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lunes, 10 de marzo de 2025

Hinchadas argentinas se suman a las marchas de los jubilados

Se acumulan los llamados por redes sociales para que participen del reclamo. El gobierno amenazó con “medidas especiales” a quienes participen.


Por La Nación

La marcha de los miércoles que realizan jubilados para reclamar mejoras en sus haberes sumó la semana pasada la presencia de un puñado de hinchas de Chacarita Juniors, en un movimiento que esta semana promete multiplicarse a partir de la convocatoria a simpatizantes de otros clubes, un llamado que corre por las redes sociales en imágenes decoradas con los más variados escudos, tanto de instituciones de la Liga Profesional de fútbol como de los torneos de ascenso.

En los últimos días, circularon invitaciones para marchar de sectores de las parcialidades de Boca, River, Independiente, Racing, Estudiantes, Gimnasia y Esgrima La Plata, Argentinos Juniors, Tigre, Lanús, Ferro Carril Oeste, All Boys, Atlanta, Temperley, Almirante Brown, Excursionistas, Deportivo Morón, Quilmes, Nueva Chicago, Los Andes, entre otros clubes. Las consignas suelen ser similares y van desde frases como “Estamos con los jubilados” o “Iremos a la marcha”, hasta otras más provocadoras, como “Basta de pegarles a nuestros viejos” o “Si tocan a los viejos, qué quilombo se va a armar”, además de la sentencia de Diego Maradona: “Tenemos que ser muy cagones para no defender a los jubilados” (que el exfutbolista pronunció en 1992, durante un tumulto cuando le robaron una gorra en plena calle, mientras se desarrollaba una marcha de jubilados y pensionados).

Algunas de las convocatorias lanzadas en los últimos días llevan las firmas de ciertos sectores de las parcialidades, como los casos del “Movimiento Peronista Riverplatense” o los “Hinchas de Gimnasia Autoconvocados”, pero en su mayoría se trata de mensajes sin una firma por detrás, más allá del escudo de cada institución.

La movilización de hinchas frente al Congreso generó reparos de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que adelantó medidas contra “los barras” que decidan participar. “A los barras les vamos a encontrar una medida especial. Ya tenemos el derecho de admisión, le vamos a encontrar una medida especial si comienzan a ir”, dijo en declaraciones a LN+. “Si querés ir y quedarte parado, podés quedarte parado. Le levantás una mano a un policía y vas preso”, abundó, en un reportaje con Infobae.

No se espera que en la manifestación de los jubilados se presenten barrabravas reconocidos, aunque no se descarta la presencia de segundas o terceras líneas, y de hinchas sin pertenencia a las barras, como lo son los agrupados en peñas, según comentó a LA NACION un dirigente político al tanto del armado y la articulación de los hinchas.

Entre figuras del fútbol también circularon mensajes de apoyo al reclamo de los jubilados. Héctor “Negro” Enrique, campeón del mundo en 1986, felicitó a los hinchas de Chacarita que se hicieron presentes el miércoles pasado, cuando hubo enfrentamientos con la policía, que intentaba impedir que la manifestación interrumpiera el tránsito. “Saludar y agradecer a los hinchas de Chacarita que se pusieron a la par de los jubilados, no para pelear pero sí para que nuestros jubilados y jubiladas no se se sientan más solos. Y ojalá se sumen más hinchas e hinchadas”, dijo Enrique en un video.

En la marcha de la semana pasada también se vieron hinchas del Deportivo Laferrere (hinchada amiga de Chacarita). Algunos simpatizantes de Vélez Sársfield se mostraron en el lugar.

El director técnico Ángel Cappa apuntó contra Bullrich por sus advertencias antes de la manifestación del miércoles. “Ya mandó más de mil policías contra la gente mayor que reclama lo justo, lo que les roban, lo que les quitan y les corresponde. Ahora dice que los que van son barras que producen violencia. Y, generalmente, en las manifestaciones Bullrich introduce infiltrados para provocar”, sostuvo el exentrenador de Huracán, River, Racing y Gimnasia y esgrima La Plata, entre otros clubes.

jueves, 18 de noviembre de 2021

El fútbol argentino se une para pedir justicia por Lucas González, el juvenil asesinado por la policía

El jugador de las divisiones inferiores de Barracas Central tenía 17 años y recibió un balazo en la cabeza cuando volvía de entrenar. Jugadores, clubes y técnicos publicaron mensajes en las redes sociales.


Por TN

Clubes y personalidades vinculadas al fútbol argentino utilizaron las redes sociales para pedir justicia por Lucas González, jugador de las divisiones inferiores de Barracas Central de 17 años que fue asesinado por la Policía de la Ciudad cuando salía de entrenar.

Luego del mensaje que se vio en las cuentas oficiales de Barracas, fueron muchos los equipos que se solidarizaron con la familia del joven.

Desde River hasta Sacachispas. Racing, club en el que realizó parte de las inferiores, y también Independiente. Juan Pablo Sorín, exdefensor de la Selección argentina. Muchos mensajes para pedir justicia por Lucas.

El joven futbolista de 17 años de Barracas Central fue baleado en la cabeza por la policía de la Ciudad de Buenos Aires.

“Acaba de fallecer”, anunció un tío “del corazón” del adolescente, identificado como Emmanuel. “La familia está destrozada. Lo único que vamos a pedir es justicia”, afirmó.

El hombre pidió que los responsables vayan presos y dijo que su sobrino venía de jugar al fútbol. “Basta, no queremos más la muerte de chicos que venían de jugar a la pelota. Estos chicos no eran delincuentes. Esto no tiene que volver a pasar”.

Familiares y decenas de vecinos se manifestaron en el barrio porteño de Barracas para exigir justicia.

El Ministerio de Justicia y Seguridad, a través de la Oficina de Transparencia y Control Externo, inició un sumario administrativo a los tres miembros de la Policía de la Ciudad involucrados en el hecho. Mediante esta medida se los desafectó de la función operativa y se los pasó a disponibilidad.

El testimonio de Cintia López, madre de Lucas

En declaraciones al programa Y Ahora Quién Podrá Ayudarnos, de Radio con Vos, la mamá de Lucas González aseguró que su hijo fue víctima de un caso de “gatillo fácil”.

“Lucas salió de entrenar del club Barracas con cuatro compañeros más, ellos iban a probarse porque en el club estaban buscando chicos: había prueba de su categoría. Si bien él estaba en el club hace algunos años, acompañó a sus amigos que son de Florencio Varela. Cuando salieron de entrenar, pararon a comprar un juego, en ese trayecto que suben, porque hasta la señora del kiosco nos dijo que pararon, que se los veía bien, contentos, que venían escuchando música”.

“Por lo que sabemos, los paró un auto con cuatro policías. Uno de los padres de los chicos nos contó que ellos pensaron que los iban a asaltar, aceleraron y en ese trayecto le dispararon a mi hijo”.

La familia decidió donar los órganos

Emmanuel, el tío de la víctima, anunció a TN que la familia decidió donar los órganos de Lucas.

“Tengo entendido que es lo él quería, seguir dando vida, darle vida y alegría a otra persona. Estamos muy felices porque Lucas va a seguir viviendo en otro cuerpo”, afirmó.

martes, 4 de mayo de 2021

Futbolistas colombianos se pronuncian por situación social del país

Varias figuras de la Selección Colombia se expresan sobre la situación humanitaria el país, afectada por una violenta represión policial, que ha causado decenas de muertos, heridos y desaparecidos.



Luego de una semana de Paro Nacional en Colombia, destacados futbolistas del país se expresaron ante la crisis humanitaria causada por la represión oficial. Hasta el momento se reportan al menos 20 manifestantes asesinados por fuerzas policiales, así como decenas de heridos y desaparecidos.

En sus redes sociales, los jugadores pidieron el respeto por la vida y los derechos humanos: “Ante la situación en Colombia rechazo todo acto que viole los derechos humanos. Hago un llamado a la no violencia y pido se valore y se respete el derecho a la manifestación pacífica”, fue uno de los mensajes de Radamel Falcao García, delantero del Galatasaray.

“Expreso mi preocupación y conmoción por los hechos que han venido sucediendo durante la última semana, mi solidaridad con los que han perdido la vida, los heridos y sus familias. Clamo para que se escuche a la gente en sus peticiones”, agregó el goleador.

“Me duele mi tierra tanto como a todos. Siento que no puedo callar por tantas imágenes que he visto, no soy político soy solo un simple colombiano que quiere lo mejor para mi país, todo comienza por la paz, por el respeto, la comprensión y por el derecho que tenemos todos a expresarnos”, dijo, por su parte, Juan Fernando Quintero, hoy en las filas del Shenzhen chino.

Dávinson Sánchez y David Ospina, entre otros jugadores del fútbol local y exterior, publicaron mensajes referidos a la coyuntura nacional, lo que rompe con su hasta ahora tradición de abstenerse de opinar de política.

Este martes, 4 de mayo, se completaron siete jornadas de protesta contra las políticas del gobierno de Iván Duque, que respondió con despliegue policial y militarización de las ciudades. No obstante, las manifestaciones prosiguieron y causaron el hundimiento de un proyecto de reforma tributaria que ampliaba los impuestos a los sectores populares. También renunció su principal promotor, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.

Los abusos policiales contra las manifestaciones han sido reportados en las redes sociales, ante lo cual se multiplicaron los mensajes con etiquetas como "#SOSColombia" y la imagen de la bandera nacional manchada de sangre o con sus colores invertidos.

domingo, 13 de diciembre de 2020

El año de la pandemia fue también el de los deportistas organizados

El signo de 2020 fue el de los torneos en “burbujas”. Pero estrellas del fútbol, la NBA, el tenis y la Fórmula Uno salieron de la burbuja que a veces los aísla y humanizaron el deporte con reclamos colectivos.


Por Roberto Parrottino
Tiempo Argentino

Pierre Webó le preguntó seis veces al cuarto árbitro Sebastian Coltescu: “¿Por qué dijiste 'este negro'?”. París Saint-Germain-Estambul Başakşehir empataban sin goles el martes por la última fecha del Grupo H de la Champions. El árbitro, por indicación del rumano Coltescu, había expulsado al camerunés Webó, asistente técnico del equipo turco. Estallaron en el banco de suplentes. Neymar y Kylian Mbappé, estrellas de PSG, se sumaron a las recriminaciones. “No podemos jugar con este tipo”, instó Mbappé, de padre camerunés. Y los futbolistas, unidos contra el racismo, abandonaron el campo de juego del Parque de los Príncipes. Nunca había sucedido en la historia de los torneos de la UEFA. En las calles de Francia, semana tras semana, hay marchas que piden derogar la “ley de seguridad global”, que prohíbe filmar abusos policiales, resistida por antiinmigrante y antimusulmana. En 2020, los deportistas de élite, desde el fútbol y la NBA hasta el tenis y la Fórmula Uno, se organizaron: lucharon por sus derechos y se involucraron en asuntos sociales. En el año de las competiciones en “burbujas” por la pandemia, muchos salieron de la burbuja real que a veces los aísla en sus vidas. Humanizaron el deporte.

