El domingo pasado, en la visita del Barcelona al Villarreal por la liga española, los hinchas del equipo local, en acto racista, lanzaron un banano al brasilero Dani Alves cuando iba a cobrar un tiro de esquina.
Ante el repudiable gesto, que suele presentarse en estadios europeos contra africanos y latinos, el jugador lo tomó, se lo comió y pateó el balón como si nada.
La actitud de Alves fue exaltada en redes sociales como ingeniosa e inteligente ante una infame actitud racista, en un país donde conviven muchos pueblos.
Neymar, compañero de Alves en el Barcelona y la selección Brasil, lo respaldó publicando una foto mostrando un banano. El jugador acompañó la imagen con el lema "somos todos macacos", y en otros mensajes invitó a repudiar el racismo.
Al final, Barcelona ganó 3-2 al equipo local, y Dani Alves venció a los racistas.
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