La prensa deportiva pronosticaba el triunfo de las estadounidenses. Y había razones para tal: las primeras ediciones de todos los torneos mundiales de fútbol femenino las habían ganado las yanquis. Además venían de obtener la medalla de oro olímpica en Pekín.
El juego tuvo lugar el pasado 16 de noviembre en el estadio North Harbour de Auckland ante 17.000 espectadores y estuvo intenso de principio a fin. Temprano, las gringas se fueron adelante en el marcador gracias a un autogol de la guardameta Hong Myong Hui en el segundo minuto del partido.
Las norcoreanas buscaron con entrega el empate y a trece minutos del final lo alcanzaron con gol de Kim Un Yang, tras un remate de tiro libre que había dado en el palo. Los noventa minutos finalizaron con el 1-1, por lo que se tuvo que ir a tiempo suplementario. En la prórroga, en un contragolpe de antología, Jang Hyon Sun anotó el segundo gol norcoreano, dando el triunfo definitivo y el campeonato.
Ri Ui Ham, seleccionador de
En los últimos años,
Corea del Norte aceptó entonces el desmantelamiento de su programa y la verificación de éste por inspectores internacionales. A cambio, Estados Unidos anunció en octubre pasado su retiro de la lista de “países terroristas”. La medida también abrió el camino para levantar otra serie de sanciones económicas que se habían instaurado contra el país asiático.
El triunfo de su seleccionado femenino sub 17 también reconforta y abre las puertas a este país agobiado por el bloqueo estadounidense y la satanización de la prensa burguesa de todo el mundo. Esta proeza también recordó la hazaña del “Equipo Chollima”, aquel seleccionado norcoreano que llegó al Mundial Inglaterra 1966, donde derrotó a Italia y llegó hasta los cuartos de final. El de Corea del Norte es uno de los pocos Estados socialistas que existen en la actualidad, junto a China, Cuba, Laos, Libia y Vietnam.
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