“Cállate y juega”, le había dicho Laura Ingraham, una de las periodistas más reconocidas de Fox News, a LeBron James. Era febrero de 2018. Crítico de Donald Trump, LeBron le respondió: “No nos vamos a callar y vamos a jugar”. Replicó las protestas de Colin Kaepernick, el jugador de fútbol americano que se arrodillaba ante el himno por la vergüenza que le producía un país que perseguía a su pueblo. El Black Lives Matter (“Las vidas de los negros importan”). En junio, después del asesinato de un policía blanco a George Floyd, LeBron se convirtió en el principal exponente en el reclamo de justicia. Y en un líder anti Trump. Lo apoyaron otras figuras de la NBA. Pero en septiembre, después de que un policía le disparara siete tiros al ciudadano negro Jacob Blake, organizó una asamblea en el epicentro de la “burbuja” de Disney, donde se cerraba la temporada de la NBA, y votaron un paro histórico que se replicó en otros deportes. Como en el Masters 1000 de Cincinnati, que se frenó a pedido de la tenista Naomi Osaka, de padre haitiano. “Antes que deportista, soy una mujer negra -dijo Osaka, japonesa, 23 años, quien ya ocupó el Nº 1 del ránking de la WTA-. Ver el genocidio de personas negras a manos de la policía me enferma”. Osaka, ganadora del US Open, mostró barbijos con nombres de víctimas de la brutalidad policial. “Odio cuando dicen que no deberíamos involucrarnos en política y solamente entretener”.

“Los atletas se despertaron en 2020 -dice Dave Zirin, editor de deportes en la revista The Nation- porque vieron las manifestaciones más grandes en la historia de Estados Unidos, después de que el asesinato policial de George Floyd fuera grabado y viralizado por todo el mundo. La burbuja que rodea a los atletas profesionales estalló”. En la Premier League inglesa, la liga más millonaria del fútbol, los jugadores salieron con camisetas del Black Lives Matter y se arrodillaron en las canchas. Marcus Rashford, delantero de Manchester United, uno de los diez futbolistas mejor pagos de Inglaterra, volvió a marcarle la cancha al gobierno conservador de Boris Johnson: le pidió al Parlamento que cubra “todas las comidas infantiles durante los días festivos y las vacaciones hasta el verano de 2021”. A mitad de año, después de publicar una carta, el gobierno había dado marcha atrás con el recorte de comidas en las escuelas en plena pandemia. En asociación con una editorial, lanzó ahora una campaña de lectura infantil. Hijo de Melanie, madre soltera que trabajaba 14 horas por día, Rashford es centro de ataques de partidos y medios de derecha, que le cuentan la compra de propiedades. “Tengo 23 años -les respondió-. Vengo de tener muy poco. Necesito proteger mi futuro y el de mi familia. Por favor, no escriban estos artículos haciendo referencia a mi 'campaña'”.

Lewis Hamilton, el campeón negro de la Fórmula Uno, horadó en el automovilismo, un deporte más cerrado que otros. Se arrodilló en las pistas y subió a podios con buzos que reclamaban el arresto de “los policías que mataron a Breonna Taylor”, ciudadana estadounidense. “Algunos de ustedes figuran entre las más grandes estrellas y sin embargo permanecen silenciosos frente a la injusticia”, les dijo el inglés a los demás pilotos. “Nadie mueve un dedo en mi industria, un deporte dominado por blancos. No se levantaron y se pusieron a nuestro lado”. Siete veces campeón de la Fórmula Uno (igualó a Michael Schumacher), piloto que más dinero ganó en la historia, Hamilton sufrió bullying y racismo en la escuela del barrio de Stevenage y, también, en los años iniciales de karting. Aprendió karate para defenderse, mientras dormía con un póster de Ayrton Senna en la pared de su habitación.

“Ya hemos estado aquí antes, con los proyectos de Derechos Humanos en los Juegos Olímpicos y la Democracia Corinthiana de Sócrates, por ejemplo. Pero sí, este año se ha experimentado un fuerte aumento. Es Black Lives Matter, pero también un número creciente de activistas climáticos entre los deportistas (Héctor Bellerín, Patrick Bamford) y contra la pobreza y el hambre (Rashford) -explica el sociólogo inglés David Goldblatt, autor de libros de fútbol-. Muchos deportistas se están volviendo más seguros a medida que toman más control sobre sus carreras ante los clubes y las federaciones. La antipolítica en el deporte está disminuyendo. Hay atletas más reflexivos y más educados también porque los gobiernos y los oligarcas han hecho del deporte lo que los atletas finalmente se dan cuenta”.

Son deportistas “incómodos”, como la estadounidense Megan Rapinoe, mejor futbolista del mundo, defensora de los derechos de la comunidad LGBT. El cambio propiciará otros a corto plazo. La revista Sports Illustrated eligió a LeBron como el “atleta activista” de 2020. Lo siguió Osaka. Pertenecen a una generación que levanta la voz ante las injusticias y comunican desde las propias redes sociales, un sentido diferente de ser. Sus voces son escuchadas. No sólo permanecen y transcurren. Son los continuadores modernos de Muhammad Ali, el boxeador que le dijo “no” a la Guerra de Vietnam. De los atletas del Black Power, que levantaron el puño con un guante negro en los Juegos de México 68. De Diego Maradona, que se le plantó a la FIFA en el Mundial 86 por los horarios de los partidos en el mediodía mexicano y que creó un sindicato de futbolistas. Fueron símbolos. Excepciones. Ahora parece ser colectivo.

jueves, 27 de agosto de 2020

Las protestas contra el racismo paralizan el deporte en Estados Unidos

La MLB (la liga de béisbol), la MLS (la de fútbol), la WNBA (la de baloncesto femenino) y el tenis se unen al histórico boicot en la NBA por el caso de brutalidad policial en Wisconsin. 


Por Diego Fonseca
El País

Primero fue la NBA, que suspendió los tres partidos de playoffs programados para la jornada del miércoles en la burbuja de Disney World después de que los Milwaukee Bucks boicotearan, en una decisión sin precedentes, el encuentro ante Orlando Magic y no comparecieran en protesta por el caso de brutalidad policial en el que un agente tiroteó por la espalda al afroamericano Jacob Blake en la ciudad de Kenosha (Wisconsin). Y después fueron la MLB (la liga de béisbol), la MLS (la de fútbol), la WNBA (la de baloncesto femenino) y el tenis, con la jornada suspendida en el Masters 1000 de Cincinnati, los que se sumaron al histórico boicot y paralizaron el deporte en Estados Unidos en protesta por la violencia racista y policial en el país.

La tenista Naomi Osaka, ganadora de dos Grand Slam y una de las jóvenes con más talento del circuito, anunció en sus redes sociales que no iba a jugar este jueves la semifinal del Masters 1000 de Cincinnati contra la belga Elise Mertens. ”Antes que una atleta soy una mujer negra. Y siento que hay asuntos mucho más importantes que necesitan atención inmediata en vez de verme jugar al tenis”, argumentó en el comunicado la japonesa, de 22 años. La tenista afirmó que estaba cansada del “continuo genocidio de gente negra a manos de la policía”. “¿Cuándo será suficiente?”, se preguntó en el mensaje, en el que incluyó el nombre de víctimas de violencia policial como Jacob Blake, Breonna Taylor, Elijah McClain y George Floyd, cuyo asesinato a manos de la policía en mayo desencadenó una ola de protestas en todo el mundo bajo el paraguas del movimiento Black Lives Matter. Tras la decisión de Osaka, la ATP y la WTA decretaron la suspensión de la jornada en Cincinnati. “Como deporte, el tenis está adoptando colectivamente una postura contra la desigualdad racial y la injusticia social que, una vez más, ha pasado a primer plano en los Estados Unidos. La USTA, el ATP Tour y la WTA han decidido reconocer este momento en el tiempo pausando el juego en el Western & Southern Open el jueves 27 de agosto. El torneo se reanudará el viernes 28”, anunciaron los organizadores en un comunicado.

Los equipos de la MLS tampoco disputaron la séptima jornada de la liga por el caso de brutalidad policial contra Blake, de 29 años, que el fin de semana recibió siete disparos en la espalda por parte de la policía. Los primeros en tomar la decisión fueron los jugadores del Inter Miami y el Atlanta United, que se enfrentaban en el Inter Miami Stadium (Fort Lauderdale, Florida) y decidieron no jugar el partido. Los deportistas de ambas formaciones posaron abrazados junto a los árbitros en el centro del campo antes de que se suspendiera el encuentro. La mecha prendió y ocurrió lo mismo en el choque entre los Dallas FC y los Rapids de Colorado en Frisco, en el Real Salt Lake-Los Ángeles FC, en el San Jose Earthquakes-Portland Timbers y en el enfrentamiento entre Los Angeles Galaxy y Seattle Sounders, que anunciaron que tampoco saldrían al terreno de juego.

La protesta se hizo extensiva en la MLB y en la WNBA. Los Milwaukee Brewers y los Cincinnati Reds no jugaron su partido de liga en el Miller Park, en Milwaukee. Tampoco se disputó el encuentro entre San Francisco Giants y Los Angeles Dodgers ni el que enfrentaba a San Diego Padres con los Mariners de Seattle, el club con la mayor cantidad de jugadores negros de la competición. En la liga femenina de baloncesto se cancelaron tres encuentros. El sindicato de las jugadoras emitió un comunicado en el que piden enfocar el problema: “Lo que hemos visto en los últimos meses, y más recientemente con el brutal tiroteo policial de Jacob Blake, es abrumador”.

El boicot emprendido por los jugadors de la NBA provocó la cancelación este miércoles de los tres partidos de los playoffs de la competición agendados para la jornada: Milwaukee-Orlando, Oklahoma-Houston y Lakers-Portland. Este jueves, después de que algunas plantillas –sobre todo los Lakers de Lebron James y los Clippers de Kawhi Leonard– pusiesen sobre la mesa la posibilidad de forzar la cancelación de lo que queda de temporada, los jugadores han decidido terminar las eliminatorias.

Muchos deportistas de la NBA habían revelado hacía tiempo su malestar por el racismo policial. Por ejemplo, algunos participaron en las manifestaciones y marchas celebradas en varias ciudades de EE UU en protesta por el asesinato de George Floyd, fallecido por asfixia el 25 de mayo en Minneapolis después de que el agente de policía blanco Dereck Chauvin le clavara la rodilla en el cuello durante 8 minutos y 46 segundos mientras protestaba porque no podía respirar.

