viernes, 30 de mayo de 2014

Palestina gana su primer título internacional

Se proclamó campeón de la AFC Challenge Cup y clasificó a la Copa de Asia 2015.


En Ramallah se celebró el título con euforia.

Este viernes, la selección Palestina de fútbol, superando innumerables trabas, logró su primer título internacional: campeón de la AFC Challenge Cup, que además le da el pase para jugar la Copa de Asia 2015, que se celebrará en Australia.

Palestina superó en la fase de grupos a la anfitriona Maldivas, a Myanmar y a Kyrgyzstan. En semifinales le ganó 2-0 a Afganistán y en la final triunfó sobre Filipinas, en un encuentro que a pesar de dominar, sólo pudo resolver en la segunda parte con un tiro libre de su goleador, Ashraf Nu'mam, que puso el 1-0 definitivo.

jueves, 29 de mayo de 2014

Rachid Mekhloufi: el revolucionario

El jugador que dejó la concentración previa a un Mundial de fútbol para vincularse a un equipo por la liberación de su país.


Por Alberto Cosín

Figura del AS Saint-Étienne en la década de los 50 y 60 y líder del éxodo de jugadores de origen argelino que se marcharon de Francia en 1958 para enrolarse en las filas del equipo de fútbol del Frente de Liberación Nacional. Él y su compañero Mustapha Zitouni eran las estrellas y se incorporaron tras abandonar la concentración francesa que preparaba el Mundial en Suecia de dicho año. Nacido el 12 de agosto de 1936 en Setif (Argelia), fue un mediapunta que también podía jugar como delantero. Futbolista talentoso y muy técnico, de gran visión de juego, clarividencia en último el pase, con un fenomenal cambio de ritmo y excelso goleador.

Sus inicios en el balompié tuvieron lugar en su localidad natal, donde siendo un adolescente entró a formar parte del USM Setif. En 1954, un ojeador le descubrió y se puso en contacto con Jean Snella, entrenador del AS Saint-Étienne, para que fuera a realizar una prueba. El técnico se llevó una grata impresión y decidió incorporarlo a su plantilla de inmediato. Debutó en un amistoso frente al Grenoble ese mismo fin de semana y metió 3 goles en la victoria por 6-0. Formó una gran pareja con el delantero camerunés N’jo Léa y en su primera campaña completa logró 21 goles, el segundo máximo goleador del campeonato. En una época de gran dominio del Stade Reims, el Saint-Étienne se proclamó campeón de liga en la temporada 1956-1957 tras aventajar en 4 puntos al Lens. Mekhloufi y Lea fueron insaciables de cara a puerta y consiguieron 25 y 29 goles respectivamente. El curso de 1958 se presentó para los verdes con múltiples objetivos, pero acabó de forma extraña. En la Copa de Europa se estrenaron en primera ronda ante el Rangers. En la ida perdieron 3-1 con tanto de Mekhloufi y en la vuelta vencieron por 2-1. En la liga acabaron en séptima posición. Y para rematar lo acaecido durante la campaña, Mekhloufi se marchó a su país de origen y dejó el fútbol europeo, al que no volvería hasta 1961. Ese año regresó y firma por el Servette suizo, donde permaneció una sola temporada anotando 13 goles en 19 partidos que ayudaron a la conquista de la competición doméstico por delante del Lausanne Sport. En 1962 volvió al Saint-Étienne para vivir grandes momentos en el club y marcar una época las siguientes temporadas junto a compañeros como Pierre Bernard, Robert Herbin, Aimé Jacquet, Frédéric N’Doumbé, Bernard Bosquier o Georges Bereta.

