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lunes, 11 de agosto de 2025

Apoyar a Palestina en St. Pauli: el viacrucis de Jackson Irvine

El capitán del St. Pauli, el australiano Jackson Irvine, ha sido acusado de “antisemitismo” por su propia hinchada por expresar su apoyo al pueblo palestino.



Por Camilo Rueda Navarro

El australiano Jackson Irvine, jugador del FC St. Pauli alemán desde el 2021, vive un “viacrucis” por expresar su apoyo al pueblo palestino y denunciar el genocidio que éste padece por parte de las fuerzas de Israel.

Una parte significativa de su afición defiende ciegamente a Israel. Y el caso de Irvine “ilustra cómo la más mínima expresión de solidaridad con Palestina es perseguida allí”, registra Yann Dey-Helle en un editorial de la página Dialectik Football.

“En el St. Pauli, que durante mucho tiempo ha navegado bajo la imagen de un club rebelde y antifascista, no es bueno defender la liberación de Palestina”, explica Dey-Helle.

Esto queda en evidencia con el caso de Jackson Irvine, quien pasó de icono a paria luego de publicar en sus redes sociales una foto como “historia” portando una camiseta con la leyenda “FC Palestine”.

“La humanidad por encima de todo”

“Me pareció profundamente insultante y doloroso ser estigmatizado de esta manera. Nunca he hecho nada en mi vida ni en este club que sea discriminatorio u odioso hacia nadie. Siempre he puesto la humanidad por encima de todo”, expresó Irvine desde Flachau, Austria, donde el St. Pauli se encuentra en pretemporada.

El blog Millernton, que publica información de la afición del St. Pauli, lo criticó por “no distanciarse claramente de cualquier cuestionamiento del derecho de Israel a existir”.

A pesar de su defensa de la diversidad sexual y del movimiento Black Lives Matter (que el club apoya) su postura sobre Palestina le ha valido fuertes críticas, con la etiqueta de “antisemita”.

“Esto ilustra un clima que sigue siendo sofocante en los alrededores del St. Pauli, a pesar de la evidencia del genocidio palestino”, reflexiona Dey-Helle. “Las acusaciones de antisemitismo surgen ante la más mínima crítica al colonialismo israelí en Palestina”, agrega.

Esta actitud causó un cisma en la afición internacional del St. Pauli tras los hechos de octubre del 2023, cuando un ataque de Hamás al sur de Israel originó una ofensiva de este Estado sobre la Franja de Gaza, la cual ya acumula más de 60.000 muertes, la gran mayoría civiles, incluyendo poblaciones especialmente protegidas, como niños, médicos y periodistas.

Tanto el club como la barra oficial del St. Pauli, que se consideran “antifascistas”, tomaron partido por Israel y se limitaron a condenar a Hamás como grupo terrorista. Esto llevó a que varios clubes de fans internacionales le dieran la espalda y optaran por cesar sus actividades o disolverse.

Pese a la postura mayoritaria del St. Pauli, Jackson Irvine ha sido solidario con el pueblo palestino. En noviembre del 2023, fue uno de los impulsores de una campaña de recaudación de fondos de jugadores de la selección australiana destinada a Oxfam para apoyar la ayuda humanitaria a la población de Gaza, registró Pallonate in Faccia. “Posteriormente, el capitán del St. Pauli continuó apoyando públicamente a Palestina en sus redes sociales”, agregó ese medio italiano.

“La muerte de civiles es una tragedia en cualquier conflicto, y ese debe ser el foco principal del debate”, declaró, a su vez, a la cadena ESPN.

Pero esto le ha llevado a que su propia afición le señale, pues “parece que para seguir siendo un ídolo en el St. Pauli uno debe abstenerse de criticar a Israel”, resume el portal Dialectik Football.

Por ahora, Irvine sólo cuenta con el apoyo de algunas pocas voces disidentes en St. Pauli, como la cuenta de Instagram "fcsp.4.falastin", que apoya a Palestina, y los impulsores de la campaña "Show Israel the Red Card", que pide a las autoridades del fútbol excluir a los equipos israelíes de las competiciones internacionales, exhibiendo pancartas en los partidos del fútbol alemán.

martes, 1 de julio de 2025

Fútbol samario y lucha obrera: el primer campeonato nacional y la reivindicación de los huelguistas bananeros de 1928

La victoria de los Samarios en los primeros Juegos Nacionales permitió el pedido de liberación de los trabajadores detenidos durante la represión de la huelga bananera en el Magdalena.
 
 
 
Por Camilo Rueda Navarro
Revista Memoria 

En 1928, en el marco de los primeros Juegos Olímpicos Nacionales de Colombia, Santa Marta conformó un equipo de fútbol conocido como los Samarios, integrado por jugadores de clubes locales. Su participación en el certamen no solo marcó un hito en la historia deportiva del país, sino que también se vio entrelazada con un suceso trascendental en la historia social y política de Colombia: la huelga de los trabajadores de la United Fruit Company, en la que ocurrió la Masacre de las Bananeras, el 6 de diciembre de 1928.

A pesar de enfrentar dificultades logísticas, los samarios lograron coronarse campeones invictos, un logro que les otorgó reconocimiento nacional. Su desempeño en el torneo no solo evidenció la consolidación del fútbol en Santa Marta, sino también su potencial como herramienta de cohesión social. El regreso de los campeones estuvo marcado por el fervor popular y un gesto que trascendió lo deportivo: en Ciénaga, los jugadores solicitaron la liberación de los trabajadores detenidos durante la represión de la huelga bananera.

El presente artículo aborda cómo este acto simbolizó la intersección entre el deporte y la lucha social, demostrando cómo los logros en el campo de juego pueden convertirse en plataformas de reivindicación y justicia.

El caso de los Samarios también ilustra el proceso de expansión del fútbol en Colombia. Desde los albores del siglo XX, este deporte se había popularizado en el país, especialmente en las ciudades costeras, donde marineros y obreros extranjeros introdujeron su práctica. En Santa Marta, los trabajadores de la United Fruit Company fueron pioneros en la difusión del balompié, organizando equipos locales.

La victoria de los Samarios en los Juegos Nacionales de 1928 no solo fue un logro deportivo, sino un testimonio del papel del fútbol en la construcción de identidad y resistencia social.

En un país donde el deporte comenzaba a consolidarse como un fenómeno de masas, este episodio reflejó la capacidad del fútbol para unir comunidades y servir como un espacio de expresión política y social.

Origen del fútbol y su llegada a Colombia

El fútbol es uno de los deportes más populares del mundo y su historia se remonta a la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XIX. Su reglamentación en 1863, marcó un hito en su consolidación como disciplina deportiva organizada, lo que facilitó su difusión a nivel global. Desde entonces, este deporte fue adoptado por diferentes países y clases sociales, y evolucionó hasta convertirse en una manifestación cultural de gran relevancia. El fútbol moderno surgió de la diferencia con el rugby. Ambas disciplinas provienen de un juego común que se practicaba al aire libre y en el que dos equipos debían llevar una pelota de cuero hasta la meta contraria. No obstante, mientras que el fútbol emplea una pelota redonda y prohíbe el uso de las manos, el rugby utiliza una pelota elíptica que debe ser llevada en las manos (Elias, 1992, p. 157).

A finales del siglo XIX, el fútbol comenzó a expandirse por Europa y América, donde surgieron las primeras escuadras y competiciones oficiales, algunas de las cuales subsisten en la actualidad. Su incorporación a los Juegos Olímpicos en 1908 ratificó su creciente importancia y popularidad en el ámbito deportivo internacional. Por su parte, los primeros registros de su práctica en Colombia datan de 1892, según Ruiz (2008). No obstante, no existe un consenso absoluto sobre su origen en el país. Una de las teorías más aceptadas señala que Henry Rown Lemly, un estadounidense que dirigía la Escuela Militar, promovió el fútbol entre sus estudiantes al divulgar su reglamento y organizar partidos informales. Sin embargo, no fue hasta 1902 cuando se documentaron los primeros equipos y crónicas de partidos en Bogotá.

A pesar de los indicios de la presencia del fútbol en la capital, Barranquilla reclama ser la “cuna” del fútbol colombiano, al argumentar que fueron ingenieros y obreros ingleses, trabajadores de la empresa The Colombia Railways Company, que estaban construyendo el ferrocarril hacia Puerto Colombia, quienes introdujeron este deporte en la región. Lo que sí es un hecho es que el primer partido registrado en Barranquilla fue el 6 de agosto de 1904, en el que participaron trabajadores ingleses y jóvenes de la ciudad. Ese fue el inicio de la popularidad del futbol en la Costa Atlántica (Ruiz, 2008, p. 9).

Su buena acogida llevó a la creación de los primeros clubes y campeonatos, que inicialmente tuvieron alcance departamental. En 1924, en el Atlántico, se fundó la primera Liga de Fútbol en el país, un precedente en la institucionalización del deporte. Este hecho es considerado un hito en la historia del fútbol colombiano, ya que permitió la consolidación de equipos, la celebración de competiciones formales y el reconocimiento oficial.

Sin embargo, durante muchos años el fútbol se limitó a dinámicas regionales y tuvo un carácter aficionado. Habría que esperar hasta 1948 para encontrar el paso al profesionalismo, con la creación del primer torneo de clubes de fútbol de alcance nacional.