El caso de Blake, como el de Floyd, fue grabado en vídeo. En un fragmento de 20 segundos se ve cómo el afroamericano, de 29 años, recibe siete disparos de un agente en la espalda mientras intenta entrar por la puerta del lado del conductor de su vehículo, en el que se encontraban tres de sus hijos. Antes, el propio policía, con un compañero, intentan detenerlo, pero él no les hace caso. El hombre permanece grave en un hospital y los médicos temen que se quede parapléjico. Su muerte desencadenó en Wisconsin protestas antiracistas y contra la violencia policial que en la noche del martes –la tercera consecutiva con disturbios– dejaron dos muertos y un herido.


domingo, 31 de mayo de 2020

El fútbol homenajea a George Floyd: los festejos que pidieron justicia

Achraf Hakimi, Weston McKennie, Jandon Sancho y Marcus Thuram son algunos de los deportistas que han exigido justicia por George Floyd.


Las protestas a raíz de la muerte de George Floyd, el ciudadano negro estadounidense de 46 años que fue asesinado esta semana por un policía de Minneapolis, están provocando grandes estallidos sociales en varias ciudades norteamericanas.

Pero muy lejos de estas movilizaciones que generan conmoción en Estados Unidos hay otro tipo de demostraciones de repudio y condena al asesinato, que se dan en el marco del deporte, como se observó durante el fin de semana en la Bundesliga alemana.

Este domingo, durante el partido en el que Borussia Monchengladbach goleó por 4 a 1 a Unión Berlín, el delantero francés Marcus Thuram protagonizó una escena que enseguida llamó la atención, tras anotar un gol: puso la rodilla izquierda sobre el césped y plantó el brazo derecho en su muslo derecho, bajando la cabeza reflexionando. Permaneció cinco segundos así antes de levantarse para seguir jugando.


En la celebración de primer gol de su cuenta personal, el hijo del legendario defensor Liliam Thuram, utilizó el mismo gesto que popularizó el jugador de fútbol americano de San Francisco 49ers, franquicia de la NFL, Colin Kaepernick, en 2016, para denunciar la violencia policial en Estados Unidos y en apoyo del movimiento 'Black Lives Matter' (las vidas de los negros importan).

Actitudes como la que tomó Thuram también se dieron el la Liga alemana de otras maneras. Uno de ellos fue Weston McKennie, el estadounidense jugador de Schalke 04, que el sábado llevó un brazalete en el que pedía justicia por su compatriota asesinado.

En el triunfo de Borussia Dortmund por 6 a 1 sobre Paderbornse dieron también dos situaciones alusivas al asesinato. El jugador inglés Jadon Sancho, autor de tres goles, festejó uno de sus tantos sacándose la camiseta y mostrando una remera con la leyenda "Justice for George Floyd" (Justicia por Geoge Floyd). Achraf Hakimi, su compañero de equipo, también celebró su gol con un pedido de justicia haciendo una cruz con sus brazos en alto.

La manifestaciones que se vieron por parte de otras figuras del deporte se pudieron ver en frases como la que dejó la ex estrella de la NBA, Kareem Abdul Jabbar, que escribió una estremecedora columna: "Se abrió la temporada de caza de negros", publicó en Los Angeles Times. También conmovió la publicación de Twitter que dejó la joven tenista negra Coco Gauff.

Otros deportistas reconocidos que se hicieron sentir en sus redes sociales fueron el basquetbolista LeBron James y el futbolista Kylian Mbappé, que también pidieron justicia y castigo para Derek Chauvin, el efectivo de la policía de Minneapolis que acabó con la vida de Floyd. El agente fue destituido de la fuerza y afronta una posible condena de hasta 30 años de prisión.

Tomado de lanacion.com.ar

sábado, 27 de enero de 2018

El árbitro policía, los Tupamaros y una noche de tarjetas rojas en La Boca

Alejandro Otero era un comisario uruguayo. Su tarea central fue combatir a la guerrilla. Hasta estuvo a cargo de la cárcel de Punta Carretas, de la que se escapó Mugica. Durante un partido entre Boca y Sporting Cristal por la Copa Libertadores, en la Bombonera, expulsó a 19 jugadores. Y el árbitro policía terminó preso



Por Ariel Bargach

Alejandro Otero era policía. Combatió a la guerrilla uruguaya desde la legalidad. Resistió el juego sucio que proponía la CIA y tuvo sus warholianos minutos de fama cuando, desde la jefatura de Inteligencia asestó duros golpes -así escribían los periodistas- a los tupamaros. Alejandro Otero era, además, un árbitro uruguayo por encima de la media. Cumplió en parte el camino del jugador frustrado: después de hacer inferiores en Rentistas, cuando tenía casi todo arreglado para jugar en Nacional, una rodilla quebrada le vetó la minigloria. Y entonces fue por vías paralelas. Primero, árbitro; después, entrenador. Tuvo su momento de puteadas unificadas en 1971, cuando expulsó a 19 jugadores en la porteñísima Bombonera.

Cuando Otero asumió que no podría ser estrella de fútbol ya había leído mucho a Víctor Hugo y a Fedor Dostoievski. Eso para alegrar a su madre. Para la sonrisa del padre tuvo la decisión de buscar una profesión, así que ingresó al Instituto Profesional de Policía. Hijo de un taxista gallego y de una docente, parte de su infancia la había pasado en Canelones. Su carrera en la institución es una aburrida sucesión de los pasos que deben darse. Otero los dio. Y entonces subió y subió. En junio de 1957, el ya oficial se casó. Después vendrían dos hijos que, entrado el 2018, no quieren hablar con periodistas. Y dos nietos.

Otero fue elegido para viajar a Buenos Aires a formarse en la División de Información Política Argentina (DIPA). El curso incluía materias como inteligencia, contra-inteligencia, tintas invisibles, sabotajes, contra-sabotajes, seguimientos y fotografía. Otero buscó meter la nariz en la lucha de los policías contra las organizaciones armadas de la izquierda y la derecha. De vuelta en Montevideo, a fines de los '50, recaló en la Dirección de Inteligencia, donde la infraestructura escaseaba.

Otero había elegido una forma de interrogatorios que muchos pares cuestionaban. "Los interrogábamos sobre un mismo hecho en mil formas distintas y eso los hacía contradecirse y cambiar lo que habían dicho anteriormente reconociendo el delito", contó alguna vez. Raúl Sendic, luego líder tupamaro, fue de los primeros en soportar el método Otero. Muchos años después, Sendic recordaría en una entrevista a "un oficial de flequillo" con esa particularidad.

Lo otro por lo que se recordaría a Otero ocurrió en una cancha de fútbol. El 17 de marzo de 1971, Boca recibió a Sporting Cristal de Perú en la Bombonera. Era el inicio de la rueda de revanchas. Los dos habían sido campeones en sus países, y la zona la completaban Rosario Central y Universitario de Deportes. El árbitro elegido fue Otero. Hubo 60 mil personas en la cancha. Un triunfo dejaba a Boca muy cerca del pase a la segunda ronda. Flotaba en el aire otro partido entre argentinos y peruanos: el de 1969, cuando la albirroja dejó afuera del Mundial 1970 al seleccionado nacional. Aunque esto era otra cosa.

A los 17 minutos, después de un inicio prometedor, el peruano Juan Orbegoso puso el 1-0. Boca dio vuelta el asunto en cinco minutos: primero Jorge Coch, a los 22, se hizo cargo de un rebote en el travesaño de un tiro de Norberto Madurga, y después Angel Rojas, el gran Rojitas, a los 25, puso su apellido en el último lugar de una interesante jugada colectiva. Con ese 2-1 se fueron al entretiempo. A la vuelta, Sporting salió a jugarse unos soles al empate. A los 24 se congelaron las tribunas bosteras: tiro de Alberto Gallardo, rebote en el arquero Rubén Sánchez, arremetida de Carlos González Pajuelo. Era 2-2. Hasta que llegó, siempre llega, el minuto 41. Dirigía, repasemos, el uruguayo Alejandro Otero.

Roberto Rogel cayó en el área buscando vender un penal que nadie compraría. Y apenas segundos después Rubén Suñé jugó al doctor y atendió a Quesada, el gesto justo para la gresca generalizada. Al amontonamiento todos contra todos le siguieron otras escenas: Suñé corrió a Alfredo Gallardo con el palo del banderín del corner, el peruano voló y su botín pegó en la cara del boquense, y el Chapa sangró. Eloy Campos cayó y ya en el piso recibió un patadón de Coch que lo dejó con el tabique roto y sin conocimiento. Fernando Mellán trató de defenderlo, pero Coch se las arregló también con él. Orlando de la Torre se acordó de su escuela primaria y se bancó a 2 o 3 boquenses juntos. Algo parecido hizo el arquero Sánchez, aunque parecía tener un especial gusto por González Pajuelo. Roberto Rogel y el técnico José María Silvero también jugaron al "veníveníapeleá". Los jueces de línea huyeron al vestuario. Otero, of course, decidió que Boca-Sporting no seguía.

El partido se volvió record: 19 jugadores expulsados. Casi todos. Se salvaron los dos arqueros, Sánchez y Luis Rubiños, y el defensor Julio Meléndez, justamente un peruano. El capítulo siguiente fue en la Comisaría 24. Regía una disposición del general Mario Fonseca –ex jefe de la Policía del dictador Juan Carlos Onganía- que ordenaba la detención de jugadores por violencia en las canchas. Y en el país de Roberto Levingston (le quedaba poquito en la presidencia) se obedecía. La mayoría quedó libre al mediodía del 18. Cargaban con una pena de 30 días de arresto, pero las gestiones de la embajada peruana en Buenos Aires permitieron una medida excepcional: se conmutaba la condena y todos salieron.

El árbitro, mientras tanto, se cambiaba en el vestuario. Ya había puteado a sus colegas por la cobardía del escape, y estaba por rezarle a la Virgen que siempre llevaba encima cuando entró un oficial vestido de civil:

-¿Quién es el árbitro?

-Soy yo.

-Usted es el culpable. Si cobraba el penal se evitaba todo esto.

-Pero si el jugador se cayó solo.

-Está detenido e incomunicado.

-Yo soy policía.

-Usted será policía en Uruguay. Acá es uno más y está detenido.

-Al menos déjeme ducharme.

Después de la ducha, Otero terminó preso.

En el centro exacto de esta historia, se cruzaron las dos profesiones de Otero. Agonizaban los ´60, cuando el entonces jefe de la Policía, Ventura Rodríguez, citó al comisario-árbitro para transmitirle la preocupación del gobierno por su exposición.

-A usted los tupamaros lo van a matar en cualquier cancha. Anda regalado, sin custodia, dentro de un campo, y le van a pegar un tiro en cualquier momento.

-Mire, jefe. Dentro de la cancha no tengo custodia, pero tampoco la tengo en mi vida diaria. Y le cuento que como policía gano $ 200 por mes, y haciendo de payaso en un estadio más de 300. Más lo que me pagan en dólares cuando dirijo en el exterior.  ¿Qué le parece que debo dejar?