En aquel momento, la entidad de la región Ródano-Alpes militaba en la D2, pero ascendió en 1963 con el propósito de reeditar viejos éxitos. Empezó el curso 1963-1964 como un tiro y ya nadie pudo darle caza pese al esfuerzo del Monaco y el Lens, que quedaron a 3 y 4 puntos respectivamente. Mekhloufi tiró del carro y convirtió un equipo ascendido en campeón, algo que no había sucedido jamás. El reto del año siguiente fue pasar la primera fase de la Copa de Europa, pero de nuevo fracasaron en el intento al caer eliminados por los suizos del F. C. La Chaux-de-Fonds por un global de 4-3. Tras dos campañas con el Nantes un escalón por encima de todos, llegó la hegemonía del Saint-Étienne. En 1967, con Mekhloufi designado como mejor jugador de la liga, se hizo con el título tras superar al anterior campeón en 4 puntos. Un año más tarde, en 1968, revalidó el título de forma espectacular con 11 puntos de ventaja sobre el Niza y completó la temporada con la conquista de la Coupe de France después de derrotar al Girondins de Bordeaux en la final por 2-1, ambos goles anotados por Mekhloufi. En la Copa de Europa al fin pasaron la primera eliminatoria eliminando al KuPS finlandés, pero en la segunda fase les tocó el Benfica, que les apeó por un global de 2-1. Esta fue la última campaña de Mekhloufi en el Saint-Étienne. Dejó el club con un bagaje entre las dos épocas de 333 partidos y 149 goles. Fichó por el Bastia recién ascendido a la D1, realizó dos buenos cursos dejando al equipo en la máxima categoría y logrando 20 dianas en 67 partidos y en 1970, con casi 34 años, puso punto final a su carrera.

Con la selección francesa debutó en un amistoso ante la URSS en Colombes en octubre de 1956 que finalizó con triunfo local por 2-1. Sólo disputó tres partidos más, el último de ellos frente a Bulgaria en París el día de Navidad de 1957. Unos meses antes viajó a Argentina para asistir al mundial militar en el que Francia se impuso en una liguilla a la albiceleste, Italia y Brasil. La mañana del 11 de abril de 1958 desapareció con Zitouni del cuartel general donde Francia se entrenaba para la cita mundialista y dos días después se formó la Selección del FLN. Le hubiese encantado jugar una Copa del Mundo, pero mucho más importante era la independencia de su país, reconocería más tarde. Argelia estaba sometida al dominio francés y la decisión de Mekhloufi, como la de muchos de sus compatriotas futbolistas, fue considerada de gran valentía. Sin el reconocimiento de la FIFA, puesto que no representaban a ningún estado, realizaron una gira de 90 partidos alrededor del mundo para demostrar que los futbolistas estaban identificados con la causa de la independencia. El primer encuentro les enfrentó a Marruecos, al que ganaron por 2-0 el 9 de mayo de 1958. También corrieron la misma suerte Túnez, en varias ocasiones, China, Marruecos, Irak o Bulgaria, hasta que llegó el partido contra Yugoslavia, un combinado camuflado para evitar una sanción pero potente, al que avasallaron con un 6-1. La gira dejó unas estadísticas de 65 victorias, 13 empates y 13 derrotas, pero lo que es más importante: la sensación de que la selección luchaba por la justicia, por la independencia de un país y que gracias al fútbol habían conseguido una repercusión mundial. En 1961, el equipo quedó mermado tras ser llamados a filas varios de sus integrantes, y el 18 de marzo de 1962 se firmaron los acuerdos de Evian en los que se ponía las bases de la independencia argelina. Con los zorros del desierto debutó en febrero de 1963 en un amistoso ante Checoslovaquia, a la que derrotaron por 4-0 con dos tantos suyos. Participó en otros 10 partidos hasta que dejó la selección en 1969, después de un enfrentamiento con Corea del Norte en el que cayeron por 1-3.