El fútbol en Santa Marta

Según Ruiz (2008), en Santa Marta fueron los trabajadores del cultivo y recolección de banano de la United Fruit Company los primeros que se pusieron de cortos para jugar fútbol en las playas de la ciudad.

La práctica del fútbol en el puerto samario se remonta, al menos, a 1909, cuando se registró la constitución de los primeros clubes, como el Deportivo Santa Marta, surgido en la Sociedad Samacois, integrada por marineros ingleses a quienes se les atribuye la introducción del balompié en el Magdalena. La primera cancha del Deportivo Santa Marta estaba ubicada en El Playón, pero fue reemplazada debido a su superficie rocosa. El equipo se trasladó entonces a la Plaza Castellana, donde se adecuó un campo de juego en el que competían cada viernes.

Posteriormente, surgieron equipos en la Escuela Normal para varones y en el Liceo Celedón, instituciones donde se popularizó el deporte. Además, se formaron otros cuatro clubes: el Nariño Fútbol Club, la Sociedad Unión, el Boyacá y el Santander Fútbol Club (Galvis, 2023).

Los Primeros Juegos Nacionales

La expedición de la ley 80 de 1925 legisló por primera vez la práctica del deporte en Colombia. Con ella se comenzó a promover el fútbol como una práctica que aportaba al desarrollo de la sociedad. En aquellos años surgieron, además, las primeras agremiaciones deportivas y se habilitaron los primeros escenarios para la práctica de diversas disciplinas, hasta entonces reservadas para las élites.

Durante el gobierno de Miguel Abadía Méndez (1926-1930) se convocaron los Primeros Juegos Olímpicos Nacionales —hoy Juegos Deportivos Nacionales—, que fueron programados para diciembre de 1928 en Cali. Entre las distintas disciplinas del certamen — como competencias atléticas, ajedrez, béisbol y ciclismo, entre otras— se incluyó el fútbol, que para entonces irrumpía con fuerza e interés en diferentes ciudades del país.

Las delegaciones asistentes no solo fueron departamentales, sino también municipales y colegiales. En el caso del fútbol, compitieron doce escuadras: Barranquilla, Bucaramanga, Buenaventura, Cali —A y B—, Cúcuta, Medellín, Neiva, Santa Marta, el Técnico y la Facultad de Medicina de Bogotá. Los equipos que participaron en los juegos eran principalmente combinados que representaban a sus municipalidades, a excepción de las dos escuadras bogotanas.

La selección que representó a Santa Marta se conformó en agosto de 1928. La escuadra fue integrada por miembros del Deportivo Santa Marta, el Nariño Fútbol Club y el Liceo Celedón, y sería conocida popularmente como los Samarios.

El 6 de diciembre, a las seis de la tarde, en el muelle de Santa Marta, una multitud de la ciudad salió a despedir a su selección, que iniciaba un largo viaje rumbo a los juegos, a bordo de la nave Metappan. Su itinerario incluyó navegar el mar Caribe hasta Colón (Panamá), para conectar vía terrestre con Ciudad de Panamá, y desde allí tomar otro barco hasta Buenaventura. Desde este puerto finalmente arribarían por vía terrestre a Cali.

Por otro lado, los juegos sirvieron como plataforma para la exhibición del talento local y contribuyeron a la creciente afición por el fútbol. Además, la regulación del deporte a través de la ley 80 de 1925 permitió que se establecieran las bases para su organización y expansión. Desde entonces el fútbol continuó creciendo y se consolidó en 1948 con la creación de la División Mayor del Fútbol Colombiano —Dimayor— organizadora del campeonato profesional de clubes, que se disputa hasta la actualidad.

La huelga

Mientras la delegación de fútbol de Santa Marta partía rumbo a Cali para participar en los juegos, se gestaba uno de los episodios más trágicos de la historia colombiana: la Masacre de las Bananeras. Este suceso, que marcó a la región Caribe y tuvo repercusiones a nivel nacional, fue inmortalizada en la obra cumbre de Gabriel García Márquez Cien años de soledad.

En la década de 1920 la United Fruit Company controlaba la explotación del banano en el Magdalena. Los trabajadores, sometidos a condiciones laborales precarias, comenzaron a organizarse para exigir mejoras en sus derechos. Entre sus principales demandas figuraban la contratación directa —pues eran subcontratados a través de terceros para evadir obligaciones laborales—, la eliminación del pago con vales —que los obligaba a comprar los productos en los comisariatos de la empresa a precios elevados— y mejores condiciones higiénicas en sus lugares de trabajo (Centro de Estudios Sociales, 1974, p. 107).

A lo largo de la década, las peticiones de los trabajadores fueron ignoradas por la empresa, lo que llevó a la creación de la Unión Sindical de Trabajadores del Magdalena. En 1928, esta organización convocó una huelga con un pliego de peticiones más amplio, que incluía el reconocimiento de los obreros como empleados directos, el cumplimiento de la legislación laboral y un aumento salarial. Se estima que alrededor de 18 000 trabajadores participaron en la huelga, aunque algunos reportes de prensa elevaron la cifra hasta 30 000 (Urrutia, 1969).

Ante la negativa de la United Fruit Company a negociar, el Gobierno intervino militarizando la región e ilegalizando la huelga. Un inspector de trabajo que la había declarado legal fue destituido y alrededor de 400 huelguistas fueron arrestados (CES, 1974, p. 108).

El 5 de diciembre de 1928 decenas de trabajadores se congregaron en la plaza de Ciénaga, donde esperaban la llegada del gobernador y de representantes de la empresa para negociar un pacto que permitiera levantar la huelga. Sin embargo, en su lugar arribaron tropas bajo el mando del general Carlos Cortés Vargas, quien había sido designado jefe civil y militar de la zona bajo el estado de sitio, decretado por el presidente Miguel Abadía Méndez ese mismo día.

El 6 de diciembre las tropas abrieron fuego contra los huelguistas, provocando lo que se conocería como la Masacre de las Bananeras. Incluso al día de hoy, el número exacto de víctimas es incierto. De acuerdo con el propio Cortés Vargas hubo trece muertos y diecinueve heridos, mientras que el diario El Espectador estimó en cien los muertos y 238 los heridos. Además, se iniciaron consejos verbales de guerra en los que cincuenta y cuatro obreros fueron juzgados, y de ellos treinta y uno fueron condenados a venticinco años de prisión (CES, 1974, p. 112).

El entonces parlamentario Jorge Eliércer Gaitán recorrió la zona de los hechos, donde recabó testimonios y documentos que luego utilizaría en sus debates en el Congreso de la República. En sus intervenciones, Gaitán denunció las precarias condiciones laborales de los trabajadores de la United Fruit Company, la muerte de decenas de ellos a manos de los militares, y los abusos de las tropas contra la población a raíz del estado de sitio.

Gaitán no refirió una cifra concreta de muertos, aunque aludió a “cientos de vidas caídas bajo la metralla” (s. f., p. 117) y que los muertos “fueron transportados en camiones para arrojarlos al mar”, mientras otros fueron “enterrados en fosas” (s. f., p. 118). El suceso causó el repudio nacional y generó la movilización social en solidaridad con los trabajadores bananeros.

El equipo

Mientras ocurrían estos trágicos hechos, el seleccionado de fútbol de Santa Marta viajaba rumbo a Cali para representar a la ciudad en los Olímpicos. El equipo estaba conformado por veintidós jugadores, acompañados por un masajista y un entrenador.

Integraron la escuadra: Efraín Arregocés; Eduardo Barliza; Jorge Díaz; Oswaldo Díaz; Ricardo Granados; Heriberto Guerrero; Aníbal Llanes; Adriano López; Guillermo López; Andrés Martínez; Carlos Martínez; Tomás Mier; Carlos Nery; Aníbal Ortiz; José María Pacheco; Nicolás Pimienta; Jacobo Pineda; Enrique Ponce; Ildefonso Rada; Juan Salas, Jorge Valencia y Jacobo Welman. La dirección técnica estuvo a cargo de Moisés Ponce, mientras que Lorenzo Medina se desempeñó como masajista y utilero (Galvis, 1998, pp. 72-73).

El equipo arribó a Cali sin uniformes, por lo que entre sus integrantes se colectó el dinero para hacerlos. El entrenador Moisés Ponce fue el encargado de comprarlos, pero solo consiguió doce unidades, hechas en tela y de manga larga, poco aptas para el clima de la sede del torneo, no obstante, debieron competir con ellas.

El torneo no estuvo ajeno a incidentes, pues en el partido entre Técnico de Bogotá y Cali, la afición local invadió el terreno de juego para agredir al árbitro y a los jugadores rivales, en momentos en que los capitalinos vencían 1-0. A pesar de la intervención policial, el encuentro fue suspendido a raíz de los desórdenes, y causó que el Técnico de Bogotá, otro de los cuadros favoritos, se retirara de la competición y finalmente fuera eliminado por los organizadores (Galvis, 2023).

Los samarios disputaron cinco partidos y se mantuvieron invictos: un empate 0-0 ante Cali, que obligó a una revancha —ganada 3-1—; victorias 1-0 sobre Medellín y Cúcuta, y un triunfo 2-0 ante Barranquilla, que les dio el título, pese al favoritismo del cuadro rival, con mayor tradición en la disciplina.
 
El gobernador del Valle, Carlos Holguín Lloreda, invitó al equipo campeón a las instalaciones del Club Unión, donde se les rindió un homenaje que se prolongó hasta la medianoche. Al día siguiente los jugadores visitaron la Hacienda El Paraíso, escenario de la novela María de Jorge Isaacs, donde recibieron el trofeo en una ceremonia que concluyó en un almuerzo.

