Por Sebastián Dulbeca
Fútbol no es fútbolDispuestos en
slideshow, semejantes pantallazos de espanto pasarían por uno de esos minitelediarios de Euronews donde el mundo se estruja en sonido ambiente. Con una puntualización: aquí los comentarios de las imágenes se pueden omitir. Porque sobran.
Bombas inteligentes (no precisamente las de Roberto Carlos) donde normalmente rueda el balón. Gradas reducidas a la caricatura de un mal sándwich. Metralla en manos con edad de hacer puzzles. Clics que hasta ahora no se habían escuchado fuera de Oriente Próximo.
Las fotos datan de hace cuatro meses y fueron hechas en Palestina, donde el fútbol, más que una excusa para ser feliz (Valdano), es una excusa para reconocerse,
para integrarse en otro orden internacional con reglas mejor definidas y respetadas. Para ser. Sin más.
Contra tal sentimiento identitario (y también en respuesta a las acciones de Hamas y sus Qassam) pareció estar dirigida la incursión que transfiguró el
Estadio Nacional de Rafah en una zona cero con menos cascajos pero similar carga simbólica.
Las instalaciones daban techo a la Federación Palestina de Fútbol. Habían sido puestas en pie con financiación de la propia FIFA. Poco le importó al Ejército de Israel. Quedaron despanzurradas como un casamata cualquiera. Otra vez el deporte en primera línea de frente.
De nuevo el partido del siglo, Israel-Palestina, en todas las televisiones del planeta.
Se estimó entonces en dos millones de euros el monto de los destrozos. Mucho más difícil de cuantificar fueron las pérdidas humanas:
1.200 muertos e innumerables heridos y tullidos entre el millón y medio de personas que (mal)vive en la Franja de Gaza.
Tres de aquellas víctimas no eran del todo anónimas. Jugaban para la Selección.
Wajeh Moshtahe (club Ittihad Alshojaeya) se dirigía a casa durante una jornada de ofensiva. Nunca llegó.
Shadi Sbakhe (Al-Ryadi de Falasteen) y
Ayman Alkurd (Khadamat Al-Niserat) se encontraban en el interior de sus domicilios para esquivar el peligro. Allí mismo fallecieron.
En alguna convocatoria del equipo árabe coincidió con ellos el chileno de nacimiento
Roberto Bishara Adauy. Acumula ya ocho años y 40 encuentros representando al pueblo de sus antepasados. Estará el próximo 6 de mayo en Bruselas, en el primer partido del combinado en suelo europeo.
FNF publica este álbum en exclusiva gracias a él. Atención a su historia.
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