De la cuestión no se habló nunca más, pero algunos meses después Otero recibió, de un taxista, el dato de que sí buscaban matarlo. Al tachero lo habían secuestrado y lo tuvieron en la puerta de la casa del policía toda la madrugada, pero Otero nunca llegó porque estaba en un operativo. Al amanecer, los tupas se fueron.

El paso de Otero por Inteligencia acumuló choques con sus pares. Otero no sólo resistía la ayuda de la CIA y los métodos perversos, sino que, además, prefería a su propia gente en los operativos, constataba y hacía informes del estado de salud de los detenidos antes de entregarlos a otra fuerza y discrepaba a menudo con sus superiores. Su mudanza era cantada, y para cuando lo trasladaron a la Escuela Nacional de Policía en Uruguay ya actuaba, además del MLN-Tupamaros, la OPR 33. Fue en 1970 y, según el poli-árbitro, el 100% de los guerrilleros estaba ya identificado.

Además, un informe del Departamento de Estado de EE UU señalaba que Otero "trataba en forma humanitaria" a los tupamaros, una conducta casi mal vista entre pares en la época.

En 1971, los colorados ganaron unas cuestionadas elecciones y José María Bordaberry llegó al gobierno, ante las quejas del Partido Nacional. Los tupamaros subieron la apuesta. Actuaba también, además de la OPR 33, FARO, otra flamante organización. En septiembre hubo una fuga masiva de presos del penal de Punta Carretas. Y otra vez llamaron a Otero, esta vez para nombrarlo director de Instituciones Penitenciarias. En abril de 1972 le tocó a Otero ser el burlado. Doce guerrilleros y diez presos comunes salieron de Punta Carretas. Uno de los fugados era José Mujica.

Un año después, el entonces ministro del Interior, coronel Daniel Bolentini, apareció sin aviso por la cárcel. En la entrada preguntó por el inspector Otero y nadie se atrevió a una respuesta. Cuando el silencio se hizo absurdo, un guardia fue machito:

-Está jugando al fútbol.

-¿Jugando al fútbol? ¿Dónde? ¿Con quiénes?

-Acá en el patio. Con los presos.

-¿Con los presos comunes o con los tupas? 

-Con los presos comunes, señor. Con los tupas juega al vóley.

En adelante se lo prohibieron, obvio.

Julio María Sanguinetti fue la salida uruguaya de la dictadura. Y Otero llegó a inspector general, el grado máximo del escalafón policial. El primer problema lo tuvo por su defensa del Penal de Punta Carretas, en cuyo predio podía concentrarse, pensaba, el policlínico, los institutos de formación, la guardería, los servicios sociales. El plan (triunfante, al cabo) era hacerlo centro comercial.

Pasaron muchos años hasta que la revista Mate Amargo, de innegables simpatías tupas, lo convocó para una entrevista. Era julio de 1998, y policía y ex guerrilleros se miraban con ese curioso respeto que se le tiene al ex enemigo leal. Eleuterio Fernández Huidobro, ex jefe del MLN, luego senador, luego ministro, contó entonces que tras la toma de la ciudad de Pando, en 1969, los detenidos fueron muy golpeados por la Policía e iban camino a ser ejecutados, hasta que cayeron en manos de Otero, que no sólo los hizo desatar y les dio un trato humano, sino que hasta elogió la calidad de la falsificación de las cédulas de identidad que llevaban. Era el poli bueno.

-Lo tuvimos en la mira para matarlo, pero había mucha gente y usted estaba con tu familia. No correspondía-, le dijo Otero.

-Nosotros también tuvimos chance de matarlo -le contestó Huidobro Fernández Huidobro-. Estaba solo, en una heladería, y nosotros éramos varios armados hasta los dientes. Pero si lo matábamos a usted podía venir uno peor, que nos torturara.

El escritor Mauricio Rosencof admitió que Otero los combatió "de un modo muy limpio". Raúl Sendic pedía cuidado a sus compañeros, porque "hay un oficial flaquito, de flequillo, que no grita ni se altera, pero sabe preguntar". El tipo al que le gustaba hacerse odiar, el que eligió dos profesiones para el insulto, intentó en el 2009 llegar a la Cámara de Diputados en una lista del Partido Nacional. No pudo. Y vio cómo muchos de aquellos guerrilleros, ahora canosos, llegaron al gobierno por medio de los votos.

Otero murió en agosto del 2013. Las notas en el paisito hablaron entonces de "el hombre que venció a los tupamaros". Y del tipo que echó a 19 jugadores en la Bombonera.

*Publicado originalmente en Tiempo Argentino

martes, 4 de abril de 2017

San Mamés exige justicia para Iñigo Cabacas

El recuerdo a Iñigo Cabacas, fallecido hace cinco años a causa de un pelotazo de la Ertzaintza, se ha hecho notar en el partido Athletic-Espanyol. Miles de aficionados mostraron cartulinas con mensajes reclamando justicia



Por Naiz

La grada de animación que lleva el nombre de Iñigo Cabacas ha repartido 10.000 cartulinas con la cara del joven aficionado fallecido tras recibir un pelotazo de la Ertzaintza en 2012.

Al cumplirse el minuto 28, miles de aficionados han levantado esos carteles para reclamar justicia para Iñigo Cabacas y apoyar a sus amigos y familiares.

Precisamente, este mes se cumplen cinco años de su muerte después de haber recibido el impacto de una pelota de goma lanzada por la Policía autonómica mientras se encontraba celebrando el pase del Athletic a las semifinales de la Europa League tras ganar al Schalke 04 en San Mamés.

Esta misma semana, se ha conocido que tres mandos de la Ertzaintza serán juzgados por el homicidio imprudente del joven.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Autoridades españolas prohíben "esteladas" en la final de la Copa del Rey

La bandera independentista catalana fue proscrita en el partido que disputarán el Barcelona y el Sevilla en Madrid


Las autoridades civiles y militares encargadas de organizar la final de la Copa del Rey de esta temporada anunciaron la prohibición de las banderas esteladas (que reivindican la independencia catalana).

La restricción operará en el partido que disputarán el Barcelona y el Sevilla en el estadio Vicente Calderón, de Madrid, este 22 de mayo, donde tampoco se podrán lucir símbolos políticos. La medida fue tomada como parte del dispositivo de seguridad y arguyendo la Ley del Deporte.

Ante el anuncio, los hinchas del "Barça" han planteado otras alternativas para expresarse, como acudir al estadio con esteladas azulgranas, camisetas con el símbolo independentista o pintas en la cara.

El presidente catalán, Carles Puigdemont, señaló que no asistirá al juego porque la prohibición de las banderas independentistas en el estadio le parece una "grave vulneración del derecho de expresión".

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, también cuestionó la medida. "En los estadios deportivos debería prevalecer la libertad de expresión. Prohibir las esteladas no sólo es autoritario; es ridículo", afirmó en sus redes sociales.

martes, 26 de abril de 2016

La tragedia de Hillsborough fue un homicidio, no un accidente

Los fallos de la policía provocaron 96 víctimas en un partido en Inglaterra en 1989. El jurado exime a los aficionados del Liverpool




Por Pablo Guimón
El País

La muerte por aplastamiento de 96 personas el estadio de Hillsborough, hace ahora 27 años, no fue un accidente. Aquellos fans del Liverpool, con edades comprendidas entre los 10 y los 67 años, fueron víctimas de un homicidio imprudente, atribuible a la policía. Esa es la conclusión a la que ha llegado este mediodía el jurado, formado por seis mujeres y tres hombres, constituido hace dos años.

Familiares de las víctimas se abrazaban emocionados a las puertas del edificio de Warrington, en el norte de Inglaterra, donde los miembros del jurado se reunían desde marzo de 2014 y donde pasadas las 11 de la mañana ha comunicado su decisión. Unos y otros podrán, al fin, pasar la página del proceso judicial más largo de la historia legal británica. (Leer también Todo Liverpool se vuelca en homenaje a las víctimas de Hillsborough).

El jurado ha llegado a la conclusión de que los fallecidos fueron víctimas de homicidio, atribuible a la deficiente actuación policial, antes y durante el partido. También ha concluido que el comportamiento de los hinchas del Liverpool no causó ni contribuyó a la tragedia. Tras una campaña de 27 años por parte de los familiares de las víctimas, la memoria de la afición del Liverpool ha quedado limpia. Un canto espontáneo de You’ll never walk alone, el himno del equipo, acompañó a la salida del juzgado las lágrimas de los familiares.


La decisión supone el fin de un doloroso proceso. El 15 de abril de 1989, durante la semifinal de la Copa de Inglaterra entre el Liverpool y el Nottingham Forest, se escribió la página más trágica del fútbol inglés. Las semifinales, como las finales, se juegan en partido único en campo neutral, y aquella se celebró en el estadio de Hillsborough, en Sheffield. El partido duró solo seis minutos, pero la afición del Liverpool no lo olvidará nunca.

A pesar de que habían acudido muchos más aficionados reds, al Liverpool se le asignó la parte más pequeña del estadio. En las gradas centrales, detrás de una de las porterías, se amontonaba de pie el doble de público de lo permitido. Miles de aficionados presionaban en el exterior del estadio para entrar, y se tomó la decisión de permitir que accedieran, lo que agravó aún más la situación. La grada se convirtió en una trampa mortal.

Las rejas que separaban al público del césped impedían a la gente escapar. Los movimientos en la grada hacían pensar a la policía que se preparaba una invasión del campo, y pidieron refuerzos para controlar esa posible invasión. Hay que recordar que no estaba lejos el auge del fenómeno hooligan: sólo habían pasado cuatro años desde la tragedia de Heysel.

La situación era ya grave pero el partido empezó a su hora. La tensión creció con un tiro al palo en el minuto 4 en la portería opuesta. Poco después, la policía al fin se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo y ordenó parar el partido y abrir las pequeñas puertas de acceso al terreno de juego. Unos escapaban hacia el campo, otros se encaramaban a la grada. Los heridos eran trasladados encima de anuncios que hacían las veces de camillas. El balance fue de 96 muertos y casi 800 heridos.

En diciembre de 2012 se ordenó una nueva investigación de los hechos, después de que el Tribunal Supremo londinense anulara los veredictos de muerte accidental dictados 21 años antes. Una investigación independiente había aportado nuevas pruebas que exoneraban de cualquier responsabilidad a los hinchas. (Ver Policía británica alteró pruebas de la tragedia de Hillsborough).