Libertad para los obreros: el pedido del campeón

El regreso de los Samarios tuvo el mismo itinerario que la ida: recorrido terrestre hasta Buenaventura, para luego navegar por el Pacífico hasta Ciudad de Panamá, de allí conectar con Colón, para abordar de nuevo la vía marítima hasta el Caribe colombiano.

En el último trayecto, al pasar por Ciénaga, el equipo recibió un homenaje con un banquete en el hotel de la localidad y condecoraciones con medallas de oro. El 4 de febrero, aún en esta localidad, el equipo recibió una nueva distinción, en la que participó el general Cortés.

Según Galvis (1998), “los futbolistas samarios solicitaron como un homenaje a su brillante gesta en Cali, que se concediera la libertad a un grupo de huelguistas que se encontraban detenidos en la cárcel de Ciénaga” (p. 76). El hecho fue referenciado por el entonces congresista Jorge Eliécer Gaitán, quien, en sus debates ante el Congreso, relató:

En Bogotá se encuentra el equipo de futbolistas samarios y ellos no me dejarán mentir. Cuando estos bravos muchachos llegaron, después de haber vencido en Cali, el señor Cortés hizo festonar la ciudad (…) Este señor le dijo entonces a los futbolistas ‘‘pedid una gracia’’. Los generosos muchachos comprendieron que podían salvar algunas de las víctimas y demandaron la libertad de los prisioneros, la cual les fue concedida (Gaitán, s. f., p. 52).

Finalmente, el 5 de febrero, los jugadores completaron su periplo hasta Santa Marta. Desde la estación ferroviaria, el pueblo samario los recibió con un desfile multitudinario. En el Palacio Municipal, las autoridades les dieron la bienvenida, y en el Centro Social — hoy Casa Museo— se les rindió un último homenaje, que incluyó la lectura de poemas a cargo de José Gnecco (Galvis, 1998).

La fama deportiva lograda por el equipo samario hizo que autoridades de diversos puntos del país cursaran invitaciones para poder conocer a los campeones olímpicos colombianos, así como para promover el fútbol en sus regiones. Así se jugaron amistosos en Bogotá, Cali y Medellín, y en la propia Santa Marta, incluyendo dos juegos internacionales ante el Santiago Wanderers de Chile.

Los Samarios contribuyeron de esta forma al auge del fútbol que se vivió en la década de 1920, y que cristalizaría con el profesionalismo a partir de 1948. Su proeza, calificada de heroica, se enriqueció con el gesto de solidaridad que brindaron hacia los huelguistas encarcelados en las jornadas de Ciénaga en diciembre de 1928.
 
Conclusiones

La victoria de los Samarios en los Primeros Juegos Olímpicos Nacionales trascendió lo deportivo y se convirtió en un símbolo de identidad regional y reivindicación popular en un contexto de conflicto social, dada la huelga bananera de 1928.

La participación del equipo samario en el certamen de Cali coincidió con la Masacre de las Bananeras, un evento crucial en la historia de Colombia. La solicitud de libertad para los huelguistas apresados evidencia cómo el deporte no es necesariamente ajeno a la realidad social.

La introducción y consolidación del fútbol en el país, especialmente en el Caribe, se empalmó con las clases trabajadoras, y coincidió con el surgimiento y ascenso del movimiento obrero.

Bibliografía

Centro de Estudios Sociales, CES. (1974). La lucha obrera ante la legislación laboral.
Editorial Muisca.

Congreso de la República de Colombia. (1925). Ley 80 del 18 de noviembre de 1925, sobre educación física, plazas de deportes y precio de las becas nacionales.

Elías, N. y During, E. (1992). Deporte y ocio en el proceso de la civilización. Fondo de Cultura Económica.

Gaitán, J. (s. f.). La masacre en las bananeras. Ediciones Pepe. Galvis, A. (1998). Crónicas de goles y autogoles. Libros & Letras.

Galvis, A. (2023) Génesis II. El fútbol atrapó la atención de los I Juegos. Comité Olímpico Colombiano. https://olimpicocol.co/web/genesis-ii-el-futbol-atrapo-la-atencion-de- los-i-juegos/

Urrutia, M. (1969). Historia del sindicalismo en Colombia. Universidad de los Andes.

*Publicado originalmente en la revista Memoria, No. 25, julio 2025.

domingo, 13 de octubre de 2024

El falso centenario de la Federación Colombiana de Fútbol

La mayor autoridad del balompié colombiano nació realmente en 1971. Sus actuales dirigentes se adjudican una historia que no es suya.


Por Camilo Rueda Navarro 

No fue hasta el 15 de junio de 1971 que nació la Federación Colombiana de Fútbol (FCF). Sin embargo, sus actuales dirigentes se adjudican una historia que no es propia, pues decidieron celebrar su “centenario” este 12 de octubre. Esta fecha es, en realidad, el aniversario de la Liga de Fútbol del Atlántico, surgida en 1924 como la primera liga departamental constituida formalmente.

Presidida por Eduardo Silva Illera, la Liga de Fútbol del Atlántico adoptó estatutos y reglamentos propios, y logró el reconocimiento legal en 1927. Por esta razón, los clubes que existían en ese momento en el país la reconocieron como la autoridad del fútbol nacional, explica Alberto Galvis en su libro “Crónicas de goles y autogoles”.

En 1936, la Liga de Fútbol del Atlántico se reconvirtió en Asociación Colombiana de Fútbol (Adefútbol), entidad hoy inexistente. Con ese cambio, la Adefútbol obtuvo el reconocimiento de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) como afiliado en representación de Colombia.

En 1945, la Adefútbol, que seguía funcionando en Barranquilla, organizó la participación colombiana en el Campeonato Sudamericano de Fútbol (hoy Copa América), para lo cual convocó únicamente a jugadores de la capital del Atlántico (que militaban en el Junior), lo que originó un conflicto con las ligas del resto del país, que esperaban verse representadas en aquella "Selección Colombia".

Las diferencias se escalaron en 1948, cuando los principales clubes del país fundaron la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) y organizaron un campeonato profesional que sigue hoy vigente. A partir de ese año, el balompié colombiano quedó dividido en dos ramas con dos organismos diferentes y en conflicto entre sí.

La ruptura se prolongó hasta los años 60, cuando la FIFA intervino y suspendió a Colombia. “La Asociación Colombiana de Fútbol continuó trabajando como máximo organismo colombiano hasta su desafiliación, decretada en 1966 por la FIFA”, agrega Galvis.

Con la desafiliación, culminó una etapa del fútbol colombiano dirigida desde Barranquilla y en la que primó el amateurismo. Si bien tuvo el reconocimiento de la FIFA, no fue el reflejo del fútbol nacional en su conjunto.

Finalmente, la Dimayor, como representante de la rama profesional, se unificó a la rama aficionada el 15 de junio de 1971, cuando se constituyó la Federación Colombiana de Fútbol, según registra Galvis. Sólo desde entonces la FCF es el máximo organismo del fútbol nacional.

miércoles, 9 de octubre de 2024

El Coloso de Villa Ingenio, el temido escenario que ideó Evo Morales

El estadio de El Alto, nueva sede de la Selección Bolivia, está a 4.085 metros sobre el nivel del mar, lo que lo hace el escenario internacional a mayor altura del mundo.


Por Camilo Rueda Navarro

El Estadio Municipal de Villa Ingenio, ubicado en el municipio de El Alto, es la nueva casa de la Selección Bolivia. Su origen se remonta a una promesa que en el 2013 hiciera el entonces presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales.

“La ciudad de El Alto merece un nuevo estadio y quiero decirles, hermanos y hermanas, que será un estadio para 22.000 personas”, dijo el mandatario, el primero de origen indígena en gobernar la República boliviana.

“Están garantizados los recursos económicos, está el proyecto final, y quiero decirle al alcalde y a los concejales que quiero que lo más antes posible me garanticen cuatro hectáreas mínimo para construir nuestro estadio”, pidió Morales a Edgar Patana, su copartidario del Movimiento Al Socialismo, que tiene en El Alto a uno de sus principales fortines políticos.


Cuatro años después, y con una inversión aproximada de ocho millones de dólares, sería inaugurado el Estadio Municipal de Villa Ingenio. Fue el 16 de julio del 2017, con un encuentro amistoso entre Bolívar y The Strongest, los clubes más tradicionales del fútbol boliviano, incluyendo un saque de honor de Evo.

Según un reportaje de la Conmebol, el estadio de El Alto fue dotado con cancha de césped natural, con un innovador sistema de drenaje que incluye seis capas de arena especial para un flujo de agua de manera interna, graderías de hormigón armado, cuatro camerinos y cabinas para prensa.

El gobierno de Evo Morales lo entregó a la municipalidad de El Alto, que desde el 2018 acogió al club Always Ready, quien lo tomó como sede principal. En el 2023 fue remodelado con una pantalla gigante, sonido y luminarias.

Ese año, el Always Ready logró clasificar a la Copa Libertadores, tras lo cual pidió autorización para utilizar Villa Ingenio, pues hasta entonces jugaba sus partidos internacionales en La Paz. Con el visto bueno de la Conmebol, otorgado en febrero del 2024, se convirtió en el estadio a mayor altura del mundo dispuesto para competiciones internacionales.

