Esta es una historia de amor, de rebeldía y de tristeza. Esta es la historia de Francesco Romor, conocido por todos como "El Bae", que, a pesar de haber perdido la vida en un oscuro 13 de Febrero del 2001 ha visto como, con el tiempo, sus sueños se han hecho realidad. Esta en definitiva, es la historia de un activista.
Llegó a ser capo de los ultras del Venezia-Mestre, miembro muy influyente de la Asamblea del "Centro Sociale Rivolta", fundador de la Asociación "Noi ultras" e impulsor descarado de lo que finalmente se ha dado en conocer como "El Estadio del Bae". No vamos a hablar sobre su activismo como okupa en el Rivolta, ni sobre su faceta como capo de la curva del Venezia-Mestre, sino sobre este último aspecto, el que fue el sueño de su vida, la construcción y el mantenimiento de un estadio de fútbol en la comunidad indigena en resistencia más conocida del mundo, Chiapas.
El estadio ha sido posible gracias a la colaboración de más de 40 grupos ultras del pais italiano y de diversas asociaciones políticas y sociales del pais. Ha costado un esfuerzo económico de 85.000 Euros y es un proyecto eco-sostenible y multifuncional, pues no sólo se puede practicar fútbol en el estadio, sino que sirve como espacio asociativo para realizar otro tipo de actividades como reuniones, fiestas y demás.
El lugar elegido para la construcción del estadio no es casual. Se trata de una pequeña aldea que hace 8 años fue arrasada por los paramilitares y ha tenido que ser reconstruida por completo, también con la ayuda de los ultras. Se trata del pueblo de Tepeyac, en plena selva lacandona. Desde el 2001 hasta el 2003 se hicieron los preparativos necesarios para la construcción del estadio, tales como conductos de agua (incluyendo uno con 4 km. de longitud), la fabricación de una carpinteria para tratar buena parte de los materiales, etc...
Finalmente se realizó el estadio con las técnicas de construcción locales y con un respeto escrupuloso por la naturaleza, convirtiendo el proyecto en eco-sostenible, y realizando toda la labor en un tiempo-record de cuatro años. El estadio será inaugurdo este año en una caravana de apoyo a la lucha del movimiento zapatista.
Todo este esfuerzo material, económico y humano supone un golpe al tan denostado fútbol-negocio. Frente a grandes complejos deportivos, frente a la mercantilización de los equipos, frente al poder del dinero...estadios respetuosos con la naturaleza, lugares para la confraternización de gente venidos de buena parte de Europa y Latinoamérica, espacios para la comunicación entre ultras...
Más de 40 grupos ultras, algunas asociaciones sociales, personas a nivel individual... que han hecho posible que Francesco Romor, el Bae, se sienta orgulloso de haber visto, después de muerto, su sueño realizado.
¡QUE VIVA EL FÚTBOL REBELDE! ¡LARGA VIDA AL BAE!
Tomado de City Boys
Llegó a ser capo de los ultras del Venezia-Mestre, miembro muy influyente de la Asamblea del "Centro Sociale Rivolta", fundador de la Asociación "Noi ultras" e impulsor descarado de lo que finalmente se ha dado en conocer como "El Estadio del Bae". No vamos a hablar sobre su activismo como okupa en el Rivolta, ni sobre su faceta como capo de la curva del Venezia-Mestre, sino sobre este último aspecto, el que fue el sueño de su vida, la construcción y el mantenimiento de un estadio de fútbol en la comunidad indigena en resistencia más conocida del mundo, Chiapas.
El estadio ha sido posible gracias a la colaboración de más de 40 grupos ultras del pais italiano y de diversas asociaciones políticas y sociales del pais. Ha costado un esfuerzo económico de 85.000 Euros y es un proyecto eco-sostenible y multifuncional, pues no sólo se puede practicar fútbol en el estadio, sino que sirve como espacio asociativo para realizar otro tipo de actividades como reuniones, fiestas y demás.
El lugar elegido para la construcción del estadio no es casual. Se trata de una pequeña aldea que hace 8 años fue arrasada por los paramilitares y ha tenido que ser reconstruida por completo, también con la ayuda de los ultras. Se trata del pueblo de Tepeyac, en plena selva lacandona. Desde el 2001 hasta el 2003 se hicieron los preparativos necesarios para la construcción del estadio, tales como conductos de agua (incluyendo uno con 4 km. de longitud), la fabricación de una carpinteria para tratar buena parte de los materiales, etc...
Finalmente se realizó el estadio con las técnicas de construcción locales y con un respeto escrupuloso por la naturaleza, convirtiendo el proyecto en eco-sostenible, y realizando toda la labor en un tiempo-record de cuatro años. El estadio será inaugurdo este año en una caravana de apoyo a la lucha del movimiento zapatista.
Todo este esfuerzo material, económico y humano supone un golpe al tan denostado fútbol-negocio. Frente a grandes complejos deportivos, frente a la mercantilización de los equipos, frente al poder del dinero...estadios respetuosos con la naturaleza, lugares para la confraternización de gente venidos de buena parte de Europa y Latinoamérica, espacios para la comunicación entre ultras...
Más de 40 grupos ultras, algunas asociaciones sociales, personas a nivel individual... que han hecho posible que Francesco Romor, el Bae, se sienta orgulloso de haber visto, después de muerto, su sueño realizado.
¡QUE VIVA EL FÚTBOL REBELDE! ¡LARGA VIDA AL BAE!
Tomado de City Boys
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