En Colombia, si ponés una bandera contra Postobón te echan del estadio. Algunos hinchas empezaron a cansarse de que el fútbol del país tenga un dueño.
Por Revista Un Caño
El sábado, Deportivo Independiente de Medellín y Tolima jugaron un lindo partido en Colombia. Fue victoria 3-2 para la visita. Pero lo más interesante pasó en las tribunas. Un grupo de hinchas del DIM desplegó unas banderas en contra del principal patrocinador del fútbol colombiano y la Policía los amenazó con sacarlos del estadio Atanasio Girardot si no bajaban los trapos de inmediato. Parece que para los dueños del fútbol colombiano a la cancha se va a consumir y a gritar. Tener ideas críticas y expresarlas no está bien visto.
Estos hinchas del DIM, miembros de Antifa Medallo, una organización antifascista que milita en contra del fútbol-negocio, fueron a la cancha, como suelen hacerlo, para alentar a su equipo, uno de los más populares de Colombia. Durante el partido, desde la bandeja superior del estadio, exhibieron unas banderas que decían: “El fútbol es del pueblo. No Más Liga Postobón”. Automáticamente, los trapos llamaron la atención de todos.
Policías y personal del estadio se acercaron para exigirles que los sacaran y los amenazaron con expulsarlos sino obedecían. Mientras, otros hinchas silbaban y les pedían que se fueran a los que querían censurarlos. “Finalmente tuvimos que guardar los trapos”, nos contó uno de los miembros de Antifa que prefirió no identificarse. Les dijeron que el pedido venía del jefe de seguridad del DIM y de directivos de la Dimayor (la División Mayor del fútbol profesional) entre ellos su presidente, Luis Bedoya. Al rato, agregaron, “el locutor del estadio dijo que si no se retiraba (la bandera) iba a traer sanciones para el equipo y la hinchada”.
Cuando terminó el partido, las fuerzas de seguridad les pidieron que no repitan la protesta en las próximas fechas. La gente de Antifa Medallo ya avisó que lo volverán a hacer. El eje de su reclamo es “en contra del fútbol moderno, el fútbol negocio en el que intentan convertir todos nuestros clubes tradicionales”. Reconocen que en la actualidad no se puede pretender que los equipos no se vinculen con el capital privado para financiarse, pero plantean que ese dinero debe ser utilizado para el “aprovechamiento deportivo” del club: mejorar las instalaciones de la institución, pagar salarios a tiempo, construir una sede, etcétera.
Sus insultos van contra las empresas que están utilizando a los clubes de fútbol para aumentar sus ganancias y que no dejan nada para las comunidades a las que esas instituciones representan. El caso del fútbol colombiano, donde la mayoría de los clubes son sociedades anónimas, es paradigmático. En el último tiempo, la Primera División se pobló de equipos fantasma, sin identidad, sin cancha y casi sin socios, montados por empresas privadas como herramientas de marketing: Aguilas Doradas, Fortaleza, Uniautónoma, Alianza Petrolera, Boyacá Chicó, Patriotas, La Equidad. Mientras muchos equipos históricos, tradicionales, como América, Unión Magdalena, Cúcuta, Deportivo Pereira, Quindío o Real Cartagena, por nombrar algunos, cayeron a Segunda.
Hoy, todo el negocio del fútbol profesional colombiano está en manos de su principal auspiciante, la empresa de bebidas no alcohólicas Postobón, la mayor de las veinte compañías que componen el grupo económico que lidera Carlos Ardila Lülle. Como destacan los muchachos de Antifa, Colombia es la única Liga del mundo donde un club de fútbol de Ardila Lülle (Atlético Nacional, vigente tricampeón), patrocinado por una empresa de Ardila Lülle (Postobón), gana una copa con el nombre de la empresa de Ardila Lülle (Liga Postobón), y todo se trasmite por el multimedio de Ardila Lülle (RCN TV y Radio).
El domino de Postobón es tan grande que el pedido de la gente de Antifa Medallo, de cortar con su monopolio, es apenas liberal. Ardila Lülle, uno de los mil hombres más ricos del mundo -742 según Forbes-, se metió en el fútbol colombiano en 2004 cuando compró el 75% de Atlético Nacional por 8 millones de dólares, según el diario El Tiempo. Pero fue recién hace cinco años cuando comenzó a montar el actual imperio futbolero. Entonces, la Dimayor, que tenía todo acordado con Coca-Cola, decidió aceptarlo como patrocinador oficial de Primera, Segunda y de la Copa Colombia. La propuesta del Grupo Ardila, casi 22 millones de dólares por cinco años de contrato, más que lo que había ofrecido el banco español BBVA y la gaseosa de EE. UU., se impuso, afirma el matutino La República, porque ofreció un adelanto inmediato de 11 millones de dólares. Los directivos no pudieron resistirse ante tanto billete verde junto.
De ahí en más, el Grupo Ardila construyó un monopolio cada vez más firme. En 2011, su multimedio, RCN, renovó por cinco años el contrato para transmitir el fútbol local en TV abierta. Ese mismo año, empezó a poner dinero en Alianza Petrolera, que ahora juega en Primera. Hoy, el grupo patrocina a Alianza y a cinco de los más grandes: Atlético Nacional, Millonarios, Santa Fe, Cali y, desde hace poco, a DIM.
Por todo esto, la gente de Antifa mostró esas banderas en la cancha. Su posición es clara: “Rechazamos este monopolio y las lógicas en las que está inmerso nuestro fútbol. Queremos un fútbol limpio, un fútbol popular, de la gente”. Ni Dimayor, ni la Policía, ni la Federación colombiana, ni Postobón hicieron comentario alguno sobre lo que pasó el sábado. Sería bueno que lo hagan. A ver cómo lo explican.
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