Al finalizar su trayectoria en el terreno de juego comenzó su labor en la parte técnica. El primer banquillo en el que se sentó fue el del Bastia, conjunto en el que se había retirado y al que dirigió en 1970. A continuación, la Federación Argelina de Fútbol le contrató para que se hiciese cargo de la selección. Fue una estancia breve que sólo duró un año, hasta 1972. Regresó en 1975 y consiguió la medalla de oro en los Juegos del Mediterráneo celebrados en casa después de vencer a Francia por 3-2. En 1978 completó otro triunfo en los Juegos Africanos, de los que fueron anfitriones, tras superar a Nigeria en la final por 1-0. Su gran evento con Argelia tuvo lugar en el Mundial de España de 1982, el primero al que asistían en su corta historia. Habían dejado en el camino en la fase de clasificación a Sierra Leona, Sudán, Níger y Nigeria para quedar encuadrado en el Grupo 2 con Austria, la República Federal de Alemania y Chile. Iniciaron el mundial con una sorprendente victoria frente a los alemanes por 1-2; en el segundo partido perdieron ante los centroeuropeos por 0-2; y en el último encuentro ganaron a los chilenos por 3-2, lo que les daba muchas posibilidades de pasar a la siguiente ronda. Sin embargo, no contaron con un hecho que ha quedado para la historia negra de los campeonatos del mundo. La República Federal de Alemania y Austria se enfrentaban en el estadio de El Molinón en Gijón y una victoria de los alemanes daba la clasificación a ambas. El delantero alemán Hrubesch marcó en el minuto 10 y desde ese momento existió un pacto de no agresión bochornoso que encendió las iras del público y acabó con la selección Argelina eliminada y de vuelta a casa. Aquel era un equipo compuesto por jugadores de calidad como Djamel Zidane, Mahmoud Guendouz, Lakhdar Belloumi, Faouzi Mansouri o Rabah Madjer que desplegó un fútbol alegre y bonito, como le gustaba proponer a Mekhloufi desde el banquillo.

En 1988 llegó a ser presidente de la Federación Argelina de Fútbol.

Tomado de www.martiperarnau.com

viernes, 23 de mayo de 2014

El MST, las protestas y el Mundial

Los “sin tierra” no apoyan las protestas contra Brasil 2014. “Todo el pueblo brasileño quiere ver el Mundial”, explican.

Joao Pedro Stédile, dirigente del MST

Redacción
Fútbol Rebelde

El próximo 12 de junio inicia la Copa Mundial de fútbol, torneo que desde 1986 no se disputa en la Patria Grande latinoamericana y que tendrá a Brasil como el anfitrión de uno de los mayores eventos deportivos del planeta.

Mientras que las 32 selecciones se preparan para la competencia y millones de espectadores de todo el globo esperan el pitazo inicial, algunos sectores se empeñan en protestar contra la realización de la copa en tierras brasileras.

Sectores de izquierda y del movimiento popular han cuestionado la legitimidad de estas protestas, como el gobernante Partido de los Trabajadores, así como los “sin tierra”.

El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), la mayor organización campesina de América Latina y una de las organizaciones sociales más grande de todo el mundo, puso en tela de juicio estas protestas.

Durante su sexto congreso, celebrado recientemente en Brasilia, su líder Joao Pedro Stédile dijo que las protestas durante el Mundial “son un error”.

“No estamos contra el Mundial. Todo el pueblo brasileño quiere ver el Mundial. Así las entradas sean carísimas y la FIFA se lleve todas las ganancias, las personas van a querer ir a sus casas a ver el Mundial en la televisión y las protestas que impidan eso van a generar un rechazo”, dijo Stédile.

El dirigente del MST explicó que los problemas del país son más complejos que las denuncias sobre las supuestas irregularidades en las obras para la copa.

Por ejemplo, los sobrecostos en las obras para el torneo son mínimos frente a otras anomalías del país, como las ganancias que tienen los bancos privados con subastas estatales, planteó el dirigente campesino.


Desde el año pasado, varios grupos han convocado a través de las redes sociales diversas manifestaciones para protestar contra la organización del evento y los costos que acarrea su realización.

Sin embargo, como dice el MST, el pueblo quiere disfrutar de la fiesta del fútbol. Además, las protestas suelen dirigirse contra el gobierno de Dilma Rousseff, excombatiente guerrillera y que desde el gobierno ha emprendido una política progresista y a favor de la integración latinoamericana.

Su antecesor y copartidario, Lula Da Silva, también cuestionó las protestas contra el Mundial y atribuyó a la oposición la realización de manifestaciones violentas para afectar el torneo, así como la imagen de la presidente Rousseff, quien en octubre próximo aspirará a la reelección.

lunes, 19 de mayo de 2014

"Rebeldes del fútbol" se estrenó en la TV pública colombiana

Señal Colombia presenta por entregas el documental de Cantona sobre cinco grandes figuras del fútbol y la lucha social.


Desde el lunes y hasta el viernes de esta semana, el canal Señal Colombia presenta "Rebeldes del fútbol", documental de Éric Cantona, exfutbolista francés y actor.

