lunes, 12 de agosto de 2013

Houseman: “Quiero fiscalizar para la presidenta Cristina”

El exfutbolista argentino fue fiscal en la mesa 5922 de la Escuela Nº 22, ubicada en el Bajo Belgrano, a pocas cuadras de su casa. Desde hace un tiempo milita en La Cámpora. Admirador de Néstor Kirchner, lo conoció cuando era presidente.


Por Tiempo Argentino

En el segundo piso de la Escuela Nº 22 Remedios de Escalada de San Martín, que está ubicada en Roosevelt 1510, pleno barrio de Belgrano, René Orlando Houseman está sentado en el extremo de la mesa Nº 5922. Son las cinco y media de la tarde, queda poco más de media hora para que se cierren los comicios. Hay cuatro personas en la fila de electores y uno de ellos, un hombre que está parado enfrente,  lo mira fijo. En realidad se pregunta si verdaderamente es él. Sí, es él. El Loco es fiscal del Frente para la Victoria y un rato antes había regresado para estar en el cierre de la urna y la contabilización de los votos.

El campeón del mundo en Argentina 1978, ayer se levantó cerca las siete de la mañana, tomó unos mates, cruzó la calle y tocó la puerta de la primera Unidad Básica en el Bajo Belgrano: La Lupín de La Cámpora, inaugurada en febrero de este año en la Comuna 13. Los militantes que se hallaban en el local, se sorprendieron: "¿Qué hacés acá, Loco?" Houseman les respondió: "Quiero fiscalizar para la Presidenta Cristina". El Loco, ahora, dice: "Nunca me levanté tan temprano, ni para entrenarme... Es la primera vez que fiscalizo. Me interesó mucho porque ahora entiendo más lo que es La Cámpora. No sabría definirla con palabras, pero me da trabajo en pensar en otra cosa que no sea el fútbol. Ahora divido el tiempo: La Cámpora y el fútbol femenino de Excursionistas, donde trabajo ad honorem".

René Houseman, el santiagueño de La Banda que llegó hace casi seis décadas a Buenos Aires para vivir en la villa, cuenta que se siente parte. Que sufre junto a los carenciados. Que de chico era hincha de Boca y peronista. Que lo primero, cambió por el ritmo del fútbol y que lo segundo perdura con el kirchnerismo. El Loco, de hecho, participó en varias ocasiones de actividades que vincularon al Mundial 78 y los Derechos Humanos. En 2010, además, acompañó en el reclamo a los trabajadores de prensa en la puerta del diario Crítica, fundado por el periodista Jorge Lanata, que defendían los puestos de trabajo ante el inminente cierre, que finalmente sucedió. "Cuando llegué a la puerta de la escuela-retoma René el relato–me preguntaron quién era y qué venía a hacer... Porque la escuela todavía estaba cerrada. Entré y no salí más. Sólo me fui al mediodía a comer a mi casa".

Al Loco, durante la jornada electoral, le pidieron autógrafos y fotos hasta los pibes de 16 años. Los padres le contaban quién era ese señor.  "La mejor, con los chicos y los padres. Es más, la compañera fiscal del PRO me pidió si le firmaba un recuerdo. Es del PRO, pero le voy a firmar igual", agrega, y se ríe francamente.

La Unidad Básica a la que acude se llama La Lupín por el apodo patagónico del ex presidente Néstor Kirchner, a quien el Loco recuerda con una anécdota mientras revisa los padrones con la lapicera azul: "El finado Néstor fue el único que se preocupó por mí. Tuve la suerte de recibir un subsidio como ex deportista. Tengo el mejor recuerdo de Kirchner: yo estaba sentado en la Casa de Gobierno, esperando a que me reciba, salió del despacho presidencial y quedé helado: "'¡Loco! ¿Cómo andás? ¡Después de Corbatta, sos lo mejor del fútbol argentino!' Un fenómeno. Yo temblaba. Estaba de corbata y camisa, y la corbata me bailaba de acá para allá. ¿Sabés lo que era? Cuando murió me puse muy triste porque se fue un líder. Espero que Cristina siga haciendo las cosas bien como hasta ahora". Corbata es Orestes Omar, un histórico futbolista de Racing y la Selección Argentina, acaso el predecesor en el wing derecho de Houseman, el hombre de los márgenes sentado en la punta derecha de la mesa que termina en 22. «

El recuerdo del '73

Huracán, el club de Parque de los Patricios, ganó en 1973 su único título en Primera. René Orlando Houseman, desde la punta derecha de la delantera, fue uno de los principales artífices de ese logro que se dio de la mano de César Luis Menotti como entrenador. Ese año, con el fin de la proscripción del peronismo, volvieron las elecciones libres y fue consagrado como presidente Héctor J. Cámpora. Justo 40 años después de la primavera camporista y del título del Globo, el Hueso Houseman acude, de tanto en tanto, a la Unidad Básica de la agrupación La Cámpora en el barrio al que llegó para quedarse hasta el final, el Bajo Belgrano, y se mezcla con los jóvenes militantes. Algo más que un símbolo.