martes, 13 de octubre de 2009

El fútbol propicia la visita de Sarkisian a Turquía tras el histórico acuerdo

El presidente armenio, Serzh Sarkisian, anunció ayer que viajará mañana a Turquía para asistir al partido de fútbol que enfrenta a ambas selecciones nacionales, unos días después de la firma del histórico acuerdo de normalización de las relaciones entre los dos países que, veinticuatro horas despúes de su rúbrica, se enfrentaba ya a sus primeras dificultades relacionadas con el enclave de Nagorno-Karabaj.

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Por Gara

Serzh Sarkisian, presidente de Armenia, anunció ayer que visitará la ciudad turca de Bursa mañana para asistir al partido de fútbol de clasificación para la Copa del Mundo de 2010 que enfrentará a las selecciones de su país y de Turquía, pese a las dudas en torno al acuerdo firmado el sábado con el fin de que ambos países establezcan relaciones diplomáticas, abran su frontera común y pongan fin a un siglo de hostilidades.

«Ya que no va a ocurrir nada extraordinario en estos días, iré a Bursa y apoyaré a mi equipo favorito», declaró Sarkisian a los medios de comunicación antes de partir hacia Moscú para reunirse con su homólogo ruso, Dmitri Medvedev. «No veo ningún motivo serio para no aceptar esta invitación», agregó.

Sarkisian se convertirá así en el primer presidente de Armenia como Estado independiente que visite Turquía. Su homólogo turco, Abdullah Gül, asistió a la primera fase del torneo el año pasado en Ereván e invitó a acudir al partido de vuelta a Turquía al presidente armenio, quien no había dado hasta ahora una respuesta y ha venido repitiendo que sólo viajaría cuando hubiese un acuerdo para abrir las fronteras.

El sábado ambos países firmaron un histórico acuerdo -dos protocolos- en ese sentido, pero el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo, apenas veinticuatro horas después, que para que el Parlamento de Turquía los ratifique Armenia tendrá que hacer una serie de concesiones con respecto a la disputa que mantiene con Azerbaiyán, aliado de Ankara, por el enclave de Nagorno-Karabaj. Éste, poblado mayoritariamente por armenios y separado de Azerbaiyán, con ayuda armenia, tras la desintegración de la Unión Soviética. Los armenios tomaron el control del enclave y los territorios azerbaiyanos adyacentes al término de una guerra de seis años (1988-1994).

Turquía y Armenia tienen una historia de enemistad que se remonta a la Primera Guerra Mundial, cuando el Imperio turco-otomano masacró, en 1915, a centenares de miles de ciudadanos armenios, algo que para Ereván fue un genocidio aunque Ankara lo niegue.

Turquía fue uno de los primeros países en reconocer la independencia de Armenia tras el colapso de la URSS en 1991, pero las relaciones bilaterales se deterioraron aún más cuando a raíz del conflicto que enfrentó a Armenia y Azerbaiyán por Nagorno-Karabaj, Turquía cerró en 1993 su frontera con Armenia como muestra de solidaridad con Bakú.

Las relaciones entre los dos estados experimentaron un ligero deshielo desde setiembre de 2008, cuando Gül accedió a visitar Armenia y a conversar con Sarkisian con ocasión del partido que enfrentó a las selecciones armenia y turca, lo que dio lugar al calificativo de «diplomacia del fútbol».

Rechazo

A pesar de que los acuerdos bilaterales alcanzados reportan beneficios a ambas partes, la diáspora armenia se opone firmemente a la política de Sarkisian respecto a Turquía, y Azerbaiyán también ha reaccionado de forma negativa, porque cree que se reducirá su poder de decisión sobre Nagorno-Karabaj.

El Ministerio azerí de Exteriores subrayó el domingo que la normalización de las relaciones entre Turquía y Armenia, si no va acompañada de «la retirada del Ejército armenio del territorio azerí donde está desplegado» perjudicará sus «intereses nacionales». Erdogan pidió lo mismo para garantizar la ratificación de los acuerdos.

Pero Sarkisian consideró que la afirmación del Ministerio azerí estaba dirigida a sus ciudadanos. «Si Turquía no va a ratificarlo, ¿por qué lo ha firmado?», se preguntó. «La pelota está ahora en el tejado de Turquía, y tenemos paciencia suficiente para esperar la ratificación», añadió.

Nuevo episodio de tensión turco-israelí por unas maniobras militares

Las relaciones entre Turquía e Israel, aliados estratégicos en la región, volvieron a enfriarse como evidencia la exclusión de la aviación israelí de los ejercicios militares internacionales organizados en Turquía desde 2001 y en los que también participan EEUU, Italia y las fuerzas de la OTAN.

El Ejército turco anunció la semana pasada que la «etapa internacional» de maniobras aéreas llamadas «Águila de Anatolia», que se lleva a cabo todos los años en la gran llanura de Konya, fue «aplazada». El domingo, el Ejército israelí señaló que su aviación había sido excluida de esas maniobras «debido a la decisión de Turquía de modificar la lista de participantes».

El Ministerio turco de Exteriores respondió que la decisión no era política, y pidió a Tel Aviv que demostrase «sentido común», tras considerar «inaceptables» las declaraciones de responsables israelíes que sugerían que Israel podría revisar sus proyectos de ventas de armas a Turquía tras la decisión de Ankara.

Las relaciones entre ambos países, que cooperan estrechamente en materia de defensa, se enfriaron después de las críticas sin precedentes del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, contra la ofensiva de Israel contra la Franja de Gaza.

A principios de año, en el Foro Económico de Davos, Erdogan manifestó su cólera acusando al presidente israelí Shimon Peres de «saber muy bien cómo matar gente», lo que le convirtió en un héroe en el mundo árabe y en Turquía.

El canciller turco, Ahmed Davutoglu, sugirió el domingo que la decisión de Ankara estaba relacionada con la ofensiva israelí contra Gaza.

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