domingo, 26 de noviembre de 2023

Decepción entre aficionados del St. Pauli por postura sobre Palestina

Varios clubes de hinchas del Sankt Pauli alemán cesaron su actividad en protesta por su comportamiento proisraelí.


Por Camilo Rueda Navarro

Todo un cisma se produjo entre aficionados y simpatizantes del FC Sankt Pauli a raíz de la situación palestina. Varias agrupaciones organizadas, como la de Atenas y Bilbao, cesaron su actividad. Otras, como la de Barcelona, suspendieron su funcionamiento en protesta por la postura que ha tomado la institución de Hamburgo.

“Nos encontramos de repente ante una situación en la que el club que amamos defiende unos valores opuestos a los que siempre hemos defendido, la solidaridad no se puede tomar a la carta, a tu antojo. No puedes ignorar el sufrimiento de Palestina”, expresó el club de fans del St. Pauli de Atenas en un comunicado.

Esto se debe a que el St. Pauli se convirtió en un ícono internacional, al funcionar como un club asambleario donde los socios someten todo a votación, y en el que expresamente asumieron los valores del antifascismo, al antirracismo y el antimachismo. Además, el St. Pauli se había convertido en estandarte de la cultura punk y de los sectores populares habitualmente presentes en su barrio, como marineros y prostitutas.

Por estas razones, miles de personas de todo el mundo volcaron su simpatía hacia él y crearon clubes de fans, presentes en muchos países de todos los continentes. Pero esta situación cambiaría a partir del 7 de octubre pasado, cuando se produjeron los ataques del grupo Hamás en el sur de Israel y la violenta ofensiva israelí contra la Franja de Gaza en represalia.

Mientras el entorno donde tiene simpatías el St. Pauli se solidarizó con Palestina, el club tomó partido por Israel y por las víctimas hebreas, a la vez que acusó al activismo propalestino como “antisemitismo”, con el pretexto de que apoyar al pueblo palestino es apoyar a Hamás. 

“Nos han acusado de apoyar a terroristas, de ser antisemitas, tanto desde el club como desde los clubs de fans con sede en Alemania. No es aceptable. Sentimos vergüenza y tristeza. Se han prohibido manifestaciones y banderas, se ha señalado como antisemita a todo el que no defienda el relato oficial”, dice la comunicación de los aficionados del St. Pauli, al que adhirieron buena parte de clubes internacionales del cuadro pirata.

“En los últimos días hemos visto ataques a compañeros que querían tener un debate crítico. Si sólo puede haber un relato dentro de la afición del St. Pauli, donde se pasa por alto el asesinato de civiles, el apartheid, la ocupación y la colonización, éste ha dejado de ser nuestro espacio”, agrega la misiva.

El Millerntor, estadio del St. Pauli, suele estar decorado con grafitis y calcomanías alusivas al Che Guevara y a consignas antifascistas. Estos últimos días, se agregaron carteles con los rostros de los israelíes secuestrados por Hamás, pero ninguna expresión que se refiera a las miles de víctimas palestinas.

Ruptura con el Celtic

La postura del St. Pauli y su afición en Hamburgo generó también una ruptura con una hinchada con la que tenían una buena y antigua relación, la del Celtic de Glasgow, que siempre porta banderas palestinas. Tras la ofensiva contra Gaza, esta solidaridad provocó incluso un rifirrafe con la directiva del club, que ha intentado prohibir las banderas palestinas para evitar multas.

En respuesta, la afición del St. Pauli mostró una pancarta donde se podía leer “De Gaza a Glasgow, luchamos contra el antisemitismo. Viva Gaza libre de Hamás”. Este desaire provocó la respuesta de los escoceses, que, indignados, acusaron al St. Pauli de haberse convertido en un club hipster.

