Mural a Jaime Ayala en homenaje al periodista desaparecido
El 2 de agosto de 1984 Jaime Ayala Sulca fue desaparecido por hombres de la Marina de Guerra del Perú, luego de que se acercara al Estadio de Huanta (Ayacucho), a denunciar el allanamiento ilegal ocurrido en la vivienda de su madre.
Jaime era periodista del diario La República de ese país y constantemente había recibido amenazas de muerte por las denuncias de violaciones a los Derechos Humanos cometidas por los miembros de las Fuerzas Militares. En 2003 se adelantaron las acciones de búsqueda de los restos óseos de Jaime y de otras víctimas que fueron enterradas y desaparecidas allí.
El departamento de Ayacucho fue el epicentro de las acciones de Sendero Luminoso, el grupo insurgente de tendencia maoísta que desde finales de los años setenta luchó contra el establecimiento peruano. Por esta razón, los principales poblados de esta región se convirtieron además en escenarios de las acciones antisubversivas de las fuerzas militares, en las que predominó la estigmatización, persecución y eliminación de cualquier forma de oposición.
Para comienzos de 1983, la Marina de Guerra instaló su centro de operaciones en el Estadio Manuel Eloy Molina Robles o Estadio Municipal de Huanta, y lo convirtió en un centro clandestino de detención, tortura y ejecuciones extrajudiciales. Algunos de los testimonios recogidos por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación del Perú afirmaron que también allí fueron enterrados varios de los cuerpos de los desaparecidos.
El estadio fue reabierto al público en junio de 2009.
En 2010, como parte de la reparación simbólica hacia las víctimas del conflicto que vivió el Perú por más de veinte años, se inició el proyecto “Huanta, Murales por la Memoria”, de los cuales varios están ubicados en el estadio. Algunos de ellos son: Mural a Jaime Ayala en homenaje al periodista desaparecido; Mural Interrogatorio, en el cual se refleja las escenas de los interrogatorios y las torturas a las que eran sometidas las víctimas; Mural La Búsqueda, en el que se plasma la intensa lucha de las mujeres (madres, hijas, esposas, hermanas) para dar con sus seres queridos; y Mural Memoria, en el que se reflejan varias imágenes del periodo del conflicto.
Como dijo el gran periodista Ryszard Kapuscinski en 1969, “en toda Latinoamérica, los estadios cumplen esta doble función: en tiempos de paz sirven como terreno de juego, y en tiempos de crisis de convierten en campos de concentración”. Escribía desde El Salvador durante la “guerra del fútbol”. Luego, en Chile, durante la dictadura militar, ocurriría algo semejante. Ahora en Huanta se demuestra que los estadios también sirven de escenario para la memoria y los derechos humanos.
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