Hasta 58 personas perdieron a un padre o una madre en la tragedia. Algunos de ellos han acudido cada día a las sesiones del juicio. Las familias de las víctimas, a través de un comunicado, han declarado que las conclusiones del jurado “compensan completamente” la larga lucha por la justicia.

lunes, 9 de febrero de 2015

Egipto: 22 muertos en nuevo episodio de violencia en el fútbol

Un enfrentamiento entre hinchas y la Policía en las afueras de un estadio en El Cairo dejó al menos 22 víctimas mortales, a tres años de la tragedia de Port Said



Al menos 22 personas murieron en una batalla campal que se desató a las afueras de un estadio de El Cairo, reportaron medios egipcios e internacionales.

El incidente se produjo el domingo pasado en el marco del partido entre los clubes Zamalek y ENPPI, de la primera división egipcia, en el Estadio Defensa Aérea, en las afueras de El Cairo.

Se trata del más reciente episodio trágico de violencia en el fútbol egipcio. En febrero del 2012, en un partido en Port Said, graves incidentes dejaron un saldo de 74 muertos.

Versiones encontradas

Según funcionarios de seguridad, los choques iniciaron porque los hinchas de Zamalek intentaron ingresar al estadio sin tener entradas. Pero los hinchas de Zamalek indicaron en su página oficial en Facebook que la violencia se precipitó porque las autoridades sólo abrieron una puerta para el ingreso al escenario.

También acusaron a las autoridades de haber rodeado con alambres las puertas del club para impedir los accesos y de lanzar gases lacrimógenos, causando desmayos y síntomas de asfixia entre los aficionados.

Por su parte, el Ministerio del Interior egipcio explicó en un comunicado que los aficionados intentaron irrumpir por la fuerza en el estadio, supuestamente sin haber comprado las entradas para el encuentro, que estaban limitadas a unas diez mil personas. Ante esa situación, agregó, la policía tuvo que intervenir para evitar que esas personas "dañaran la propiedad pública".

Las autoridades también reportaron que los hinchas quemaron un vehículo oficial y los agentes respondieron para detener a los responsables del ataque.

El partido entre el Zamalek y el ENPPI, de la primera división de la liga, fue retrasado por los enfrentamientos, aunque finalmente se jugó y terminó en empate 1-1.

sábado, 25 de octubre de 2014

La gaseosa que censura

En Colombia, si ponés una bandera contra Postobón te echan del estadio. Algunos hinchas empezaron a cansarse de que el fútbol del país tenga un dueño. 


Por Revista Un Caño

El sábado, Deportivo Independiente de Medellín y Tolima jugaron un lindo partido en Colombia. Fue victoria 3-2 para la visita. Pero lo más interesante pasó en las tribunas. Un grupo de hinchas del DIM desplegó unas banderas en contra del principal patrocinador del fútbol colombiano y la Policía los amenazó con sacarlos del estadio Atanasio Girardot si no bajaban los trapos de inmediato. Parece que para los dueños del fútbol colombiano a la cancha se va a consumir y a gritar. Tener ideas críticas y expresarlas no está bien visto.

Estos hinchas del DIM, miembros de Antifa Medallo, una organización antifascista que milita en contra del fútbol-negocio, fueron a la cancha, como suelen hacerlo, para alentar a su equipo, uno de los más populares de Colombia. Durante el partido, desde la bandeja superior del estadio, exhibieron unas banderas que decían: “El fútbol es del pueblo.  No Más Liga Postobón”. Automáticamente, los trapos llamaron la atención de todos.

Policías y personal del estadio se acercaron para exigirles que los sacaran y los amenazaron con expulsarlos sino obedecían. Mientras, otros hinchas silbaban y les pedían que se fueran a los que querían censurarlos. “Finalmente tuvimos que guardar los trapos”, nos contó uno de los miembros de Antifa que prefirió no identificarse. Les dijeron que el pedido venía del jefe de seguridad del DIM y de directivos de la Dimayor (la División Mayor del fútbol profesional) entre ellos su presidente, Luis Bedoya. Al rato, agregaron, “el locutor del estadio dijo que si no se retiraba (la bandera) iba a traer sanciones para el equipo y la hinchada”.


Cuando terminó el partido, las fuerzas de seguridad les pidieron que no repitan la protesta en las próximas fechas. La gente de Antifa Medallo ya avisó que lo volverán a hacer. El eje de su reclamo es “en contra del fútbol moderno, el fútbol negocio en el que intentan convertir todos nuestros clubes tradicionales”. Reconocen que en la actualidad no se puede pretender que los equipos no se vinculen con el capital privado para financiarse, pero plantean que ese dinero debe ser utilizado para el “aprovechamiento deportivo” del club: mejorar las instalaciones de la institución, pagar salarios a tiempo, construir una sede, etcétera.

Sus insultos van contra las empresas que están utilizando a los clubes de fútbol para aumentar sus ganancias y que no dejan nada para las comunidades a las que esas instituciones representan. El caso del fútbol colombiano, donde la mayoría de los clubes son sociedades anónimas, es paradigmático. En el último tiempo, la Primera División se pobló de equipos fantasma, sin identidad, sin cancha y casi sin socios, montados por empresas privadas como herramientas de marketing: Aguilas Doradas, Fortaleza, Uniautónoma, Alianza Petrolera, Boyacá Chicó, Patriotas, La Equidad. Mientras muchos equipos históricos, tradicionales, como América, Unión Magdalena, Cúcuta, Deportivo Pereira, Quindío o Real Cartagena, por nombrar algunos, cayeron a Segunda.

Hoy, todo el negocio del fútbol profesional colombiano está en manos de su principal auspiciante, la empresa de bebidas no alcohólicas Postobón, la mayor de las veinte compañías que componen el grupo económico que lidera Carlos Ardila Lülle. Como destacan los muchachos de Antifa, Colombia es la única Liga del mundo donde un club de fútbol de Ardila Lülle (Atlético Nacional, vigente tricampeón), patrocinado por una empresa de Ardila Lülle (Postobón), gana una copa con el nombre de la empresa de Ardila Lülle (Liga Postobón), y todo se trasmite por el multimedio de Ardila Lülle (RCN TV y Radio).


El domino de Postobón es tan grande que el pedido de la gente de Antifa Medallo, de cortar con su monopolio, es apenas liberal. Ardila Lülle, uno de los mil hombres más ricos del mundo -742 según Forbes-, se metió en el fútbol colombiano en 2004 cuando compró el 75% de Atlético Nacional por 8 millones de dólares, según el diario El Tiempo. Pero fue recién hace cinco años cuando comenzó a montar el actual imperio futbolero. Entonces, la Dimayor, que tenía todo acordado con Coca-Cola, decidió aceptarlo como patrocinador oficial de Primera, Segunda y de la Copa Colombia. La propuesta del Grupo Ardila, casi 22 millones de dólares por cinco años de contrato, más que lo que había ofrecido el banco español BBVA y la gaseosa de EE. UU., se impuso, afirma el matutino La República, porque ofreció un adelanto inmediato de 11 millones de dólares. Los directivos no pudieron resistirse ante tanto billete verde junto.

De ahí en más, el Grupo Ardila construyó un monopolio cada vez más firme. En 2011, su multimedio, RCN, renovó por cinco años el contrato para transmitir el fútbol local en TV abierta. Ese mismo año, empezó a poner dinero en Alianza Petrolera, que ahora juega en Primera. Hoy, el grupo patrocina a Alianza y a cinco de los más grandes: Atlético Nacional, Millonarios, Santa Fe, Cali y, desde hace poco, a DIM.

Por todo esto, la gente de Antifa mostró esas banderas en la cancha. Su posición es clara: “Rechazamos este monopolio y las lógicas en las que está inmerso nuestro fútbol. Queremos un fútbol limpio, un fútbol popular, de la gente”. Ni Dimayor, ni la Policía, ni la Federación colombiana, ni Postobón hicieron comentario alguno sobre lo que pasó el sábado. Sería bueno que lo hagan. A ver cómo lo explican.

martes, 15 de abril de 2014

Todo Liverpool se vuelca en homenaje a las víctimas de Hillsborough


Por Helen Percival
AFP

Las campanas de las iglesias de Liverpool sonaron este martes por los 96 aficionados muertos de Hillsborough y el estadio de Anfield fue escenario de un emotivo homenaje en el 25 aniversario de la mayor tragedia del fútbol inglés.

Miles de personas se reunieron en el estadio del club para un oficio religioso en el que se leyeron los nombres de los aficionados que el 15 de abril de 1989 murieron asfixiados y aplastados en una tribuna del estadio de Hillsborough, en Sheffield.

A las 3:06 de la tarde se hizo un minuto de silencio que se respetó en toda la ciudad -el transporte público se detuvo-. A esa hora exacta se paró el partido de Hillsborough entre el Liverpool y el Nottingham Forest, a los seis minutos, cuando se hizo evidente que en la tribuna de los hinchas 'reds' algo no iba bien.

Cientos de bufandas enviadas por los clubes británicos adornaban las tribunas de Anfield. Steven Gerrard -cuyo primo fue la víctima más joven de la tragedia, con 10 años- , Luis Suárez y la plantilla actual, líder en la liga, compartió tribuna con la de entonces, los Alan Hansen, John Aldridge y el entrenador Kenny Dalglish.


También estaban las familias de las víctimas, que este año conmemoran la tragedia con un consuelo: tras 25 años de lucha, la policía y las autoridades que dijeron que los espectadores iban borrachos y no llevaban entrada, están siendo investigados por tratar de encubrir sus negligencias. (Ver "Policía británica alteró pruebas de la tragedia de Hillsborough")

"No tengo que explicarlo, todos ustedes saben por lo que hemos luchado y lo que hemos sufrido", dijo Margaret Aspinall, la presidenta del Grupo de apoyo a las familias de Hillsborough, que perdió a su hijo James.

Luchar por la liga

La conmemoración se da en un momento deportivo dulce para el Liverpool, que está líder y a unas pocas victorias de ganar la Premier League por primera vez en 24 años, casi tantos como Hillsborough.

"El estrés te da el coraje para luchar y eso es lo que vais a hacer para ganar esta liga", dijo Aspinall, la presidenta del Grupo de apoyo a las familias de Hillsborough.

"Todos ustedes han estados unidos durante estos 25 años para hacer justicia", dijo Brendan Rodgers, el técnico del equipo. "Eso es lo que me inspira a diario como entrenador de este equipo".

Solidaridad del Everton

Roberto Martínez, el técnico español que dirige al gran rival de la ciudad, el Everton, también intervino en el acto recordando la lucha de las familias. "No fue ni correcto ni justo" que las familias tuvieran que luchar "por restaurar el buen nombre de los seres queridos".

"En 1989 tenía sólo 15 años, era un niño loco por el fútbol, de una familia loca por el fútbol. Y nos enteramos de lo que había ocurrido en Hillsborough", recordó Martínez. "¿Cómo puede alguien no volver de un partido de fútbol? ¿Cómo puede morir alguien viendo el juego que adora? No es correcto ni justo", agregó.

El Everton erigirá en Goodison Park, su estadio, un monumento recordando a las víctimas, anunció el entrenador.