“A veces da la sensación de que los aficionados del St. Pauli alemanes estarán contentos si se quedan solos y nos vamos a los demás”, dijo un miembro del club de fans del St. Pauli de Glasgow, citado en un reportaje del periodista Toni Padilla, y quien también sigue al Celtic.

“La afición del Celtic es de origen irlandés y entiende a la perfección la problemática de naciones que no tienen reconocimiento o carecen de libertades, por eso apoyamos a Palestina”, opinó.

“Estamos contra el antisemitismo, pero lo que no es posible es que denunciar los crímenes del ejército de Israel o desear que Palestina tenga un estado libre sea tildado de antisemitismo. ¿Cómo hacer grandes comunicados cuando se produjo el ataque de Hamás y casi no decir nada después con los miles de muertos en Gaza? ¿Cómo puedes condenar cada ataque palestino, pero llevar años ignorando lo que ocurre en Palestina?”, agregó.

Este escocés, como muchos otros aficionados, admite que ya no quiere seguir los partidos del St. Pauli y que se siente decepcionado.

El debate suscitado por la causa palestina ha generado distintas reacciones. La mayoría de clubes cesaron acciones, como el de Barcelona, donde se podían seguir los partidos en un local. Otros han decidido desintegrarse totalmente, como el de Bilbao. Algunos más, como Piratas del Sur, con sede en Argentina, han querido mantenerse al margen del debate y en un ambiguo comunicado explicaron que condenan todo acto de violencia y que están con todas las víctimas.

Mientras tanto, otras muchas aficiones han realizado acciones de solidaridad con el martirizado pueblo palestino, que en el primer mes de la ofensiva israelí ha padecido más de diez mil víctimas civiles, entre ellas unos cuatro mil niños. Los ataques han incluido bombardeos de hospitales, colegios y refugios.

viernes, 10 de noviembre de 2023

Sancionan a barra del Celtic por su apoyo a Palestina

Tras un banderazo en partido de la Liga de Campeones, la directiva del club suspendió indefinidamente el ingreso a la barra Green Brigade.


Durante el reciente partido de la Liga de Campeones contra el Atlético de Madrid, las gradas del estadio Celtic Park se convirtieron en un mar de banderas palestinas en muestra de solidaridad con las víctimas del ataque israelí en Gaza.

La manifestación fue liderada por Green Brigade, barra del Celtic reconocida por su republicanismo irlandés y su firme respaldo a la causa palestina. La junta directiva del club, políticamente más conservadora que su afición, había instado a desatender la convocatoria de Green Brigade, temiendo sanciones de las autoridades del fútbol. 

Además, el club había prohibido a la Green Brigade asistir a los partidos en condición de visitante. Tras el banderazo ante el Atlético de Madrid, la prohibición se extendió a los partidos de local, lo que abrió un conflicto entre la hinchada y la dirigencia del club de Glasgow.

En una carta a su afición, la institución mencionó varios motivos para la sanción, incluyendo un presunto comportamiento violento y el uso de pirotecnia. Pero la Green Brigade está convencida de que la verdadera razón es su muestra de apoyo a Palestina, según un reportaje del periodista Liam O'Hare.

La directiva, según la Green Brigade, ha expresado previamente su preocupación por su imagen y responsabilidad corporativa hacia los accionistas. A pesar de las medidas disciplinarias, la Green Brigade reafirmó su apoyo inquebrantable a Palestina, alegando que la junta directiva está utilizando otros problemas como una cortina de humo para sancionarlos.

La prohibición ha generado descontento entre los aficionados, y otras agrupaciones como The Celtic Trust y Bhoys Celtic han condenado la medida. Los Bhoys Celtic, incluso, protestaron durante el último juego contra St. Mirren. 

La sanción es indefinida y está pendiente de una revisión adicional. A pesar de las tensiones con la directiva de su equipo, la muestra de solidaridad de los hinchas del Celtic con Palestina sigue firme. La Green Brigade dijo que seguirá respaldando a su pueblo pese a las represalias. Este gesto ha resonado en Gaza, donde la población ha agradecido a los fanáticos del Celtic por este gesto ante su difícil situación. 

