El Sheriff Tiraspol fue creado por un exagente de la KGB. Juega en Moldavia pero pertenece a un estado que quiso seguir siendo soviético.
Por Ignacio Encabo
El Independiente
El fútbol más elitista del mundo todavía tiene espacio para alguna extraña sorpresa. En la nueva edición de la Champions League, la del súper PSG, debutará el Sheriff Tiraspol, un club que no pertenece a ningún Estado propiamente dicho, que fue fundado en los 90 por un polémico agente de la KGB y cuya plantilla tiene un valor total de 13 millones de euros, calderilla en una competición que reparte más de 2.000 millones entre sus 32 participantes.
Ya solo con alcanzar la fase de grupos, el Sheriff Tiraspol se ha asegurado un cheque de 15 millones de euros. Pero no es su modesta cuenta bancaria lo que ha llevado la historia de este club a periódicos de medio mundo, sino el territorio en el que juega: la República de Transnistria, un lugar anclado en la era soviética y que visitarán el Real Madrid, el Inter de Milán y el Shakhtar Donetsk, según el sorteo celebrado hoy.
Qué es y dónde está Transnistria
Transnistria, con cerca de 520.000 habitantes, es un territorio situado oficialmente dentro de las fronteras de Moldavia, en el este de Europa. Moldavia se independizó de la Unión Soviética en 1989, pero un año más tarde, toda la región al este del río Dniéster hasta Ucrania se autoproclamó como República independiente porque quería seguir viviendo bajo el paraguas soviético.
La situación desembocó en una guerra civil que duró hasta 1992, cuando se firmó un alto el fuego que sigue hasta hoy. La situación, no obstante, nunca se resolvió: Moldavia sigue considerando Transnistria como suya, pero a la vez aceptó que tuviera su propia administración.
Transnistria, por su parte, se reconoce a sí misma como un Estado y tiene moneda, ejército, parlamento y presidente propios. Su capital es Tiraspol. Sin embargo, no tiene reconocimiento a nivel internacional. Lo que sí tiene son decenas de estatuas de Lenin, edificios del más puro estilo soviético y la hoz y el martillo por todas partes. Incluso en la bandera y en el escudo.
«¡Rusia! ¡Rusia!», gritan los aficionados del Sheriff Tiraspol cuando les visitan los equipos moldavos, a los que dedican todo tipo de insultos. Mientras Moldavia tiene gran influencia de Rumania -se habla rumano, la bandera tiene los mismos colores-, en Transnistria el idioma más utilizado en el ruso y usa el alfabeto cirílico.
«Cuando volé a Moldavia, Chisinau me pareció una ciudad bonita. Estada sorprendido y emocionado. Pero después llegué a Tiraspol y fue lo contrario. Parecía que estábamos en una guerra», admitió el futbolista australiano Antony Golec sobre su paso por el Sheriff Tiraspol en una entrevista con The Sydney Herald Morning.
Un club fundado por un agente de la KGB
Lógicamente, el Sheriff Tiraspol no es ajeno a todo lo que rodea a la región de Transnistria. Fue fundado en 1997 por Viktor Gushan, un antiguo agente de los servicios secretos de la URSS, la famosa KGB. Todo empezó en 1997 como una compañía de seguridad, pero después la marca Sheriff se fue diversificando: gasolineras, tiendas de alimentación, constructoras, gimnasios, destilerías, un canal de televisión, empresas de energía, telefónicas… Hasta el fútbol.
«Sheriff LLC monopoliza y controla prácticamente cada aspecto de la vida en Transnistria», escribió hace unos años la revista Foreign Policy. El monopolio de Gushan nunca ha estado exento de polémica y hay quien lo tilda de mafioso. Foreign Policy asegura que gran parte de su fortuna se debe al contrabando de cigarros, alcohol y comida en el puerto de Odesa.
El australiano Golec jugó únicamente cuatro meses en el Sheriff Tiraspol y es de los pocos que se ha atrevido a hablar de una forma contundente y abierta sobre lo que vivió en Tiraspol.
«El dueño lo controla todo en el país. Todo es Sheriff y tienes ojos vigilándote las 24 horas de los siete días de la semana. Tienes que tener cuidado», relató el futbolista. Según su versión, Gushan pagaba directamente en efectivo a los jugadores, que hacían cola en la puerta de su oficina para recibir el dinero en un sobre. Custodiado por varios guardaespaldas armados, Gushan entregaba los sobres uno por uno. Cuando los resultados no habían sido buenos, el sobre estaba vacío.
A la Champions con los mejores
El club juega en la Liga moldava y ha ganado 19 de las últimas 21 ediciones. Su dominio es apabullante y cuenta además con uno de los estadios más modernos de Europa del Este, dentro de unas instalaciones de varias hectáreas con todo tipo de facilidades.
Ahí recibirá en los próximos meses al Real Madrid, al Inter de Milán y al Shakhtar Donetsk, porque el Sheriff Tiraspol ya ha conseguido lo que parecía imposible: clasificarse a la fase de grupos de la Champions. Para ello, ha tenido que superar cuatro rondas previas, eliminando primero al Teuta albanés, después al Alashkert de Armania y al Estrella Roja serbio y por último al Dínamo de Zagreb.