Carlos González Puche, directivo de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, contó en un artículo para la revista Soho la ocasión en que se jugó el clásico bogotano en una finca del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha.
Gacha es ídolo de las barras de Millonarios, que lo recuerdan en sus banderas
Según el testimonio de González Puche, en la pretemporada de 1982 se organizó un clásico amistoso a expensas del capo.
Puche, que jugaba en Millonarios, cuenta en su artículo que: “Fue en ese momento que vi al ‘patrón’. Era de mediana estatura, rechoncho, tenía sombrero y una cadena de oro muy gruesa, con una herradura muy llamativa. Siempre estuvo distante y alejado, acompañado solo de unos hombres muy bien armados que debían ser sus escoltas. Era Gonzalo Rodríguez Gacha: el hombre misterioso que había comprado a Millonarios para que volviera al lugar que le correspondía, y se había comprometido a pagar las deudas, traer refuerzos, reconocer salarios y dar premios estrafalarios; quería llevar a su Millos del alma a la gloria, costara lo que costara. En ese momento ya todos sospechábamos a qué se dedicaba.
Esa fue la presentación en sociedad del nuevo Millonarios, el equipo más laureado y famoso de Colombia. La joya de la Corona que quedaba en manos de un hombre de Pacho”.
González Puche fue futbolista en la década de los '80, y actuó en equipos como América, Cúcuta y Millonarios. En ellos fue testigo de la entrada del narcotráfico al fútbol colombiano.
Tras la llegada de Gacha al club, Millos ganó dos títulos (1987 y 1988). El capo cayó abatido por la policía en 1989 y desde entonces (hasta el 2012) su equipo no volvió a ganar el torneo nacional.
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