Israel pretende usar su selección de fútbol en su propaganda normalizadora y tapar con él sus crímenes contra el pueblo palestino. Para ello, el Ministerio de Cultura y Deporte y la Asociación de Fútbol de Israel planean contratar a Fernando Hierro para liderar una "revolución" en su fútbol. Reproducimos íntegramente carta abierta difundida por la campaña BDS:
Fernando Hierro,
Te escribimos desde la Red Solidaria Contra la Ocupación Palestina (RESCOP), red formada por más de 40 organizaciones que luchamos por la justicia y el respeto a los derechos humanos del pueblo palestino, tras conocer la noticia de las negociaciones con el Ministerio de Cultura y Deporte israelí y la Asociación de Fútbol de Israel, con la intención de que lideres una “revolución en el fútbol” que lleve a la selección nacional de Israel a competiciones internacionales.
Queremos transmitirte que este contrato con Israel, lejos de promover el deporte y sus valores, lo que pretende es hacer del fútbol el buque insignia de la propaganda normalizadora israelí. Así los focos de los grandes estadios internacionales desviarán la atención de las sistemáticas violaciones de los derechos humanos que sufre el pueblo palestino y que hacen imposible su día a día en todos los aspectos de la vida.
Dichas violaciones afectan en gran medida al deporte. Los y las deportistas palestinas de todos los niveles ven restringida de forma rutinaria y sistemática todas sus libertades fundamentales. Solo en los últimos meses, el ejército israelí gaseó con bombas de humo el estadio de al-Khader, cerca de Belén, mientras los jugadores estaban entrenando. Durante una redada nocturna, el ejército israelí arrestó a todos los jugadores del equipo de Nabi Saleh, cerca de Ramala, siendo todos ellos menores de edad.
Jawhar Nasser Jawhar y Adam Abd al-Raouf Halabiya tenían 19 y 17 años en enero de 2014. Cuando volvían a sus casas tras un entrenamiento, al acercarse a un checkpoint, soldados israelíes soltaron a los perros de ataque y dispararon diez balazos en el pie a Jawhar y uno en cada pie a Adam. En el hospital recibieron la noticia de que ya no podrían dedicarse al fútbol. Israel también arruinó la carrera futbolística del jugador de la selección nacional palestina Mahmoud Sarsak, que estuvo detenido durante tres años sin cargos ni juicio tras ser detenido cuando se dirigía a su nuevo equipo Balata Youth, en Cisjordania. Tras casi perder la vida en su huelga de hambre de 101 días, y una gran protesta internacional con el apoyo de importantes figuras como Éric Cantona, Frédéric Kanouté, Abou Diaby y Lilian Thuram, consiguió que las autoridades israelíes le liberaran.
En la última masacre a Gaza, en verano del 2014, Israel asesinó a Ahmad Muhammad al-Qatar y Uday Caber, dos jugadores de fútbol de 19 años en el principio de sus carreras; y Ahed Zaqout, de 49 años, leyenda del fútbol palestino conocido como “la voz del fútbol” por sus comentarios en directo. Según la FIFA, “el 70% de las infraestructuras deportivas de Gaza quedaron destruidas” durante estos ataques.
Durante el mes de octubre de 2015, en plena ola de represión hacia la resistencia popular palestina, Israel también hizo público que suspendería los partidos con equipos de mayoría palestina israelí. Esta población supone un 20% de la población de Israel (las pocas personas que resistieron a la limpieza étnica que se lleva realizando desde la Nakba en 1948), y vive sometida a un régimen de apartheid con más de 50 leyes que la discriminan.
Fernando, si aceptas trabajar para Israel, lo harás bajo el mando de la ministra de cultura y deportes israelí, Miri Regev, del ala más conservadora del partido de Benjamin Netanyahu. Regev, que sirvió durante 25 años en el ejército israelí hasta que dio el salto a la política, no esconde sus deseos de seguir colonizando y robando tierras palestinas. Ella misma lideró a finales de 2013 un proyecto de ley para que recogía la anexión de tierras en el Valle del Jordán (Cisjordania ocupada).
Tampoco trata de ocultar su racismo. En mayo de 2012 declaró que los y las solicitantes de asilo africanas eran “un cáncer en nuestro cuerpo”. Lo hizo mientras participaba en una manifestación en Tel Aviv antiinmigración que acabó en un violento pogromo contra personas africanas, destruyendo también sus negocios y propiedades. Las únicas disculpas que ofreció se dirigieron hacia las personas enfermas de cáncer por compararlas con africanas.
