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jueves, 21 de noviembre de 2013

Campanella reniega del fútbol negocio con "Metegol"

El director argentino incursiona en el cine animado con una crítica al fútbol moderno.



"Metegol" ("Futbolín" en España) es una historia de amor y de amistad con la que el cineasta defiende el trabajo en equipo y desde la que ofrece una desdeñosa opinión del fútbol profesional. "No olvides que, después de todo, esto es un negocio", sentencia un personaje casi al final de la película, un relato donde el villano es la súper estrella del balompié.

Celebridad, dinero y codicia

Basada en el cuento "Memorias de un wing derecho", de Roberto Fontanarrosa, el Negro, la película es el primer proyecto en cine al que se lanza Campanella después de "El secreto de sus ojos", con la que ganó el Oscar. Ahora en Metegol, el director propone, desde una película orientada a un público familiar, una reflexión sobre estos tiempos de fama y celebridad para las estrellas del fútbol, denuncia del machismo imperante en el universo de este deporte y señala con el dedo acusador el dinero y la codicia del ser humano.

Y hablando de dinero, el que ha hecho la película en su estreno en Argentina, con más de un millón de espectadores hasta el momento, ha permitido al cineasta rebajar el precio de la entrada durante una semana, con la intención de que los jóvenes vean su filme en el cine y no una copia pirata en el ordenador. "Muchos chicos están viendo una versión trucha (pirata) y pensarán que eso es cine argentino. Queremos que la vean bien y que sepan que se puede", ha escrito en su cuenta de Twitter el cineasta.

"Metegol" es la historia que un padre cuenta a un hijo y que viene de los tiempos en que era el jugador de futbolín más habilidoso de su pequeño pueblo. La historia de amor de aquel joven y su enfrentamiento con el Crack, otro chico del pueblo que se convirtió en una estrella internacional del fútbol se completan con la aventura —mucho más atractiva— de los muñecos del futbolín. Un capitán que es líder natural, un argentino cargado de espiritualidad, un egomaníaco encantador y un honesto rival cobran vida y se convierten en los verdaderos protagonistas de la película.

De '2001: una odisea del espacio' a 'Apocalypse Now'

"Además de escribir el guion me gustaría dirigirla", le dijo Campanella a Gorali, productor y coguionista del filme, cuando éste le propuso que escribiera la adaptación del cuento de Fontanarrosa. Aceptó y comenzó una aventura de varios años, cientos de artistas reunidos en el proyecto y varias productoras implicadas.

"Nuestra intención era crear un mundo único y original. Creo que lo hemos conseguido, porque no he visto nada igual en ninguna otra película. En mi humilde opinión", afirma Juan José Campanella que se permite en "Metegol" unas cuantas referencias cinematográficas y homenajes al cine, desde la primera escena, maravillosa alusión a El amanecer del hombre de 2001: una odisea del espacio.

Música de western, un baile de claqué, los helicópteros de Apocalypse Now... acompañan a los personajes de esta película, donde también hay momentos construidos para que ellos se luzcan, queden inmortalizados, con alguna sonada frase. De "las tonterías que hay que hacer por la pasta" a "ha muerto el imbécil, ha nacido el peligroso", hay sentencias para todo y para todos.

Un par de partidos de fútbol, uno sobre la cancha del futbolín y el definitivo sobre un auténtico terreno de juego, y la cada vez más estrecha camaradería entre los muñecos concluyen "Metegol".

Reseña tomada de Público.es

lunes, 19 de diciembre de 2011

Recordando el 19 de diciembre de 1971

Por Pablo Aro Geraldes
Periodismo de fútbol internacional

Hace 40 años, el 19 de diciembre de 1971, el estadio Monumental de Núñez fue protagonista de la apasionante semifinal del Torneo Nacional entre los dos grandes de Rosario: Central y Newell's. Los canallas vencieron 1-0 con un legendario gol de palomita de Aldo Pedro Poy.


Tres días después, Rosario Central vencía 2-1 a San Lorenzo en el Parque Independencia y conquistaba el primer título de AFA de su historia, pero en el corazón de los hinchas la victoria en aquella semifinal contra el clásico y eterno rival sería el momento más recordado. Inolvidable. La fecha histórica del 19 de diciembre de 1971 inspiró al genial Roberto Fontanarrosa, canalla de alma, a titular uno de sus cuentos más brillantes.

Es una ficción que gira en torno al partido real. Trata la historia del viejo Casale, quien nunca en su vida había visto perder a Central en un clásico contra Newell's Old Boys. Ante la importancia del partido, un grupo de amigos del hijo de Casale decide invitarlo a viajar a Buenos Aires con ellos. Los muchachos estaban seguros que Casale era un talismán, pero el viejo se niega a acompañarlos alegando una enfermedad del corazón. Ante esta negativa, la barra de amigos centralistas decide planear un secuestro y llevar engañado a Casale al Monumental.

Lo que sigue es tan desopilante como el comienzo. Pero ningún resumen se acercará a la narración gloriosa del Negro Fontanarrosa. En su página web se puede leer el cuento completo.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Fontanarrosa: posibilidades matemáticas

domingo, 1 de febrero de 2009

Fontanarrosa: extranjeros


A propósito del inicio de la temporada 2009, esta vigentísima caricatura del genio Fontanarrosa.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Cuentos de fútbol: "19 de diciembre de 1971"

Presentamos al público lector la excelente obra del maestro Roberto Fontanarrosa, titulada "19 de diciembre de 1971", con la que conmemora la fecha del histórico triunfo de su equipo del alma, Rosario Central, en el campeonato de fútbol argentino.

Por Roberto Fontanarrosa


Sí yo sé que ahora hay quienes dicen que fuimos unos hijos de puta por lo que hicimos con el viejo Casale, yo sé. Nunca falta gente así. Pero ahora es fácil decirlo, ahora es fácil. Pero habla que estar esos días en Rosario para entender el fato, mi viejo, que hablar al pedo ahora habla cualquiera.

Yo no sé si vos te acordás lo que era Rosario en esos días anteriores al partido. ¡Y qué te digo “esos días”! ¡Desde semanas antes ya se venía hablando, del partido y la ciudad era una caldera, porque eso era lo que era la ciudad! Claro, los que ahora hablan son esos turros que después vos los veías por la calle gritando y saltando como unos desgraciados, festejando en pedo a los gritos y después ahora te salen con que son... ¿qué son?... moralistas... ¿De qué se la tiran, hijos de mil putas? Ahora son todos piolas, es muy fácil hablar. Pero si vos vieras lo que era la ciudad en esos días, hennano, prendías un fósforo y volaba todo a la mierda. No se hablaba de otra cosa en los boliches, en la calle, en cualquier parte. Saltaban chispas, te aseguro. Y la cosa arrancó con el fato de las cábalas. O mejor dicho, de los maleficios.