Por Natxo Matxin
Gara
La jornada decisiva de repesca para la clasificación del Mundial 2010 fue la enésima demostración de que el fútbol de élite carece de cualquier espíritu deportivo que se precie y que, lejos de unir gentes y culturas, suele generar serias controversias y profundas divisiones, incluso a nivel de países, como en esta ocasión ha ocurrido.
Fruto del balompié, Argelia y Egipto son ahora mismo rivales encarnizados, con Sudán de por medio. Éste último solicitó ayer mismo la presencia del embajador egipcio para que diera explicaciones sobre posibles informaciones falsas de la prensa de su país que hablaron de un muerto tras la celebración del partido de desempate.
El conflicto ya se inició el pasado sábado cuando Egipto ganó por 2-0 y forzó dicho desempate. Los argelinos denunciaron la muerte de cuatro hinchas suyos, mientras un centenar de egipcios tuvo que huir de Argelia a renglón seguido y las oficinas de Egypt Air en Argel fueron saqueadas.
Tampoco corren buenos tiempos para las relaciones franco-irlandesas tras la clamorosa mano de Henry. El ministro de Justicia de la isla, Dermot Ahern, solicitó a la FIFA la repetición del choque, «aunque no lo concederá porque no somos nadie en el fútbol mundial, pero les pondremos en un aprieto. Si se mantiene el resultado, se reforzará la idea de que conviene hacer trampas para vencer», censuró el dirigente irlandés.
El centro de todas las críticas es el blaugrana, quien emuló con éxito al otrora dios Maradona y tuvo que reconocer, por evidente, la ilegalidad cometida. «No voy a mentir, hubo mano. El árbitro no pitó y fue gol. Habría preferido que fuera de otra manera, pero nuestra clasificación no es robada», trató de disculparse.
Las explicaciones del culé no convencieron al ex delantero Tony Cascarino, que le acusó de «tramposo hipócrita» en una jugada que marcará para siempre su reputación» y la prensa irlandesa cargó todas sus tintas contra el veterano atacante francés.
Robbie Keane, por su parte, cargó contra los presidentes de la FIFA y UEFA, Joseph Blatter y Michel Platini. «Probablemente estén dando palmas e intercambiándose mensajes por el móvil, encantados con el resultado y con Francia», espetó el jugador del Tottenham. Su seleccionador, Giovanni Trapattoni, fue más comedido, pero no menos directo: «La FIFA habla de juego limpio y luego no se aplica».
La mitad repiten
Polémicas al margen, la cita mundialista de Sudáfrica tendrá un carácter especial para Eslovaquia, quien debutará en el máximo torneo futbolístico. Será la excepción a una regla que se viene confirmando cada cuatro años: son muchos los que repiten participación en uno de los máximos eventos deportivos.
En esta oportunidad, nada menos que la mitad de los que conjuntos que competirán en el país austral por hacerse con la Copa del Mundo ya estuvieron en Alemania 2006. Ninguna selección campeona o con más tradición en el fútbol internacional se perderá la convocatoria, lo que da una idea de las escasas sorpresas habidas durante la fase de clasificación.
Únicamente las ausencias de Rusia y Ucrania, en el último momento, y las ya conocidas de la República Checa, Suecia y Rumanía, todos ellos combinados europeos, son las únicas que pueden calificarse como tales en vísperas de Sudáfrica 2010.
Gol histórico del ex txuri urdin Abreu
El que fuera delantero de la Real Sociedad la pasada temporada, Sebastián Abreu, se convirtió en héroe nacional al anotar el gol que permitió la clasificación mundialista de Uruguay, en el empate que los charrúas consiguieron frente a Costa Rica (1-1), al que ya derrotaron en la ida por la mínima.
Sin embargo, el pase no fue para nada cómodo y los centroamericanos se lo pusieron muy díficil a los locales, sobre todo a raíz de obtener la igualada. «Las cosas fáciles no son para los uruguayos, pero cuando se dan sufrimientos como el de anoche, si el premio es tan grande, bienvenido el sufrimiento», recalcó «El Loco». Los sudamericanos no se clasificaron para Alemania 2006 tras caer en la repesca contra Australia.
Abreu saltó en la segunda parte y fue quien, de cabeza, abrió el marcador. Pero posteriormente Costa Rica hizo enmudecer a los 60.000 hinchas que abarrotaron el estadio Centenario de Montevideo. «Estoy feliz por la victoria que es para todos los uruguayos y por tener la posibilidad de jugar mi segundo mundial», reflejó Abreu.
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