Se trata de un trabajo audiovisual de 150 minutos sobre cinco grandes figuras del balompié mundial que brillaron dentro y fuera de la cancha. El documental se presentará por capítulos, todos los días a la 1:30 pm, con repetición a las 8:30 pm.

"Rebeldes del fútbol" hace un recorrido por las vidas de Carlos Cazsely, exfutbolista chileno que se opuso a la dictadura de Pinochet; el brasileño Sócrates, quien lideró el movimiento conocido como la "Democracia Corinthiana"; y el marfileño Drogba, quien en el 2006 intercedió por un cese al fuego desde de una guerra civil de cinco años en su país.

También habla sobre Rachid Mekloufi, quien escapó de una concentración con Francia previa al Mundial de Suecia '58 para unirse a un combinado que defendía la independencia de Argelia; y Predrag Pasic, un bosnio que se negó a abandonar su país en plena guerra para dedicarse a entrenar a niños.

Éric Cantona, exfutbolista francés, ahora es entrenador de fútbol playa, actor y director de documentales.

Con información de Señal Colombia

viernes, 16 de mayo de 2014

Maradona pide al Papa acercar el Vaticano a la gente

El astro del fútbol manifestó estar “decepcionado” de la forma en que se llevan las riendas del Vaticano y abogó por reformas que pudieran ser ejecutadas por su compatriota, el papa Francisco.


Por Telesur

El astro del fútbol argentino Diego Armando Maradona instó este miércoles a la máxima autoridad católica, el papa Francisco, a hacer del Vaticano una institución más cercana a la gente, pues a su juicio la Santa Sede ha sido por mucho tiempo “una mentira” de la cual se han aprovechado varios Papas.

"El Vaticano, para mí, es una mentira porque en lugar de darle a la gente, le saca. Todos los Papas lo han hecho y no quiero que él (Francisco) lo haga", expresó Maradona al canal de televisión Piuenne, del área de Nápoles.

En este contexto abogó por reformas y transformaciones en la sede eclesiástica, los cuales pudieran ser ejecutados por su compatriota la máxima autoridad católica, a quien le manifestó su afecto por los cambios que ha estado haciendo dentro de la institución.

"Francisquito, le digo que quiero reunirme con usted y conversar con usted y quiero decirle tantas cosas y decirle las cosas que debe hacer por el mundo. De esa manera tendremos un Papa", agregó el futbolista.

La entrevista fue grabada en Dubai, donde el excapitán de la selección argentina ganadora de un Mundial y goleador del Napoli en la década de 1980 trabaja como embajador deportivo.

Francisco le ha dicho a los curas que sean más humildes y ha dado el ejemplo al renunciar a los espaciosos apartamentos papales usados por su antecesor. El Papa no utiliza la limusina papal y viaja alrededor de Roma en un Ford Focus.

miércoles, 14 de mayo de 2014

"Fútbol sin fascistas"

Alemania oculta un lema del estadio del St. Pauli


Esta semana, la selección alemana de fútbol, que se prepara para el Mundial de Brasil, tomó prestado el estadio de St. Pauli para un entrenamiento.

En el Millerntor fueron tapados los avisos publicitarios, pero un un acto que causó el repudio del club y de sus hinchas, también se cubrió uno de los lemas de sus tribunas.

La frase "Kein Fussball den Faschisten" (Fútbol sin fascistas) fue tapada en un presunto acto para "neutralizar" la sede del St. Pauli, un equipo expresamente antiracista y antihomofóbico.

El club emitió un comunicado en el que se mostró "sorprendido y molesto" por la actitud de la federación alemana. El hecho también fue repudiado por los grupos de seguidores del club pirata.

martes, 6 de mayo de 2014

La increíble historia del St. Pauli

El cuadro de Hamburgo es un emblema del antifascismo, el equipo adorado por los punks de todo el mundo y un modelo de fútbol en servicio social. 