La ceremonia acabó con la canción "You'll never walk alone", el himno del Liverpool, cantada por Gerry Marsden, su compositor, y por todo el estadio.

lunes, 31 de marzo de 2014

Bufandas de todo el mundo para homenajear a las víctimas de Hillsborough

Liverpool convocó el apoyo de todos los aficionados en el 25º aniversario de la tragedia donde murieron 96 de sus hinchas, que recibirán tributo el 15 de abril.


Por Javier Trullols

El Liverpool está pidiendo a los aficionados al fútbol de todo el mundo que les envíen bufandas de sus equipos para mostrar su apoyo al 25º aniversario del desastre de Hillsborough, que se recordará con un servicio conmemorativo en Anfield el 15 de abril.

En ese acto se recordará a los 96 aficionados que trágicamente fallecieron en la semifinal de la FA Cup contra el Nottingham Forest en Sheffield en 1989. (Ver: "Policía británica alteró pruebas de la tragedia de Hillsborough")

Fuentes del club indican que Kenny Dalglish, manager del Liverpool en el momento del desastre, ha contactado con los 92 clubes de la Liga inglesa para pedirles que donen una bufanda, que se utilizarán para formar un número 96 en el terreno de juego.

“Hasta el 8 de abril el Liverpool aceptará cualquier bufanda de cualquier club y de cualquier deporte. Pedimos a aquellos que envíen una bufanda que escriban un mensaje a las familias de Hillsborough, como otra manera de apoyarles en el 25º aniversario de la tragedia”, señala el comunicado del club.

Todos los interesados deben enviarla a la siguiente dirección: Hillsborough Scarves, 20 Chapel Street, Liverpool, L3 9AG.

Los futbolistas del primer equipo del Liverpool, asimismo, portarán unos parches conmemorativos en las camisetas con las que jugarán ante el Manchester City el 13 de abril. Un pequeño gesto, complementado por otros como el del capitán Steven Gerrard, que ha donado 96.000 libras a los familiares de los damnificados en Hillsborough.

viernes, 10 de enero de 2014

Entendiendo Hamburgo: St. Pauli FC y un cepillo de baño

Los rasgos de identidad cultural que han hecho posible la fuerte reacción en torno a la defensa del centro social Rote Flora.



Por Lara Hernández
Rebelion.org

El pasado 21 de diciembre aproximadamente 8.000 personas salieron a la calle en una manifestación convocada bajo tres lemas: contra la inminente venta del inmueble que durante más de 24 años ha okupado el mítico Centro Social Rote Flora; contra el desalojo sin previo aviso de varias familias de las llamadas “Esso-Häuser”, viviendas pertenecientes a la empresa petrolera estadounidense Esso; y contra el trato que la Unión Europea está dando a los 5.700 refugiados expulsados de Italia en Marzo del 2013 ahora dispersos en varios países de centro Europa. En Hamburgo viven varios de ellos acogidos por las vecinas y vecinos en la parroquia del barrio de Sankt Pauli, agrupados bajo el nombre de Lampedusa-Gruppe.

Apenas comenzada la marcha, y según fuentes de la organización, la policía bloqueó su recorrido generando una situación de enfado generalizado ante la retención inmediata de una manifestación que había sido legalizada. A raíz de ahí surgieron los disturbios. El resultado: más de 500 manifestantes y 120 policías heridos.

El segundo hecho nos lleva al 28 de diciembre: la policía afirma que varias personas enmascaradas atacaron la comisaría situada en el famoso barrio de Sankt Pauli. La versión policial dice que entre 30 y 40 personas lanzaron piedras y botellas directamente contra las/os agentes que salían de la comisaría. Resultado: un policía herido de gravedad. El equipo de abogados del Rote Flora así como muchas voces de la izquierda mediática del país dudan sobre esta narración de los hechos. Varios indicios muestran que ni estaba previamente planeado ni necesariamente tiene conexión con la manifestación del 21 pues no es la primera vez que se produce un ataque a la famosa comisaria de David situada en pleno corazón de uno de los barrios rojos más famosos de Europa.


¿Pero qué es lo que está pasando en Hamburgo realmente? Hamburgo es la segunda ciudad más poblada de Alemania después de Berlín pero a diferencia de ésta – situada en el lado occidental del telón acero y con una escasa tradición de okupación– su hermana mayor Hamburgo cuenta con una elevada tradición de Casas proyecto (Hausprojekt ) y centros sociales.

La ciudad de Hamburgo es además uno de los 16 estados federados alemanes por lo que las funciones del alcalde de la ciudad se ajustan más a las de un ministro-presidente que a la de un alcalde convencional. En Hamburgo, el gobierno alemán, como un gobierno estatal, es responsable de la educación pública, de las instituciones penitenciarias y de la seguridad pública. Actualmente gobernada por el SPD, Hamburgo es una de las ciudades más sólidas económicamente de Alemania, es el segundo puerto europeo y tiene una de las rentas per capita más altas del país. Pero en la ciudad todavía se sienten con fuerza diferencias y desigualdades sociales entre una clase alta y una clase media desplazada que todavía hoy paga los platos rotos de una injusta “reunificación” oriente-occidente.

Hasta el momento, lo que más ha aparecido en prensa ha tenido que ver con el desalojo del CSO Rote Flora, del que ya mucho se ha escrito. Sin lugar a dudas el Rote Flora ocupa una pieza importante en todo este puzzle, en la medida en que desencadena todo lo ocurrido y además, lamentablemente, se cierra. El desalojo del Rote Flora lleva siendo desde hace años la crónica de una muerte anunciada: anunciada no sólo judicialmente sino también por las lógicas de mercantilización de espacios en los centros de las ciudades europeas, la conocida como gentrificación, tan acusada en las ciudades alemanas y que hace que espacios de encuentro ciudadano como éste no puedan darse.

Pero más allá de repetir las mismas cosas, vamos a poner por un momento el foco de atención sobre lo ocurrido el 28 de diciembre en Sankt Pauli.

Para comprender las dimensiones del Gefahrengebiet (literalmente, zona de peligro o excepción) tenemos que dejar sentado desde el principio que lo que pasó el 28 de diciembre ha sido instrumentalizado por la policía para legitimar el estado de excepción habilitado posteriormente en tres barrios de la ciudad.

El barrio de Sankt Pauli, en donde ocurrió el ataque a la comisaría, es conocido por su tradición reivindicativa íntimamente ligada al fútbol. Este barrio es conocido por su equipo de fútbol que juega actualmente en la segunda división alemana. Una de las peculiaridades del club, es que sus jugadores salen al terreno de juego mientras suena la canción Hells Bells de AC/DC. En los años 80, el St. Pauli se convirtió en el primer equipo en Alemania en prohibir oficialmente los símbolos fascistas y las actividades nacionalistas, en una época en que el fascismo estaba muy presente en las hinchadas ultras de fútbol.

El fútbol tiene una especial importancia en Alemania: tras la segunda guerra mundial se convirtió en uno de los símbolos de la normalización de lo cotidiano y aquí, como en otros países, es usado estratégicamente para crear un sentimiento nacional fuerte (que incluso incita a la violencia: en alemán la pelota no se “roba”, se “conquista”). Tiene una relevancia tal que hasta Merkel no se quiso perder el partido de la Eurocopa de Alemania-Grecia, comentado por los medios alemanes no por su relevancia deportiva precisamente, sino anclado evidentemente en otros factores.

Pues bien, en 1981 el equipo de St. Pauli tenía una asistencia media de sólo 1.600 espectadores por partido: antes de finales de los años 90 ese promedio aumentó a 20.000 espectadores por partido. No es casualidad además, que las instalaciones del equipo estén situadas en el centro cultural y político de la ciudad, en la Reeperbahn conocida como die sündige Meile (la milla del pecado). Esta junto con la calle “Große Freiheit” (Gran Libertad) son conocidas por ser uno de los barrios rojos más importantes de Europa en el que el ejercicio de la prostitución es legal en determinadas franjas horarias. Merece la pena mencionar además que la calle “Gran Libertad” recibe su nombre porque era el único lugar en que se le permitía a los católicos practicar su fe, cuando este distrito aún no pertenecía a Hamburgo.

Probablemente no seré yo la única a la que le viene a la cabeza el ejemplo del barrio madrileño de Vallekas – entre otros - cuando releemos la historia de este barrio alemán. En lugares como estos, la izquierda se construye alrededor de un sentimiento de pertenencia a un lugar. La identidad política se construye en torno a una identidad cultural. Sankt Pauli es un ejemplo más. Lo que está pasando en Hamburgo ahora no es más que la punta del iceberg de un movimiento comandado desde arriba que sólo busca eliminar mediante la criminalización de la protesta social y un pánico generado artificialmente, los lugares de resistencia activa frente al Gobierno de Merkel. Lugares con larga tradición en Hamburgo pero totalmente invisibilizados por los grandes medios de comunicación. Se vende miedo a cambio de seguridad, supuesta “protección” a cambio de suprimir el debate político. Se vende una Alemania "motor de Europa” con paz social a cambio de una represión casi militarista. Y es que más allá de debates sobre qué lado debe asumir responsabilidades, lo que está en peligro aquí es la libertad de reunión y la libertad de expresión que se atreva a poner en cuestión el régimen.

En palabras de un portavoz de la Rote Flora:

"Nosotros vemos en el hecho de que hayan puesto este “área de peligro” una continuación del aumento exponencial de esta línea política que comenzó el día 21 de diciembre con la suspensión del derecho a la libertad de reunión. […] Para empezar tenemos que decir que la manifestación del 21 de diciembre estaba legalizada con un recorrido que podía dificultar la propia manifestación y que inmediatamente después de que la manifestación se pusiera en marcha fue parada por la policía. La policía aseguró que fue por el lanzamiento de botellas y piedras. Actualmente está suficientemente demostrado mediante grabaciones de vídeos que no fue así y que en ese sentido se puede demostrar que no hubo motivo para que la policía actuara de ese modo. Ya he dicho claramente que hubo un debate y una ira generalizada porque el derecho a reunión había sido suspendido. Acerca del ataque a la comisaría de David el día 28 de diciembre hay actualmente dudas considerables acerca de la versión policial sobre el hecho de que en algún momento haya habido un ataque organizado tal y como reza la versión oficial de la policía. Hamburgo ha establecido tres zonas de peligro en la ciudad. Esto es es una demostración de poder. Este delimitación de las zonas de peligro es intentar quitar el foco de atención del debate político. Yo creo que esto va de un conflicto político, que trata sobre cómo la policía debe resolver los conflictos mediante su poder y ley. [...] La gente de la Flora estamos y estábamos preparados para un debate de contenido pero tuvimos la experiencia de haber sido confrontados por la policía con gases lacrimógenos, lanzaderas de agua y porras".

