Por Carlos Rojas
Asesor en convivencia y cultura ciudadana
Después de todo lo visto y dicho sobre la violencia en el fútbol en Colombia, por fin se hizo una cita nacional para debatir, evaluar y formular salidas a este fenómeno que pareciera estar fuera de control. No es la primera vez que se hacen estas reuniones y no será la última, pero la intención es apostarle al diseño de una política nacional que intervenga seriamente los factores que la generan y la dinamizan.
En todas las ciudades se han desarrollado experiencias de intervención social con varios balances, unos más positivos que otros, pero con enormes aprendizajes para las alcaldías y la Policía. La propuesta de Cali en este foro de seguridad y convivencia en los estadios (realizado el 6 y 7 de octubre) fue la adopción de una política nacional y un solo protocolo para su tratamiento, una estrategia de seguridad para sus desplazamientos, una agenda de compromisos con las hinchadas, una estrategia de comunicación que haga visible los procesos positivos en las barras que construyen ciudad, despliegue de programas de salud mental con énfasis en el manejo de las pasiones, entre otros.
Pero quizá el contenido más profundo de estas iniciativas propuestas desde Cali, es el de generar un mecanismo interinstitucional estable y fuerte que responda por las estrategias de seguridad y convivencia para las hinchadas, articulado desde una estructura nacional y con una fuerte coordinación en cada ciudad.
También permitir a los barristas el desarrollo de una propuesta que desde hace 4 años venimos construyendo en Cali, y es la de apostarle en una primera fase a un barrismo popular y en una segunda fase a un barrismo social que los reconozca como actores de ciudad, sujetos de una ciudadanía activa y propositiva en el contexto de una nueva cultura ciudadana basada en respeto a la vida y los derechos humanos.
Publicado en El País de Cali.
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