Por Yumber Vera Rojas
Página 12

Basta sentarse en las reposeras del Hamburg del Mar para descubrir el misterio de dónde salen esos contenedores naranjas que se encuentran apilados en las dársenas de la Costanera Norte de Buenos Aires con la inscripción “Hamburg Süd”. Durante el período estival, el coqueto bar playero apostado a la orilla del puerto de Hamburgo, a partir de su armazón de madera, sus palmeras, y esas tablas de surf plantadas en la arena que reciben a los clientes, pinta de trópico a una ciudad cuyo mayor pico de calor abraza los 22 grados. No obstante, pese al placebo veraniego, en Sankt Pauli la alegría es alemana todo el año. Y es que por su tradición marinera, el barrio se transformó en el punto neurálgico no sólo de la cultura, sino también de la joda local. “El que nunca en la noche alegre haya ido de juerga a la Reeperbahn es un pobre infeliz, porque no te conoce Sankt Pauli. Mi Sankt Pauli nocturno”, canta Hans Albers en Auf der Reeperbahn nachts um halb eins (“En la Reeperbahn, a las doce y media”), tema que inmortalizó tanto al actor teutón como a la película que lo contiene: Grosse Freiheit Nr. 7, de 1944.

Además de Albers, desde Elvis Costello y Tom Waits hasta la dupla de electro house Digitalism hicieron alusión a la Reeperbahn en algunos de sus temas. Y es que la calle principal de St. Pauli (su nombre se abrevia así) es sin duda muy especial, amén de sus pocas cuadras. La calzada, en su extremo oeste, recibe a los transeúntes con la Beatles-Platz, pequeña explanada inaugurada en 2008 que conmemora la estadía de los Fab Four en el barrio, cuando aún vestían de cuero y se peinaban el jopo (aunque ahí conocieron luego a Astrid Kirchherr, quien fue influyente al momento de adoptar el corte que popularizaron), entre 1960 y 1962, período en el que actuaron en pubs como el Star Club y el Indra, que aún existe. A pocos metros, el vecindario comienza a tomar forma de gran feria porno, pues abundan los sex shops y cabarets, que tienen en las inmediaciones del callejón Herbertstraße, próximo a la estación de policía más famosa de Alemania, Davidwache (cuya fachada fue usada por un sinnúmero de películas y series de televisión), su tramo más atractivo debido a que es el corazón de la prostitución en la ciudad.

Punk Pauli

Al dejar atrás su semblante más lujurioso, por el que se convirtió aparte en una de las zonas rojas más populares de Europa, y tras soslayar teatros, salas de recitales, tiendas de souvenires (los chiches de marinero son la gran sensación) y locales exprés de comida turca, al igual que a hippies, punks, putas que se preparan para la faena y vendedores de hachís, casi al finalizar la Reeperbahn, a mano izquierda, se alza el templo por el que igualmente es conocido este barrio, cuya idiosincrasia evoca por momentos a La Boca. Se trata del Millerntor-Stadion, hogar del equipo de fútbol más singular de la historia de este deporte: el FC St. Pauli. Es que, a diferencia del Barcelona, del Manchester United, de la Juventus e incluso del Bayern Munich, el cuadro hamburgués, que actualmente forma parte de la Zweite Bundesliga (segunda categoría de la Liga alemana), no se distingue por sus récords o campeonatos. Desde la creación de la Bundesliga, en 1963, el St. Pauli, si bien jugó en la primera categoría, nunca obtuvo un título de ese tenor. No obstante, se destaca por su militancia ideológica. Lo que lo transformó en un club de culto.

Antes de que comenzara la actual temporada de la Zweite Bundesliga, en la que hasta esta semana St. Pauli se ubicaba quinto a 14 puntos del líder, el FC Köln, durante la época de preventa los hinchas del club se acercaban hasta la tienda de souvenir del Millerntor-Stadion para comprar las entradas para el partido inaugural. “¿Te interesa?”, preguntaba apenas salía del local un punk con cara de malo, aún más pronunciada por su cresta mohicana, sus tatuajes y su vestidura completamente oscura. Frente a la negativa, y sin importarle su desfachatez, guardaba sus boletos, tomaba a su chica de la mano, y seguía su procesión por las inmediaciones del estadio hasta encontrar otro posible cliente. Al igual que este chico, a partir de la década del ‘80 toda la comunidad punk, primero de Hamburgo, luego de Alemania y después del mundo, participó en la transición de la identidad del equipo, que comenzó como club de barrio para después convertirse en símbolo antifascista, antisexista, antirracista y antihooligan, al que se adhirieron anarquistas, comunistas y socialistas.

