Varios clubes de hinchas del Sankt Pauli alemán cesaron su actividad en protesta por su comportamiento proisraelí.
Por Camilo Rueda Navarro
Todo un cisma se produjo entre aficionados y simpatizantes del FC Sankt Pauli a raíz de la situación palestina. Varias agrupaciones organizadas, como la de Atenas y Bilbao, cesaron su actividad. Otras, como la de Barcelona, suspendieron su funcionamiento en protesta por la postura que ha tomado la institución de Hamburgo.
“Nos encontramos de repente ante una situación en la que el club que amamos defiende unos valores opuestos a los que siempre hemos defendido, la solidaridad no se puede tomar a la carta, a tu antojo. No puedes ignorar el sufrimiento de Palestina”, expresó el club de fans del St. Pauli de Atenas en un comunicado.
Esto se debe a que el St. Pauli se convirtió en un ícono internacional, al funcionar como un club asambleario donde los socios someten todo a votación, y en el que expresamente asumieron los valores del antifascismo, al antirracismo y el antimachismo. Además, el St. Pauli se había convertido en estandarte de la cultura punk y de los sectores populares habitualmente presentes en su barrio, como marineros y prostitutas.
Por estas razones, miles de personas de todo el mundo volcaron su simpatía hacia él y crearon clubes de fans, presentes en muchos países de todos los continentes. Pero esta situación cambiaría a partir del 7 de octubre pasado, cuando se produjeron los ataques del grupo Hamás en el sur de Israel y la violenta ofensiva israelí contra la Franja de Gaza en represalia.
Mientras el entorno donde tiene simpatías el St. Pauli se solidarizó con Palestina, el club tomó partido por Israel y por las víctimas hebreas, a la vez que acusó al activismo propalestino como “antisemitismo”, con el pretexto de que apoyar al pueblo palestino es apoyar a Hamás.
“Nos han acusado de apoyar a terroristas, de ser antisemitas, tanto desde el club como desde los clubs de fans con sede en Alemania. No es aceptable. Sentimos vergüenza y tristeza. Se han prohibido manifestaciones y banderas, se ha señalado como antisemita a todo el que no defienda el relato oficial”, dice la comunicación de los aficionados del St. Pauli, al que adhirieron buena parte de clubes internacionales del cuadro pirata.
“En los últimos días hemos visto ataques a compañeros que querían tener un debate crítico. Si sólo puede haber un relato dentro de la afición del St. Pauli, donde se pasa por alto el asesinato de civiles, el apartheid, la ocupación y la colonización, éste ha dejado de ser nuestro espacio”, agrega la misiva.
El Millerntor, estadio del St. Pauli, suele estar decorado con grafitis y calcomanías alusivas al Che Guevara y a consignas antifascistas. Estos últimos días, se agregaron carteles con los rostros de los israelíes secuestrados por Hamás, pero ninguna expresión que se refiera a las miles de víctimas palestinas.
Ruptura con el Celtic
La postura del St. Pauli y su afición en Hamburgo generó también una ruptura con una hinchada con la que tenían una buena y antigua relación, la del Celtic de Glasgow, que siempre porta banderas palestinas. Tras la ofensiva contra Gaza, esta solidaridad provocó incluso un rifirrafe con la directiva del club, que ha intentado prohibir las banderas palestinas para evitar multas.
En respuesta, la afición del St. Pauli mostró una pancarta donde se podía leer “De Gaza a Glasgow, luchamos contra el antisemitismo. Viva Gaza libre de Hamás”. Este desaire provocó la respuesta de los escoceses, que, indignados, acusaron al St. Pauli de haberse convertido en un club hipster.
“A veces da la sensación de que los aficionados del St. Pauli alemanes estarán contentos si se quedan solos y nos vamos a los demás”, dijo un miembro del club de fans del St. Pauli de Glasgow, citado en un reportaje del periodista Toni Padilla, y quien también sigue al Celtic.
“La afición del Celtic es de origen irlandés y entiende a la perfección la problemática de naciones que no tienen reconocimiento o carecen de libertades, por eso apoyamos a Palestina”, opinó.
“Estamos contra el antisemitismo, pero lo que no es posible es que denunciar los crímenes del ejército de Israel o desear que Palestina tenga un estado libre sea tildado de antisemitismo. ¿Cómo hacer grandes comunicados cuando se produjo el ataque de Hamás y casi no decir nada después con los miles de muertos en Gaza? ¿Cómo puedes condenar cada ataque palestino, pero llevar años ignorando lo que ocurre en Palestina?”, agregó.
Este escocés, como muchos otros aficionados, admite que ya no quiere seguir los partidos del St. Pauli y que se siente decepcionado.
El debate suscitado por la causa palestina ha generado distintas reacciones. La mayoría de clubes cesaron acciones, como el de Barcelona, donde se podían seguir los partidos en un local. Otros han decidido desintegrarse totalmente, como el de Bilbao. Algunos más, como Piratas del Sur, con sede en Argentina, han querido mantenerse al margen del debate y en un ambiguo comunicado explicaron que condenan todo acto de violencia y que están con todas las víctimas.
Mientras tanto, otras muchas aficiones han realizado acciones de solidaridad con el martirizado pueblo palestino, que en el primer mes de la ofensiva israelí ha padecido más de diez mil víctimas civiles, entre ellas unos cuatro mil niños. Los ataques han incluido bombardeos de hospitales, colegios y refugios.