Los triunfos internacionales de Always Ready (dos en la Copa Libertadores y cuatro en la Copa Suramericana) abrieron la puerta para que la Selección de Bolivia también se mudara allí. El conjunto del altiplano también fue autorizado para oficiar de local en El Alto. Con ello, incrementó en 500 metros el reto de la altura a sus rivales de eliminatoria, algunos de los cuales critican esta condición, dada la falta de oxígeno que se presenta en estos niveles.

En su primer juego en El Alto, Bolivia superó 4-0 a Venezuela, un triunfo que lo remontó en la tabla de posiciones y que ahora lo hace ilusionar con clasificar a un Mundial tras 30 años de ausencia.

martes, 17 de septiembre de 2024

Arquero ucraniano evade el reclutamiento y se refugia en el fútbol bielorruso

Denys Shelikhov cruza a nado la frontera con Hungría y elude el servicio militar. Ahora juega en el Slavia Mozyr.


Por Camilo Rueda Navarro

El arquero ucraniano Denys Shelikhov escapó del servicio militar y se refugió en Bielorrusia, informó el Sport Express. Shelikhov, de 35 años, y quien vistió la camiseta de la selección juvenil de Ucrania, cruzó a nado el río Tisza, en la frontera con Hungría. Finalmente arribó a Bielorrusia, donde se vinculó al club Slavia Mozyr.

Según Sport Express, Shelikhov planeó meticulosamente su escape y pasó dos meses entrenando en el río antes de emprender su osadía.

El deportista tiene una larga carrera en clubes de Europa Oriental. Se destaca su paso por el seleccionado juvenil ucraniano y por el Dnipro, equipo con el que llegó a la final de la Liga Europa en el 2015 (en la que cayó 3-2 ante el Sevilla).

Medios europeos reportan que Shelikhov habría sido llamado a filas para enfrentar a Rusia, tras lo cual optó por escapar del país. Tras conseguir la huida, llegó a Bielorrusia, nación aliada de Rusia, donde continuó con su carrera deportiva en el Slavia Mozyr.

Rusia y Ucrania están enfrentadas bélicamente a raíz del conflicto en la región del Donbass, que desde el 2014 optó por la autodeterminación y su anexión a la Federación Rusa tras el golpe de Estado contra el presidente Viktor Yanukovych.

Desde el 2022, el gobierno ruso reconoció a las repúblicas populares del Donbass e incursionó militarmente para repeler a las fuerzas ucranianas que las desconocen y persisten en dominarlas. 

A raíz de esta situación, múltiples autoridades deportivas han retirado a todos los clubes y seleccionados rusos de las competencias internacionales. A sus deportistas, además, se les prohíbe competir bajo emblemas rusos. Situación que no ocurre con el deporte ucraniano ni con el de otros estados inmersos en ataques bélicos, como el israelí.

Ante esto, la Unión del Fútbol de Rusia ha considerado desafiliarse de la UEFA y solicitar su ingreso a la confederación asiática, aunque hasta la fecha no lo ha materializado.

martes, 7 de mayo de 2024

Menotti, el comunista hormonal, el filósofo del fútbol

Campeón Mundial con Argentina en 1978, el “Flaco” César Luis Menotti se convirtió en emblema de una forma de entender el fútbol y la vida misma.


Por Camilo Rueda Navarro

Este 5 de mayo, a los 85 años, falleció César Luis Menotti, prominente figura de la historia del fútbol. Nacido el 5 de noviembre de 1938 en Rosario, Argentina, el Flaco comenzó su carrera futbolística como delantero en Rosario Central en 1960. Posteriormente, jugó en otros clubes, como Racing Club y Boca Juniors, hasta su retiro en el fútbol brasilero en 1970.

Pero fue como entrenador donde Menotti alcanzó mayor renombre. Primero, al frente de un legendario Huracán, con el que se proclamó campeón argentino en 1973, y posteriormente con la selección nacional, con la que ganó la Copa Mundial de 1978, disputada en suelo gaucho. Este logro le otorgó un estatus inmortal, donde sobresale su estilo de juego ofensivo y creativo, el cual dejó una marca duradera en el deporte y que influyó a otros entrenadores a nivel mundial.

Se le adjudica ser el fundador de toda una escuela, el menotismo, que en los años 80, a raíz de sus debates con su colega Carlos Bilardo, generó un antagonismo entre ambas vertientes, pues éste último profesaba un estilo defensivo, pragmático y con recurso de métodos antideportivos, criticados por los menotistas. La única vez que se enfrentaron entre sí, en 1996, el Independiente de Menotti le ganó al Boca de Bilardo.

El Flaco también dirigió a otros clubes europeos y latinoamericanos, entre ellos el Barcelona y el Atlético de Madrid de la liga española, y al Boca Juniors y al River Plate argentinos. Su último cargo, que ejerció hasta el final de su vida, fue el de mánager de la Selección Argentina, bajo el cual se obtuvo el tercer campeonato mundial albiceleste, con la dirección de Lionel Scaloni y la capitanía de Lionel Messi en Catar 2022.

Además de sus éxitos en el fútbol, es sabida su militancia política comunista. Menotti se identificó abiertamente como partidario de la izquierda y expresó sus opiniones sobre diferentes cuestiones sociales y políticas. “Me siento un marxista hormonal. Durante 70 años de mi vida he comprobado el desastre que ha hecho el capitalismo en todo lo que me rodea, incluido el fútbol”, dijo en una entrevista.

Menotti (izquierda) posa en una estatua de Lenin en Moscú, junto con algunos jugadores argentinos.

En su momento, criticó la dictadura militar y abogó por el respeto de los derechos humanos. Sin embargo, se le ha criticado injustamente el hecho de dirigir a la Selección Argentina durante el Mundial de 1978 en momentos en que la Junta Militar gobernaba a sangre y fuego el país, contexto en el que se organizó el torneo, con beneplácito de la FIFA.

“Consulté con Florindo Moretti, miembro del comité central del Partido Comunista, para que me orientara sobre si debía seguir al frente de la selección nacional”, narró el propio Menotti mucho después. “Me aconsejó que siguiera, que lo mío era desarrollar mi trabajo como técnico y utilizar, en la medida de las posibilidades, esa tribuna pública para darle una alegría al pueblo argentino”, agregó.

Tras su segunda participación mundialista en España 82, Menotti siguió involucrado en el fútbol, tanto como entrenador como en otros roles. Su legado como una figura influyente en el deporte argentino es innegable. Sus reflexiones sobre el fútbol y la sociedad, gracias a las que le adjudicaron el sobrenombre del “filósofo del fútbol”, lo convirtieron en una figura notable tanto en Argentina como en el ámbito deportivo.

jueves, 25 de enero de 2024

Ocupación israelí toma el estadio Yarmouk y lo convierte en centro de detención

Durante la ofensiva israelí contra Gaza, que ha cobrado la vida de 85 atletas, fue ocupado un estadio de fútbol para volverlo campo de concentración de palestinos.


Por Camilo Rueda Navarro

Las fuerzas israelíes convirtieron el estadio de fútbol Al Yarmouk, de la ciudad de Gaza, en un campo de concentración de prisioneros, denunció la Asociación Palestina de Fútbol. Entre los detenidos figuran niños, adultos mayores y personas con discapacidades, que han sido sometidos a condiciones degradantes, reportaron medios internacionales.

Algunas cadenas reprodujeron fotos y videos del escenario, donde se pueden observar largas filas de prisioneros arrodillados en el suelo, con las manos atadas a la espalda y la cabeza gacha. Sin embargo, no está confirmada la fecha exacta de las imágenes.

El canal Al Jazeera reprodujo testimonios de algunos prisioneros que estuvieron detenidos en el estadio Al Yarmouk. “Nos esposaron, nos vendaron los ojos y nos golpearon constantemente”, narró, por ejemplo, Saquer al-Jamal.

Naif Ali, otro de los cautivos, contó que estuvo 18 días detenido, durante los cuales recibió golpes y humillaciones por parte de los soldados hebreos.

La ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza ya completa más de tres meses y en ella han perdido la vida más de 21.000 palestinos, la mayoría civiles, entre ellos niños y mujeres. Además, la cifra de heridos ya supera los 55.000.

Entre las víctimas mortales se encuentran 85 atletas o funcionarios deportivos (55 de ellos vinculados al fútbol y 30 a otras disciplinas).

En su embestida, las tropas israelíes ya controlan todo el norte de la Franja de Gaza, en cuya incursión han desplazado a cerca de dos millones de palestinos, un 85 por ciento de la población gazatí.

domingo, 26 de noviembre de 2023

Decepción entre aficionados del St. Pauli por postura sobre Palestina

Varios clubes de hinchas del Sankt Pauli alemán cesaron su actividad en protesta por su comportamiento proisraelí.


Por Camilo Rueda Navarro

Todo un cisma se produjo entre aficionados y simpatizantes del FC Sankt Pauli a raíz de la situación palestina. Varias agrupaciones organizadas, como la de Atenas y Bilbao, cesaron su actividad. Otras, como la de Barcelona, suspendieron su funcionamiento en protesta por la postura que ha tomado la institución de Hamburgo.

“Nos encontramos de repente ante una situación en la que el club que amamos defiende unos valores opuestos a los que siempre hemos defendido, la solidaridad no se puede tomar a la carta, a tu antojo. No puedes ignorar el sufrimiento de Palestina”, expresó el club de fans del St. Pauli de Atenas en un comunicado.