El conflicto también plantea preguntas sobre la posición de las autoridades del fútbol en temas políticos, especialmente en comparación con situaciones anteriores, como el apoyo generalizado a Ucrania tras la invasión rusa, y los duros vetos impuestos a clubes y seleccionados rusos en las competencias internacionales. 

Desde el 7 de octubre pasado, en represalia por un ataque del grupo Hamás en el sur de Israel, las Fuerzas Militares de ese estado lanzaron una ofensiva indiscriminada contra la Franja de Gaza, que en un mes ha dejado más de diez mil víctimas palestinas. El operativo ha incluido el bombardeo de blancos civiles, como hospitales, escuelas y refugios.

jueves, 2 de noviembre de 2023

Celtic’s growing feud over Palestine

A chasm grows between the Glasgow club’s board and fans expressing solidarity with Gaza amid Israel’s assault.


By Liam O'Hare
Al Jazeera

The atmosphere at Celtic Park on European nights needs few added extras, the electricity in the air on such occasions is enough to light up the Glasgow skyline several times over.

But as 60,000 Celtic fans flocked to the famous arena last Wednesday evening for the Champions League tie against Atletico Madrid, it was not just anticipation for the game powering the pre-match energy.

As kickoff neared, the stadium transformed into a sea of Palestinian flags, every stand awash with the colours of Palestine in a show of solidarity with those in Gaza under Israeli assault.

A few days before, when Celtic fans displayed Palestinian flags at a domestic away fixture, television networks were accused of purposefully avoiding the display. They had no such option this time. The display was beamed around the world, and quickly shared millions of times on social media.

The main flag bearers, literally and figuratively, are the Green Brigade – an “ultras” group formed in 2006, renowned for their Irish Republicanism and unflinching support for the Palestinian cause.

It’s a position that has attracted many admirers but often puts them at loggerheads with the club’s board, which is more politically conservative than the fanbase.

Fearful of penalties from football’s governing bodies, the club urged fans not to heed the Green Brigade’s call to show support for Palestine at the Atletico Madrid game, releasing a statement asking “that banners, flags and symbols relating to the conflict and those countries involved in it are not displayed at Celtic Park at this time”.

A few days prior to the match, in an apparent warning to the group, Celtic banned the Green Brigade from all away games. Following the display against Atletico Madrid, that ban has been extended to all home games.

In a letter to fans, the club outlined several reasons for the ban, including anti-social behaviour, the use of pyrotechnics and crucially “against Atletico Madrid, another unauthorised display, breaching the restrictions previously communicated”.

For the Green Brigade, there’s little doubt that it was the Palestine display which has led to the ban.

“The other issues are a smokescreen,” the Green Brigade told Al Jazeera. “The club are very clever and cynical. They want to sanction us, they want to punish us. They want to send us a message to try to keep us in line and deter us from doing further action.

But they know very well that on the issue of Palestine, they’re not on strong ground as they don’t have a lot of support amongst the wider fanbase on that issue. So they’re using other issues that they think they will have support on to sanction us.”

The Green Brigade also told Al Jazeera that senior Celtic officials had previously told them privately that they were most concerned with “their corporate image and corporate responsibilities” to shareholders.

“But we’re unashamed of and unequivocal of our support for Palestine and that will continue,” the group said.

“And once again the wider Celtic support showed that they too had the courage and conviction to stand and be counted. To side with the right side of history and voice support for the underdog, which in this case is the Palestinians.”

The club did not respond to Al Jazeera’s requests for comment.

‘They give us hope we’re not alone’

For those familiar with Celtic’s origin story, as a club born from the Irish Catholic diaspora in Scotland, the fans’ solidarity with the assault on Gaza was no surprise. Support for left-wing, anti-imperialist causes among the fanbase is common.

