martes, 13 de enero de 2009

En Cataluña: Brutal agresión neonazi durante partido de fútbol

El resultado final del partido fueron diez jugadores del Club Atlético Rosario hospitalizados por las palizas propinadas por los contrarios, los Boixos Nois.

Por La Haine

El Club Atlético Rosario Central de Cataluña es un equipo formado por jugadores de siete nacionalidades distintas (argentinos, uruguayos, bolivianos o marroquíes) y el Bada Bing, integrado por miembros reconocidos de los Boixos Nois, que ya fue expulsado de la Liga en 2006 cuando se llamaban "Lope de Vega". Con cambiarse de nombre, han vuelto sin ningún problema y siguen jugando aunque este año les han suspendido ya 4 partidos de 14.

Este sábado se enfrentaban ambos equipos en el encuentro de la Tercera División Regional Catalana.

En la grada había otros 30 o 40 ultras con pinta de skinheads nazis, algo que sucede cada vez que el Bada Bing se enfrenta a un equipo donde jueguen extranjeros.

Por eso, durante toda la semana los de Rosario Central pidieron protección policial a la Federación Catalana y a lo largo del partido llamaron hasta 3 veces a los Mossos d'Esquadra. No fue nadie y hasta después de los incidentes no apareció una patrulla de la Guardia Urbana con los que llegaron a enfrentarse los Boixos sin que hubiese ninguna detención.

Cuando transcurría el minuto 20 de la segunda parte, y Rosario Central ganaba al Bada Bing 3-1, y dos jugadores de Rosario hartos de tanto insulto y tantas patadas amagaron con irse del campo. En ese momento, todo el equipo de Bada Bing empiezan a agredirles mientras los de la grada se van a los coches a por bates de beisbol. Les dan una paliza y acaban diez integrantes de Rosario Central (el presidente, la secretaria, el director técnico y siete jugadores) en el hospital: uno con los dientes rotos, otro con la cara partida por varios sitios y completamente desfigurada y el más grave, que ha pasado la noche en el Hospital del Mar y ha sido dado de alta, sufre una fisura en la costilla, la oreja derecha casi desprendida por lo que le han tenido que dar diez puntos de sutura y le tienen que hacer pruebas en el oído porque podría haber perdido audición.

El árbitro era peruano y le estuvieron insultando durante todo el partido. En cuanto empezaron los incidentes, se encerró bajo llave en el vestuario y no salió hasta que llegó la Guardia Urbana. El colegiado, como intuía lo que podía suceder, llevó a un amigo para que lo grabase todo en video y puso en el acta que aportaría las imágenes como prueba. Los Mossos d'Esquadra le han requerido el video de la agresión.

La secretaria de Rosario Central sacó fotos de toda la paliza, pero siete Boixos Nois la vieron y cuando se negó a darles la tarjeta de memoria, la partieron un palo de escoba en la cabeza y se la quitaron.

Los jugadores de Rosario Central han puesto una denuncia contra los ultras que le dieron la paliza y se están planteando poner otra contra la Federación Catalana de Fútbol por negligencia, al no avisar a la Policía y por pemitir que los Boixos Nois sigan jugando al fútbol.

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