Esto se debe a que el St. Pauli se convirtió en un ícono internacional, al funcionar como un club asambleario donde los socios someten todo a votación, y en el que expresamente asumieron los valores del antifascismo, al antirracismo y el antimachismo. Además, el St. Pauli se había convertido en estandarte de la cultura punk y de los sectores populares habitualmente presentes en su barrio, como marineros y prostitutas.

Por estas razones, miles de personas de todo el mundo volcaron su simpatía hacia él y crearon clubes de fans, presentes en muchos países de todos los continentes. Pero esta situación cambiaría a partir del 7 de octubre pasado, cuando se produjeron los ataques del grupo Hamás en el sur de Israel y la violenta ofensiva israelí contra la Franja de Gaza en represalia.

Mientras el entorno donde tiene simpatías el St. Pauli se solidarizó con Palestina, el club tomó partido por Israel y por las víctimas hebreas, a la vez que acusó al activismo propalestino como “antisemitismo”, con el pretexto de que apoyar al pueblo palestino es apoyar a Hamás. 

“Nos han acusado de apoyar a terroristas, de ser antisemitas, tanto desde el club como desde los clubs de fans con sede en Alemania. No es aceptable. Sentimos vergüenza y tristeza. Se han prohibido manifestaciones y banderas, se ha señalado como antisemita a todo el que no defienda el relato oficial”, dice la comunicación de los aficionados del St. Pauli, al que adhirieron buena parte de clubes internacionales del cuadro pirata.

“En los últimos días hemos visto ataques a compañeros que querían tener un debate crítico. Si sólo puede haber un relato dentro de la afición del St. Pauli, donde se pasa por alto el asesinato de civiles, el apartheid, la ocupación y la colonización, éste ha dejado de ser nuestro espacio”, agrega la misiva.

El Millerntor, estadio del St. Pauli, suele estar decorado con grafitis y calcomanías alusivas al Che Guevara y a consignas antifascistas. Estos últimos días, se agregaron carteles con los rostros de los israelíes secuestrados por Hamás, pero ninguna expresión que se refiera a las miles de víctimas palestinas.

Ruptura con el Celtic

La postura del St. Pauli y su afición en Hamburgo generó también una ruptura con una hinchada con la que tenían una buena y antigua relación, la del Celtic de Glasgow, que siempre porta banderas palestinas. Tras la ofensiva contra Gaza, esta solidaridad provocó incluso un rifirrafe con la directiva del club, que ha intentado prohibir las banderas palestinas para evitar multas.

En respuesta, la afición del St. Pauli mostró una pancarta donde se podía leer “De Gaza a Glasgow, luchamos contra el antisemitismo. Viva Gaza libre de Hamás”. Este desaire provocó la respuesta de los escoceses, que, indignados, acusaron al St. Pauli de haberse convertido en un club hipster.

“A veces da la sensación de que los aficionados del St. Pauli alemanes estarán contentos si se quedan solos y nos vamos a los demás”, dijo un miembro del club de fans del St. Pauli de Glasgow, citado en un reportaje del periodista Toni Padilla, y quien también sigue al Celtic.

“La afición del Celtic es de origen irlandés y entiende a la perfección la problemática de naciones que no tienen reconocimiento o carecen de libertades, por eso apoyamos a Palestina”, opinó.

“Estamos contra el antisemitismo, pero lo que no es posible es que denunciar los crímenes del ejército de Israel o desear que Palestina tenga un estado libre sea tildado de antisemitismo. ¿Cómo hacer grandes comunicados cuando se produjo el ataque de Hamás y casi no decir nada después con los miles de muertos en Gaza? ¿Cómo puedes condenar cada ataque palestino, pero llevar años ignorando lo que ocurre en Palestina?”, agregó.

Este escocés, como muchos otros aficionados, admite que ya no quiere seguir los partidos del St. Pauli y que se siente decepcionado.

El debate suscitado por la causa palestina ha generado distintas reacciones. La mayoría de clubes cesaron acciones, como el de Barcelona, donde se podían seguir los partidos en un local. Otros han decidido desintegrarse totalmente, como el de Bilbao. Algunos más, como Piratas del Sur, con sede en Argentina, han querido mantenerse al margen del debate y en un ambiguo comunicado explicaron que condenan todo acto de violencia y que están con todas las víctimas.

Mientras tanto, otras muchas aficiones han realizado acciones de solidaridad con el martirizado pueblo palestino, que en el primer mes de la ofensiva israelí ha padecido más de diez mil víctimas civiles, entre ellas unos cuatro mil niños. Los ataques han incluido bombardeos de hospitales, colegios y refugios.

lunes, 19 de septiembre de 2022

La Green Brigade y tres momentos de reivindicación histórica

El conflicto norirlandés, las Brigadas Internacionales y el repudio a la Corona Británica fueron avivados en las gradas por la afición del Celtic.


Por Camilo Rueda Navarro

La afición del Celtic de Glasgow, y en particular la barra Green Brigade, han estado figurando en medios deportivos y en las redes sociales el último mes, remarcando su identidad política.

Primero fue en el clásico de la ciudad, el célebre Old Firm ante el Rangers. En esta ocasión, la agrupación exhibió un mosaico que evoca el conflicto norirlandés: un niño con máscara antigas y una bomba molotov, originada en una fotografía captada en la Batalla del Bogside de 1969.

La imagen original se produjo en medio de revueltas entre residentes católicos del barrio Bogside, en Derry, y la policía. Los disturbios se prolongaron por tres días y causaron varios muertos y centenares de heridos. La llamada Batalla del Bogside agudizó el conflicto entre nacionalistas republicanos y unionistas probritánicos.

La foto del niño se volvió un ícono de Bogside y años después fue recreada en uno de los murales de Derry, un sector identificado con el nacionalismo irlandés. Este 4 de septiembre fue revivida en una bandera desplegada por la Green Brigade, barra del Celtic, acompañada por el eslogan “Today we dare to win” (Hoy nos atrevemos a ganar).

Que viva la República

En el partido siguiente, las banderas del Celtic volvieron a recorrer los pantallazos y registros fotográficos. Esta vez ante el Real Madrid, en partido por la Liga de Campeones de Europa. Entre el verde y blanco del Celtic, ondeó la bandera de las Brigadas Internacionales, que reunieron a combatientes de múltiples nacionalidades que se vincularon al bando republicano en la Guerra Civil Española (1936-1939).

Para luchar contra el franquismo, miles de voluntarios de todo el mundo se vincularon a las brigadas, entre ellos británicos e irlandeses, cuyo legado es motivo de honores, como este del Celtic.

¡Aplaude!

La hinchada del Celtic siguió dando de qué hablar tras la muerte de la reina británica Isabel II. En otro partido de la Liga de Campeones, y tras la muerte de la monarca, exhibió una bandera con la frase “Fuck the Crown” (Que se joda la Corona).

Mientras que la UEFA abrió un proceso contra el Celtic por esta pancarta, la Liga Escocesa optó por cambiar el tradicional minuto de silencio por uno de aplausos en el partido de este club ante el St. Mirren. Con esta medida se buscaba neutralizar un eventual abucheo de la parcial verde.


Sin embargo, se produjo un nuevo saboteo al tributo real, pues la afición del Celtic desplegó una nueva pancarta que decía “If you hate the royal family, clap your hands” (Si odias a la familia real, aplaude), a la vez que entonaba cantos con este mismo llamado, haciendo una ingeniosa burla de quienes se sumaron a los aplausos por la fallecida monarca.

Si bien el Celtic tiene su sede en territorio escocés, su origen está fuertemente entrelazado con la migración irlandesa del siglo XIX, identificada con el catolicismo y el republicanismo antimonárquico.

miércoles, 3 de julio de 2019

La toma del edificio Miraflores: el golazo guerrillero en plena Copa América

Mientras el gobierno de Andrés Pastrana sacaba pecho por organizar la Copa América en Colombia, un comando de las FARC asaltaba un lujoso edificio en el centro de Neiva, en el momento en que se celebraba el paso de la Selección a la final del torneo. Una toma “de película”.



Por Camilo Rueda Navarro

El 26 de julio del 2001, en Manizales, la Selección Colombia de fútbol derrotó 2-0 a Honduras y clasificó a la final de la Copa América, que por primera vez en la historia se celebraba en territorio colombiano. Pero esa noche, el otro “gol” que se registró fue el que le metió la entonces guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) al Estado colombiano.

A la misma hora en que se disputaba el partido, un comando de las FARC incursionaba en el centro de Neiva, una de las principales capitales del sur del país, y asaltaba el edificio Miraflores, de donde se llevó secuestrado a un grupo de 15 personas.

En ese momento, el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) se enorgullecía por la realización de la Copa América, que en algún momento estuvo en vilo por otro caso de secuestro. El cambio de sede llegó a ser contemplado ante la situación de conflicto que vivía el país y, con ese mismo pretexto, dos selecciones desistieron de participar a última hora.

Pero la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) confirmó a Colombia como anfitriona del certamen, que fue bautizado como la “Copa de la Paz”. En ese momento se adelantaban negociaciones con la insurgencia en un área desmilitarizada, la “zona de despeje”, y la celebración del torneo de selecciones más antiguo del mundo podría alentar la búsqueda de la paz. Al menos esa fue la idea que se sugirió.