Banning the Green Brigades is a risky escalation by the club, as the group are popular among the wider Celtic support.

Indeed, flags supporting Palestine at Celtic Park predate the group’s formation. Both the shareholders group The Celtic Trust and fellow ultras group Bhoys Celtic have condemned the ban, with the latter staging a walkout in protest at the recent game against St Mirren.

“There will be no return to normality from us while this absurd and entirely avoidable situation is allowed to continue,” Bhoys Celtic said in a statement, suggesting that further walkouts or boycotts could take place.

With the ban on the 300 or so supporters being indefinite “pending further review”, the situation leaves Celtic a club at civil war at a crucial time in the season.

Some fans believe their political displays can occasionally go too far, but all agree that their absence will negatively impact the atmosphere at games.

There is also precedent for Celtic fans uniting on the issue of Palestine. When the Green Brigade showed support for Palestine in a tie against the Israeli club Hapoel Be’er Sheva in 2016, the club were fined by UEFA for the display of “illicit banners”.

The wider fanbase swung behind a fundraising campaign; not to pay the fine, but to support charities in Palestine.

More than 175,000 pounds ($214,000) was raised, which helped to fund the formation of Aida Celtic, a football team in Aida refugee camp in Bethlehem, the occupied West Bank. The links established then have solidified in the seven years since, with regular exchange visits made as part of a deepening of fans’ education of the Palestine issue.

Indeed, while the Celtic board may have shifted uncomfortably in their seats as they saw the Palestinian flags unfurled last Wednesday, the intended recipients of the gesture, the people of Gaza, welcomed it warmly.

“We thank Celtic fans for this stand and for their ongoing solidarity to the Palestinian people in Gaza,” Hazem Tabash, the manager of the Benn’a Sports Club in Gaza told Al Jazeera, who saw the images online despite Israel’s communication blackouts and widespread bombing in the besieged territory.

The Benn’a youth centre’s footballers have played previously in green and white hoops of Celtic.

But its pitch currently lies desolate, if not destroyed. Located near the border fence in the eastern Gaza Strip, all staff and volunteers were forced to flee when the Israeli bombing started on October 7, after Hamas launched deadly attacks in Israel that killed 1,405 people, most of whom were Israeli civilians.

Israel’s retaliatory attacks have killed at least 9,061 people, including 3,760 children.

“[The fans’] actions are important to raise awareness of the public in Western countries where governments give Israel full support to continue its crimes against Palestinians in Gaza,” Tabash said of the display at Celtic Park. “They also help to support us Palestinians on the ground, giving us some hope that we are not alone.

“I call for all fans who believe in justice and freedom to follow the steps of Celtic fans and ask your governments to act immediately to stop this genocide and stop the double standards and the bias when it comes to the Palestine-Israel conflict.”

Accusations of double standards relate not just to how governments are acting on this matter, but also to football authorities. There was widespread support for Ukraine in the footballing world when it was invaded by Russia last year. Indeed, Russian clubs were even banned from European competition.

But a very different approach is taken to any display of support for Palestinians.

“Why are the football authorities uncomfortable with football fans expressing solidarity with the Palestinian people?” said David Webber, a senior research fellow at Solent University specialising in football and politics.

“UEFA and FIFA were quite quick to exclude Russia from international competition and club competition. But we don’t see that same treatment of Israel. Does it really just boil down to the fact the Palestinians are brown and not white?”

“It’s all part of trying to neutralise football as a product but what that does is it starves the game of its authenticity. The values that the fans have matter and are inextricable to the clubs they support. However much the clubs might want to expunge it, these values are not just left at the turnstile.”

The Green Brigade, meanwhile, told Al Jazeera they intend to stick to their motto: Until The Last Rebel.

“The political class like to tell working-class people that they don’t know what they’re talking about or that they can’t have an opinion on certain issues,” they said.

“We’re a proudly politically conscious group. We won’t be dictated to by anyone.”