Su forma de jugar emocionaba a los hinchas y con él surgió una relación duradera entre el equipo de Amsterdam y los judíos. Un absceso lo condenó a la cámara de gas.
Por Santiago Morales
Eddy Hamel será recordado por su fútbol, pero especialmente por su historia.
Por el balón: Los hinchas del Ajax se amontonaban en la esquina derecha de la cancha para verlo jugar, por ahí siempre corría.
Por su vida: los nazis lo mandaron a la cámara de gas por ser judío, y tener la cara hinchada por un absceso.
En 1922, con 21 años, jugó el primer partido oficial con la camiseta del Ajax. Sería el primer estadounidense en competir en una liga europea de primer nivel, y el primer judío en jugar con el histórico equipo holandés.
Las crónicas de la época hablan de que era un muy buen puntero derecho.
El periodista David Winner, en su libro Brilliant Orange: The Neurotic Genius of Dutch Footbal, lo describe: “Ocupaba la banda derecha y sus admiradores decidieron reunirse en el mejor punto del estadio para apreciar su juego, justo entre la línea media y el banderín de esquina. Cada medio tiempo, cambiaban al otro lado del campo para verle mejor”.
En 1930, el fervor terminó cuando decidió abandonar el fútbol. Y 10 años después vendría la peor de las condenas cuando los nazis invaden a los Países Bajos, y Hamel es denunciado por fascistas simpatizantes de las ideas del Tercer Reich.
A finales de 1942 fue atrapado, y durante cuatro meses fue obligado a trabajos forzados en Birkenau. El 30 de abril de 1943, tras un riguroso examen médico en este campo de concentración, descubren que tiene la cara hinchada por un absceso, y lo envían a la cámara de gas.
Leon Greenman, quien fue su compañero de pena, lo recuerda en el documental Auschwitz: la evidencia olvidada: “Si eras apto te mandaban a la derecha, de lo contrario, ibas a la fila de la izquierda. Con un gesto feroz a mí me mandaron a la derecha. A Eddy, a la izquierda».
El origen
Edward Hamel nació el 21 de octubre de 1902, en Nueva York (Estados Unidos). Sus padres eran Moses (un pulidor de diamantes) y Eva (ama de casa), ambos emigrantes neerlandeses que viajaron a norteamérica tras una crisis financiera que se desató en Ámsterdam.
Pero años después decidieron volver a su país.Y aunque Eddy mostró gran talento con el balón en Nueva York, fue en los Países Bajos donde comenzó su carrera como futbolista, en Ajax, en 1920.
Tenía velocidad y facilidad para eludir a los rivales; en 1921 debutó con el equipo profesional, en el que jugó 125 partidos e hizo 8 goles.
Pese a todos sus títulos y desempeño con el equipo de Ámsterdam, nunca fue remunerado. Eran épocas en las que los equipos no existían como clubes organizados, algo que apenas se consolidó hacia los años 50.
Su sustento diario lo obtenía como mayorista de granos. Luego de retirarse fue entrenador del Alcmaria Victrix (hoy AZ Alkmaar). Allí estuvo un año.
La Segunda Guerra Mundial
Simon Kuper, periodista del Financial Times y autor del libro Ajax, The Dutch, the War: Football in Europe during the Second World War, explica que, antes de la Segunda Guerra Mundial, el Ajax tenía muchos fanáticos judíos, que viajaban en tranvía desde Jodenbuurt (distrito judío) cerca del centro de Ámsterdam para ver partidos en el estadio, cerca del límite de la ciudad.
Hamel, entre otros, era uno de los grandes lazos que unía al equipo con esta comunidad judía, especialmente sefardí, asentada en ese país luego de ser expulsados de España y Portugal por los Reyes Católicos.
En 1939, la ola antisemita empezó a expandirse por toda Europa Occidental, y luego de crecer en Polonia, llegó a los Países Bajos.
Esta situación puso en grandes aprietos a la población judía que vivía allí, y mucho más cuando, en 1940, los alemanes entraron al país sin recibir mucha resistencia.
Eddy, Johana, su esposa, y sus hijos, intentaron continuar con su vida normal, incluso Hamel siguió jugando para el equipo de exalumnos de su antiguo club (Lucky Ajax).
Sin embargo, el 27 de octubre de 1942, Hamel fue atrapado por colaboradores de los nazis, y aunque argumentó que era norteamericano, la razón no los convenció.
A Edouard y su familia los condujeron al teatro Hollandsche Schouwburg, de Amsterdam. Un gélido domingo de enero en 1943, 659 holandeses con descendencia judía (240 hombres y niños, 419 mujeres y niñas) fueron trasladados a Auschwitz.
Varios testimonios cuentan que la mayoría de cautivos llegaron a pensar que irían a un trabajo multitudinario que se les brindaba a distintas poblaciones.
Llegó la hora
Algunos de los prisioneros que detectaron la verdad trataron de avisarles a los demás, pero no pudieron. Estaban en Birkenau, uno de los campos del gran complejo de Auschwitz, destinado solo para el exterminio.
Leon Greenman, compañero de Hamel, recuerda en el documental Auschwitz: la evidencia olvidada, que llevaban tres meses cuando supieron que habría una Gran Selección. Fue un día entero dedicado a revisar los cuerpos.
«Nos teníamos que desnudar –explica Greenman– y hacer filas por el orden alfabético de los apellidos. Eddy estaba justo detrás de mí, porque el suyo era con H y el mío con G. «Tengo un absceso. ¿Qué me va a pasar?», me preguntó”. A Eddy lo apartaron de las filas, un defecto físico era condenable. Nunca más se supo de Hamel. Meses después, los alemanes registraron su muerte el 30 de abril de 1943.
Su nombre quedó grabado en la pared conmemorativa del Hollandsche Schouwburg (hoy un monumento) con todos sus familiares que fueron asesinados; entre ellos, padres, esposa, hijos y hermanas.
El cálculo, en el caso de Amsterdam, es que había 80 mil hebreos antes de la guerra, pero después de ella solo sobrevivieron 5 mil.
Simon Kuper, en entrevista con La Rueda Suelta, dice que esta serie de acontecimientos fortalecieron más el vínculo de los judíos con el Ajax.
“Hoy en día –cuenta el periodista– los aficionados cantan himnos en homenaje a todos los caídos por la guerra, y frecuentemente flamean banderas con la estrella de David”.
Estos gestos no les agradan a algunos fanáticos rivales, que desean y les gritan que deberían ir también a una cámara de gas. Reacciones que han generado más de una polémica en Europa.
Porque después de la guerra, el Ajax siguió asociado con los judíos, que volvieron al antiguo estadio (el De Meer), ubicado muy cerca de los barrios de esta comunidad.
Después vendrían otros jugadores judíos al Ajax, como Johnny Roeg, Benni Muller, Daniël de Ridder y el legendario Sjaak Swart, ‘señor Ajax’. Y el presidente más importante de la historia: Jaap van Praag, el hombre que hizo del equipo una potencia europea en los años 60.
Sin ir muy lejos, su gran estandarte, Johan Cruyff, se casó con una mujer judía y tuvieron un hijo, Jordi Cruyff, dirigente y director técnico del Maccabi Tel Aviv, el equipo más importante de Israel.
Tomado de https://laruedasuelta.com/hamel-la-estrella-del-ajax-muerto-en-auschwitz/