En todo caso, mientras se adelantaban los diálogos con las FARC en “El Caguán”, como se le conoció al área despejada, en el resto del territorio nacional continuaba la confrontación, según los términos en los que las partes pactaron la negociación. El Estado daba inicio al Plan Colombia, un multimillonario programa de cooperación militar con Estados Unidos; previsto inicialmente para la lucha antidrogas, luego fue ampliado a la guerra contrainsurgente. Por su parte, las FARC proyectaban su fortalecimiento político y militar en el marco de la negociación, y mantenían vigente su plan estratégico para disputar el poder central.

Esa situación generó un incremento de la confrontación armada en todo el territorio nacional, exceptuando los cinco municipios que servían de sede para los diálogos. Arrecieron los golpes militares de bando y bando. Las cárceles se llenaron de combatientes farianos, a la vez que los campamentos guerrilleros se atiborraban de soldados y policías capturados en combate.

En ese marco, desde la insurgencia se planteó en la mesa de negociaciones un “canje de prisioneros” en el que se permitiera que la guerrillerada en las cárceles pudiera volver a sus filas, a cambio de que los militares hicieran lo propio. Esta propuesta tuvo el rechazo de múltiples sectores de poder, y el gobierno solo accedió a gestionar un “intercambio humanitario”, en el que se excarcelaría a los guerrilleros enfermos si las FARC hacían lo mismo con sus prisioneros en esa condición.

Al final, solo una docena de los cientos de combatientes encarcelados salieron de prisión. Las FARC entregaron a policías y militares enfermos, y también liberó a un significativo grupo de uniformados rasos que tenía en su custodia. Sin embargo, adoptó una fórmula para seguir insistiendo en el canje: si los poderes del Estado eran indolentes por la suerte de los miembros de su Fuerza Pública, había que incluir a integrantes de esos poderes en la negociación de un intercambio.

Como el Congreso y el gobierno no accedieron a tramitar una normativa sobre las personas consideradas “prisioneros de guerra”, había que proceder sobre congresistas y dirigentes políticos. Según ese razonamiento, la retención de civiles con responsabilidades en el Estado iba a presionar la concreción de un canje. En la práctica, esta lógica se expresó en el incremento del secuestro con fines políticos, diferente al que con fines extorsivos ya practicaba la insurgencia.

El camino a la semifinal

Sin Argentina y Canadá, la Copa América Colombia 2001 se completó con la invitación de Honduras y Costa Rica, que aceptaron a última hora acudir a la competición. Los dos conjuntos centroamericanos recibieron elogios de la prensa deportiva y la afición local, que exaltó su gesto a la vez que se reprochaba la negativa de los combinados ausentes.

Las dos selecciones substitutas quedaron ubicadas en el grupo C, asentado en Medellín. Ambas, a pesar de su improvisada participación, sorprendieron al quedar en los dos primeros lugares del grupo. Honduras, en particular, sorprendió en la última fecha al vencer 1-0 a Uruguay, dos veces campeón mundial y múltiple campeón americano. Los “catrachos” se ganaron así las simpatías del público colombiano y accedieron a los cuartos de final.

Aunque ya era más que sobresaliente el rendimiento hondureño, ese conjunto dio una nueva sorpresa al superar 2-0 a Brasil en la siguiente fase. Todo un hito en la historia de ambas selecciones. Los auriverdes, candidatos sólidos al título ante la ausencia del otro grande de la región (Argentina), quedaban fuera ante una Honduras invitada de relleno y confeccionada en pocas horas.

Por la misma llave avanzaba la anfitriona Colombia, que marchaba invicta, clasificada líder de su grupo, sin recibir goles en contra y que ya había superado 3-0 a Perú. El torneo ahora le evitaba un duelo ante Brasil, en el que las victorias colombianas se pueden contar con los dedos de una mano.

Así las cosas, arribaron a Manizales el 26 de julio una apabullante Colombia y la sorpresa del torneo, la Honduras vencedora de Uruguay y Brasil, y que jugaba por su propia gloria.

El asalto al Miraflores

Eran aproximadamente las 9:30 de la noche y Colombia estaba en la final de la Copa América, título que nunca había ganado y cuya instancia final solo había disputado una vez: en 1975 cuando cayó ante Perú. Gracias a un contundente 2-0 contra Honduras, sacaba tiquete para enfrentar a México, con el que rivalizaría en Bogotá con un público a su favor.

Esta nueva victoria tricolor (la quinta de la copa) se celebraba bullosamente en todas las ciudades del país, incluida Neiva, la capital huilense, a donde había arribado un comando guerrillero que iba a meter el otro gol de la noche.

“–Somos del Gaula”, le dijo un hombre con prendas militares al portero del nuevo edificio Torres de Miraflores, recientemente inaugurado en el centro de Neiva y donde vivían algunas de las familias más adineradas de la ciudad, incluida la del senador Jaime Lozada y su esposa, Gloria Polanco.

El vigilante del edificio cayó en el engaño y permitió el acceso de los supuestos integrantes del Gaula, una unidad antisecuestro de la Policía, que en realidad se trataba de un comando guerrillero perteneciente a la Columna Móvil Teófilo Forero de las FARC, en un operativo planeado minuciosamente.

Los guerrilleros, vestidos de agentes de la fuerza pública, incursionaron al Miraflores piso por piso. Todo les había salido según lo planeado hasta que llegaron hasta el apartamento 801, la vivienda de la familia Lozada. El senador –el principal objetivo del operativo, y que regresaba de Bogotá a su apartamento todos los jueves– aplazó su viaje y no se encontraba allí. Entonces se llevaron a su esposa y a dos de sus tres hijos. En total, 15 personas fueron secuestradas en el asalto.

Fueron llevadas en camionetas dispuestas para el operativo, que partieron en caravana, tal como a esa hora algunas personas celebraban el triunfo colombiano, con pitos y gritería. La victoria de la Selección fue el complemento perfecto para concretar el asalto al Edificio Miraflores, uno de los operativos urbanos más significativos de una guerrilla que hasta entonces se había circunscrito a los escenarios rurales.

Si bien el senador Lozada se libró del secuestro por encontrarse en otro lugar, su esposa y dos hijos fueron raptados por la Teófilo Forero. Gloria Polanco se convirtió en “canjeable” al ser inscrita a las elecciones parlamentarias del 2002 y al resultar electa representante a la Cámara. Gracias a las gestiones humanitarias de Piedad Córdoba y el presidente venezolano Hugo Chávez, en febrero del 2008 las FARC liberaron como gesto de buena voluntad a Polanco y otros tres parlamentarios que tenía en su poder.

El gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) mantuvo contactos para establecer los términos de una negociación para el intercambio humanitario con las FARC. Para ello requirió la colaboración de Piedad y del presidente Chávez, contradictores políticos que sin embargo apoyaron las gestiones con las que algunos canjeables recuperaron su libertad.

Finalmente no se concretó ningún canje o intercambio de prisioneros, aunque las FARC liberaron la totalidad de las personas que tenía retenidas como preámbulo a las negociaciones con el gobierno de Juan Manuel Santos, sucesor de Uribe, que culminaron con el acuerdo de paz de La Habana.

“Yo prefiero ver al Paisa echando discursos y no bala”, dijo entonces Jaime Lozada Polanco, una de las víctimas de este episodio, sobre Hernán Darío Velásquez, el líder de la toma del Edificio Miraflores, a propósito de aquel acuerdo que puso fin a un doloroso conflicto de 52 años y que convirtió a las FARC en partido político legal.

Publicado originalmente en "2001 Odisea Colombia Copa América". Tomado de In-Correcto.com.

sábado, 3 de marzo de 2018

Guardiola desafía autoridades inglesas con lazo independentista

Por llevar un lazo amarillo, símbolo de solidaridad con los presos políticos catalanes, el fútbol inglés procesa al entrenador del Manchester City. “Se trata de democracia”, sostiene Pep


Por Camilo Rueda Navarro

Josep Guardiola, entrenador del Manchester City, fue procesado por las autoridades del fútbol inglés por portar en los partidos un lazo amarillo, insignia de solidaridad con los presos políticos catalanes, pues lo consideran un gesto político en contravía de la normatividad.

Tras portar dicho símbolo en la final de la Copa de la Liga en el estadio de Wembley, la Federación Inglesa anunció la apertura de un expediente contra el técnico, con el señalamiento de “llevar un mensaje político, específicamente un lazo amarillo”, lo que según esa entidad vulnera sus reglas.

“Hay cuatro hombres en la cárcel por sedición. Y no han usado otra arma que el voto. Siempre estarán conmigo. No se trata de política, sino de democracia”, explicó Guardiola tras el juego, en el que volvió a portar el lazo pese a las críticas y amenazas.

“En Inglaterra sabéis lo que esto significa. Habéis tenido el Brexit, habéis dejado hacer un referéndum a Escocia. Mi comportamiento no es irrespetuoso hacia nadie”, agregó Pep, que desde finales del 2017 porta el lazo amarillo en todos los partidos y ruedas de prensa a las que asiste.

También explicó que lo seguirá portando “pase lo que pase”, a excepción de que el City se lo pida. “Creo que no va a pasar, pero si me lo piden (la dirigencia del club), tengo que aceptarlo”, aclaró.


Cuatro líderes del independentismo catalán (Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart) fueron encarcelados tras el referendo independentista del 1ro. de octubre, convocado por el gobierno catalán pero prohibido por la justicia española. Se les acusa de cargos como rebelión y sedición, delitos que dan duras penas de cárcel en el Estado español.

