinchado las pelotas con el fútbol caí ahí; llegó un momento que sentía que tenía que estar en la esquina con mis amigos, que disfrutaba más hacer el viaje para ir a ver a los Redondos a alguna provincia que concentrar y jugar un partido. Ahí fui a militar a los barrios y me encontré con la poesía. Eso ya era suficiente.

–¿Por qué en HIJOS?

–No tengo una historia directa. HIJOS Rosario es una regional que nunca le dio pelota a la filiación directa. Siempre se consideró que todos los pibes somos hijos de una historia y de una generación. En un punto, cada uno aportaba lo suyo y yo venía del palo del fútbol. Pude sumar los bombos. Nací el 11 de septiembre del 76, el año del golpe cívico-militar. Eso me estalló la cabeza. “Loco, cuando yo nací pasaban estas cosas”. Después leí La voluntad, de Martín Caparrós y Eduardo Anguita, y me encontré con la militancia de los 70. La vieja Ana María Ferrari fue una mina que me marcó. Está en una de las crónicas, que se llama “Ella”.

–En ese marco decidiste festejar con la remera.

–Fue el 19 de marzo de 2000. Era la previa al 24. Ya andaba a los chispazos con el expresidente (Eduardo) López y me bajan a la reserva, y no porque andaba jugando mal. Si no que se solía hacer. Esto era medio particular. Había agitado un poco para entrar con una bandera y López lo pescó y no quería saber nada. Y me baja a reserva y tengo el culo histórico de hacerle dos goles a Belgrano. Y levanto la camiseta y me había escrito: “Cárcel a Videla y a todos los milicos asesinos”. Fue una reafirmación. Até mi pasión del fútbol con la de afuera. Era una forma de decir: “Yo soy todo esto”.

–¿Qué te había pasado antes, cuando jugabas en Godoy Cruz?

–Eso fue un cachetazo. En 1995. Caminaba por la Plaza Independencia de Mendoza y me crucé con una marcha. Veía nombres en blanco y negro en las fotos de los que me enteraría que eran los desaparecidos. Las consignas en las banderas. Los pañuelos blancos en las cabezas de las madres y abuelas. Se me partió la cabeza. Me acuerdo que me acerqué a preguntar qué pasaba, que me contaron amablemente, y me senté a un costado y no podía levantarme. No podía entender lo que había pasado. No tenía ni idea. Y eran otras marchas, con muy poca gente. Eso no era un documental. Estaba ahí, en vivo.

–¿Es cierto que te peleaste a piñas con un represor?

–En realidad fue un escrache que habíamos organizado con HIJOS en los Tribunales de Rosario por la causa del represor Eduardo “Tucu” Constanzo, torturador de Quinta de Funes. Teníamos preparados los huevos para tirárselos cuando saliera de declarar: y cuando nos acercamos, y vimos que no había vallas y estábamos cara a cara, uno de los hijos de Constanzo pensó que le íbamos a pegar y ahí se cruzó con el hijo del desaparecido Cabezón Toniolli. Intenté separarlos pero se armó un revoleo de piñas importante.

-¿Cuando jugaste en Huracán de Corrientes el preparador físico te acuchilló después de reclamar el pago de los sueldos para tus compañeros?

–Resultó que llegué de Rosario y comencé a cobrar al día. Venía de los manejos de López. Dije: “Esto es el paraíso”. Y después me enteré que nos pagaban a los que habíamos venido de afuera. A los pibes de Corrientes les debían seis meses. Entonces hablamos con los dirigentes para reclamar por el grupo y hasta amenazamos con no viajar a jugar contra Almirante Brown. Al club lo manejaba, como a toda la provincia, el gobernador Romero Feris. Estaba uno de los hijos. Y un día, en una práctica con 40 grados, el preparador físico, a quien lo mandaban para que nos bardeara, le dijo a un compañero, a Hernán Pedraza, que se pusiera la remera. Estábamos todos en cuero. Como se negó, sacó un facón de atrás del pantalón y lo amenazó. Salí corriendo para meterme, me tiró un cuchillazo y me cortó en la panza.

–¿Cómo vas a vivir este 24 de marzo?

–Aunque ya no milite orgánicamente hace tres años, y es bueno aclararlo porque aún me reconocen como el loco que milita, vamos a ir a copar el Monumento a la Bandera, como siempre. Ahora milito para mis hijos: Juan, de once, y Francisca, de nueve. Porque más allá de las causas abiertas, y de que me considero kirchnerista y defiendo el modelo de inclusión del gobierno, es un momento de encuentro. Así que ahí estaremos con toda la banda.