En el momento más delicado para la democracia brasileña en las últimas décadas, se necesitaba la voz de aquellos hombres que en los ochenta formaron parte de una verdadera revolución. Simples jugadores de fútbol que trascendieron el juego y se convirtieron en líderes un movimiento que sirvió para acercar los fundamentos de las conducciones colectivas a ojos que muchas veces ignoran la trascendencia del concepto “democracia”. Hace pocos días, algunas figuras históricas de la Democracia corintiana se unieron en contra del golpe que se cocina contra la presidenta Dilma Rousseff.
Para quienes no conozcan lo que ocurrió en Corinthians en plena dictadura militar, es indispensable que lean esta nota. Con Sócrates como guía espiritual, el plantel del club más popular de Sao Paulo decidió que cada decisión que afectara al grupo debía tomarse con la aprobación de la mayoría de sus miembros. Democracia plena. Por eso, estos futbolistas y dirigentes saben de qué hablan cuando hablan de gobiernos populares.
El exlateral Wladimir Rodrigues dos Santos, el exdirector de fútbol y sociólogo Adilson Monteiro Alves y el periodista y amigo del planel Juca Kfouri participaron de un debate abierto en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas (FFLCH) de la Universidad de Sao Paulo, con el objetivo de expresarse en contra del golpe.
El auditorio se llenó de camisetas y banderas de Corinthians, pero también de otros equipos paulistas. Un hincha de Sao Paulo expresó de este modo la importancia del movimiento en diálogo con la Agencia PT: “Soy são-paulino, pero admiro a la Democracia Corintiana, que luchó por las libertades en un momento complicado del país. Es muy importante estar aquí para retomar esa historia”.
Adilson Monteiro Alves, desde su rol de director de fútbol, fue uno de los hombres clave para hacer posible la Democracia Corintiana. Por eso, fue uno de los primeros en exponer. “Não vai ter golpe (no van a tener golpe)”, gritó y la multitud estalló para reafirmar ese deseo popular. “En aquella época nosotros intentamos que el fútbol vaya al lado del pueblo y en contra de la dictadura. Ahora, estamos enfrentanto a quienes quieren darle un golpe a nuestra joven democracia”.
Por su parte, Juca Kfouri, ideólogo de las frases que lucía la camiseta del Timao, afirmó: “Estamos viendo que quienes perdieron no aceptan el juego democrático. ¿Creen que el gobierno está mal? Ganen en las urnas, que es donde está la verdad. El sentido de estar aquí supera a la Democracia Corintiana. Es la Democracia nacional. Todos son bienvenidos en esta lucha. No va a haber golpe”.
Por supuesto, el más aplaudido fue Wladimir, ídolo histórico del club y compinche de Sócrates. “Aquel movimiento marcó un antes y después en mi vida: yo soy uno antes y otro después de la Democracia Corintiana”, afirmó ante el aplauso de la multitud.
Quien terminó el debate fue Katia Bagnarelli, la viuda de Sócrates, el hombre imprescindible de esta historia. “Él sin dudas estaría aquí”, dijo. Y no hubo que agregar nada más. Puño arriba y el grito que hoy es un clamor popular en Brasil: “Não vai ter golpe”.
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