Por Human Rights Watch
El gobierno de Guinea Ecuatorial, uno de los patrocinadores de la Copa Africana de Naciones que se disputa en enero de 2012, persigue a opositores políticos, intimida a periodistas y muestra una absoluta indiferencia por el debido proceso, señalaron hoy Human Rights Watch y el Comité para la Protección de los Periodistas (Committee to Protect Journalists, CPJ).
Algunos periodistas que han visitado Guinea Ecuatorial para informar sobre el país durante el último año han sido detenidos, interrogados, censurados y deportados.
Estos incidentes no son una buena señal para los periodistas deportivos que se espera que asistan a la ceremonia de inauguración que tendrá lugar en la ciudad de Bata el 21 de enero y a otros partidos programados allí y en Malabo, la capital del país. El Presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo señaló el 3 de enero que considera a estos acontecimientos deportivos como una ocasión para “vender la imagen del país”.
“Auspiciar eventos internacionales es una forma de seducir a los visitantes extranjeros e intentar generar una buena impresión ante los medios, pero se trata de estrategias superficiales que no resisten ningún escrutinio”, manifestó Daniel Bekele, director para África de Human Rights Watch. “La única manera en que el Presidente Obiang podría mejorar verdaderamente su reputación es si revierte décadas de gobierno irresponsable y permite que se lleven a cabo reformas genuinas en materia de derechos humanos”.
Una campaña de intimidación y detención contra la prensa
En un incidente que anticipa los problemas que podrían esperarse durante la cobertura de la próxima Copa Africana de Naciones, los miembros de un equipo de televisión de la red alemana ZDF que se encontraban realizando un trabajo periodístico sobre fútbol femenino y otros temas en Guinea Ecuatorial en junio de 2011 fueron detenidos, interrogados minuciosamente, censurados y deportados.
Según señaló el productor del equipo de ZDF en su versión del incidente, agentes de seguridad les habrían quitado sus filmaciones y borraron o confiscaron las imágenes “negativas”. Entre estas imágenes había grabaciones de niños jugando al fútbol en uno de los barrios precarios de Malabo y entrevistas con el único miembro del parlamento que pertenece a la oposición y con un abogado de derechos humanos. A la mañana siguiente, los periodistas fueron llevados hasta el aeropuerto y obligados a irse del país. El equipo de ZDF había estado trabajando con un visado oficial y había recibido apoyo de varios ministerios gubernamentales.
Otros periodistas extranjeros que viajaron a Guinea Ecuatorial durante la cumbre de la Unión Africana (UA) celebrada en Malabo en junio de 2011 y con anterioridad a este evento contaron a Human Rights Watch que fueron detenidos por períodos breves y obligados a borrar fotografías, a pesar de que contaban con permisos de prensa otorgados por el gobierno.
Una fotógrafa de Associated Press que había tomado fotografías en un mercado público de Malabo fue llevada a una estación de policía, y recién fue liberada cuando accedió a borrar las imágenes de la cámara. Según señalaron diversos periodistas, incluso un fotógrafo que trabajaba para una empresa estadounidense de relaciones públicas y que fue contratado por el gobierno para mejorar su reputación fue detenido brevemente luego de que tomara una fotografía de la sede de la cumbre de la UA.
En marzo, el conductor de un programa en una estación de radio pública fue despedido luego de hablar sobre Libia durante una transmisión. Esta mención infringió un bloqueo informativo impuesto provisionalmente en febrero por el gobierno, que prohibía difundir noticias sobre las protestas a favor de la democracia organizadas en el marco de la primavera árabe, según indicó el CPJ.
“Es habitual que el gobierno del Presidente Teodoro Obiang invite a periodistas al país, para luego restringir sus movimientos como parte de una estrategia constante por engañar al mundo y promover una imagen inmaculada”, afirmó Mohamed Keita, coordinador de incidencia en África del Comité para la Protección de los Periodistas. “Los periodistas que cubran los eventos de la Copa Africana de Naciones deberían poder ver qué sucede detrás de esta fachada con libertad y sin temor a represalias”.