Cuando Karamelo Santo actuó en Alemania, en 2002, como parte de su primera gira por Europa, entre el público que se acercó a descubrir al grupo argentino se encontraba gente curiosa por el rock mestizo latinoamericano, que hacía muy poco había penetrado en ese país. También militantes políticos de la izquierda, arengadores del movimiento okupa, audiencia party/punk reggae e hinchas del St. Pauli. “No sabía nada sobre el equipo hasta que estuvimos allá”, reconoce Goy Ogalde, otrora frontman de la agrupación mendocina. “Recuerdo que era muy especial el ambiente que se vivía en los alrededores del Reeperbahn, con respecto al club. Luego de que terminamos un recital en Hamburgo se me acercó un líder de la barra del St. Pauli, que me explicó el nivel de compromiso ideológico que tienen sus hinchas y esa sensación de celebración cada vez que iban a la cancha a apoyarlo. Y describió algunos de los proyectos que lleva adelante la institución fuera del fútbol. Este muchacho también me comentó que varios años atrás hubo un jugador argentino que formó parte del plantel.”

Cepillën

Se llama Gustavo “Cepillo” Acosta y se convirtió en el primer futbolista latinoamericano en integrarse al St. Pauli. “Ese año y medio que viví ahí me marcó muchísimo”, afirma ante el NO el ex mediocampista marplatense, quien hoy entrena a las categorías inferiores de Ferro, donde debutó en 1985, la última gran época del cuadro de Caballito. “Lo que pasaba con ese equipo, más en ese momento, no era normal.” Después de competir entre 1988 y 1991 en la Bundesliga, los Weltpokalsiegerbesieger (o “Derrota campeones del mundo”, apodo con el que se los conoce tras vencer 2 a 1 al Bayern Munich en la temporada 2001-2002, cuando la oncena que actualmente dirige Pep le ganó la Intercontinental a Boca) regresaron a la segunda división. Por lo que en su camino de preparación para volver a la máxima categoría reclutaron refuerzos de otras latitudes. “Un empresario alemán vino al país a comprar a Juan Esnáider, pero, como no había Internet entonces, no sabía que lo habían vendido al Real Madrid. Le gustó mi estilo, y, después de seguirme un mes, me ofreció llevarme allá.”

El cambio de imagen que experimentó St. Pauli fue tan radical que para comienzos de los ‘90, luego de que una década antes apenas convocara 1600 espectadores, su asistencia en el Millerntor-Stadion superaba las 20 mil personas. “No hacía mucho que había caído el Muro de Berlín, y parte del éxito del club tuvo que ver con que supo capitalizar ese recambio en la sociedad, porque al igual que en el resto de los equipos, conmigo jugaron futbolistas de la antigua Alemania Oriental. La Liga se hizo muy competitiva”, describe Acosta, quien llegó a Hamburgo con 26 años. “Aunque en aquel momento fuéramos el club más poderoso de la segunda división, lo que me llamaba la atención era el respaldo de la gente, el folclore del estadio. Cuando entrabas a la cancha a hacer el calentamiento, no te imaginás cómo alentaban. Pero lo que no podía entender era el ímpetu de la hinchada: al terminar el partido dábamos la vuelta olímpica para saludarla, incluso si perdíamos. Una vez que empecé a manejar el idioma, les dije a mis compañeros: ‘Esto en Argentina no pasa. Perdés y te matan’”. Lo que no olvidará el futbolista argentino fue su bienvenida al club. “Cuando te dicen que te tenés que ir a Alemania, lo primero que pensás es que esa gente es muy fría y distante. Pero viví lo contrario”, afirma Cepillo. “Después de firmar mi contrato en el estadio, el presidente de St. Pauli me dijo: ‘Te voy a mostrar Hamburgo’. Me llevó al puerto, donde me mostró, a manera de atractivo turístico, sus calles, entre ellas la Herbertstraße, con todas esas chicas hermosas en las vidrieras, y terminamos en un cabaret donde me hicieron un show de sexo. Días más tarde, cuando debuté, la hinchada me recibió con una bandera de Argentina y otra del Che Guevara detrás de un arco. Siempre las pusieron mientras jugué en el equipo.” Incluso, el también ex jugador del Cádiz español e Independiente de Medellín fue la imagen de la publicidad de un amistoso. “En repudio a la violencia que había en Alemania contra los turcos, jugamos contra el Galatasaray. En ese partido participó ‘Toni’ Schumacher, que atajó para ellos medio tiempo, y la otra mitad lo hizo con nosotros.”

