Durante la dictadura militar-neoliberal de Pinochet, el profesor Ramiro Orellana es relegado al sur de Chile, a una aislada localidad de la zona de Puerto Saavedra, debido a actividades de agitación gremial, por firmar una carta pública denunciando el arresto de un colega. En ese lugar tendrá que sobrevivir a la soledad y a la melancolía, mientras se relaciona con personajes como un español que extraña su tierra, una mujer solitaria y un buzo que busca el secreto de los maremotos. Una película entre el drama realista y la fábula, que se adentra en temas como las utopías personales y las relaciones afectivas en una situación fuera de lo común.
Una de las partes más emocionantes es cuando el encargado civil de Ramiro permite a este una visita de características muy particular en las cuales conversa con un ex compañero de luchas (Gutiérrez), su ex mujer (Laura) y su hijo Hernán. Los dos últimos con varios años en el exilio.
Ya con tantos años de separación, la pasión por el equipo de futbol de la Universidad de Chile es el único punto de relación y complicidad que pueden mantener con tanta distancia física y de historias personales de por medio. En un momento Ramiro le comienza a cantar el himno de la Universidad de Chile a su hijo:
-¿Cómo te sientes en Chile después de tantos años? "Seeer un romaaantico... ¿te acordai? ...viajeeeero...
A lo que su hijo no le contesta durante gran parte de la restante conversación...hasta que llega el final de la particular visita y su hijo como despedida le dice
-¡Papá, papá! ...iiiir más allá del horizonte... ¡todavía me acuerdo!
Para terminar con un solo de piano con la música del himno de la "U", escena emocionante no sólo para quienes amamos a la U. de Chile sino para todos aquellos que vivieron en carne propia una dictadura tan brutal como la de Pinochet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario