miércoles, 21 de octubre de 2009

Sobre Maradona y el documental de Kusturica

Por Carlos Martínez
Rebelión

Documental Maradona
























Estos días Diego Armando Maradona esta siendo noticia por sus expresiones eufóricas tras conseguir como entrenador la clasificación de la selección argentina para el próximo Mundial de fútbol. Maradona es uno de los personajes más populares en todo el planeta, los medios de comunicación publican cualquier cosa que haga o diga. ¿Cómo es posible que un documental sobre su vida, rodado por un magnífico director de cine, no se haya estrenado en muchos países, incluida España?

Durante tres años, el cineasta yugoslavo Emir Kusturica rodó un documental sobre el futbolista argentino, que se estrenó en festivales durante el otoño de 2008. La crítica lo recibió muy mal, aunque los espectadores que lo pudieron ver en las salas tenían diferentes opiniones sobre el film. La única forma de que disponemos para crearnos nuestra propia opinión es mediante descarga desde el emule o de páginas de descargas. Es aconsejable descargar también los subtítulos en castellano para entender las partes en que el director interviene en inglés.

Una vez visto el documental he entendido por qué no se ha estrenado en el Reino de España. Si acaso, se emitirá en una cadena minoritaria a altas horas de la madrugada, y ello a pesar de que se ocupa de fútbol, deportistas ricos, famosos y de su relación con las drogas. Temas todos ellos que, sin duda, asegurarían un buen índice de audiencia.

En la película se reproducen imágenes de la III Cumbre de los Pueblos celebrada en la ciudad argentina de Mar del Plata en noviembre de 2005. Maradona encabezó la manifestación y participó en el acto posterior junto a Hugo Chávez, Silvio Rodríguez y Daniel Viglietti. Diego Maradona declaró previamente al acto que “Hay en Argentina mucha gente contraria a Bush, yo soy el primero en estar en desacuerdo en que venga a mi país. Nos hizo mucho daño, creo que, en mi humilde modo de pensar, es un asesino”.

En otra escena del documental el futbolista se desplaza a Belgrado. Mientras circulan por la ciudad, Diego pregunta a Emir Kusturica qué ha ocurrido con un ministerio que se encuentra en ruinas, a lo que el cineasta yugoslavo le responde que el destrozo era obra del socialista” español Javier Solana, lo cual nos recuerda el ilegal y criminal bombardeo de Yugoslavia por la OTAN, dirigida entonces por este pupilo de Felipe González.

Si esas dos escenas del film, junto a otras laudatorias a la Cuba revolucionaria, serían buenas razones para que los distribuidores no comercialicen el documental, lo mejor de esta obra es la reflexión conjunta del director de cine y el futbolista sobre sus comunes orígenes humildes y cómo la situación de explotación y pobreza en la que se encuentran muchas familias hace de sus miembros buenas y solidarias personas. Ambos entienden que la verdadera nobleza no pertenece a las familias de alta alcurnia, sino a las trabajadoras y trabajadores que se sacrifican a diario por sus seres queridos.

Dicho todo esto, a Maradona se lo debe recordar como unos de los mejores futbolistas de la historia de este “deporte-espectáculo”, alguien que no ha renegado de sus orígenes y que es sincero. También hay que añadir que los periodistas de todo el mundo lo juzgan con dureza, recordándole a diario sus excesos (confesados) con las drogas. Pero hemos de reconocer que no parece estar capacitado para dirigir la selección argentina. En todo caso, el verdadero escándalo es el expediente disciplinario que le ha abierto el presidente de la FIFA. En un mundo lleno de violencia (dentro y fuera del campo de juego), corrupción y explotación, que se quiera sancionar a Maradona por decir (soezmente) lo que piensa de la prensa deportiva es un disparate propio de la mafia que gobierna el fútbol.

1 comentario:

Unknown dijo...

Es una buena noticia, sobre todo para los amantes de este popular deporte. Por otra parte HBO hace igual una propuesta sobre estos temas y se llama Destino Brasil creo que sería interesante echarle un vistazo.