Somos los piratas

Al igual que ese partido contra el único combinado turco que fue campeón de Europa (en 2000), el St. Pauli, que también tiene equipos en otras disciplinas deportivas (destacan el béisbol, el rugby, el fútbol americano, el ciclismo, el balonmano y el ping pong) usó el fútbol en otras ocasiones para desplegar su brazo ideológico. Lo que puso en evidencia en 2005 al realizar un partido de pretemporada en Cuba, en el que se enfrentó a la Selección nacional de la isla para demostrar su apoyo a Fidel Casto. Además, a través de la campaña “Viva con agua Sankt Pauli”, realizada junto a algunos hinchas, recaudó dinero para construir bombas de agua para las escuelas de la nación antillana. Al año siguiente, a manera de protesta contra la FIFA, St. Pauli organizó el torneo FIFI Wild Cup, disputado por Tíbet, República Turca del Norte de Chipre, Groenlandia, Gibraltar y Zanzíbar (todos ellos países no reconocidos por el principal ente rector del deporte más popular del mundo), y en el que el cuadro alemán participó con el nombre de República de St. Pauli.

El conjunto hamburgués destaca asimismo por haberse acercado a otros clubes para establecer camaraderías. No obstante, mientras ya es conocida su relación con el Celtic escocés, el Livorno italiano o el Rayo Vallecano español (los tres antifascistas), en Argentina, al menos sus hinchas, establecieron nexos con Platense por una razón muy simple: sus uniformes comparten los mismos colores, marrón y blanco, aunque los teutones usan además el rojo y el negro. Fue por ese motivo que Mauricio Benítez Draghi y Hernán García, seguidores del Calamar, no sólo se acercaron al combinado también conocido con el apodo de Die Freibeuter der Liga (Los Piratas de la Liga), sino que crearon hace cuatro años su primera peña en Argentina: Piratas del Sur. Aunque se calcula que la que más fans moviliza en el mundo, de las 200 certificadas, es la de Valladolid, El Grano, la peña local, va creciendo. “Investigamos la historia de St. Pauli y conseguimos similitudes entre ambos equipos”, explica Benítez Draghi. “Por lo que nos empezamos a entusiasmar con el club, al punto de que cuando vemos los partidos por Internet en el barrio no entienden por qué gritamos goles.”

Piratas del Sur posee un perfil en Facebook (Piratas Del Sur - FC St. Pauli Fans En Argentina) con más de mil seguidores. Lo que deja de manifiesto que, así como sucede en el resto del planeta, el culto por St. Pauli ya se convirtió en una nueva costumbre argentina. “Nos pasó ver en la cancha de Platense a varias personas con remeras de St. Pauli”, señala Benítez Draghi, quien, a diferencia de su socio en la peña, que vive en Polonia y hace poco cumplió su sueño de presenciar un partido en el Millerntor-Stadion, hasta ahora no pudo acudir a la cancha creada en 1962, que recientemente amplió su capacidad a 30 mil espectadores. “Por eso creamos el perfil, para estrechar relación con los hinchas del club alemán. Muchos turistas que vienen de allá y gente que está acá nos contactó para que los llevemos a ver al Calamar”. Gracias a la iniciativa del tándem, ahora es posible estar al tanto los resultados de cada jornada, al igual que de las alineaciones y noticias acerca del club. Y ceremonialmente comparten los links en los que se pueden ver los partidos. El archienemigo del St. Pauli es el Hamburgo SV. En la última temporada en la que los Platense alemanes jugaron la Bundesliga, 2010-2011, empataron un partido y St. Pauli ganó el otro 1 a 0. Pero la rivalidad traspasa el terreno de juego, pues la oncena que hoy dirige Mirko Slomka (a un paso del descenso) posee una diáspora neofascista contra la que los Ultras Sankt Pauli, la barra, tienen entre y ceja, y contra la que cantan: “Amburgo, Amburgo: Vaffanculo!” (Hamburgo, Hamburgo: ¡váyanse a la mierda!). No obstante, al mismo tiempo que ostenta la hinchada antifascista más grande del fútbol (sería lindo que se cruzaran con la Lazio, cuadro facho de Italia), los “Kiezkicker”, juego de palabras que alude al apodo del barrio, Kiez, con “patear”, es el equipo con más admiradoras de todo el fútbol alemán, a tal instancia que retiró de su cancha la publicidad de la revista Maxim por considerarla sexista.