Persistencia de patrones de represión
A principios de enero, los medios oficiales informaron que el Presidente Obiang había recalcado la necesidad de garantizar “la seguridad y el control de los inmigrantes” antes de los partidos de la Copa Africana. El comentario reiteró las expresiones vertidas por el gobierno durante las semanas previas a la cumbre de la UA, cuando migrantes en Bata fueron detenidos por policías y sometidos a malos tratos mientras se encontraban a disposición de las autoridades, en el marco de un operativo represivo más amplio llevado a cabo en varias regiones del país.
Este tipo de medidas represivas han sido una característica distintiva del gobierno del Presidente Obiang, señaló Human Rights Watch. Es común que opositores políticos sean detenidos arbitrariamente y perseguidos. El poder judicial carece de independencia y se ignoran garantías básicas para los juicios justos. Pese a que existe una ley que prohíbe la tortura, esta práctica continúa representando un grave problema y los responsables gozan de impunidad casi absoluta.
El Presidente Obiang, convertido en el mandatario africano que más tiempo ha permanecido en el cargo, impulsó reformas constitucionales en noviembre que fortalecieron el poder casi absoluto del cual ya gozaba. La validez del referéndum organizado para aprobar las reformas se vio desacreditada debido a graves irregularidades. El gobierno afirmó que el 97,7 por ciento de los votantes aprobaron la medida. El Presidente Obiang ha sido reelecto también con el voto de una amplia mayoría.
Distorsión de las prioridades de gasto
El gobierno de Obiang se ha embarcado en la construcción compulsiva y a gran escala de obras financiadas con ingresos petroleros. Gran parte de estas obras están destinadas a un sector reducido integrado por la élite del país y a visitantes extranjeros, indicó Human Rights Watch. Estos gastos fastuosos no parecen ofrecer grandes beneficios a la mayoría de la población, que continúa sumida en la pobreza.
El gobierno no ha dado a conocer los gastos en que incurrió para albergar a la Copa Africana de Naciones, pero entre las mejoras que se conocen se incluyen la construcción o ampliación de estadios y otros establecimientos deportivos en Malabo y Bata. También se han realizado gastos para embellecer estas ciudades antes de los juegos, presuntamente a un alto costo. El gobierno describe a la Torre de la Libertad, una estructura revestida en granito y con un sistema especial de iluminación que cuenta con un restaurante giratorio en la parte superior, como el “monumento que corona” el nuevo paseo marítimo en la ciudad de Bata y “una de las estampas urbanas más espectaculares de toda África”.
Entre otros ejemplos recientes de proyectos gubernamentales de alto costo cabe mencionar:
Una residencia presidencial para huéspedes “diseñada con las comodidades de un hotel de 5 estrellas” que se construirá en Mongomo, en el interior del país, a un costo de US$ 77 millones, según declaraciones de la empresa a la cual se adjudicó el contrato.
Un centro de conferencias y complejo hotelero de US$ 830 millones que fue construido por el gobierno en Sipopo, en las afueras de Malabo, para albergar a la cumbre de la Unión Africana celebrada en junio. También se utilizó para la Cumbre África-Sudamérica que tuvo lugar en noviembre, y está previsto que sea la sede de futuros eventos. Entre otras comodidades de categoría, el complejo de Sipopo incluye 52 residencias de lujo a orillas de una playa artificial de una milla de extensión.
El Presidente Obiang se refirió recientemente a quienes acusan a su gobierno de desviar la riqueza generada por los recursos petroleros del país como sus “enemigos”.
“El Presidente Obiang no repara en gastos cuando se trata de construir edificios lujosos, monumentos y grandes proyectos de infraestructura”, afirmó Bekele. “Pero todas estas relucientes obras nuevas no pueden ocultar la cruda realidad de represión y pobreza extrema en que se encuentra sumida Guinea Ecuatorial bajo su gobierno”.
Publicado originalmente el 13 de enero de 2012 en http://www.hrw.org
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