Mientras, en la jornada de ayer varias personas salieron de nuevo a las calles desafiando la limitación del Gefahrengebiet, pero protegidos tras el nuevo “escudo de armas”: un cepillo de baño. El cepillo de baño se ha convertido en un personaje viral (#Klobürste), símbolo de la desobediencia civil en Hamburgo, después de que el noticiero de la noche del martes mostró un video en el que un agente de la policía de Hamburgo en uno de los controles, ahora habituales y cotidianos, confisca precisamente este utensilio a un manifestante.

lunes, 30 de septiembre de 2013

¿Y la violencia de los dirigentes?

Por Alejandro Pino Calad

Eduardo Pimentel, a la vez que amenazó periodistas, declaró su apoyo a Álvaro Uribe.

Estamos en un momento histórico: por primera vez toda la sociedad colombiana, incluyendo a los propios hinchas, está pensando en una lucha de frente contra la violencia de las barras bravas del fútbol. Lamentablemente, hay dirigentes con gestos que parecen no entender que esto es de todos, no sólo del barrista y la Policía.

El problema de los barras es social, nace en los hogares sin oportunidades, en una cultura pulida en la moral de la violencia partidista en la que el otro es mi enemigo, y en la herencia del narcotráfico en la que todo vale y se necesita ganarse el respeto al costo que sea, incluso al de la vida ajena o propia; pero creer que no tiene que ver con el fútbol es tan naíf como creer que el fútbol no es un negocio o una herramienta política.

El barrista, sea delincuente o no, es alguien que encuentra su razón de vida en el equipo y su comportamiento tribal (violento) se explica en la reafirmación de su identidad a partir de la negación de los que son diferentes. Así se han comportado desde las pandillas adolescentes hasta las masas nazis: mi yo depende de la supremacía sobre el otro y eso es sólo el reflejo de un grupo social profundamente carcomida, sin educación y sin un proyecto común como sociedad. Y si el punto de encuentro de estos jóvenes es el fútbol, pues el fútbol podría ser el primer paso para la solución.

Pero ojo, la solución no es cancelar torneos ni que Millos se vista de verde y Nacional de azul… ¡Menos culiprontismo y más trabajo social! Si se respaldaran programas con barras, si se trabajara en los barrios, si existieran oportunidades… pero sólo show: claro, vienen elecciones y como el fútbol da pantalla y la pantalla da votos, todos los que están en el poder se interesan por el tema. Bueno, todos, menos algunos dirigentes del fútbol a los que poco les interesan las elecciones y parece que menos el discurso de paz.

Las amenazas de Pimentel

Eduardo Pimentel, polémico como jugador y polémico ahora como dirigente, no da precisamente el mejor de los ejemplos cuando amenaza desde su cuenta de Twitter a periodistas. Todo comenzó muy directo, como casi siempre con Pimentel (porque es directísimo cuando el tema lo afecta), y hace doce días escribió que iba a demandar a un periodista de El Espectador: “Ahora comienzo demanda penal contra Espectador y periodista Valverde, por ejercer el sicariato periodístico malintencionado, de a uno atiendo” (sic), dijo haciendo referencia a Juan David Laverde (como quien dice, la demanda comenzó mal), quien había publicado esta investigación en el diario bogotano sobre un proceso que adelanta la Fiscalía General de la Nación sobre un posible lavado de activos en Boyacá Chicó.

Según el reporte de Laverde, Pimentel habría incurrido en irregularidades en la transferencia de Marco Pérez y en los manejos financieros del club entre 2005 y 2007, pero, además, recuerda que en este momento el dirigente y su club son protagonistas del ‘Caso Yhonny Ramírez’, una novela en la que la dirigencia del fútbol colombiano no puede permitir que el futbolista de Millonarios gane por ningún motivo.

Por supuesto, Pimentel está en todo su derecho de demandar a Laverde (para él, Valverde) si siente que se está afectando su honra y su buen nombre, está en la Constitución (esa que le encanta saltarse con sus leoninas formas de contratación a sus futbolistas), pero ahí es cuando el exfutbolista se empieza a convertir en un promotor de violencia: después de anunciar las acciones legales amenaza: “Periodistas Hoyos, Valverde, Samper, y otros quedan notificados “que si los veo les doy en la cara Maricas, para que aprendan a respetar” (sic). Ya sabemos quién es “Valverde”, “Samper” se refiere a Daniel Samper Ospina, columnista de Semana y crítico del dirigente, y “Hoyos” es José Fernando Hoyos, editor de informes especiales de la misma revista que ha publicado varios artículos sobre el ‘Caso Yhonny Ramírez’

Lo peor es que esta invitación a la violencia absurda y descarada (porque insisto, una cosa es que demande, está en todo su derecho, y otra que amenace con agresiones) llegó justo después del asesinato de Edison Alberto Molina, periodista de Puerto Berrío, Antioquia, quien había denunciado la corrupción del gobierno local lo que condujo a amenazas en su contra y terminó con él tiroteado a la salida de Puerto Berrío Stereo.

¿No es una invitación a la violencia el que uno de los dirigentes del fútbol colombiano salga a amenazar públicamente a periodistas que lo han criticado o investigado? Lo más absurdo es que la Dimayor, la misma que lo multó con $23 millones por decir que los árbitros en Colombia tenían padrino, con lo que se afectaba “la imagen del fútbol colombiano” según la sanción, no ha dicho ni pio. ¿No es peor para la imagen del negocio de Bedoya, Jesurún y compañía que uno de los que se sienta con ellos en las asambleas de clubes diga que le va a dar en la jeta a los periodistas?

No hay mayor muestra de inmadurez que no saber recibir críticas y no existe mejor prueba de falta de cultura que tener que recurrir al matoneo para defenderse. ¿Argumentación? Difícil cuando el personaje en cuestión cree que subiendo el volumen es que se ganan las discusiones.

Esto no es nuevo, por supuesto, y no es exclusivo del fútbol, pero en últimas estos señores, todos tan ricos, todos con hijos estudiando en universidades carísimas, todos con el título de ‘Presidente’ o ‘Don’ según el interlocutor, son una muestra más, una importantísima por cierto, de las debilidades de nuestra sociedad y de que el tema de la violencia sí tiene que ver con el fútbol.

Otro botón: José Fernando Salazar

Para la muestra está otro botón: José Fernando Salazar, presidente de Itagüí, el mismo que trató a los futbolistas de “prostitutas” en la famosa asamblea en la que todos los dirigentes se fueron en contra del presidente de Millonarios por haber contratado a Yhonny Ramírez y lo señalaron de “traidor”, explotó en su cuenta de Twitter tras un mal arbitraje de Juan Pontón en el Itagüí-Millonarios del domingo.

El arbitraje fue malo, es cierto, pero lo fue para los dos y Salazar sólo vio las fallas en su contra señalando que el árbitro “favorece al mismo como sucediera en clásico capitalino”. Esto es declarar que el juez pitó a favor de Millos y, por supuesto, miles de personas (la gran mayoría hinchas del azul) le empezaron a reclamar que fuera ecuánime. El problema empezó porque muchos seguidores embajadores señalaron que Salazar les había gritado “asesinos” a los aficionados visitantes presentes en Ditaires.

Acá voy a hacer una pausa: Salazar, quien jugara en Millonarios, es explosivo y a la vez su cuenta de Twitter está cargada de mensajes de la Biblia y citas de Paulo Coelho y Walter Risso. Esa curiosa dicotomía me ha llevado a parodiar su cuenta en Blu Radio con un espacio que llamo “El Hermano José Fernando” que sé que el tipo se goza… es un presidente eficiente que ha hecho una labor titánica con Itagüí y la comunidad de esta población del Valle del Aburrá, y si uno mira su equipo siempre ha estado peleando y por eso hoy está en Copa Sudamericana. De veras quiero creer que Salazar no le gritó “ahí están los asesinos de Bogotá” a una tribuna visitante, no es digno de un presidente de club y, hasta el momento, las pruebas son las declaraciones de hinchas rivales, lo que las compromete.

Pero al “Hermano José Fernando” se le saltó el “Fercho” y, tras ser cuestionado por la periodista Giselle Aparicio sobre el hecho, le envió un mensaje claro de amenaza: “Habrá que mostrarle a Gabriel Reyes como esta honorable periodista propicia paz desde su cuenta”. Por si no lo ubican, Reyes es el presidente de RCN, la empresa en la que trabaja Aparicio, y lo que hizo Salazar fue intimidarla con sus patrones por interrogarlo. Mejor dicho, la amenazó.

La historia de Salazar, si se mira bien, es muy similar a la de Pimentel: exfutbolistas que se han dado la pela de crear equipos y tratar de cautivar hinchadas y que lo han hecho con mucho éxito. Son unos titanes en su tarea y hay que aplaudirlos por las cosas buenas que han hecho, pero eso no les da derecho de amenazar a quienes les critican las malas decisiones o los cuestionan sobre ellas. Tanto Pimentel como Salazar pueden pasar al plano legal si sienten que algún periodista los difama, ese es el deber ser, pero tomar la pose del matoneo no sólo los hace quedar mal a ellos, sino a toda la dirigencia del fútbol colombiano.

Eso, señores, es generar violencia desde arriba. Lo lamentable es que no es la primera vez (ya una cabeza que criticaba rodó por presión dirigencial en un programa radial de la mañana), que seguramente no será la última y que ya se está volviendo un hábito de los dirigentes de nuestro fútbol que, cuando tienen una piedra en el zapato y no tienen cómo quitársela, hacen sentir el poder comercial y político que ha adquirido la Federación en los últimos años.

Le pasó al legendario Klim en El Tiempo cuando Alfonso López pidió su cabeza, no le va a pasar a uno que no es nadie…  en fin, yo sólo digo: #NoNosCallarán, el fútbol y sus dirigentes, por más poder que tengan con la primera clasificación al Mundial desde 1998, no pueden estar por encima de las leyes.

Tomado de Golcaracol.com

martes, 11 de junio de 2013

Maldita Policía

De un balazo en el pecho, la Policía Bonaerense asesinó a un hincha de Lanús que estaba intentando separar una pelea entre barras y uniformados. Así, el fútbol se muere.


Por Gustavo Grabia 
ggrabia.@ole.com.ar

Ir a la cancha y perder la vida. Que te mate el que te tiene que cuidar. Que todo empiece por una discusión sin sentido y termine con un itakazo disparado desde 60 centímetros, que te abre el pecho de par en par. Que salvo ese partido, piadosamente suspendido en el entretiempo, la fecha se siga jugando como si nada hubiese ocurrido. El fútbol argentino tocó fondo hace tiempo, pero todos miran para otro lado. Los que manejan el negocio, los dirigentes, el gobierno, los organismos de seguridad y los propios hinchas hablarán un par de días del tema y el fin de semana se olvidarán, y la tapa será el título de Newell’s o River, el descenso de Independiente o lo que usted quiera imaginar. Hasta que otra muerte nos enlute otra vez. Ayer, la víctima fue Daniel Santiago Jerez, 42 años, hombre prominente de la Subcomisión del Hincha de Lanús y nexo de ésta con la barra brava. Allí se lo conocía como el Zurdo. Alguna vez estuvo en picantes peleas de la popular. Ayer fue a separar el lío entre La 14 y la Policía, que estaba estallando en la calle. Y recibió un balazo de goma a distancia fatal. Hoy su familia lo llora. El fútbol también, hasta mañana, cuando lo vuelva a olvidar.