El rock en mi forma de patear

Aparte, el equipo cuyo logo oficioso (aunque no oficial) es la bandera pirata (“Es el emblema que usamos los pobres contra los conjuntos ricos como el Bayern o el Madrid”, despachó hace un tiempo Sven Brux, integrante de la barra), no sólo redime a la clase trabajadora, sino que recibió el respaldo de la cultura rock. Amén de que cada vez que sus jugadores saltan a la cancha suena Hell’s Bells de AC/DC, y de que luego de convertir un gol se escucha Song 2 de Blur, Sascha Konietzko, cacique del grupo KMFDM, es un hincha confeso del St. Pauli, al igual que Andrew Eldritch de The Sister of Mercy. Mientras que los teutones Art Brut le dedicaron un tema homónimo y los noruegos Turbonegro adaptaron en alemán la letra de su canción I Got Erection. Bad Religion jugó en 2000 un partido a beneficio con la tercera división del cuadro hamburgués, al tiempo que Asian Dub Foundation y los mexicanos Molotov usan en sus recitales remeras de la oncena. Y no vendría mal que Los Auténticos Decadentes hicieran su contribución argentina con Los piratas.

Otro de los artistas que manifestaron su admiración por el club presidido actualmente por Stefan Orth (su antecesor fue el director de teatro, abiertamente homosexual, Corny Littman) son las argentinas Kumbia Queers. “Lo descubrimos por la conexión del equipo con el antifascismo en Alemania”, dilucida Patricia Pietrafesa, bajista del grupo. “Cuando fuimos a Hamburgo por primera vez, en 2010, tocamos en el Hafenklang, un antro en el que actúan bandas de punk rock, hardcore y cumbia. Y ahí se llegó el equipo de fútbol de mujeres de St. Pauli, con su entrenador. Desde ese momento, las chicas nos van a ver a todas partes, hasta se vinieron a nuestro show en el Fusion Fest (NdR: el festival independiente más grande de Europa), en el que nos regalaron las camisetas del club. Así que ahora son grandes fans de Kumbia Queers, y las Kumbia Queers de St. Pauli. En Europa, como están las cosas, con el avance de la derecha y el neofascismo, que varios equipos de futbol estén evidenciando su oposición merece todo nuestro respeto”.

A contramano de la Argentina y de otros países donde el fútbol lo es todo, en los que además la identidad del equipo hoy gira en torno a los jugadores referentes, en St. Pauli, que en 1979 estuvo al borde de la bancarrota (lo que lo llevó a la tercera división hasta 1984) la estrella es el propio club. Sin un presupuesto ostentoso ni jugadores emblemáticos, el combinado que en mayo cumplirá 104 años de historia, dirigido por el técnico Roland Vrabec, logró, además de hacerse de una hinchada de 11 millones de seguidores en todo el planeta, cambiar los paradigmas del fútbol al poner a este deporte al servicio de la sociedad. “Cuando me recibí de entrenador, mi obsesión fue dirigir las inferiores de St. Pauli”, asegura Gustavo “Cepillo” Acosta, quien apenas jugó tres meses en esa institución debido a una lesión que lo sacó prontamente de circulación. “Pese al poco tiempo que estuve allí, me mostraron otra manera de comprender el mundo. Me lo dieron todo. Me puse en contacto con una chica que trabaja en el club para blanquearle que quiero trabajar con ellos. No tuve respuesta. Al menos me gustaría que supieran es que el sentimiento que tengo por esa experiencia todavía es muy fuerte.”