lunes, 11 de agosto de 2025

Apoyar a Palestina en St. Pauli: el viacrucis de Jackson Irvine

El capitán del St. Pauli, el australiano Jackson Irvine, ha sido acusado de “antisemitismo” por su propia hinchada por expresar su apoyo al pueblo palestino.



Por Camilo Rueda Navarro

El australiano Jackson Irvine, jugador del FC St. Pauli alemán desde el 2021, vive un “viacrucis” por expresar su apoyo al pueblo palestino y denunciar el genocidio que éste padece por parte de las fuerzas de Israel.

Una parte significativa de su afición defiende ciegamente a Israel. Y el caso de Irvine “ilustra cómo la más mínima expresión de solidaridad con Palestina es perseguida allí”, registra Yann Dey-Helle en un editorial de la página Dialectik Football.

“En el St. Pauli, que durante mucho tiempo ha navegado bajo la imagen de un club rebelde y antifascista, no es bueno defender la liberación de Palestina”, explica Dey-Helle.

Esto queda en evidencia con el caso de Jackson Irvine, quien pasó de icono a paria luego de publicar en sus redes sociales una foto como “historia” portando una camiseta con la leyenda “FC Palestine”.

“La humanidad por encima de todo”

“Me pareció profundamente insultante y doloroso ser estigmatizado de esta manera. Nunca he hecho nada en mi vida ni en este club que sea discriminatorio u odioso hacia nadie. Siempre he puesto la humanidad por encima de todo”, expresó Irvine desde Flachau, Austria, donde el St. Pauli se encuentra en pretemporada.

El blog Millernton, que publica información de la afición del St. Pauli, lo criticó por “no distanciarse claramente de cualquier cuestionamiento del derecho de Israel a existir”.

A pesar de su defensa de la diversidad sexual y del movimiento Black Lives Matter (que el club apoya) su postura sobre Palestina le ha valido fuertes críticas, con la etiqueta de “antisemita”.

“Esto ilustra un clima que sigue siendo sofocante en los alrededores del St. Pauli, a pesar de la evidencia del genocidio palestino”, reflexiona Dey-Helle. “Las acusaciones de antisemitismo surgen ante la más mínima crítica al colonialismo israelí en Palestina”, agrega.

Esta actitud causó un cisma en la afición internacional del St. Pauli tras los hechos de octubre del 2023, cuando un ataque de Hamás al sur de Israel originó una ofensiva de este Estado sobre la Franja de Gaza, la cual ya acumula más de 60.000 muertes, la gran mayoría civiles, incluyendo poblaciones especialmente protegidas, como niños, médicos y periodistas.

Tanto el club como la barra oficial del St. Pauli, que se consideran “antifascistas”, tomaron partido por Israel y se limitaron a condenar a Hamás como grupo terrorista. Esto llevó a que varios clubes de fans internacionales le dieran la espalda y optaran por cesar sus actividades o disolverse.

Pese a la postura mayoritaria del St. Pauli, Jackson Irvine ha sido solidario con el pueblo palestino. En noviembre del 2023, fue uno de los impulsores de una campaña de recaudación de fondos de jugadores de la selección australiana destinada a Oxfam para apoyar la ayuda humanitaria a la población de Gaza, registró Pallonate in Faccia. “Posteriormente, el capitán del St. Pauli continuó apoyando públicamente a Palestina en sus redes sociales”, agregó ese medio italiano.

“La muerte de civiles es una tragedia en cualquier conflicto, y ese debe ser el foco principal del debate”, declaró, a su vez, a la cadena ESPN.

Pero esto le ha llevado a que su propia afición le señale, pues “parece que para seguir siendo un ídolo en el St. Pauli uno debe abstenerse de criticar a Israel”, resume el portal Dialectik Football.

Por ahora, Irvine sólo cuenta con el apoyo de algunas pocas voces disidentes en St. Pauli, como la cuenta de Instagram "fcsp.4.falastin", que apoya a Palestina, y los impulsores de la campaña "Show Israel the Red Card", que pide a las autoridades del fútbol excluir a los equipos israelíes de las competiciones internacionales, exhibiendo pancartas en los partidos del fútbol alemán.

domingo, 10 de agosto de 2025

Sergio Blanco: Antifascista militante

Fundador del Frente Antifascista de Suba y parte de una generación redskin que entendió que la lucha contra el fascismo se libra en los barrios, en las canchas y en la organización popular.


Por Revuelta Radio

Las calles de Bogotá están más frías hoy, el 6 de agosto de 2025, la música y el caos se mezclaron en el Movistar Arena de Bogotá. Lo que debía ser una noche de cumbia villera con Damas Gratis terminó en una batalla campal organizada por unos pocos. Sergio Blanco, compañero, militante antifascista y luchador incansable por la justicia social, fue arrebatado por la violencia que tanto combatió. Su nombre no es solo una línea en las noticias: es símbolo de resistencia, de coherencia y de entrega a la clase obrera.

