Sindelar: El "Mozart del fútbol"
El mejor jugador del denominado Wunderteam (equipo maravilloso), Matthias Sindelar, el "Mozart del fútbol", deslumbró en el mundial de 1934 y falleció trágicamente en 1939, ya que con Austria anexada por Alemania, él se negaba a representar a una nación liderada por el genocida de Adolfo Hitler. Por ese motivo lo marcaron como opositor, le impidieron jugar, trabajar y cruzar las fronteras, quedando olvidado y sin trabajo. Además fue perseguido y se ofreció una recompensa a quien lo delatara.
Lo denunció uno de sus compañeros de equipo del Wunderteam, y el 23 de enero él y su esposa italiana Camila se suicidaron inhalando gas de la cocina ante la posibilidad de terminar en un campo de concentración.
La calle donde él vivía, pasó de llamarce Laaerberg a Sindelarstrasse.
En el 2000, la Federación de Historia y Estadísticas del Fútbol lo nombró como el jugador austriaco más importante de todos los tiempos.
Matthias Sindelar fue el máximo exponente del Wunderteam, como era conocida la selección austriaca de la época. Quizá el mito, y toda la historia que se generó en aquellos años, han hecho que le nombraran mejor jugador austriaco del siglo.
Sindelar nació el 3 de febrero de 1903 en el seno de una familia judía pobre, y pronto demostró sus habilidades con el balón por las calles de su Viena natal. Por aquel entonces ya era apodado el hombre de papel, por la facilidad que tenía para pasar entre los defensas rivales. A los 15 años fichó por el Hertha de Viena, antes de entrar a formar parte del primer equipo del Austria de Viena, donde ganó tres copas austriacas en sus tres primeras temporadas.
Con 23 años debutó con la selección austriaca, donde no paró de conseguir gestas, llevando a su selección a la cumbre del fútbol mundial. En el mundial de Italia 1934, deslumbró a todos y se dio a conocer. En los octavos de final, la selección austriaca derrotó a Francia 3-2 con un gol de Sindelar.
Harto de la pantomima, marcó un gol, y Austria ganó 2-0.
Tomado de: Sare antifaxista. Publicado originalmente en junio de 2008
Lo denunció uno de sus compañeros de equipo del Wunderteam, y el 23 de enero él y su esposa italiana Camila se suicidaron inhalando gas de la cocina ante la posibilidad de terminar en un campo de concentración.
En el club en el que jugaba se recibieron más de quince mil telegramas de pésame, y por ese mismo motivo el correo estuvo atascado por seis días, a su funeral asistieron cuarenta mil personas que enfrentaron la amenazadora presencia de tropas nazis para asistir al funeral.
La calle donde él vivía, pasó de llamarce Laaerberg a Sindelarstrasse.
En el 2000, la Federación de Historia y Estadísticas del Fútbol lo nombró como el jugador austriaco más importante de todos los tiempos.
Matthias Sindelar fue el máximo exponente del Wunderteam, como era conocida la selección austriaca de la época. Quizá el mito, y toda la historia que se generó en aquellos años, han hecho que le nombraran mejor jugador austriaco del siglo.
Sindelar nació el 3 de febrero de 1903 en el seno de una familia judía pobre, y pronto demostró sus habilidades con el balón por las calles de su Viena natal. Por aquel entonces ya era apodado el hombre de papel, por la facilidad que tenía para pasar entre los defensas rivales. A los 15 años fichó por el Hertha de Viena, antes de entrar a formar parte del primer equipo del Austria de Viena, donde ganó tres copas austriacas en sus tres primeras temporadas.
Con 23 años debutó con la selección austriaca, donde no paró de conseguir gestas, llevando a su selección a la cumbre del fútbol mundial. En el mundial de Italia 1934, deslumbró a todos y se dio a conocer. En los octavos de final, la selección austriaca derrotó a Francia 3-2 con un gol de Sindelar.
Postriormente, en cuartos, derrotaron a Hungría por 2-1, llevados de la mano de un magnífico Sindelar que hizo honor a su condición de mejor jugador europeo.
Los alemanes querían que Sindelar jugase para ellos, pero no quiso.
Los alemanes querían que Sindelar jugase para ellos, pero no quiso.
Tampoco le perdonaron su exhibición en un partido amistoso antes del mundial de Francia 1938.
Sindelar burló con total impunidad a los defensores alemanes, y fallaba goles tras regatear al portero, ya que la consigna era que Alemania ganase.
Harto de la pantomima, marcó un gol, y Austria ganó 2-0.
Tomado de: Sare antifaxista. Publicado originalmente en junio de 2008
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