La sensación de que la tarde iba a ser complicada empezó antes del comienzo del partido. Lanús llegaba a La Plata con la chance de ser puntero y la barra dijo presente con más de 300 miembros, que viajaron desde Arias y Guidi en seis micros. Pero a unas cuadras del Unico, la Bonaerense los hizo bajar a todos. Se respiraba un ambiente tenso, como buscando algún tipo de respuesta de los violentos para justificar la represión. Pero la barra de Lanús mantuvo la calma. 200 metros antes del ingreso, la Policía dividió en dos grupos a La 14. A diferencia de lo que se intentó instalar desde La Plata, todos tenían su entrada en regla. El primero ingresó. El segundo lo hizo cinco minutos después con las banderas, pero a la primera línea de 20 miembros, que siempre entra última, la retuvieron. Y de a poco, la Infantería y los efectivos de la motorizada comenzaron a rodearlos. Nadie entendía muy bien qué pasaba. Algunos intentaron darle un tinte político. Es más, se especuló con una interna porque la barra de Lanús, decían, era kirchnerista. Ese dato es muy viejo: La 14 juega ahora para Nicolás Russo, candidato a intendente por el PJ disidente que sigue a Sergio Massa. Es más, el Zurdo Jerez mueve gente del sindicato de Camioneros a favor del PJ.

Así las cosas, Diego Fanfi Goncebatte, líder de la barra, pidió calma a los suyos e intentó mediar hablando con el jefe de la Distrital La Plata, el comisario Domsky. Como respuesta recibió un palazo en la cabeza de un efectivo que se movilizaba en moto. Fue el comienzo del fin. En el piso, se acercaron más policías para reprimirlo y la primera línea de la barra fue en su ayuda. Piedras de un lado, balazos de goma del otro, todo era un pandemonium. El grupo que estaba adentro quiso salir a ver qué pasaba. El Zurdo Jerez los lideraba. Pero según testigos directos, su actitud era de las más pacíficas. Los policías que estaban en la rampa de ingreso empezaron a reprimirlos y el Zurdo intentó parar todo. No tuvo chance: uno de los tres efectivos que lideraron la represión dentro del Unico, le disparó directamente al pecho. Y eso queda clarísimo en los videos que la Aprevide entregó a la Justicia para esclarecer el crimen. Y aunque la ambulancia llegó rápido, el Zurdo falleció en viaje al hospital de Gonnet.

Apenas llegó la información al Unico, todos temieron por una revuelta Granate. Pero la barra decidió, sensata y afortunadamente, que la protesta sería en paz: les pidieron a todos los hinchas que los acompañaran en la retirada. De hecho, sólo hubo un detenido y fue por lo que pasó antes y afuera del estadio: se trataba del Tongas, el número tres de la barra, que recuperó su libertad dos horas después porque, como todo Lanús, había sido damnificado.

Cuando el dato de lo ocurrido llegó al vestuario, el partido se suspendió. Una hora después, el ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, tiraba por la borda el intento policial de instalar una interna de la barra y confirmaba que uno de sus subordinados había sido el autor del crimen y puso a disposición de la fiscal, Ana Medina, los videos del hecho. Ahí se ordenó la detención de tres uniformados: los capitanes Roberto Lezcano y Víctor Bacuco, y el teniente primero Jorge López. Uno de ellos fue quien disparó. Al cierre de esta edición, estaban a punto de ser capturados. En tanto, la familia de Jerez hacía los trámites para velar al Zurdo. Que fue a la cancha a ver un partido, y terminó asesinado.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Los hinchas de Egipto y el sueño de la revolución del fútbol

"Dedico este triunfo a los mártires de la revolución egipcia”, afirmó Hussam Al Badri, el técnico del Al Ahly. El sábado pasado, su equipo echó por tierra los pronósticos y se consagró campeón de la Champions Legue africana, el máximo torneo continental de clubes del contienente. No importaba ya la falta de competencia en Egipto durante 9 meses. Ni el empate en el primer partido, que ponía a su rival, el Esperance de Túnez, como favorito para llevarse la copa. El Al Ahly se impuso por 2 a 1 como visitante y dedicó el triunfo a sus hinchas. "Queríamos este trofeo para ofrecerlo a las familias y a las almas de los mártires de Port Said”, dijo la estrella del equipo, Abdallah el Saied.

Si en algún lugar del mundo alguna vez alguien pudiese hacer una revolución en el fútbol, Egipto es hoy el lugar donde ese proceso es posible. Tras la tragedia de Port Said, donde murieron 74 personas, los hinchas organizados, liderados por los fanáticos del Al Ahly, han iniciado una batalla contra la Asociación Egipcia, los dirigentes deportivos, los dirigentes políticos, la policía e incluso la justicia, que entre otras cosas ha impedido la reanudación de la liga.

Aquella masacre de Port Said, ocurrida el 1º de febrero pasado, estuvo atravesada por la lógica política del país africano. En las revueltas que habían derrocado al presidente Hosni Mubarak a comienzos de 2011, los hinchas de los dos equipos más importantes del país tuvieron una activa participación, pero en distintos bandos. Mientras que los fanáticos del Al Ahly pusieron el cuerpo para enfrentar a las fuerzas de seguridad y derrocar al presidente, los hinchas del Al Masry se alinearon en defensa del primer mandatario.

Port Said fue una consecuencia de aquellos enfrentamientos previos en las calles. Hinchas del Al Masry invadieron el campo tras el final de un partido y atacaron directamente a los jugadores y fanáticos del Al Ahly. Las puertas del estadio estaban cerradas y la policía no intervino. Murieron 74 personas y más de 1.000 resultaron heridas.

Por aquella tragedia fue disuelta la junta directiva de la Asociación. El gobernador de Port Said y el jefe de la policía local abandonaron sus cargos. Desde entonces la liga está suspendida. La Asociación intentó la reanudación en septiembre primero y en octubre después, siempre con resultados fallidos. Pese a la falta de encuentros domésticos oficiales, los hinchas organizados se han mantenido activos y han logrado influir sobre los dirigentes deportivos, la política y la justicia del país.

La búsqueda de castigo para los responsables de la masacre ha sido el objetivo principal de las movilizaciones y los fanáticos no están dispuestos a permitir el reinicio de la competencia oficial hasta no ver a los responsables tras las rejas. Por ahora lo han logrado. Setenta y cuatro personas, entre ellas nueve agentes de seguridad, están entre los acusados de un proceso que no carga con ninguna sentencia.

Como bien relata el excelente blog "The Turbulent World of Middle East Soccer", el nuevo presidente del país, Mohamed Morsi, ha trabajado por la reanudación de la liga, ya que ve en el fútbol la posibilidad de demostrar que en Egipto poco a poco la situación vuelve a la normalidad tras la caída de Mubarak. Los dirigentes deportivos han empujado para que vuelva a correr el balón, pero el Ministerio del Interior ha exigido a los clubes mejoras en infraestructura, como la colocación de cámaras de seguridad y puertas electrónicas en los estadios. Las fuerzas de seguridad, mientras tanto, no apoyan el reinicio de la competencia por temor a nuevos incidentes. En pocos días se reanudarán los torneos de las ligas menores.

La policía y el ejército juegan un papel importante en el conflicto. Estos grupos funcionaron como una suerte de poder autónomo en los últimos 50 años. Actualmente, las fuerzas de seguridad son vistas por los fanáticos de fútbol y por buena parte de la sociedad egipcia como una institución con usos y costumbres del antiguo régimen, poco afectivas a las normas democráticas. El presidente Morsi relevó recientemente a los altos mandos de las fuerzas, pero no ha avanzado en una reforma integral de la policía.

Mientras tanto, los hinchas están en la calle, como lo hicieron en la caída de Mubarak. Fanáticos del Al Ahly marcharon a la sede de la federación en varias ocasiones e incluso se presentaron frente al palacio presidencial para reclamar por justicia para los 74 hinchas fallecidos. También participaron activamente de una manifestación contra la absolución de los 24 acusados por la llamada “Batalla de los Camellos”, un enfrentamiento previo a la caída de Mubarak que terminó con 11 manifestantes fallecidos, entre ellos varios fanáticos.

Los hinchas organizados del Al Ahly, que se unen bajo el título de “Ahlawy”, también se manifestaron frente a la sede del club y frente a algunos medios de comunicación por las falsas informaciones que se brindan sobre ellos. Sus reclamos obligaron al dirigente egipcio Hani Abu-Reida, miembro del comité ejecutivo de la FIFA, a abandonar su candidatura a presidente de la Asociación. Abu-Reida era acusado por los fanáticos por su filiación al Partido Nacional Democrático, liderado por Mubarak, y por operar para que el Al Masry no sea castigado tras los sucesos de Port Said. El presidente del Al Ahly, Hassan Hamdi, tiene prohibido salir del país y está bajo investigación por corrupción tras las protestas de los hinchas. La justicia también anunció que se investigarán las irregularidades financieras en la organización de la Copa de África 2006, que se disputó en Egipto.

Así las cosas, la reanudación de la liga se ha vuelto una fuerte disputa de poder entre hinchas, dirigentes deportivos, dirigentes políticos y las fuerzas de seguridad. El Ministerio de Deportes fue el centro de manifestaciones de hinchas y futbolistas a favor y en contra de la suspensión. En octubre pasado, en la previa del partido entre Sunshine Stars de Nigeria y el Al Ahly, por la semifinales de la Champions africana, un grupo de jugadores profesionales bloquearon la entrada al hotel del equipo nigeriano para reclamar por la vuelta de la competencia oficial. Hinchas del Al Ahly despejaron el camino por la fuerza.

Tras ganar la serie ante el Sunshine Stars, el Al Ahly jugó el primer partido de la final en una cancha militar, cerca de Alejandría, por razones de seguridad. El empate 1 a 1 parecía alejar las chances de victoria. El pasado sábado, poco antes de la revancha en Túnez, 51 niños egipcios murieron cuando su camión escolar fue embestido por un tren. El luto se mezcló con la alegría tras la victoria por 2 a 1. Un hincha del Al Ahly explicó en Twitter la sensación de muchos: "Cuando tengamos nuestra revancha por la muerte de mis 74 hermanos que murieron por #Ahly, solo entonces celebraré este victoria. Hasta entonces los guardaré en mi corazón”.

Tomado de: http://pelotaafuera.blogspot.com/