Algunos medios destacaron que varios aficionados del City también portaron el lazo amarillo en solidaridad con su entrenador, que ya les dio su primer título (la Copa de la Liga ante el Arsenal), a la vez que lidera la Liga Premier y compite por la Champions europea.

“Estoy muy agradecido con todos los aficionados del Manchester City que llevaron el lazo amarillo en Wembley. Lo aprecio mucho y estoy contento de que entiendan la situación”, expresó Guardiola sobre el gesto.

lunes, 6 de noviembre de 2017

El fútbol italiano reivindica la figura de Ana Frank

Tras ser usada por aficionados de Lazio para ofender a los de Roma, su imagen se convierte en símbolo de la lucha contra el antisemitismo en el fútbol



Por Camilo Rueda Navarro

Varios estamentos del fútbol italiano reivindicaron la figura de Ana Frank, la niña alemana de origen judío que murió en un campo de concentración nazi y que es recordada por el diario que escribió cuando se ocultaba de la persecución antisemita.

A finales de octubre pasado, aficionados de la Lazio circularon calcomanías de la menor, luciendo la camiseta de su club rival, la Roma, junto con otras que señalan a sus hinchas de judíos. El Estadio Olímpico de Roma, que comparten ambas instituciones, fue cubierto con estos adhesivos.


La hinchada de Lazio es reconocida por sus inclinaciones políticas de derecha, y algunos de sus seguidores son abiertamente neofascistas. Además, señalan a sus rivales de ciudad como judíos e izquierdistas.

El gesto de las calcomanías causó el repudio de las autoridades italianas y generó que los estamentos del fútbol local asumieran la figura de Ana Frank como símbolo de la lucha contra el antisemitismo.

Los propios jugadores de Lazio lucieron camisetas con el rostro de Ana Frank y la consigna de “No al antisemitismo”. Además, en todas las categorías del fútbol italiano se guardó un minuto de silencio en su memoria. Y en los estadios se leyeron fragmentos de su diario.

“El diario de Ana Frank” fue un texto escrito mientras su autora se escondía con su familia de los nazis en Ámsterdam, Holanda, durante la Segunda Guerra Mundial. A la postre fue capturada y llevada a un campo de concentración, donde murió en 1945. Su escrito sobrevivió y fue publicado de manera póstuma, y la convirtió en una de las víctimas del holocausto más reconocidas.

“Ana Frank no representa a un grupo étnico o un pueblo. Todos somos Ana Frank cuando nos enfrentamos a lo inimaginable”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Angelino Alfano, al rechazar el acto de los aficionados de Lazio.

Hasta la fecha, las autoridades italianas investigaban los hechos. Ya fueron identificados 16 presuntos responsables, pero aún no se tomaban medidas judiciales o disciplinarias por el caso.

martes, 6 de diciembre de 2016

Chapecoense, la solidaridad y las causas sociales

La tragedia de un humilde equipo brasileño de fútbol genera un amplio y conmovedor sentimiento de apoyo que no tiene por qué ser reprochado


Por Camilo Rueda Navarro 

Los desbordados y sentidos gestos de solidaridad hacia la Asociación Chapecoense de Fútbol han sorprendido no sólo a los propios afectados sino a algunas personas en Colombia que han llegado a cuestionarlos.

Se habla de un supuesto “dolor selectivo” cuando la tragedia aérea del Chapecoense ha conmovido a multitudes, en una odiosa comparación con temas como, por ejemplo, los líderes sociales asesinados en nuestro país.

Resulta injusto y desacertado poner en tela de juicio el dolor que la comunidad del fútbol ha sentido por el accidente que sufrió el vuelo de un humilde equipo brasilero que venía al país a jugar su primera final internacional. ¿Por qué descalificar los gestos de solidaridad hacia un pequeño club que hace pocos años jugaba en divisiones inferiores y que, a punta de lucha y amor propio, soñaba con conseguir un trofeo continental, superando en la cancha a grandes del continente como Independiente y San Lorenzo?


Un estadio abarrotado para homenajear a las 71 víctimas mortales de la tragedia, a los seis sobrevivientes y a sus familias conmovió al país y al mundo del fútbol. Fue el mismo estadio donde hinchas de Nacional y Medellín habían dicho “Sí a la paz” antes de que los acuerdos entre las FARC y el gobierno se pusieran a consideración de las urnas.

De esta forma, se pone en entredicho el dolor que sienten los aficionados al fútbol, como si estos no sintieran como propias, por ejemplo, las más de 120 víctimas mortales de la Marcha Patriótica o como si fueran indiferentes por los menores de La Guajira que mueren de hambre.

Esos mismos señalamientos desconocen que hay activistas sociales que también sufren y gozan con el fútbol, que los hinchas han emprendido iniciativas de ayuda a las comunidades de La Guajira o que han enarbolado causas como la defensa de la educación pública y la solidaridad con Palestina.

Quienes juzgan así estos hechos, tal vez, ignoran que justo hace un año era Independiente Santa Fe el que soñaba con esa Copa Suramericana que buscaba Chapecoense, que eran sus jugadores e hinchas los que recorrían el continente en su búsqueda y que podrían ser ellos mismos los que sufrieran un accidente como el ocurrido en Antioquia. Por eso, este club le entregó su trofeo -el único continental que posee- al cuadro de Chapecó en un enorme gesto de fraternidad.

Que ‘el fútbol no tiene fronteras’ dijeron las tribunas del estadio Atanasio Girardot, donde se tributó al Chapecoense el día en que debía jugar el primer partido de una truncada final; que en Latinoamérica somos un mismo pueblo comprendieron algunos por los sentimientos causados por esta tragedia; y que esto nos duele a todos, sin importar el equipo del que se es hincha, quedó claro. ‘Gracias, Colombia’ respondió Brasil ante las muestras de apoyo a un equipo que perdió a 19 jugadores, su cuerpo técnico y casi toda su directiva en un hecho que hoy enluta a miles de aficionados en Brasil y en todo el mundo.

Sí, ojalá las causas de los movimientos populares convocaran de la misma manera en que lo ha hecho este accidente. Pero, resulta al menos odioso desacreditar las pasiones que genera el fútbol y la solidaridad que ha recibido merecidamente Chapecoense.

*Publicado originalmente en El Turbión

lunes, 24 de octubre de 2016

Camila Vallejo también habla de fútbol

La diputada comunista chilena reflexiona sobre el deporte más popular del mundo


Por Camilo Rueda Navarro

En una reciente entrevista, Camila Vallejo dio sus opiniones sobre el fútbol. La exdirigente estudiantil y diputada por el Partido Comunista reconoció sus simpatías con la Universidad de Chile, aunque expresó que recientemente siente “mucha cercanía” con Palestino.

“Me regalaron la camiseta y cuando pueda iré a verlos”, contó al periodista Felipe Bianchi, en un diálogo en formato de Twitter publicado en el diario La Tercera.

La diputada explicó que en su viaje a Palestina encontró que el Club Palestino de Chile es como una segunda selección para ellos, y desde entonces, quiere “que siempre les vaya bien”.

“El fútbol puede ser una excelente escuela de vida, como cualquier actividad humana que se conduzca con buenos fines y valores positivos”, respondió la exdirigente estudiantil a una pregunta sobre Albert Camus, que decía que su mejor escuela de vida fue el fútbol.

Vallejo también apoyó el llamado de Jean Beausejour para que la Selección Nacional juegue en regiones y se baje el precio de las entradas. “Totalmente de acuerdo. ‘La Roja’ es de todos y los precios son muy caros”, dijo, avalando la postura del jugador.

Sobre los integrantes de la selección, dijo que su preferido es Gary Medel, “por la garra que pone”, y el propio Beausejour, “porque tiene opinión política y la manifiesta”.

Y sobre la organización del fútbol chileno, manifestó: “La ley SAD permitió la captura de los clubes. Por eso, con Matias Walkerp propusimos algunos cambios inspirados en el futbol alemán”.

También reivindicó al futbolista Carlos Caszely, integrante de la selección cuando iniciaba la dictadura de Augusto Pinochet. “Fue el único que no lo saludó antes de viajar al Mundial 74”, recordó. (Ver artículo "Yo le negué la mano a Pinochet": Carlos Caszely).

Camila Vallejo, de 28 años, fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) y en la actualidad es parlamentaria del Partido Comunista.

lunes, 20 de junio de 2016

¿Celebración o vandalismo?

La adhesión a un club de fútbol no puede convertirse en motivo para martirizar a toda una ciudad



Por Camilo Rueda Navarro

Desde hace un par de años, el 18 de junio se volvió una fecha temida para la comunidad bogotana. Con el pretexto de celebrar el aniversario de uno de los equipos de fútbol de la ciudad, parte de sus hinchas la han convertido en una jornada de vandalismo y violencia.

En este día, las barras populares del Club Millonarios “festejan” el cumpleaños de su institución con marchas y concentraciones que generalmente terminan desbordadas en desmanes.

Enfrentamientos entre ellos mismos y vandalismo contra el transporte público, son habituales en esta jornada. Este año, según cifras de las autoridades distritales, fueron al menos 27 heridos, 152 detenidos y ocho buses de Transmilenio con averías por cuenta de las “celebraciones” de los hinchas del equipo azul.


