Antonio Navarro Wolff lo convenció de hacer parte de la lista del M-19 y terminó elegido como uno más de los 70 constituyentes.
Por Gustavo Márquez
El 9 de diciembre de 1990, en medio de las elecciones de los 70 representantes ante la Asamblea Nacional Constituyente, el nombre de Francisco Maturana, que ya había sonado en triunfos tan importantes como el del título de Nacional en la Copa Libertadores o el de la clasificación de la selección Colombia al Mundial de Italia 90, hizo eco en el mundo de la política al ser seleccionado como constituyente por la partido Alianza Democrática M-19. La incursión del entrenador más famoso del país en ese entonces fue sorpresiva y prometió bastante; pero, después de “ganar” tuvo que retirarse para volver a lo que amaba realmente.
El llamado de Navarro Wolff a Francisco Maturana
Meses antes de que las elecciones se realizaran, Antonio Navarro Wolff, quien era uno de los representantes más importantes del recién formado grupo político, decidió llamar a Francisco Maturana: “Usted puede servir de ejemplo ante el país. Tiene una credibilidad de la que muchos políticos no gozan” le dijo, y se dispuso a ofrecerle un puesto en la lista para hacer parte de la Asamblea Nacional Constituyente, que buscaba hacer una nueva Constitución que modernizara la de 1886. Tal vez, pensando que nunca iba a ser elegido, el entonces entrenador aceptó hacer parte de un momento histórico en la política colombiana y le dio el “sí” al pastuso.
Aun así, convencido del poder mediático del que gozaba el entrenador chocoano, Navarro Wolff inició una campaña política en donde combinó el cambio que merecía el país, con la pasión por el fútbol, que en ese entonces estaba desbordada. Con el eslogan “El equipo ganador” empezó a convencer a los votantes de decantarse por el partido y por el entrenador y, finalmente, mientras Pacho Maturana dirigía las filas del Real Valladolid, donde estaban el Pibe Valderrama, Leonel Álvarez y René Higuita, fue elegido constituyente en la última casilla de las listas de la Alianza Democrática M-19.
¿Qué hizo del técnico en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991?
Inmediatamente se supo la noticia de la elección de Francisco Maturana a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, los cuestionamientos no se hicieron esperar y las burlas al “seleccionador constituyente”, como empezaron a llamarlo, aparecieron en periódicos y emisoras de radio. Sin embargo, firme a su compromiso, el chocoano continuó con su carrera política y terminó haciendo parte de la comisión primera. Como lo había imaginado Navarro Wolff, la presencia del técnico era respetada por los seguidores del fútbol; pero los conocedores del poder se resistían a ver a un entrenador en un lugar que definiría el destino del país.
Francisco Maturana alcanzó a hacer dos propuestas para la nueva Constitución. La primera, un poco alejada de los ideales liberales del partido Alianza Democrática M-19, buscaba rescatar los “principios morales perdidos”, donde se exponían temas como respetar a los mayores, rezar y tener control sobre los hijos. La segunda propuesta, un poco más acorde al partido que representaba, proponía el desarrollo de la dignidad humana por medio del derecho al trabajo, la igualdad, la recreación y el deporte. Aun así, estas propuestas se dieron mientras el técnico aún pertenecía al mundo del fútbol, por lo que faltó a varias sesiones.
La renuncia
Después de haber sido objeto de mofas, haber incumplido a las reuniones programadas e, incluso, después de que la Contraloría General de la Nación le anulara el pago de dos cheques por sus “fallas” sin justificación, el 1. ° de mayo de 1991 Francisco Maturana decidió quitarse el traje de político y enviar una carta a quien lo había convencido de hacer parte de la Constituyente: Antonio Navarro Wolff. En el escrito afirmó que daba un paso al costado por la protección de la credibilidad de la Asamblea, y por la protección de la imagen del partido y de él como persona.
Sin embargo, por ese entonces también se conoció que el técnico chocoano tenía un acuerdo para convertirse en el entrenador del Real Madrid, un hito que ningún otro colombiano había logrado hasta entonces. Y, si bien, esa no fue la razón para renunciar a su curul, lo cierto es que para muchos fue un detonante importante. Lamentablemente esa puerta también se le cerró a ‘Pacho’ quien nunca pudo estar en el banco merengue; pero, alejado de la política, una profesión que jamás volvió a ejercer, siguió dedicándose a lo que sabía: el fútbol, llevando a la selección Colombia a ganar su única Copa América 10 años después.
Publicado originalmente en Las 2 Orillas
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