La ministra de deporte prometió que actuaría para expulsar de la liga israelí al equipo árabe-israelí Bnei Sakhnin tras un partido en el que se vieron banderas palestinas entre la afición. Sin embargo, no dirigió ninguna palabra hacia La Familia, la afición del Beitar Jerusalem, que en ese mismo partido de nuevo hizo gala de ser una de las más racistas de Israel, quemando libros del Corán durante el partido. De hecho, Regev no se avergüenza de haberse sentado en la grada de este grupo ni oculta la simpatía que siente hacia ellos: “La Familia puede ayudar [a ganar las elecciones]. Estoy orgullosa de ellos y les quiero”.
La misma censura férrea que Regev aplica en el ámbito deportivo, también lo hace en el cultural. Hace pocos días hizo público su propuesta de ley sobre “lealtad cultural”, con la que podrá eliminar la financiación de cualquier organización o actividad cultural que tenga alguna crítica hacia Israel. Ya ha congelado la financiación del teatro Al-Midan en Haifa, único teatro profesional enteramente palestino de Israel, y amenazó con lo mismo al teatro Elmina de Jaffa al negarse a actuar en una colonia.
Además, si aceptas el contrato que te ofrecen, también trabajarás codo con codo con la Asociación de Fútbol de Israel (IFA, por sus siglas en inglés). La IFA estuvo a punto de ser expulsada de la FIFA en el Congreso de Suiza de 2015 por no respetar las propias normas de la federación, petición respaldada por más de 20.000 personas en todo el mundo tras la campaña Tarjeta Roja al Racismo Israelí. La Federación Palestina decidió retirar la votación por las fuertes presiones que recibieron, y propuso en cambio la creación de un comité que se comprometiera a luchar contra el racismo que Israel ejerce sobre los y las deportistas palestinas y garantizar la libertad de movimiento de las mismas. A pesar de lo básico de las peticiones, poco se ha avanzado en los tres encuentros que ya se han mantenido.
Este comité de la FIFA tampoco ha avanzado en la otra tarea que se le encomendó: revisar los cinco equipos de colonias que participan en la IFA. Según determinó el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU, estas colonias son ilegales y constituyen un crimen de guerra, por lo que la IFA al integrar y fomentar estos cinco equipos podría ser responsable de instigar o ayudar a la comisión de este crimen de guerra.
Si fichas por Israel, la afición que te encontrarás en las gradas será una de las más racistas del mundo. Conocidos son los capítulos protagonizados por La Familia, del Beitar Jerusalem, profundamente violentos y abiertamente racistas. El equipo presume de nunca haber contratado a ningún árabe en sus filas (de hecho protestas masivas acabaron con los dos únicos jugadores musulmanes de origen checheno que el club había fichado). O la afición del Maccabi de Tel Aviv, que desplegó una pancarta en la que se podía leer “Refugees not welcome” (“Los refugiados no son bienvenidos”).
También debes tener presente que los estadios en los que entrenarás a la selección nacional tampoco son ajenos a la Nakba o catástrofe de 1948, sobre la que se fundó el Estado de Israel. El estadio Teddy en Jerusalén fue construido al lado del municipio palestino destruido de al Maliha, cuyos habitantes sufrieron una limpieza étnica total en 1948. El estadio Sammy Ofer está a las afueras de Haifa, ciudad en la que la limpieza étnica llevada a cabo expulsó a más de 54.000 de las 60.000 personas palestinas que allí habían vivido siempre. Hasta hoy se les deniega su irrenunciable derecho al retorno, amparado por la ONU desde el 11 de diciembre de 1948 en la famosa resolución 194.
Fernando, el boicot deportivo fue una pieza clave en el movimiento ciudadano que consiguió acabar con el apartheid en Sudáfrica. Del mismo modo, en 2005 la sociedad civil palestina nos hizo un llamamiento al BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), hasta que Israel cumpla con la legislación internacional y respete los derechos humanos del pueblo palestino.
Según la Convención Internacional contra el Apartheid en el deporte de 1985: “los contactos deportivos con cualquier país que practique el apartheid condona y refuerza el apartheid”. Es por ello que te pedimos que no aceptes el puesto que te ofrece Israel para lavar su imagen a través del fútbol. No caben relaciones normales con un Estado racista que somete a un régimen de colonización, apartheid, ocupación y limpieza étnica al pueblo palestino. También a sus deportistas.
No abandones valores fundamentales como la deportividad y el antirracismo:
¡No fiches por el apartheid, no fiches por Israel!
Atentamente,
Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina (RESCOP)
(siguen firmas)
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