Para el resto de ciudadanos de la capital se ha convertido en un tormento salir a las calles en esta fecha. Si ya de por sí el transporte público representa un padecimiento para los usuarios, con las celebraciones masivas de la hinchada embajadora éste queda al borde del colapso. En ocasiones anteriores se ha llegado a reportar el “secuestro” de articulados de Transmilenio.

A esto se añade que la rivalidad entre las propias barras de Millonarios y sus facciones desembocan en episodios de violencia y enfrentamientos en plena calle. En esta ocasión, entre la treintena de lesionados se encuentra un patrullero que quedó al borde de la muerte.

Estas prácticas, además de convertirse en dolor de cabeza para la ciudadanía bogotana, están muy lejos de representar la deportividad que seguramente buscaba el empresario barranquillero Alfonso Senior, cuando fundó el equipo azul hace 70 años.

Ante estos hechos, la intervención de las autoridades ha sido inocua. Las medidas preventivas que se puedan haber tomado han resultado, una vez más, ineficaces.

La ñapa de la jornada de este 18 de junio fue el poco heroico ataque a la sede social de la barra de Independiente Santa Fe, su equipo rival de la ciudad. Las barras azules desconocen así los compromisos que han adquirido con sus pares del resto del país en el marco del Colectivo Futbolero Colombiano, que reúne a la mayoría de hinchadas populares y que busca promover medidas de convivencia.

Lejos de un barrismo popular, los desmanes en la celebración del equipo “embajador” alientan las salidas represivas que una parte de la opinión deportiva impulsa.

Legitiman más bien la “mano fuerte” que desde escritorios y micrófonos algunos piden para enfrentar la violencia en el fútbol. Y empañan los esfuerzos que desde las mismas hinchadas se vienen impulsando, como la campaña “Sí al visitante”, entre otras fórmulas para promover la convivencia y la paz en los estadios del país.

viernes, 10 de junio de 2016

Trabajadores tienen en jaque a la Eurocopa

Sindicatos ferroviarios, de pilotos y de recolectores de basuras están en huelga contra una reforma laboral del gobierno francés


Por Camilo Rueda Navarro

Este 10 de junio está programada la inauguración de la Eurocopa de Naciones en París, Francia. El torneo, que acoge a 24 selecciones del Viejo Continente, está en vilo por cuenta de un paro de trabajadores en varios sectores económicos del país.

Además de la oposición a un proyecto de reforma laboral que impulsa el gobierno, varios sindicatos declararon huelgas por reivindicaciones gremiales. La situación más delicada se presenta en el sector ferroviario, pues la compañía estatal Sociedad Nacional de Ferrocarriles completa este jueves su noveno día de paro.

Los empleados de la aerolínea Air France, por su parte, convocaron a una huelga del 11 al 14 de junio, en pleno inicio de la Eurocopa. Los pilotos exigen el cese de la política de ajustes laborales de la compañía. Sin embargo, Air France y sus empleados están en proceso de negociación para evitar la huelga, que colapsaría el transporte aéreo justo cuando miles de aficionados de toda Europa esperan arribar al país galo.

Por su parte, el primer ministro francés, Manuel Valls, anunció medidas para afrontar la crisis de los ferrocarriles, como una partida de 100 millones de euros suplementarios para la renovación de la red ferroviaria.

Otro sector crítico de las protestas es el de basuras. La huelga contra la reforma laboral -que según los trabajadores busca introducir medidas contraproducentes para ellos-, tiene paralizados los centros de acopio de residuos urbanos en ciudades como París y Marsella. Por esto, en la última semana se presentó la acumulación de basuras en éstas dos ciudades, que acogerán varios partidos de la Eurocopa.

Los organizadores del torneo esperan unos 2,5 millones de aficionados, que seguramente se encontrarán con enormes pilas de basura, barricadas de los manifestantes y dificultades en el transporte.

viernes, 3 de junio de 2016

Una copa por la libertad

Las reclusas de Cartagena tienen su propia Copa América Centenario



Por Camilo Rueda Navarro

La cárcel femenina de San Diego, en Cartagena de Indias, organizó un campeonato de fútbol que se juega de forma alterna y emulando la edición especial del torneo de selecciones más antiguo del mundo.

Se llama “Copa América Centenario por la Libertad San Diego 2016” y hace parte de los programas de resocialización del establecimiento penitenciario.

La competición “es un premio al empeño y al deseo de enmendar los errores que se hayan cometido y que se están pagando con la privación de la libertad”, explicó Ramiro Cuadros, director del penal, en un reportaje de la agencia EFE sobre la iniciativa.

En la cárcel distrital de San Diego se encuentran actualmente 181 prisioneras que pagan condenas por diversos delitos. Todas ellas van a participar de este singular certamen, organizadas por equipos que coinciden con las naciones que disputan la Copa América Centenario, que se celebra en Estados Unidos con 16 selecciones del continente.


Este torneo carcelario se complementa con jornadas académicas en las que participan historiadores que hablan sobre los países que compiten por la Copa América Centenario 2016.

Al final del torneo, previsto para el 27 de junio, se entregará al equipo ganador un trofeo dorado de 50 centímetros de alto al que denominaron “la Copa de la libertad”, el anhelo con el que sueñan estas mujeres recluidas en la ciudad heroica de Colombia.

Publicado originalmente en http://www.las2orillas.co/una-copa-por-la-libertad/

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Los delincuentes del fútbol están en los palcos, no en la popular

La corrupción en la FIFA fue uno de los escándalos internacionales más grandes en el 2015 y aún sigue creciendo. El balompié requiere de una profunda reorganización


Por Camilo Rueda Navarro

El periodista Andrew Jennings y el astro Diego Armando Maradona, cada uno a su modo, ya lo habían dicho hace varios años. La FIFA está manejada por corruptos. Pero solo fue hasta este año, cuando la Justicia estadounidense abrió un megaproceso contra sus directivos, que estos señalamientos fueron atendidos.

La Federación Internacional de Fútbol Asociado, fundada en 1904, y que en la actualidad tiene más miembros que la Organización de Naciones Unidas, está carcomida de corrupción. Esta situación se conoció el 27 de mayo pasado, cuando el FBI y la Justicia suiza detuvieron a varios directivos de la poderosa entidad, que se aprestaba a celebrar su congreso ordinario.

Las capturas fueron posibles por una investigación de la justicia de Estados Unidos, liderada por la fiscal general de ese país, Loretta Lynch, que se remonta al 2011 y que contempla casi cien cargos de prácticas de corrupción dirigidos a más de 30 personas, la mayoría de ellos altos directivos de la FIFA.

Los hechos que se investigan incluyen conductas delictivas como sobornos, lavado de dinero y fraude. Estas prácticas, que se remontan por varios años, habían sido documentadas por el periodista británico Andrew Jennings, que casi en solitario investigó y denunció las irregularidades de la FIFA.

Las denuncias sólo pudieron prosperar luego de que el estadounidense Chuck Blazer, exsecretario general de la Concacaf, confesara las anomalías ante la Justicia estadounidense, luego de haber sido procesado por evasión de impuestos. El testimonio de Blazer permitió abrir cargos contra varios directivos, y poco a poco el entramado de corrupción se ha ido desvelando.

A pesar del escándalo, Jossep Blater había sido reelegido en la presidencia de la FIFA. Sin embargo, a los pocos días renunció y convocó a elecciones extraordinarias, programadas para el 26 de febrero del 2016.


La siguiente víctima fue el presidente de la UEFA, el francés Michel Platini, que se proyectaba como su sucesor. La Justicia suiza abrió una investigación por un presunto pago irregular de Blatter a Platini por dos millones de francos suizos, supuestamente por unos trabajos de asesoría realizados entre 1999 y 2002. Por el hecho, la comisión de ética de la FIFA los suspendió a ambos.

El 3 de diciembre pasado, el escándalo prosiguió con la detención de los presidentes de la Concacaf (el hondureño Alfredo Hawit) y de la Conmebol (el paraguayo Ángel Napout).

El caso llegó a Colombia luego de que Luis Bedoya, presidente de la Dimayor y directivo de la Conmebol, renunciara a su cargo y viajara a Estados Unidos arguyendo “motivos personales”.

Pronto se supo que Bedoya era requerido por la justicia de ese país como parte de las investigaciones por presuntas conductas delictivas. Aunque el directivo colombiano ha cooperado con la justicia, el caso no ha tenido trascendencia en el plano local y su negociación no ha afectado a otros directivos criollos.

Hasta la fecha, diez personas han sido capturadas, tres han quedado en libertad bajo fianza y cinco se han entregado voluntariamente.

El “FIFAGate”, como se le conoce al caso en los medios de comunicación, ha puesto en tela de juicio los manejos del deporte más popular del mundo. Un deporte que padece el estigma por la violencia de algunos de sus hinchas, lo que genera fórmulas represivas muchas veces desacertadas.

El escándalo de corrupción ha vuelto la mirada sobre los verdaderos delincuentes en el fútbol: los mercaderes corruptos que se lucran de un espectáculo deportivo, hoy por hoy la pasión de multitudes.

La coyuntura que vive el fútbol requiere de una profunda refundación, una reorganización que incluya un proceso de democratización. Esto implicaría lograr que los hinchas y socios de los clubes tengan mayor control e injerencia, que los futbolistas estén asociados y puedan reclamar sus derechos, y que las competencias se desarrollen de manera transparente y con veeduría de instancias independientes.

*Tomado de Marcha Patriótica