Sea este el momento de pedirle al presidente Santos que aunque 'el profe' no tenga prontuario criminal, le ofrezca un cargo diplomático en Italia.
Por Daniel Samper Ospina
Atravesamos momentos críticos para la patria. Hace apenas unos días, el célebre profesor Carlos Antonio Vélez, hombre de verbo grácil, comentarista de castellano refinado, anunció que se jubila de la narración deportiva.
Se me van las palabras. Me duele el aire. No sé cómo enfrentar este momento que me llena de angustia, que me ahoga de dolor. ¡Ay del carrilero que recorre el andarivel derecho y no será comentado por la voz nasal pero casi gaucha del doctor Vélez! ¡Ay del balón que se estrelle en el bajante sin que lo narre el probo manizalita! ¿Cuál guardapiolas que recepcione la pelota se sentirá pleno ahora, cuando nadie podrá poner en verbo sus hazañas? ¡Ayayay del volante que trabaje en la zona de gestación -¿el útero?- y contribuya a la higiene visual del juego sin que 'el Profe' Vélez lo diga!
Me embarga el dolor. No puedo hablar. Me cuesta imaginarlo retirado, el cuerpo en posición vertical, juntas las manitos la una sobre la otra, esta vez ya no sentado en el set de transmisión, sino en el banco de un parque; me duele suponer que empuña el esfero ya no para explicar el trayecto del esférico, sino para llenar crucigramas. No merece tal retiro. Sea este el momento de pedirle al presidente Santos que, aunque 'el Profe' no tenga prontuario criminal, haga una excepción y le ofrezca un puesto diplomático en Italia.
Señoras y señores: pierde el fútbol en tanto ciencia teórica. ¿Quién, si no 'el Profe', dejará en la mente de los oyentes esos análisis geniales, esas pequeñas cápsulas de sabiduría, como aquella de "si la mete es gol" o esa otra según la cual "los partidos se pierden, se ganan o se empatan"? ¿Quién, en adelante, intrigará en beneficio del 'Bolillo' Gómez? ¿Quién llamará "Suestinga" al jugador Schweinsteiger? No me resigno a quedar en las manos únicas de Javier Hernández Bonnet, por más de que se haya afeitado el bigote para que no lo confundan con Ricardo Jorge, y por más de que hable en una prosa elegante y pulida, exhibida en su esplendor en el pasado Mundial cuando explicaba, poético, que "Alemania no se pone con cosas, es como adolescente caliente: dos cucharadas y a la presa".
Stephen Hawking dijo hace una semana que dios no existía. No es que no exista: es que se jubila. Y aunque el espacio que deja 'el Profe' es tan grande como un cinturón de Iván Mejía, nos quedará para siempre el legado de su sencillez.
Pero no todo es triste, queridos amigos. Como una compensación divina, esta misma semana aterrizó en RCN la única persona capaz de llenar el vacío que dejará el doctor Vélez: Pachito Santos.
Ejemplo de superación personal, Pachito consiguió la dirección no de La Mega, no de Colorín Colorradio, sino de un programa para adultos.
Ustedes lo subestimaban: no podían creer que semejante hombre explosivo y locuaz, al que peluqueaban poniéndole una totuma en la cabeza y recortando los sobrantes del pelo, pudiera llegar tan alto.
Pero ya ven. Obsesivos por fichar a un periodista serio e independiente, que no tuviera atadura alguna ni con este gobierno ni con el pasado, RCN decidió contratar a Pachito a pesar de las altas inversiones que esa decisión representaba. Fue un gesto patriótico. Emplearlo suponía comprar cojines para su silla, instalar un filtro especial para engrosarle la voz y forrar el micrófono con un impermeable porque Pachito es, levemente, lo que en el argot colegial se llamaba 'lengua e'sopa' y escupe sin querer cuando pronuncia ciertos fonemas, tal y como les sucede al procurador Ordóñez o al Pato Lucas.
Confieso que al principio no lo podía creer: ¡¿Pachito en radio?! ¡¿Se volvieron locos?! ¿Quién va a ser su fórmula, Papuchis? Aun más: cuando el periódico informó que en el país había caído una bola a grandes velocidades supuse que se trataba del mismo Pachito. ¡¿Cómo lo van a poner a reemplazar a un maestro del oficio como Juan Gossaín?! ¿De qué temas sabe Pachito? ¿De economía? ¿De desarrollo? ¿Ya se desarrolló? Yo creo que sí. Pachito no se pone con cosas. Es como adolescente caliente. Dos cucharadas y a la presa.
Sin embargo, la campaña publicitaria de su estreno me fue ablandando: salía una foto suya con la mirada desorbitada acompañada de algunas de sus frases más famosas. No todas, claro. Faltó, por ejemplo, la de "Nel Beltrán está en La Habana con el ELN": si eso dijo antes, imagínense lo que dirá ahora.
Pero mis prevenciones se desvanecieron, digo, y hoy por hoy ya me gusta su programa. Se trata de un espacio abiertamente uribista, y eso es sano. Habrá una sección de 'chuzadas'; un bloque para saber qué se estará preguntando José Obdulio, por ejemplo si lo suyo tipifica como concierto para delinquir, y una serie de consejos sexuales ofrecidos por César Mauricio Velásquez. Y aunque aún no se sabe quién será el corresponsal en La Picota, suenan con insistencia Sabas, Bernardo Moreno y Edmundo del Castillo.
Ah, Pachito pionero. ¿Hay antecedentes de vicepresidentes con capul? Pasó del Palacio de Nariño a hacer enlaces con Jota Mario Valencia: le dice 'Jotas', se hacen chistes. Logró su nivel.
Dios quiera que el trabajo le dure y narre el Mundial que él mismo quería hacer. A lo mejor supere el legado del 'Profe' Vélez y diga, con esa voz toda acelerada, que hay que atacar por el extremo derecho, como buen uribista.
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