Radio Habana Cuba
A los cinco años, Ernesto "Che" Guevara nadaba con destreza. Sus primeros contactos con la actividad física llegaron por recomendación médica, para intentar calmar el asma, una enfermedad a la que tuvo que sobreponerse toda su vida.
Durante su infancia y juventud el Che se intereso por varios deportes y algunos de ellos los tomó muy en serio, como el rugby y el ajedrez.
El alpinismo, los saltos ornamentales, el golf, el fútbol, el boxeo, el tiro, el tenis de mesa y la pesca, ocuparon también pasajes de su existencia.
Fue justamente el deporte quien lo unió a su gran amigo, Alberto Granado. Este le enseño la técnica del rugby y lo acompañó posteriormente en su histórico recorrido de más de 4000 km por toda Sudamérica en una motocicleta.
Granado, quien en la década del 40 era entrenador de rugby en el club Estudiantes de Córdoba, recuerda que por su padecimiento de asma al Che no lo querían en ningún equipo, y cuenta con orgullo cómo lo aceptó en el suyo.
"Mirá Pelado, para jugar acá al rugby el examen de ingreso consiste en saltar por arriba de un palo y caer con el hombro. Los que vienen al rugby para hacer pinta no se animan. Los que quieren jugar pasan la prueba. Ahora te toca a vos. Si no le digo basta, todavía se estuviera tirando", dijo Granado.
Hasta los 23 años el Che estuvo jugando rugby, aunque su padre trató de impedirlo más de una vez porque le parecía un deporte muy rudo para un niño asmático.
Gracias al rugby el Che se hace fotorreportero de la revista Tackle y posteriormente cubre para Agencia Latina los Panamericanos de México en 1955.
El ajedrez fue otra de las grandes pasiones del Che, "su segunda novia", como lo calificara una vez.
A los 11 años el Che aprendió a jugar ajedrez, pero su interés por el deporte ciencia aumentó en su vida de guerrillero en la Sierra Maestra y en los primeros años de la Revolución cubana, donde se convirtió en uno de sus principales promotores.
En 1961, durante un torneo en La Habana, el Che dijo: "El ajedrez es un pasatiempo, pero además es un educador del raciocinio".
Fue también el ajedrez quien lo ligó desde su infancia al archipiélago cubano. Las primeras noticias que tuvo el Che de la existencia de Cuba fueron durante una visita del genial José Raúl Capablanca a la Argentina en 1939.
En Cuba dedicó muchas horas de su escaso descanso a impulsar el ajedrez. Eleazar Jiménez, campeón nacional en los años 60, afirmó que "gracias a su apoyo, Cuba cuenta hoy con varios grandes maestros".
"Fue el primer impulsor de la practica masiva del ajedrez en Cuba. Todos recordamos cómo en los primeros años de la Revolución eran frecuentes las simultáneas y las partidas de ajedrez en fábricas, industrias, o unidades militares", destacó Jiménez una vez.
La visión clara del Che también le hizo predecir el futuro del ajedrez cubano: "Vamos a tener grandes maestros, y esa será también una obra de la Revolución".
Publicado originalmente en mayo de 2009
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