Según testimonios de su hermana Mónica y sus compañeras, Sergio ni siquiera alcanzó a entrar al concierto. Grupos de barras bravas, armados con cuchillos y palos, iniciaron una cacería contra hinchas de equipos contrarios. En medio del pánico, Sergio y sus amigas intentaron defenderse con lo que tenían—piedras contra armas—pero la desproporción era brutal. En el intento por escapar de las brutales agresiones falleció Sergio, arrollado por un vehículo en las calles aledañas al recinto (hecho que no debe quedar impune por un conductor que huyó después de arrollarlo).

Militante de hechos, no de palabras, Sergio, conocido como Blanco o Blanquito, fue miembro fundador del Frente Antifascista Suba (FAS) y parte de una generación de redskins que entendió que la lucha contra el fascismo no se libra solo en consignas, sino en las aceras, en los barrios, en las canchas y en la organización popular. No era un idealista de escritorio: era un hombre de acción.

Desde la Localidad Z-11 en Bogotá, trabajó incansablemente para tejer redes de solidaridad, demostrando que su compromiso con los oprimidos iba más allá de lo discursivo. Creía en el pueblo organizado, y por eso dedicó su vida a construir poder desde abajo.

Fútbol, punk y resistencia

Para Sergio, el fútbol no era solo un juego: era un espacio de lucha de clases. Como hincha de Santa Fe, vivió la pasión del estadio como un territorio más donde el fascismo intenta avanzar, y donde la resistencia obrera debe plantarse firme. Sabía que en las gradas, como en las calles, la organización y la solidaridad son el único antídoto contra el odio.

Dentro de La Guardia Albi-Roja Sur y como integrante del Parche 10 siempre promovió el barrismo social y se caracterizó porque impulsaba actividades para hinchas en condición de discapacidad. Además también estuvo vinculado al programa Aguante Popular por la Vida del Ministerio de la Igualdad, donde trabajaba para transformar el fútbol en herramienta de inclusión. Promovía el diálogo entre barras, demostrando que el respeto y la organización popular son posibles incluso en las canchas.

Su militancia también estuvo ligada a la contracultura. Seguidor de la escena punk y skinhead antifascista, entendió que la música no es solo ruido: es un arma para despertar conciencias. La música no sonaba solo en sus audífonos, sino en su corazón combativo.

La mejor forma de frenar al enemigo es con el ejemplo

Blanco no predicaba lo que no practicaba. Era humilde, sencillo y leal, un hombre que jamás dio la espalda a sus compañeros ni a sus principios. Como padre, hijo, hermano y amigo, dejó una huella imborrable en quienes lo conocieron. Su coherencia era su escudo.

Hoy, mientras el poder intenta reducir su muerte a un “incidente”, los que lo conocen saben que Sergio Blanco cayó luchando. No fue una víctima pasiva: fue un militante que enfrentó al sistema hasta el final.

Memoria, dignidad y justicia

El mejor homenaje que podemos hacerle no es solo recordarlo, sino seguir su ejemplo:

– Organizándonos en nuestros territorios.

– Confrontando al fascismo en todas sus formas.

– Defendiendo los espacios populares, desde las canchas hasta los barrios.

La mejor forma de frenar a los enemigos de la clase obrera es con el ejemplo y la militancia activa.

¡Hasta la victoria siempre, compañero!

Salah cuestiona el ‘adiós’ de la UEFA al exjugador palestino Suleiman Obeid

Un futbolista de 41 años fue asesinado por las fuerzas israelíes mientras esperaba ayuda humanitaria en Gaza.



Mohamed Salah cuestionó la “despedida” que le dio la UEFA al exfutbolista palestino Suleiman Obeid, quien, según informes, fue asesinado a tiros por fuerzas israelíes mientras esperaba ayuda en Gaza.

"¿Puedes decirnos cómo murió, dónde y por qué?”, preguntó Salah en la red social X.

Salah pedía respuesta a una publicación de la UEFA que decía: “Despedida a Suleiman al-Obeid, el ‘Pelé palestino’. Un talento que dio esperanza a innumerables niños, incluso en los momentos más oscuros”.

Obeid, de 41 años, fue fatalmente herido por disparos de fuerzas israelíes el miércoles mientras esperaba entre multitudes por ayuda cerca de un sitio de distribución en el sur de Gaza, según informó la Asociación de Fútbol de Palestina. Deja atrás a una esposa y cinco hijos.

La oficina de derechos humanos de la ONU dijo el mes pasado que unos 1.400 palestinos han sido asesinados buscando ayuda en Gaza desde mayo, casi todos por fuego israelí.

La campaña aérea y terrestre de Israel ha matado a decenas de miles de personas en Gaza, desplazado a la mayor parte de la población, destruido vastas áreas y empujado al territorio hacia la hambruna.

Con información de AP