viernes, 20 de abril de 2012

El fútbol de luto, la lupa sobre la policía

Dos tradicionales clubes de Europa como el Athletic de Bilbao y el AS Livorno están de luto por la muerte reciente de dos jóvenes de sus filas: Iñigo Cabacas, hincha bilbaíno, y Piermario Morosini, jugador. En los dos casos resultaron involucradas las fuerzas policiales.


Por Camilo Rueda Navarro

Iñigo Cabacas y Piermario Morosini son los nombres de dos jóvenes fallecidos en el último mes en hechos relacionados con el fútbol. Iñigo, de 28 años de edad, era hincha del Athletic de Bilbao. Piermario, de 25, era jugador del Livorno, club de la segunda división italiana, a donde había llegado cedido por el Udinese.

Aunque los dos casos tuvieron contextos y circunstancias diferentes, tienen en común que la policía resultó involucrada y que los dos clubes afectados tienen antecedentes de reivindicaciones políticas y sociales.

La muerte de Iñigo Cabacas fue ocasionada por el impacto de una pelota de goma disparada por la policía autonómica vasca (la Ertzaintza), luego del partido entre el Athletic y el Schalke 04 por la Liga de Europa el 5 de abril, a las afueras del estadio.

En un principio el joven quedó en estado de coma, pero luego falleció producto de las graves lesiones cerebrales que sufrió por una fractura craneal, según determinó la autopsia. Los aficionados denunciaron exceso de fuerza de la policía, que también ha sido señalada por sus excesos en otros escenarios.

Por su parte, Piermario Morosini, nacido en Bérgamo y militante del Livorno, sufrió un repentino paro cardiaco en pleno partido, cuando su equipo visitaba al Pescara. Morosini fue socorrido por los servicios de salud del estadio y debió ser trasladado al hospital, donde finalmente murió. Pero durante el auxilio un carro de la policía municipal obstruyó por varios minutos la entrada de la ambulancia, tiempo crucial en el esfuerzo de salvarle la vida al jugador.

Al cuerpo de Morosini se le practicó una autopsia, que concluyó sin que se pudieran determinar las causas exactas de su muerte, a la espera de que se realicen nuevas pruebas. La Fiscalía de Italia y el Ayuntamiento de Pescara abrieron investigaciones sobre el caso para determinar eventuales responsabilidades de las autoridades. En un hecho poco habitual, la Federación Italiana de Fútbol suspendió todos los campeonatos del fin de semana.

Homenajes póstumos

Las dos instituciones, acongojadas por la pérdida de estos jóvenes, organizaron actos de protesta y de homenaje a los fallecidos. El técnico del Athletic, Marcelo Bielsa, se pronunció sobre el hecho y dijo sentir “una tristeza muy grande”.

Tres mil personas marcharon en silencio hacia el estadio San Mamés el domingo 15 de abril, día en que el Athetic recibía al Mallorca. Los jugadores lucieron camisetas alusivas a Iñigo. En las tribunas predominaron las prendas negras, y Fernando Llorente, autor del único gol del encuentro, se lo dedicó al homenajeado. La familia agradeció los gestos de la afición, y voceros de la hinchada rojiblanca pidieron justicia.

Por su parte, el Livorno rindió homenaje a Morosini el martes 17 de abril, tres días después de su fallecimiento. El féretro con el cuerpo del jugador fue llevado a bordo de un coche fúnebre al Estadio ‘Armando Picchi’ del club, donde dio vuelta a la pista atlética entre los aplausos de la afición. Algunos compañeros de equipo, con camisetas con el número 25 que lucía Morosini, depositaron sobre el féretro bufandas del Livorno, mientras los hinchas gritaban “Estás en nuestros corazones, Moro, estás en nuestros corazones”.

Un sector de la grada del Estadio ‘Armando Picchi’ llevará a partir de ahora el nombre de Piermario Morosini. Su cuerpo fue trasladado a su ciudad natal, Bérgamo, donde los aficionados del Atalanta lo recibiron. Así mismo, el Udinese se hará cargo de la hermana de Morosini, que sufre una discapacidad y quien perdió a toda su familia, pues sus padres también habían fallecido en un accidente.

Publicado originalmente en Semana.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ertzaina asesinos.